11. Tormenta
Capítulo 11
Al abrir los ojos luego de un sólo pestañeo, el ambiente había cambiado, ahora estaban en un vacío infinito, flotando, y no los separaba una celda.
Ambos se miraron incrédulos y sorprendidos, Loki tenía más miedo reflejado en su rostro.
–¿Qué haces? —le susurró Tony a su compañera, ella seguía abrazada a su brazo y apoyó su cabeza en el hombro ajeno.
–¿Qué? Él me cae bien, también es interesante.
–¿También será tú juguete o qué?
–Algo así, de todas formas si no me gusta puedo reiniciar todo y partir de aquí de nuevo.
–Por favor no lo hagas, ya no tengo ni idea si tengo 50 años o 40.
–Mentalmente tienes 50, pero tienes 40 en tú cuerpo actual, no es tan complicado.
–¿Ah... Disculpen? —exclamó Loki con un poco más de molestia al haber sido ignorado.
La mujer se separó de Tony y se acercó a Loki. Ofreció su mano en un gesto por lo más casual y extraño considerando las circunstancias.
–Soy lo que se conoce como la Muerte, es un gusto al fin mostrarme ante ti, Loki.
–¿Eres la Diosa de la Muerte?
–En este universo sólo existe una y es mí novia. Yo no soy una Diosa, soy superior a eso —respondió la contraria bajando la mano al ver que no sería correspondida.
–¿Por qué?
–Porque me caes bien —respondió con simpleza. Tony negó con la cabeza entre una sonrisa al ver el rostro de Loki, se veía reflejado en él por completo—. Tú has usado la muerte como excusa para escapar de situaciones difícil. Nunca me buscaste, pero sí me utilizaste, y para haber burlado tu final tantas veces, es muy habilidoso... Muy a pesar del final tan poco apetecible que tuviste en tu línea temporal original.
–¿Línea temporal original?
–En la línea temporal original de ésta, tú mueres cuando Thanos te rompe el cuello allá por el 2018 terrestre —Tony notó el nerviosismo del Dios, ya que pareció palidecer ligeramente. Sintió lástima, lástima de un Dios que casi lo mató al tirarlo por la ventana—. Él muere en la nave al intentar regresar aquí en 6 años en el futuro —apuntó a Tony.
–Bienvenido a mí mundo. Aquí nada tiene sentido más que en tú cabeza a no ser que ella lo cambie.
–¿Qué quieren de mí? —la Muerte le hizo un gesto a Tony para que hablara.
–Ya te lo dije, sólo queremos tú ayuda... Bueno, yo quiero tú ayuda, y probablemente Thor también querrá tú ayuda cuando se entere de esto —Loki lo miró pero no dijo nada. El castaño suspiró—. Mira... Sé que lo de ser adoptado debió ser duro, pero ya tienes que superarlo, madurar un poco... Al menos agradece que tienes gente que te ama. Tú hermano, tú madre. Incluso apostaría que tú padre en verdad te ama aunque no lo muestre.
Loki agachó la mirada un poco, la volvió a subir y ahora ambos hombres se encontraban de nuevo en el mundo real, la Muerte ya no estaba presente físicamente.
–¿Tenemos un trato? —el castaño ladeó la cabeza mientras sonreía ligeramente.
–Tenemos un trato, Stark —respondió Loki con una sonrisa ladina. Tony sonrió más ampliamente y asintió.
–Bien.
Y salió de la habitación deseando que su compañera haya hecho bien el trabajo y modificar correctamente esa situación en la realidad.
–Señor Stark, lo buscan en la sala de juntas —la voz de Jarvis sonó en su auricular.
–Joder, quiero dormir —soltó con pereza y se dirigió a donde lo buscaban. Todos estaban sentados alrededor de una mesa. Sintió pánico, pero por el momento lo podría controlar. Cuando solía tener ataques muy fuertes, lograba tener un poco de calma unos días y no volver a tener otra crisis, era como un método de defensa—. ¿No ven qué hora es? Es mí hora del sueño de belleza.
–Tony, no es momento de juegos —dijo Fury seriamente. Tony se sentó para no ser el único en una posición diferente. Incluso Darcy estaba sentada en uno de los puestos, aunque seguramente sólo se coló por curiosa—. Tienes que decirnos lo que sabes.
–¿Sobre qué?
–Hablaste de un tal Thanos, ¿quién es él? ¿Y qué es lo que quiere con la Tierra?
Tony lo notó, la desconfianza en los ojos de todos. No era de amistad, ni siquiera de seriedad, sólo... Desconfianza.
