22. Disparo
Capítulo 22
Nébula no dejó que el rubio se acercara. Tal como un perro guardián le gruñó con odio cuando intentó tomar el cuerpo desmayado del castaño. Seguía sosteniéndolo entre sus brazos y Quill seguía sosteniendo su cabeza.
Mantis se arrodilló, observó el rostro con el ceño fruncido de Tony y le tocó la frente.
–Él está bien, sólo... Se desmayó por la sobrecarga de emociones —dijo suavemente. El ceño de Tony se relajó y ahora simplemente parecía dormir, soltó un suspiro antes de soltar completamente su cuerpo en un sueño profundo y tranquilo.
–¿Aquí hay donde recostarlo, no? —preguntó Quill—. Aunque en la nave también hay lugar —miró a Nébula.
–Hay... Una camilla en la enfermería —respondió Rhodey.
–Nosotros los llevamos —dijo Visión. Nébula los miró largo rato, para asentir y tomar a Tony al estilo nupcial con cuidado, como si el más mínimo movimiento brusco lograra quebrar su cuerpo.
Rhodey y Visión fueron al frente y les siguió Nébula y los otros guardianes. Los ex-Vengadores seguían en su lugar, sin saber qué hacer o pensar.
Pietro tomó la mano de Wanda y ella lo miró. Era una comunicación sin necesidad de hablar. Ambos asintieron y salieron del lugar.
—·•·—
Nébula se aseguró de que Tony estuviera bien puesto en la camilla y le acarició el cabello tal y como lo había hecho en su lecho de muerte en la nave.
–¿A ti también te pasó lo mismo, no? —preguntó Rhodey sentado en una silla un poco alejada. La chica lo miró—. Haber... Tenido esas visiones.
–No son visiones —negó la Cyborg.
–¿Entonces qué son? —preguntó Visión, y entonces Tony se movió y abrió los ojos pesadamente. Primero estaba desorientado, pero al ver a Nébula se relajó sabiendo que no había sido un sueño y que no había sufrido eso para nada.
–Si sigo desmayándome porque sí, acabaré siendo nombrado como mejor actriz mexicana —se sentó en el colchón y pasó su mano por su cara. Suspiró y se desordenó el cabello para luego mirar a los presentes, fijó su mirada en Nébula—. ¿Cómo estás?
Ella no respondió y Rhodey se acercó con una sonrisa sincera.
–Eso deberíamos preguntar nosotros —dijo con gracia.
–Ah, sí... Eso —Tony suspiró—. Supongo que ahora se fue todo a la mierda, ¿no? Digo, ¿quién mierda podría confiar en alguien como yo luego de ver eso?
Silencio unos segundos.
–Nosotros —Tony levantó el rostro hacia la puerta y allí estaban los gemelos Maximoff. Wanda fue la primera en acercarse y lo volvió a abrazar. Nébula se había apartado un poco al ver que Tony estaba cómodo cerca de ellos—. Quizás hiciste errores en tú otro pasado, pero... Los arreglaste —se separó y le sonrió, pero luego su semblante cambió a uno serio—. Pero... ¿Por qué me perdonaste a mí? Te... Hice mucho daño, te hice ver tus peores miedos y te culpé... Y te traicioné, ¿por qué... —había empezado a lágrimas, y dejó de hacerlo al sentir la mano del castaño acariciando su cabeza.
–Eras sólo una niña... No te culpo —sonrió—. La gente hace locuras cuando le hacen daño.
Wanda sonrió.
–Sí, bueno... Gracias por no dejar que me dispararan —exclamó Pietro con gracia.
–Pues... De nada, pulga —respondió el mayor.
–Ahora veo por qué le pusiste tanta protección a mí armadura —Rhodey se rascó el cuello—. Gracias —sonrió finalmente.
–Entonces si no eran visiones era- —Visión fue interrumpido por el Stark.
–Un viaje en el tiempo —suspiró el castaño—. O algo así —levantó los hombros.
–¿Entonces por qué sólo tú y Nébula recuerdan todo? —preguntó Quill junto a Gamora.
La Muerte se apareció. Sonreía mientras estaba apoyada en la pared.
Nébula y Tony la miraron unos segundos.
–Pareciera que están siendo controlados por una mente maestra que sólo los eligió a ustedes porque no le gustó el destino, y los está utilizando a su antojo —dijo Drax sin detenerse. La Cyborg y el Stark intercambiaron miradas.
–Pues... Básicamente es eso —sonrió Tony.
–¿Quién es el que lo hizo? —preguntó Gamora.
–Técnicamente es un "ella" y bueno... Es bastante buena gente para ser llamada "la Muerte".
–Ya lo perdimos —suspiró Rocket.
–Eres un peluche que tiene un árbol parlante en el hombro, acaban de ver mis recuerdos de otra línea de tiempo gracias a la magia roja de la linda niña de aquí... Estoy bastante seguro que algo así no debería sorprenderte tanto.
