☆「 Cα℘Ꭵʈʊʆꪮ 7 」♡

「Flashback」


El campo de batalla estaba envuelto en un silencio inquietante, roto solo por el sonido de los pasos de Yellow y Red, moviéndose en círculos, observándose mutuamente. No había palabras que decir, solo la inevitable confrontación que se había pospuesto por demasiado tiempo. El viento frío azotaba las capas de ambos, levantando polvo a su alrededor mientras las sombras del pasado envolvían el momento.

Red atacó primero, su cuchilla cortando el aire con una velocidad y precisión letales. Yellow bloqueó el golpe a duras penas, el impacto resonando en sus brazos mientras sentía el peso de la fuerza de Red. La tensión en el aire se intensificaba con cada movimiento, cada golpe, y cada defensa. El combate era feroz, implacable, una danza mortal entre dos figuras que alguna vez compartieron todo, pero ahora estaban destinados a destruirse.

Yellow, con el ceño fruncido por la concentración, intentaba mantenerse a la altura de Red, pero un instante de duda lo hizo vacilar. Fue todo lo que Red necesitó. Con un giro rápido, Red le asestó un golpe directo en el pecho, su cuchilla rasgando la carne y enviando a Yellow tambaleándose hacia atrás. El dolor fue intenso, atravesando el cuerpo de Yellow como un relámpago, pero antes de que pudiera recuperarse, Red lo empujó con fuerza, lanzándolo al suelo con un golpe seco.

Yellow se llevó una mano al pecho, su respiración entrecortada por el dolor, pero no se rindió. Se levantó con dificultad, sus piernas temblando bajo el peso de su cuerpo herido. El dolor era insoportable, pero había una decisión en sus ojos que Red no podía quebrar. Sabía lo que tenía que hacer.

Con renovada determinación, Yellow se lanzó hacia adelante, sus movimientos más calculados esta vez. El aire entre ellos parecía vibrar con la energía del momento. Esquivó un golpe de Red y, con una velocidad inesperada, clavó su cuchillo en el cuello de su antiguo amante. La hoja se hundió profundamente, y Red soltó un jadeo ahogado, sus ojos abriéndose en sorpresa mientras la sangre brotaba de la herida.

Pero Red no había terminado. En un último acto de desafío, incluso mientras la vida lo abandonaba, Red clavó su cuchilla en el pecho de Yellow una vez más. Ambos cayeron al suelo, con el eco del combate desvaneciéndose en el viento.

Red yacía inmóvil, sus ojos apagados mirando el cielo. A su lado, Yellow respiraba con dificultad, el dolor atravesando su cuerpo mientras las lágrimas comenzaban a correr por su rostro. A pesar del sufrimiento, extendió la mano y tomó la fría mano de Red. No había odio en ese gesto, solo una tristeza profunda, una despedida final.

Mientras las lágrimas se deslizaban por sus mejillas, una pequeña sonrisa apareció en los labios de Yellow. Habían luchado, habían caído, pero al final, estaban juntos....

...

「 Fin del FlashBack 」

[Yellow's POV]

Mientras caminábamos entre los árboles altos y frondosos, el silencio del bosque solo era roto por el crujir de las hojas secas bajo nuestros pies. El aire era fresco, pero el dolor en mi cuerpo me recordaba cada golpe y cada decisión que había tomado en el Nether. El peso de todo lo que había pasado me apretaba el pecho, pero trataba de mantener la calma. Sabía que no podía aferrarme a lo ocurrido, no podía cambiarlo.

Miré de reojo a Blue. Su expresión era tranquila, aunque en su mirada también había algo de melancolía. Sabía que él también cargaba con su propio peso, aunque nunca lo mostraba. Bajé la mirada, sin atreverme a decir lo que realmente sentía. Seguía pensando en lo que había ocurrido en el Nether, en todo lo que perdimos y en lo que tuve que hacer. Me sentía culpable, pero sabía que seguir anclado a ese dolor no me llevaría a ningún lado.

