26. Plan
Capítulo 26
Tony, Nébula y Mantis regresaron al complejo unas horas después de su salida, tanto así que ya estaba anocheciendo.
El primero en recibirlos "amistosamente" fue Fury.
–Creí haber dicho que nadie debía salir.
–Creí haberte dicho que las reglas no aplican en mí, Nick —sonrió Tony.
–Si ya te cansaste de desobedecer, el resto te espera, debemos planear esto con antelación.
–Pues... Cuatro años es bastante antelación. A darle.
No hacía falta decir de la confusión y gracia que les dio a sus compañeros al ver a ambas chicas con ropa terrestres.
–¿Las llevaste a la ciudad? ¿Sabes lo peligroso que fue eso? —exclamó Steve molesto—. La gente pudo haberse asustado.
Tony simplemente lo miró con bastante indiferencia, en cambio Nébula estaba en verdad molesta.
–¿Eso es discriminación espacial lo que escucho? —preguntó con sarcasmo mientras tocaba el hombro a Nébula para que no intentara nada—. ¿Ya viste cómo están vestidas? La gente tendría que ser demasiado observadora. Son sólo unas lindas adolescentes con las sudaderas de sus estilos de vestir.
–¿Son tuyas no? —preguntó Natasha y Tony asintió—. Con razón son tan feas.
–Ja-Ja, muy graciosa —respondió Tony, gustando de aquel juego de sarcasmo que tanto extrañaba tener con esa agente—. Okey, hay que empezar con esto.
—·•·—
–Thanos está buscando las gemas, y no se detendrá hasta lograrlo, no importa el costo —empezó Nébula.
–Y para eso hay que estar más que preparados —dijo Fury.
–Sabemos la localización de 4 gemas —continuó Tony—. Mente, realidad, espacio y tiempo.
–Sabemos que la de la mente la tiene Visión, la de realidad está aquí en la base resguardada, la del espacio está en el Tesseracto, ¿dónde está la del tiempo?
–Está resguardada en el ojo de Agamotto por los magos supremos —respondió Tony a Bruce—. A este punto no debería sorprenderles que sepa algo así —levantó los hombros con indiferencia fingida—. Aunque no sé dónde están las otras dos.
–El orbe, la gema de poder, se encuentra en Xandar siendo cuidado por los Novacorp —respondió Quill.
–La gema del alma se encuentra en Vormir —continuó Gamora.
–Voy a proponer una idea que propuse en su momento a última hora, pero es obvio que tampoco funcionará. Si Thanos necesita todas las gemas, podríamos destruir una y asunto resuelto, sólo deberíamos enfrentarnos a su ejército de locos para ganar esto ésta vez.
–No creo que Padre quiera destruir el Tesseracto. Es un objeto de gran poder que podría proteger al pueblo de Asgard —acotó Thor.
–La gema del tiempo —ofreció Clint. Tony negó con la cabeza.
–Los magos no la entregarán. Es lo único que protege nuestra realidad en éste planeta en sus batallas por protegerla ¿Y la gema del alma?
–Muy lejos de aquí, y muy peligroso el viaje —contestó Gamora rápidamente.
–Me lo imaginaba.
–¿La de la mente? —preguntó Pietro. Bruce negó con la cabeza.
–La gema está adherida directamente a la consciencia de Visión. Si sacamos la gema, él ya no existirá.
–Podemos eliminar la de la realidad —sugirió Rhodey. Ésta vez Tony negó.
–Es la única herramienta que tenemos para revertir cualquier desdoblés de la realidad —todos lo miraron.
–Es la única opción, Tony —insistió Steve.
–No podemos-
–Si Thanos necesita las 6 gemas, la única opción es destruir esa —interrumpió de nuevo el rubio.
–Hey, torso de triángulo, deja al hombrecillo hablar —exclamó Drax seriamente.
–Gracias —Tony suspiró—. Aún quedan demasiadas cosas que deben pasar y que no deben pasar.
–¿Y esas son? —preguntó Fury.
–Eso lo veré yo, Nick. No te preocupes por eso —miró al resto—. No podemos arriesgarnos en destruir algo tan necesario.
–¿Qué sugieres, amigo de Hierro? —preguntó Thor.
–Hay que planear un protocolo busca y encuentra. Odín tiene acceso a otros mundos con criaturas que tienen información aparte ¿No?
–Eso es correcto.
–Hay que enviar un equipo en busca de información, cualquier cosa pequeña nos puede ayudar.
–Mis amigos se pueden encargar de eso.
–Bien, tú liderarás esa búsqueda —Thor asintió dispuesto a obedecer por completo.
–¿No sería mejor que-
–Es el más capacitado. Conoce la Tierra y tiene el Mjolnir para ir de un lado a otro —interrumpió ésta vez Tony a Steve—. Además, supongo que Heimdall es tú amigo —Thor asintió—. Puede pedir que él nos vigile y que cuando estemos en problemas, le avisará. Mantendremos contacto en todo momento.