Suspiró largamente y escuchó la risa de la Muerte. Su silueta estaba a su lado, sentada en la gran mesa del centro dejando ver sus piernas. Se puso sus lentes en una búsqueda de sentirse menos ansioso. Estúpido, porque era de noche y estaban en interiores, pero si preguntaban diría la excusa perfecta de que la luz es muy potente y no el pánico.
–¿Qué les puedo decir? Éstas visiones no son muy claras.
–Oh, por favor. Sabemos que tú sabes demasiado de muchas cosas —soltó el director—. Ni siquiera nos ha dicho de dónde las tienes o por qué son tan completas.
Tony lo miró. Fury estaba con mucha incertidumbre e impaciencia, se le notaba a lo lejos.
–Bien... Pero primero necesitamos esperar a alguien —dijo luego de tomar aire.
–¿A quién?
Un trueno potente sonó en la lejanía y la lluvia llegó en muy pocos segundos. Todos se sorprendieron, claro, todos excepto Tony y la Muerte, a quienes se les dibujó una gran sonrisa.
Ella se estaba divirtiendo y él se sintió aliviado.
–Había que esperar la tormenta.
No tenía demasiado contexto en su expresión de burla. Pero vamos, era Tony Stark y tenía que ser dramático.
Todos salieron con sus armas, Tony lideraba y se había puesto más al frente.
«Debe estar muy enojado.
–J, llama a Jane, Selvig y Darcy para que salgan al patio de al frente.
–Enseguida, señor.
No pudo evitar sonreír ampliamente y con nostalgia al verlo aterrizar frente a todos con el mismo dramatismo que era de esperarse de un Dios que controlaba el clima.
Todos se pusieron tensos. Natasha, Clint y Fury pusieron sus manos listas para desenfundar sus armas, mientras que Bruce retrocedió, casi intentando protegerse detrás de Natasha.
–Acaba de caer del cielo entre rayos y tormentas, ¿y creen que le podrán hacer algo con un par de balas y unas flechas? —soltó Tony con gracia. Desactivó su armadura y salió con las manos en alto—. No hay necesidad de ponerse tan tensos.
–¿Dónde está mí hermano? —gruñó el rubio sujetando más fuerte su martillo.
«Definitivamente. Me agrada más éste look que el de 2023.
Tony la ignoró y dio otro paso más.
–Está adentro. Pero necesitamos hablar antes de que te lo lleves —continuó Tony.
–No tengo nada que discutir con ustedes —estuvo a punto de pasar entre ellos para ir a buscar a su hermano. Pero una voz lo detuvo en seco.
–¿Thor?
La castaña estaba empapada por la lluvia al igual que todos, pero cuando el Dios volteó a verla, la lluvia en esa zona simplemente dejó de caer.
–¿Jane? —susurró el rubio.
Ambos se dirigieron al otro para abrazarse firmemente, la lluvia empezaba a parar, hasta ser sólo una pequeña llovizna.
–¿Dónde estabas? ¿Por qué no volviste? —Jane se separó y lo miró con molestia. Le dio un golpe en el pecho a modo de regaño.
–Mi lady... —Thor le acarició la mejilla—. Lo siento, pero el puente Bifrost fue destruido y no pude volver antes.
Jane se puso de puntillas y alcanzó los labios del contrario, sin importarles en esos momentos el lugar ni en las circunstancias.
–No se dan cuenta que aún estamos aquí —dijo Darcy al lado de Tony.
–Nope —respondió el castaño.
–Son lindos.
–Sip.
–¿Planeaste todo este encuentro, no?
–Algo así.
–Por eso nos contrataste.
–Meh, 30/100.
–Genial —el sonido de la mordida de una fritura era lo único que se escuchó aparte de la llovizna. Le ofreció el paquete a Tony y éste sacó una papa con gusto.
Selvig suspiró pesadamente, aunque bastante aliviado y feliz de volver a ver a aquel tipo.
Fury tosió falsamente un par de veces para que ambos enamorados finalmente se separasen.
Jane se sonrojó avergonzada y Thor simplemente sonrió.
–Bien. Así que tú eres el responsable de la destrucción del pueblo en Nuevo México —cuestionó Fury acercándose a él sin miedo alguno.
Tony y Darcy seguían haciendo ruido al fondo comiendo sus frituras.
–Sí, bueno... Algo así. Lamento eso, de verdad.
–Aunque no fue totalmente su culpa —excusó Jane—. Su... ¿Hermano? Llegó e intentó matarlo.
Thor le sonrió al causarle ternura que lo intentara defender. Luego volteó a ver al equipo un poco más serio.
