12. Amistad
Capítulo 12
–Thanos es un titán loco que quiere erradicar la mitad de todo el universo.
–Y en tus visiones, ¿lo logra? —preguntó Fury, logrando que Tony se resolviera incómodo en su lugar, aún con la Muerte recargada en su espalda.
Inevitablemente recordó la batalla en aquel planeta.
Recordó a Stephen siendo aplastado por la energía de las gemas y Thanos obteniendo la del tiempo. Y él siendo demasiado lento para salvarlo o siquiera detener al loco antes de que desapareciera en un portal.
A Mantis siendo atravesada por un escombro y muriendo gradualmente en los brazos de Nébula hasta finalmente perecer en completa agonía, pero con una sonrisa sincera y triste de sentir el dolor de su familia al verla morir.
La confusión y desesperación del momento, hasta que Drax empezó a transformarse en polvo, luego Quill, y finalmente...
"¿Señor Stark?"
Tony jadeó y se cubrió el rostro intentando aminorar la crisis.
–Está bien, cariño, sabes que eso no podrá pasar si haces algo —dijo la Muerte con suavidad y acariciando su cabello.
Increíblemente, Loki se mostró piadoso, puesto que suavizó su mirada y eso Thor lo notó.
El castaño aspiró aire y tiró su cabeza ligeramente hacia atrás mientras cerraba los ojos.
–Sí, lo logra. Perdemos —dijo finalmente sujetando sus propias manos para que no las vieran temblar.
–¿Incluso estando todos juntos? —preguntó Thor con preocupación.
Tony negó con la cabeza y miró la mesa.
–No estábamos juntos —contestó de forma lenta y pausada, casi en susurros.
Todos intercambiaron miradas de preocupación.
–¿Por qué no estábamos todos juntos? —preguntó Steve suavemente.
A Tony se le escapó el aire y se sostuvo el tabique de la nariz.
–Eso no importa. Lo que importa es que ya lo saben, y cuando ocurra estaremos preparados.
–¿Qué tan peligroso es este Thanos? —preguntó Clint.
–Tiene un ejército —habló Loki y todos voltearon a verlo—. Al igual que aliados poderosos, se hacen llamar la orden negra. Expertos lacayos asesinos, llamándose a sí mismos como hijos de Thanos. También tiene a dos hijas adoptivas, asesinas expertas, nadie se enfrenta a ellas y sale vivo. Ni aunque estén juntos para enfrentarlos, darán frente al ejército.
–¿No hay ninguna posibilidad de ganar entonces? —preguntó Bruce preocupado.
–En Asgard hay guerreros que no dudarían en dar su vida en batalla si es necesario —habló Thor seriamente.
–En la Tierra hay muchos más héroes y protectores de lo que ustedes creen —dijo Tony soltando un suspiro, recordando a Stephen cuando habló en plural respecto a los magos protectores de la dimensión—. Hay que esperar el momento indicado para buscarlos.
–¿No será mejor buscarlos de inmediato? —preguntó Natasha.
–Si hacemos eso no sabremos qué ocurrirá... Quiero decir, si no dejamos que ciertas cosas ocurran a su tiempo, puede el futuro ser tan incierto como peligroso tus visiones sean erróneas —explicó Tony seriamente.
Cambiar demasiado el futuro haría que sea demasiado impredecible y la situación incontrolable para él.
–Ya veo —asintió Fury—. Es todo por hoy, pueden ir a descansar. Lleven a Loki a su celda.
–Lo llevaré a Asgard junto con el Tesseracto —repuso el rubio.
Fury miró a Tony para preguntar su opinión. El castaño miró al pelinegro y luego unos segundos a la Muerte.
–Si es que lo encierran será muy complicado hablar de esto si se da la ocasión. Opino que se quede aquí en la base un tiempo.
Loki sonrió.
–Yo iré a devolver el Tesseracto a Asgard entonces y hablaré de la situación con Padre.
Loki dejó de sonreír.
–Hay muchas habitaciones aquí en la base, asegúrense de dejarlo en una con vigilancia.
–No he hecho nada malo —replicó Loki.
–Aún —contestó Tony con gracia—. Ven, yo te llevo.
Loki lo miró fijamente. La Muerte estaba detrás de él con las manos en sus hombros, ambos sonreían, así que el Dios no tuvo opción más que asentir.