–¿Y ellos? —preguntó Natasha hacia los guardianes.
–La Tierra nos tiene a nosotros y la galaxia a ellos —sonrió Tony hacia Quill y el resto—. Son los guardianes de la Galaxia después de todo.
–¿Qué pasa si los necesitamos? —cuestionó Wanda con Groot sentado en su hombro mientras jugaba con su cabello.
–Nos mantendremos cerca del planeta —dijo Quill mirando a Rocket ante la posibilidad. El animal asintió.
–Tony y yo podemos crear un dispositivo para mantenernos en contacto a unos cuántos años luz de distancia —continuó Rocket—. Con su cerebro y nuestra tecnología, será sencillo.
–Excelente —asintió Tony—. También tendrán la misión de búsqueda y encuentra. Cualquier información que encuentren sobre Thanos nos servirá para anticipar su llegada y acciones, pero sean discretos —los guardianes asintieron—. Crearé unos trajes que resistan en el espacio y a los viajes años luz. Si algo sucede y necesitan escapar, tendrán ese comodín con las coordenadas de aquí y podrán venir. Una de mis inteligencias artificiales incluso los acompañará si gustan.
–¿Tiene la misma voz que el sirviente invisible y del robot rojo de aquí? —preguntó Drax.
–Nope. Su voz es femenina, les agradará —sonrió de nuevo el Stark. Pareciera que hablar con los guardianes le hacía muy bien a su estabilidad emocional, se sentía realmente cómodos con ellos y podía sonreír sin problemas.
–¿Y nosotros? —preguntó Steve.
–Ya lo dije. La Tierra nos tiene a nosotros —miró a Fury—. No podemos esperar a que ocurra la desgracia para actuar, me niego a cometer ese error de nuevo. Yo ya no soy un Vengador.
–Entonces a trabajar —Rocket se levantó—. Ya me está aburriendo éste planeta.
–¡Hey! Más respeto mapache —rió Tony también levantándose.
–¿A quién le llamas mapache?
–Tú eres un mapache.
—·•·—
Ambos genios de la tecnología se habían quedado hasta muy tarde en la noche en el taller de la base. Perfeccionando, reparando, arreglando y creando. Llegando al amanecer sin darse cuenta.
–¿Sabes? Nunca creí que en el planeta donde venía alguien como Quill fueran tan evolucionados en tecnología.
–Le tienes muy poca estima a ese chico.
–Es un idiota.
–Pero es tú amigo, ¿no?
–Supongo... Pero eso no quita que sea un idiota —Tony rió entre dientes y volvió a terminar de ajustar los nuevos reactores que serían de ayuda para los guardianes—. ¿Seguro estarás bien?
–¿Eh?
–Con ellos aquí —Tony lo miró con desconcierto—. Sabes... No creo que al resto le importaría compartir espacio contigo. Eres buen tipo.
–¿Me estás proponiendo ser un guardián de la galaxia?
–Si no quieres, no. No me importa.
–No, no. Claro que me gustaría... Pero tengo obligaciones aquí. Tengo a Pepper y un par de chicos que me gustaría conocer en ésta línea de tiempo antes de que el titán loco ataque.
–Ya veo... Pero de cualquier manera la oferta seguirá en pié. Si sobrevivimos a esto te llevaré a dar una vuelta por un par de galaxias, claro, si me dejas experimentar un poco más con ésta nanotecnología tuya.
–Claro, claro.
—·•·—
Nébula tenía miedo.
Tenía miedo de irse y no poder volver a ver a Tony nunca más.
Tenía miedo de que si se quedaba, podría perder a su hermana de nuevo.
Tenía miedo aunque no lo demostrara o dijera a alguien.
Tuvo que alejarse tanto de los guardianes como de los ex-Vengadores para poder ordenar sus ideas a solas y silencio exterior.
«¿Es raro el sentimiento, no?
Esa maldita voz.
«La empatía puede ser extraña...
–¿Qué quieres? —mumuró con seriedad.
–Mh, no lo sé —se materializó y se sentó al lado de ella en una parte externa de la base—. ¿Qué quieres tú?
Nébula guardó silencio un momento.
–¿Por qué me traerías de vuelta? Entiendo por Tony, ¿pero yo? Siempre he fallado, no sé lo que esperas de mí.
–Es justamente eso el porqué te traje —sonrió la mujer—. ¿Acaso fallaste en derrotar a Ronan junto a los guardianes? ¿A salvar a Yondu a pesar de no conocerlo? ¿De buscar a Mantis? ¿O de llegar a la Tierra? —Nébula de nuevo calló. La Muerte estiró su mano y tocó la parte de metal que había puesto Tony.
–¿Qué crees haces? —la Cyborg se alejó y la Muerte simplemente rió divertida.