–¡Yo soy Groot! —exclamó la pequeña criatura molesta.
–Exacto, cuida tus palabras —le siguió Rocket.
–¡Ni siquiera sé qué dijo! —suspiró cansado. Miró a Nébula—. ¿Desde hace cuánto volviste?
–Hace unas semanas —respondió la Cyborg cruzándose de brazos.
–¿Y ellos te aceptaron? —preguntó Tony mirando a los guardianes.
–En un principio costó, pero... —suspiró Quill—. Gracias a ella Yondu está vivo.
–¿Mary Poppins? —rió el castaño.
–Sí, ese —se rascó la nuca—. Escondió uno de esos trajes extra para sobrevivir al espacio en mí chaqueta —sonrió al igual que Gamora.
–Antes de eso nos ayudó a derrotar a Ronan —agregó Gamora con una sonrisa hacia su hermana—. Si no podemos confiar en ella por eso no sé qué clase de persona seríamos.
A Tony se le deformó la sonrisa hasta que se hizo una mueca melancólica, y todos lo notaron.
–Las personas de la Tierra pueden ser muy ciegas a veces —susurró la Muerte. Tony mantuvo su mirada en el suelo y Nébula la miró un rato—. Mientras más das menos ven, porque se quieren aprovechar de la bondad y exprimir hasta la última gota haciéndote sentir que no has hecho nada cuando has hecho todo. Acabas cosechando lo que ellos se comerán y te llamarán egoísta si lees pides un poco.
–Aún los amas —dijo Mantis ganando la atención de todos los presentes—. Lo pude sentir. A pesar de la traición, el dolor que sientes, las ganas de llorar cuando miras a alguno a los ojos, los amas... Es un amor incondicional, es totalmente puro y entregado sin esperar nada. Sacrificado a más no poder —siguió con voz suave y una leve sonrisa de admiración—. Es hermoso y al mismo tiempo doloroso, nunca había sentido algo así en nadie.
–Wow, eres la primera persona que lo dice —sonrió Tony y se dispuso a levantarse.
–¿Qué hace, señor Stark? —preguntó Visión.
–No me gusta estar en espacios que parecen habitaciones de hospital tanto tiempo —contestó el castaño, y luego miró a Nébula—. Hay un taller a unos pasillos, puedo hacerte arreglos si te parece bien —la chica lo miró. Tony esperaba una mirada de completa desconfianza, negación o que siquiera se tardara en contestar. Pero simplemente se mantuvo con su mirada neutral y asintió.
–Bien.
–¿Esa armadura que mostraste allí afuera la creaste tú? —preguntó Rocket.
–¿Genial, no?
–Necesito hacerle unas revisiones.
–Yo soy Groot.
–Pues puedes sumarte —sonrió el Stark, extrañamente cómodo con ese par de criaturas—. El resto pueden explorar un poco. Visión, ¿puedes ayudarlos en lo que sea que necesiten? Al menos hasta que el pirata y sus lacayos vengan a hacer escándalo.
–Por supuesto, señor Stark.
–Gracias, amigo.
Y los 4 salieron de la enfermería.
—·•·—
Tony tarareaba la canción de fondo que había puesto mientras terminaba de ensamblar una parte del brazo de Nébula.
Rocket estaba haciendo desastres con un reactor de nanotecnología y parecía estar jugando con la nanotecnología, pero la verdad a Tony le agradaba su compañía. Tenía un mejor traje en el reactor que tenía puesto.
Y Groot estaba comiendo galletas que Tony había traído en una oportunidad en la que se había escabullido a la cocina. La criatura estaba sentada dentro de un casco antiguo de Ironman medio a terminar, por ende funcionaba como un asiento.
–Así que ésta es la melodía que se escucha hoy en éste planeta —dijo Rocket mientras sacaba un pedazo de la nanotecnología y la examinaba.
–Se llama AC/DC, y es una de las canciones de moda —respondió Tony mientras terminaba de unir unos cables—. ¿Es por Quill?
–Siempre escuchamos las mismas canciones en la nave.
–Yo soy Groot.
–Bueno, no todos disfrutan tanto bailarlas como tus, Groot.
–Ya luego eliges tú las canciones que quieras y te hago un disco para la nave.
–¿Por qué eres tan amable si apenas nos conocemos? —Tony levantó los hombros y movió el antebrazo de Nébula para poder ver mejor la zona abierta del codo.
–Está en mí naturaleza ser una máquina social —Rocket rodó los ojos y siguió a lo suyo. Tony había terminado de ensamblar las partes y cerró los compartimientos—. Listo. Aleación de titanio y oro, más resistente y liviano y que contiene menos fallas. ¿Cómo lo sientes?
Nébula movió su brazo lentamente, y luego sus dedos.
–Bien —Tony sonrió entendiendo que el asentimiento de la chica era un agradecimiento.
