28. Cuántico

Capítulo 28

Trabajar tantos días con Hank era entre entretenido y estresante. Muchas veces discutían fuertemente por las ideas de cómo hacerlo, pero entre los enojos y gritos acababan teniendo la solución sin darse cuenta en ese momento.

Mientras Scott y Hope estaban alejados de los problemas de los mayores, y se dedicaban a hablar o ayudar en lo que podían.

Lograron entenderse un momento, ahora sólo faltaba programarla y rezar porque funcionara.

–Ya enserio, ¿cómo sabes tantas cosas? El mundo cuántico no está en ningún archivo existente.

«Ups, ya te descubrió... ¡Aborta misión, aborta misión!

–Digamos que... Un mago nunca revela sus secretos.

–Me tienes que enseñar esos secretos algún día... Y honestamente me sorprende un poco.

–¿El qué?

–Lo mucho que te diferencias de tú padre.

–Pues qué gran halago.

Se sonrieron amistosamente y volvieron a su tarea.

–Ese titán del que hablas... —dijo Hank sin desviar la mirada de su tarea, pero logrando que Tony se detuviera abruptamente—. ¿Quién es?

–Okey, primera condición para responder: Tienes que creer en extraterrestres.

–De... Acuerdo —ambos se miraron nuevamente.

–Y segundo: Tienes que ser consciente que cualquier cosa es posible en el universo.

–Ya me estoy arrepintiendo de preguntar —Hank rodó los ojos—. Ya dime, ¿quién es ese titán y qué quiere hacer exactamente?

–El nombre de ese titán es Thanos. Un gran humanoide genocida y con aires de grandeza y heroísmo. Quiere borrar a la mitad del universo porque piensa que los recursos de los planetas se están acabando.

–Eso en la Tierra no se aplica. Tenemos comida de sobra para toda la humanidad, la gente se muere de hambre por mala organización, no por cantidad.

–Exacto.

–¿Por qué necesita la gemas?

–La reunión de las 6 le facilitará su cometido. Con un sólo chasquido te puedes despedir de la mitad de la vida en tú planeta.

"¿Señor Stark?"

Tony aguantó la respiración y cerró los ojos.

–¿Tienes... Visiones o algo para saber todo eso? —dedujo el mayor. El Stark asintió—. ¿Y él gana?

–Sí... —suspiró.

–¿Y... Quiénes desaparecen? —preguntó de nuevo Hank dando una rápida mirada a Scott y Hope a la distancia.

"No me... Siento muy bien"

–Mi hi.... —dijo sin pensar y se detuvo abruptamente. Negó rápido con la cabeza y cerró los ojos fuertemente sin creer lo que iba a decir—. Un par de personas que no conoces. No sé más... Lo siento.

"Lo siento..."

Se le escapó el aire y se tuvo que agarrar el tabique para poder cubrirse los ojos disimuladamente e intentar mantener la compostura. Era increíble que su propia mente lo torturara de esa manera.

–Papá, señor Stark, ya está todo listo —dijo Hope logrando que la conversación se cortara y dándole un respiro a Tony—. ¿Quién irá?

–Supongo que yo —respondió Scott, pero Hank le tocó el hombro para detenerlo.

–Yo tengo que hacerlo.

–No, papá-

–Tengo que hacerlo, Hope. Debes entender que si algo sale mal, yo no puedo perderte.

–Ni yo a ti.

–Hey, les aseguró que todo saldrá bien —interrumpió Tony—. Todo está calibrado, lo único que sentirán al volver serán mareos.

–Stark, si algo no sale bien y no-

–Todo saldrá perfectamente, ya lo dije —le cortó el castaño—. Te lo prometo.

El mayor asintió, se puso el traje y se metió en aquella nave.

–Está bien... Entrando al mundo cuántico en 3... 2... 1 —Tony accionó la máquina junto a Hope, Scott se mantuvo más al margen observando todo.

–¿Papá? ¿Puedes oírme? —exclamó Hope por el comunicador.

–Él estará bien, no te preocupes.

«¿Cómo estás tan seguro de eso? Esto no lo hiciste en tú otra vida.

La alarma de que estaban volviendo inundó los pensamientos del castaño un minuto después.

–Volviendo en 3... 2... 1 —la nave volvió a su tamaño normal, casi saliéndose del carril especializado y destruyendo parte del taller del complejo.

Hope y Scott se acercaron rápidamente. Una mujer abrió la puerta, cabello gris y ropa rasgada y sucia, pero viva y sin ninguna herida.