–Te crees muy ruda pero en verdad sólo buscas el cariño de quienes te alejaste o se alejaron de tú vida. Gamora, Tony, incluso los guardianes —la chica volvió a guardar silencio—. Deseas protegerlos con mucha más intensidad de lo que deseas que Thanos caiga por tus propios manos.
–Eso no lo sabes.
–Mí muñequita, yo lo sé todo.
–Señorita Nébula —habló Visión llamando su atención—. El señor Stark la busca en su taller.
Ella asintió y se dirigió al lugar.
–Ah, hola Nebs. Llegaste más rápido de lo que pensé —sonrió Tony. Nébula notó las ojeras en sus ojos por trasnochar—. Ven, acércate.
–¿No dormiste en la noche?
–Dormir es para débiles.
–No estás teniendo pesadillas de nuevo, ¿verdad?
Nébula recordaba cómo Tony pasó la mayoría del tiempo despierto en aquella nave, y cuando dormía se despertaba gritando o llorando, a veces ambas y ella nunca supo cómo ayudarlo.
–¿Qué?... No, claro que no, tranquila. Sólo me quedé trabajando en esto —mostró un dispositivo que fácilmente podría adherirse en la parte derecha del cráneo de Nébula. Se lo entregó para que lo observara mejor—. Rocket me ayudó. Creí que... Si nos mantenemos la gran mayoría del tiempo conectados, ambos estaríamos tranquilos —sonrió calmado—. Esto se conectará a tus sistemas amablemente conectándote con Jarvis, y por ende, conmigo. ¿Qué dices?
Nébula simplemente asintió y le extendió de nuevo aquella parte de metal para luego sentarse en una de las sillas. Tony tomó la herramienta y conectó todo con cuidado, con la misma suavidad de siempre y procurando que la chica siempre se sintiera cómoda.
Al terminar Nébula tocó la superficie de la nueva parte. No la sentía intrusiva como algunas prótesis que poseía, se sentía cómoda y correcta, tranquila.
Volteó a ver al Stark.
–Gracias —el castaño simplemente sonrió.
–Rocket ya se llevó todos los reactores que hicimos y ya conectamos la inteligencia artificial... Así que creo que te están esperando.
Ambos salieron para ver que varios ex-Vengadores estaban afuera para despedirse de los guardianes.
Yondu y Stakar ya se habían ido y estaban rondando cerca de la Tierra a la espera de los guardianes luego de que Rocket les entregara a cada uno un dispositivo de contacto.
Los guardianes salieron de la nave una última vez para despedirse de quienes congeniaron más.
Gamora se despidió de Natasha y Bruce.
Quill y Drax de Bucky.
Thor, Wanda y Pietro de Rocket y Groot.
Todo bien hasta que uno a uno se fueron acercando a Tony.
–Te enviaremos los avances de la misión —dijo Quill dándole un apretón de manos.
–Eso espero —respondió Tony.
–Nos vemos hombrecillo. Espero no tengas problemas con torso de triángulo ni ninguno de los otros —exclamó Drax seriamente—. Pedimos más comida para el viaje por si acaso. Dijiste que pidiéramos lo que quisiéramos y Quill y yo aprovechamos.
–Claro que sí.
–Yo soy Groot —dijo la criatura en el hombro de Drax. Tony sólo hizo un gesto de despedida al pequeño con su mano.
Gamora se acercó y le apretó la mano igual que Quill, aunque ella puso su otra mano encima para enfatizar.
–Muchas gracias por todo lo que haces —el castaño sólo pudo asentir levemente con una sonrisa nerviosa.
Ella se alejó y ahora era el turno de Nébula. La Cyborg lo miró un largo rato.
–Si ellos te hacen algo juro que-
–No pasará nada, Nebs... Puedes estar tranquila —detuvo Tony y ofreció su mano esperando un apretón, pero en vez de eso la menor lo acercó para abrazarlo firmemente. Era un abrazo que demostraba más sentimiento que el primer y único que se dieron al reencontrarse. El Stark correspondió con gusto casi de inmediato.
–Ten cuidado.
–Tú también —Tony acarició su espalda para luego alejarse. Le apretó el hombro con suavidad y le regaló una última sonrisa antes de que la Cyborg se alejara.
Quedaba la última.
Mantis lo tomó de la mano con ambas suyas para sentir todos sus sentimientos una vez más.
–Por favor... No cambies —sonrió la chica ampliamente. Tony puso su mano libre encima de las de la menor.
–Lo haré... Si prometes cuidar de ella.
–Lo prometo —el brillo en las antenas de Mantis se hizo más fuerte al sentir la preocupación y cariño que aquel hombre había ganado por Nébula y el resto de los guardianes, incluso con ella misma.
Se separó finalmente y se dirigió hacia la nave.
Uno a uno fueron desapareciendo al entrar, hasta que cerraron la puerta y despegaron.
Los guardianes se habían ido de la Tierra.
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