–Eso fue genial —soltó la mujer con gracia.
–Aquí hay cámaras, así que no sé si sea buena idea hablar contigo —dijo Tony sin mirar a ninguno.
–Ya me encargué de eso, es fácil alterar la realidad, aún así tengo otros asuntos—sonrió ella y él le devolvió el gesto. Loki miró largamente a Tony y luego los dos empezaron a caminar.
–¿Qué hubiera pasado si lograba traer a los Chitauri a la Tierra?
–Me tirabas por la ventana, destruyes el centro de Nueva York, te derrotamos y vuelves a Asgard junto a Thor y se forman los Vengadores. Y te dije esa vez que en ninguna realidad ganabas —sonrió. Loki miró a la Muerte y ella levantó un poco los hombros—. Ahora me toca preguntar, ¿cómo terminaste en manos de él?
–Supongo que debo responder.
–Ella observa... —hizo una voz gruesa sólo por el chiste.
–Luego de caer en el agujero negro, terminé vagando galaxia por galaxia hasta que lo encontré... O más bien él me encontró. Hicimos un trato, yo le ayudaría en su causa si así dejaba que yo conquistara uno de los planetas.
–¿Por qué?
–Los humanos se matan unos a otros sin que le afecte a Thor, quien se supone que debía gobernarlos y protegerlos. Quería hacer lo de Odín en su juventud, conquistar y reinar, probar que valía algo.
–Todo sonó a puchero hasta lo último ¿Tan mal era contigo?
–La verdad... No lo tengo muy claro. Siempre tuvo una preferencia a Thor, creo que... Nunca dijo que estuviera orgulloso de mí —apretó los puños con coraje—. Pero sí se lo dijo a él, muchas veces. No dejaría nunca que un monstruo se sentara en el trono.
–¿Y tú madre? —el pelinegro lo miró un largo rato. Con unos ojos tristes que Tony nunca creyó poder alguna vez ver en él.
–Ella... Si lo hizo. La verdad es que a pesar de todo, ella sí es mí madre, aunque no fuera de sangre.
–Osea que usualmente te decía que te quería y que estaba orgullosa —dijo Tony sin mirarlo mientras ponía la clave de la habitación. Loki asintió siendo visto de reojo por el Stark—. Pues... Supongo que no somos tan distintos como creía.
–¿A qué te refieres? —Tony se cruzó de brazos y apoyó la espalda a una pared cercana.
–Mí papá nunca me dijo que me amaba o que siquiera le agradaba. Siempre creí que el mejor día de su vida fue cuando me envió a un internado... Pero confió en mí para seguir con su legado, lograr lo que él no logró hacer por su época. Y fue gracias a él que pude salvar mí propia vida —suspiró—. Mí madre era distinta. Incluso si era bastante alejada de mí, siempre recalcó que me amaba y estaba orgullosa de todos mis logros —soltó una risa—. Que papá era un idiota.
Loki sonrió.
–Reitero lo que dijiste antes, quizás no somos tan distintos como parece.
El pelinegro lo miró largamente. Para ambos era fácil hablar con el otro, era como un entendimiento instantáneo. Una conexión de hermandad.
Tony sólo había tenido con él esa charla en el penthouse, y nada más. Incluso le pareció un gesto genial la despedida irónica a Hulk en el ascensor cuando iban a bajar a dejar el Tesseracto. Y honestamente creía que se podría llevar mejor con él que con Thor.
Loki se sentía extrañamente cómodo, como nunca lo ha sentido junto a otras personas. Ni siquiera con Thor o los que supuestamente eran amigos de ambos. Logró verlo como un igual. Lo derrotó en batalla y eso merecía al menos su respeto.
–Bueno, la habitación tiene cámaras. Estaba reservada para otra persona, pero funcionará para ti ésta noche. Tiene de todo. Baño privado, cama y un ropero que no usarás por ahora. Me hubiera gustado que le pusieran refrigerador a las habitaciones, pero el pirata dijo que era un desperdicio —sacó la llave de la esposas.
–¿Confías tanto en mí como para liberarme?
–Somos dos personas rotas y con bastante mierda en nuestras vidas. Además que ahora somos juguetes de alguien demasiado poderoso. Yo creo que éste es el comienzo de una bonita amistad —lo último lo dijo con más sarcasmo que otra cosa. Loki ofreció su muñeca y el castaño lo liberó.