Ambas mujeres se miraron fijamente unos segundos, mientras la mayor salía de la nave sin despegar sus ojos de la contraria.

–¿... Hope?

–Mamá... —sonrió Hope y corrió a abrazarla fuertemente. Ambas sollozaron de felicidad y se quedaron así unos segundos. Se separaron y la mayor le tocó la mejilla—. Te extrañé mucho.

–Mí niña... Yo también te extrañé mucho.

«Qué cursi.

Tony suspiró y fue a ayudarle a Scott a ayudar bajar a Hank de la nave. Tampoco tenía ninguna herida ni nada, pero se notaba un poco mareado.

–No se preocupen por mí, éste viejo está bien.

Ambas mujeres rieron, y pronto formaron con él un triple abrazo.

«Vale... Eso es lindo.

Tony sonrió burlesco, y luego de forma honesta y suave al volver a mirar. No sólo había reconstruido la familia de Wanda y Pietro, ahora había ayudado a salvar a la familia de Hank.

–Gracias señor Stark —dijo la mujer con una gran sonrisa.

–No fue nada.

–Oigan... Yo también ayudé —exclamó Scott casi en un puchero.

–Por supuesto. Gracias también a ti, Scott.

–Bien, prometí que te ayudaría con el tema del titán, y supongo-

–Hagamos eso después —Tony levantó la mano para detener su habla—. Ustedes deberían recuperar el tiempo perdido, ya los llamaré cuando lo necesitemos. Yo limpiaré aquí y les enviaré las cosas que no puedan llevarse ahora.

–¿Estás seguro que eres un Stark? —rió el mayor. Tony sólo levantó los hombros.

–Tú no te salvas, te veo en la industria el lunes de la próxima semana a primera hora.

–Sí, respecto a eso... También tengo unos amigos, ¡si no es mucha molestia claro! También son muy listos y... Uh...

–Llévalos y les haré una entrevista también.

—·•·—

Dave, Kurt y Luis eran un equipo totalmente... Peculiar, por decirlo de alguna manera. Peor si tuvo la brillante idea de entrevistarlos al mismo tiempo.

–Así que ustedes ayudaron a que Scott.

–Sí señor, lo ayudamos a robar el traje al señor Pym. Aunque al final lo logramos robar porque él nos dejó. Pero aún así Kurt es un experto hacker.

–Luis —regañó Scott nervioso. 

–Ups, creo que no debí decir eso, contando de que el señor Stark se basa en computación —siguió el hombre—. Pero tampoco es mí culpa estar tan nervioso al tener al frente al hombre más importante del país.

–Disculpe por eso, señor Stark —exclamó Scott de nuevo.

–Sí, no puede controlar su lengua.

–Es como un disco que no puedes parar cuando está nervioso.

–Ya me disculpé, que me pongo nervioso, ya lo dije.

Tony soltó un suspiro, logrando que los 4 se callaran.

–Se ven que son unidos —dijo mirando el papeleo que habían rellenado.

–Lamentamos ocupar su tiempo —exclamó Scott, pensando que no lo contrataría.

–Hey, ¿a dónde vas? No hemos terminado —Scott se revolvió nervioso en su silla—. Vamos a ver. Tú necesitas el trabajo.

–Sí señor.

–Y ellos son tus mejores amigos.

–Sí señor.

–Muy bien —Tony se echó en su silla—. Estarán en formación. Ayudarán a programar los Centinelas y proponer ideas. Si a fin de mes me demuestran que valen la pena, serán contratados.

–¿D-De verdad?

–No —Tony soltó una risa sincera al ver el rostro de pánico de los contrarios—. ¡Estoy jugando! Es broma. Claro que es verdad.

–Muchas gracias señor Stark, en serio, muchas gracias —Scott se levantó y le tomó de la mano para el apretón más largo que Tony ha participado.

–Creo que ya es suficiente.

–¡Sí! Perdón, perdón... De nuevo gracias.

–Claro, claro, los veré mañana.

—·•·—

«¿Enserio crees que fue buena idea?

–Claro que fue buena idea. Están felices.

«¿Pero a qué costo?

–¿Qué quieres decir? —la figura de la Muerte se mostró ante él encima del escritorio, y cruzó sus piernas de la misma manera que siempre.

–Janet volvía del mundo cuántico unos días antes de Thanos. Acabas de cambiar un evento muy importante.

–¿Y? Eso es bueno, recuerda lo que dijo la señorita ancestral —la mujer rió coqueta.