–Loki está aquí. Necesito verlo y llevarlo de vuelta a Asgard.
Ésta vez Tony se acercó en total confianza.
–Claro, claro que sí. Pero necesitamos discutir un tema muy importante —dijo el castaño. Thor lo miró atento—. Con todos. Yo ya... Creo que es tiempo de decirles.
Hubo unas largas miradas de incertidumbre hacia Stark.
Era extraño. Siempre le gustaba tener toda la atención en él, esa era su naturaleza... Pero desde que vive por segunda vez, le es casi imposible sentirse cómodo al tener tantas miradas sobre él.
Sintió los brazos de la Muerte rodear su brazo nuevamente. Ahora se sentía seguro y culpable. Estaba sintiendo comodidad con algo que se supone que debería temer o rechazar como ser humano.
Fueron a la habitación donde estaba encerrado Loki. El pelinegro sonrió con suficiencia al ver al rubio entrar junto a Stark.
–Loki —gruñó Thor con rabia contenida.
–También te extrañé.
–¿Cómo pudiste hacernos esto? Te crei muerto.
–¿Y sufriste?
–No sólo yo. Nuestro padre-
–Tú... padre.
–Cuernitos, ya hablamos de esto —dijo Tony interrumpiéndolos. Loki puso una cara de molestia mientras que Thor sólo lo miró inexpresivo.
–¿Cuánta energía oscura tuvo que usar el padre de todo para traerte aquí?
–En verdad que parecen hermanos.
–¿Podrías dejar de interrumpirnos, Stark? —escupió el pelinegro con rabia.
–¿Podrían dejar de comportarse como niños de 8 años discutiendo por quién se queda con papi y concentrarse en lo importante?
–Él me apuñaló cuando teníamos 8 —Loki sonrió ampliamente, se notaba que contenía la risa. Por otro lado Thor parecía en verdad ofendido al recordarlo.
–¡Eso no importa! Por favor... Tienen miles de años, ¡compórtense como tal! —largó suspiro para calmarse. Pasó una mano por su cara—. Thor, tenemos que hablar de algo serio con los otros. Se trata de Thanos.
–¿Thanos?
–Un titán loco que busca destruir el universo... La mitad... Ahí les explico. Ahora déjame ponerle esto a tú hermano para que pueda acompañarnos sin que alguien tenga que perder un ojo —Tony tenía unas esposas entre sus manos. Thor asintió y se apartó para dejar que el humano abriera la celda.
Le puso las esposas ante movimientos molestos y gestos de desprecio del contrario.
–¿Enserio crees que eso me va a detener?
–No, pero creo que ella sí —susurró y levantó una ceja mientras lo miraba a los ojos—. Listo, todo tuyo fortachón —le entregó la cadena al Dios del trueno y éste lo recibió sin decir nada.
Llegaron a la sala principal, donde estaba la mesa enorme y las sillas.
Al lado de Jane habían 3 asientos vacíos antes de llegar al asiento de Darcy.
Suerte para Tony, se sentó entre Loki y Darcy. Estaba cómodo, puesto que sentía que de todos, ellos era los que más lo entendían o al menos le agradaban.
–Bien, Tony, procede —dijo Fury seriamente.
El castaño suspiró, sintiendo unos nervios recorrer su pecho al igual que sintió el nudo en la garganta. Los delgados brazos de la Muerte rodearon su cuello para abrazarlo suavemente, apoyando su mentón en su hombro. Y eso lo logró tranquilizar para hablar sin tener que preocuparse por tartamudear.
Tony se dio cuenta que el único en notarlo fue Loki, quien desvió la mirada luego de darse cuenta y no tener que dar explicaciones, y eso el humano lo agradeció.
–Tengo la teoría que quizás la gema de la mente tenga que ver con mis visiones. La verdad no tengo muy claro de dónde vienen, pero me han mostrado cosas —mintió.
–¿Fue así cómo saliste de la cueva en Afganistán? —preguntó Coulson, quien también estaba allí. Tony asintió.
–Sabes que no es así, tú destino era escapar —susurró su compañera cerca de su oído.
El castaño transformó el esto a uno de negación.
–Fue así como salvé a Yinsen. Ya... Estaba predestinado yo salir de allí a salvo.
–¿Y el resto de cosas que has hecho han sido también para evitar algo a futuro? —Fury había hecho una muy buena pregunta. El agarre de la Muerte se acomodó levemente, y Tiny entendió el gesto.
–Eso ya no importa ahora. Ninguna de ellas es tan importante como lo que sucederá en 6 años.
–¿Thanos?
–Exacto.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top