–Agradezco... La plática —Tony se sorprendió. Loki, Dios del engaño, pseudo-gobernador con complejo de diva, ¿estaba agradeciendo?
–No hay de qué.
Le dirigió una última sonrisa antes de tener que cerrar la puerta. Se dirigió a su habitación deseando no encontrarse con nadie, y no lo hizo.
Se recostó en su cama sin taparse e intentó dormir. La habitación estaba completamente aislada del sonido externo, pero su cabeza era la ruidosa y eso no había nadie quien la parara.
Sintió un cuerpo delgado junto al suyo. La Muerte se acomodó en su costado y apoyó su cabeza en el hombro ajeno.
–¿Alguna razón para que estés tan pegajosa?
–Mh, agradece que te estoy agarrando cariño.
Tony suspiró y le acarició el hombro con la mano de su brazo atrapado bajo su cuerpo.
–Gracias por lo de antes.
–De nada.
–¿Por qué lo hiciste ahora que lo pienso? ¿Intentas coquetear conmigo?
–Mí objetivo es atraer a quienes quieren estar conmigo y estar presente cuando su alma está lista a caer a mis pies. Algunos me buscan, otros me desean, otros me rechazan, pocos me ignoran y muchos me temen, pero todos caen en algún momento.
–Hablas bonito.
–Pepper se pondrá celosa.
–No lo creo. Bueno... Quizás sí. Pero eres literalmente la Muerte encarnada, no fue mi opción elegir tenerte cerca.
–En eso tienes bastante razón pero al mismo tiempos estás muy equivocado.
–Lo más probable —sonrió Tony. Se sumieron en un largo silencio y el castaño fue el primero en romperlo—. ¿Dónde está Nébula ahora?
–Wow, en verdad te encariñaste con ella.
–¿Y eso qué?
–Muchas veces, cuando estás en aprietos, terminas encariñándote con alguien joven. Harley, Peter, Nébula e incluso un poco Wanda por culpa.
–Sólo dime.
–Aún no llega a ésta línea de tiempo —Tony la miró y ella se levantó un poco—. Los devolví a la época donde todo había empezado. Ella aún no empieza su travesía desde el momento de quiebre de su vida diaria. Si te la encuentras por casualidad o por acciones no te reconocerá.
–¿Ella... Ella murió también? —se sintió estúpido, eso era más que obvio por todos los comentarios de aquella poderosa mujer respecto al tema. La Muerte simplemente asintió—. ¿Cuándo será ese quiebre?
–Como en 2, 5 años más.
–Está bien —asintió Tony y volvió a recargar su cabeza en la almohada.
No iba a mentir, extrañaba a aquella chica.
Con ella compartió el tan pequeño espacio que se sentía estar en la nave y compartieron experiencias buenas y no tan buenas. Recordaron el pasado, discutieron el presente y soñaron con el futuro que se veía tan lejano a ese vacío estelar.
Ella le contó su infancia siendo entrenada para ser una asesina, y él sobre su padre y el desprecio.
Ella le contó de su lealtad a Thanos, y él sobre sus servicios como super héroe.
Ella le contó sobre las matanzas que realizó, y él sobre Ultrón y la idea de poner un escudo al mundo.
Ella le contó de cuando escapó de Thanos, y él sobre los acuerdos de Sokovia y la mentira de su amigo.
Ella le contó sobre lo poco que conocía de los Guardianes, y él le contó de sus amigos Vengadores.
Ella le contó sobre su hermana Gamora, y él le contó sobre el chico araña y su prometida.
Compartieron momentos tristes cuando recordaban, momentos alegres cuando él lograba una sonrisa en su cara cuando le enseñó a jugar y competir sanamente, momentos tenebrosos cuando la nave casi explotaba por lo dañada que estaba.
Recuerda que antes de su supuesto sueño eterno, ella había sostenido su cabeza encima de sus piernas funcionando como una almohada.
Recuerda levemente su rostro y ojos cristalinos antes de que todo fuera oscuridad total antes de despertar en la cueva. Su voz triste llamándolo.
Esa chica merecía ser salvada. Un ser vivo que ha sufrido tanto merecía una segunda oportunidad, esa vida que nunca pudo tener. Ser cuidada y protegida, necesitaba saber que ella estaría segura.
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