–Sí lo recuerdo —estiró su mano y acarició el cabello de Tony—. Aún así... ¿Crees que era necesario?

–Me importa bastante poco si fue necesario o no. Scott encontró trabajo estable y podrá pasar más tiempo con su hija.

–¿Qué pasará con la tuya...?

El tiempo pareció detenerse para el castaño.

–¿Qué dices...?

–Lo sabrás más adelante —le regaló un beso en la frente antes de desaparecer.

Tony no pudo estar tranquilo los días siguientes a no ser de que su mente estuviera ocupada.

Pero los Centinelas eran perfectos. No podía llamar a Nébula cada vez que se ponía nervioso. Pepper a veces tenía viajes de trabajo. Yinsen trabajaba en el hospital y Rhodey en el ejército. No podría cargar con sus problemas a la familia Pym, menos a los ex-Vengadores.

¿Con quién podría hablar?

Era 2015.

En ésta fecha él estaría lidiando legalmente con el problema de Ultrón y los nuevos Vengadores. Tomando terapia por sus ataques de ansiedad e intentando no derrumbarse por haber terminado con Pepper. Buscando hacer legal a Wanda en el país sin éxito alguno, e intentando superar la culpa que le carcomía por haber matado a Pietro.

Y Harley y Peter seguramente lo veían como un millonario excéntrico, alguien lejano a ellos, alguien que no le importa ellos.

Suspiró y fue a servirse un trago de whiskey, luego otro y otro.

Necesitaba emborracharse e intentar calmarse, pero nada lo lograba.

Tenía mucho, pero mucho miedo del futuro.

¿Y si Thanos llegaba antes? ¿Y si no era suficiente con ellos? ¿Y si algo le pasaba a Thor en sus viajes? ¿Y si le da la locura y crea a Ultrón?

Ultrón...

El escudo por todo el planeta, un escudo que quizás sería capaz de ayudar contra Thanos. Tan sólo... Tendrían que sacrificar su libertad.

Su voz sonó en eco en su cabeza.

"Quieren proteger al mundo, pero no quieren que cambie, ¿cómo salvar a la humanidad si no se le permite... Evolucionar?"

Evolucionar.

Nunca pudo entender qué significaba eso, ¿y ahora?

La Muerte se lo dijo.

Él era superior.

Ella no podía mentirle. Era su compañera, su confidente. De quien buscaba sus brazos para refugiarse de sus propios pecados y dificultades. Quien le dio una segunda oportunidad para hacer las cosas bien, quien le ayudó en cada idea. La única en la que pudo confiar cada vez que su presente se caía a pedazos, incluso antes de volver a vivir.

A quien le está entregando toda la cordura que le queda a cambio de que le ayudara a cambiar el destino del universo.

Carcajeó triste y se tapó los ojos con el reverso de su antebrazo. Estaba recostado en el sillón con una botella casi vacía de Whiskey y en el suelo se encontraban 2 más tiradas.

Comparado con Thanos, quizás Ultrón no era una mala idea.

"¿Todos están bien?"

Sonó su propia voz en su cabeza.

"Tony... Banner no responde, estamos perdiendo su ubicación"

"Viernes, rastrea la nave"

"Enseguida, señor Stark"

"¿Y el resto?"

"Pietro... "

Esa era la voz de Barton, era un jadeo cansado y muy triste.

"¿Qué... Qué sucedió?"

"Está muerto"

Tony se levantó rápidamente del sillón sintiendo el pánico apoderarse de él. Su cabeza comparaba la primera vez que vio muerto a Pietro con la que vio hace unos meses, ambas eran su culpa, completamente su culpa.

El movimiento abrupto, junto con el ataque de ansiedad y el alcohol en su sangre, causó que le diera un mareo demasiado fuerte como para mantenerse en pie, y cayó al suelo fuertemente.

Se sentía patético. En toda la extensión de la palabra.

¿Crear de nuevo a Ultrón? ¿A quién se le ocurriría luego de saber lo que causó?

Wanda lo dijo en su momento. Ultrón fue creado a semejanza de su creador, de él mismo. Si ya en ese momento su mente causó que aquel robot fuera un extremista en términos de protección siendo un genocida, ¿por qué esperaría algo mejor ahora que su cordura cuelga de un hilo?

Se abrazó a sí mismo en posición fetal, mirando completamente a la nada.

Lagrimeó sin darse cuenta hasta quedarse dormido.

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