–De nada —sonrió—. ¿Quieres que te ayude con eso? —apuntó a la parte del cráneo que sobresalía por el metal mal puesto. Ella asintió, pero cuando iba a revisarla la voz de Jarvis interrumpió.
–Señor. El director Fury y su equipo lo están esperando fuera.
–¿Y esa voz?
–Una inteligencia artificial —respondió sin más notando cómo Rocket miraba con curiosidad el techo en busca de la fuente—. Diles que estoy ocupado —respondió Tony con simpleza aunque sintiendo el pánico apoderarse de él.
–Lo intenté pero la señorita Viernes me dijo que la señorita Potts también estaba allí.
La mano de Tony tembló y Nébula lo notó.
–¿La mujer de la que me hablaste?
–Sí... Aunque aquí no estamos comprometidos —suspiró el castaño—. Diles que voy en un minuto —dejó las herramientas de lado—. Creo que tendremos que esperar a resolver esto para seguir.
Nébula simplemente asintió y ambos se levantaron.
–¡Yo soy Groot!
–Eh... Hay más galletas —sonó a pregunta, le era imposible entenderlo. La criatura alzaba sus brazos hacia el castaño.
Rocket suspiró pesado.
–Quiere que lo cargues.
–¿Qué? Ah... Claro —extendió su palma y Groot se subió a esta. Tony recordó cómo los guardianes lo "cargaban" y se lo puso en el hombro. La criatura tomó equilibrio al agarrar la esquina de su oreja de forma suave.
Los cuatro salieron finalmente del taller, sólo para ser recibidos por ambos equipos junto a un montón de agentes y al medio estaba Fury junto a María Hilo y el secretario de SHIELD.
A Tony se le había olvidado completamente ese maldito secretario que Steve le contó que era parte de HYDRA. ¿Cómo carajos se le pudo haber olvidado?
Su rostro de pánico cambió a uno de molestia consigo mismo, suspiró y logró mirar despreocupados a los presentes.
–Hola, pirata ¿Cómo está?
–¿Por qué no nos dijiste que sabías todo eso?
–En teoría... Si lo dije, sólo que omití algunas partes y fingí que eran visiones para que no me encerraran en un manicomio —Tony puso sus manos en sus bolsillos.
–Serás fiscalizado por SHIELD. Vendrás con nosotros a la base central y nos dirás todo lo que sabes. Ellos también deben acompañarnos —dijo el secretario seriamente, apuntando a los guardianes. Tony levantó una ceja y miró todo con neutralidad.
Luego miró a Pepper, quien parecía demasiado triste o decepcionada por la situación. Suspiró.
–Colaboraré sólo si me llevan a mí, dejen a los guardianes tranquilos.
–No podemos hacer eso —negó Pierce rotundamente—. Ellos también deben saber muchas cosas, los necesitamos interrogar.
–No puede hacer eso —dijo Wanda, pero Pietro le sostuvo el hombro para que no diera un paso. La castaña al mirar el mayor, éste negó con la cabeza. No era buena idea que alguien más se entrometa.
Si ya había metido la pata la metería hasta el fondo atravesando cualquier cosa que se le interpuesta y ensuciará cada milímetro de sus zapatillas de marca en barro.
–Ah, pues... Hail HYDRA, señor secretario —hizo el saludo de forma perezosa y sarcástica. Todos guardaron silencio y quedaron en shock, excepto los guardianes, quienes no entendían nada—. ¿No es así cómo se saludan en su organización? Ups, lo siento, acabo de revelar un secreto que no debía. ¿Pero qué más da? —dio un paso dejando a Groot a Nébula por si se volvía peligroso.
–No sé de qué carajos estás hablando —escupió el secretario.
–¿No quiere que cuente la vez cuando planeó adueñarse del Tesseracto para su pútrida organización demente? ¿O cuando HYDRA le lavó el cerebro a James Buchanan Barnes? ¿O el proyecto súper soldados? —dio otro paso—. No tengo conocimiento absoluto, sólo sé lo que HYDRA puede hacer para obtener lo que quiere ¿Transformar a un pobre hombre en una máquina asesina? ¿Adueñarse de SHIELD? ¿Intentar conquistar el mundo? ¿Tratar de experimentar con unos niños? ¿Necesita que siga, señor secretario?
–Aléjate de mí —advirtió Pierce retrocediendo un paso—. Fury, has algo.
Pero el director se quedó quieto en su lugar, mirando alternadamente a cada uno, y Tony agradeció esa confianza que logró con aquel hombre.
–J, ¿cuántos archivos tenemos de HYDRA que aún no hemos revelado, me acuerdas?
–Son un poco más de 200 si contamos los que son especulaciones probables —respondió la voz en el techo.
–Libéralas a los computadores de SHIELD y a los celulares de ésta gente.
Pierce entró en desesperación y sus lacayos dispararon, y Tony sólo pudo ver un reflejo plateado frente a él.
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