"Tal vez... este sea el momento de empezar de nuevo," pensé para mí mismo, aunque la idea aún me resultaba lejana, casi imposible. Pero tenía que seguir adelante, por mí, por los que aún estaban conmigo, y por aquellos que ya no podían estarlo.

—¿Falta mucho? —pregunté, rompiendo el silencio, aunque la respuesta realmente no importaba.

—Mmh, aún falta recorrer un río en bote, pero... ¿se podría decir que sí? —respondió Blue, deteniéndose un momento mientras observaba el tranquilo flujo del agua. Colocó el bote suavemente en el río, asegurándose de que estuviera bien antes de subir a bordo. Una vez a bordo, me miró con una mezcla de expectativa y calma, extendiendo su mano hacia mí con una sonrisa cálida y confiada, como si esa simple acción fuera la promesa de una aventura compartida. El sol comenzaba a reflejarse en la superficie del agua, creando destellos dorados que hacían el momento aún más especial.

—Entonces... ¿con esto llegaremos allá? —pregunté mientras me acomodaba en el bote. Blue se sentó en el lado opuesto, preparado para navegar.

—Sí, si remamos, sería más rápido, pero como tengo a alguien en estado crítico, no será posible —respondió Blue, comenzando a remar con determinación. Me sentí inútil por no poder ayudar, pero me daba cuenta de que no había nada que pudiera hacer en ese momento.

—Perdón por no ser útil en esta misión —dije con un tono algo desanimado. Blue me miró, pero continuó remando sin perder el ritmo.

—Hey, no es tu culpa que estés al borde de la muerte... No te preocupes por esto. Siempre protejo a las personas, y es mi deber hacerlo —me tranquilizó Blue, esbozando una sonrisa que, aunque forzada, iluminó el ambiente y me hizo sentir un poco mejor.

—Entonces... ¿moriré, verdad? —pregunté, como si nada. Blue me miró, y por primera vez noté un destello de nerviosismo en su rostro.

—Si conseguimos ese libro a tiempo, no morirás. Por eso debemos darnos prisa —respondió Blue, acelerando el ritmo de sus remos, el agua salpicando con cada impulso.

—¿Y qué tengo... exactamente? —insistí. Blue, sin detenerse, abrió su libro de hechizos y con un simple gesto hizo que las páginas se pasaran hasta llegar a una en específico.

—El Príncipe del Nether te inyectó un veneno llamado Wither Heart. Su arma debió atravesarte durante la batalla, y por eso ahora estás en este estado. Lo puedo notar porque te estás poniendo cada vez más pálido, y... tus ojos están cambiando de color, se están volviendo de un negro profundo, lo cual no es buena señal. Gracias a Zephyra y a mí, logramos prepararte una poción que te da un poco más de tiempo, pero no es una solución permanente —explicó Blue, con un tono más serio de lo habitual.

Bajé la mirada cuando mencionó al principe. El solo escuchar su nombre trajo recuerdos de Red a mi mente, y un suspiro desanimado escapó de mis labios. Sabía que había muchas más cosas en juego, pero ese peso adicional hacía que todo se sintiera aún más abrumador...

...

[The Second's Coming POV]

Estaba llegando al Reino Ender. Dejé a mi caballo en un lugar seguro, asegurándome de dejarle varias manzanas para que aguantara un rato. A medida que me acercaba, no podía evitar admirar lo hermoso que era el lugar. Había guardias por todas partes, junto con una multitud de personas y endermans que deambulaban por las calles. Todo era tan diferente del caos y la oscuridad del Nether.

Mientras caminaba, sentía las miradas curiosas de la gente sobre mí, como si fuera un extraño en su mundo. Estaba distraído, observando cada detalle, cuando de repente choqué contra alguien. En ese instante, mi cuerpo se tensó y el color se esfumó de mi rostro. Lentamente, levanté la mirada, y allí estaba él: con su mirada fría y seria, esa figura inconfundible... ¡Era Green! ¡No podía creerlo! Frente a mí estaba él, después de tanto tiempo que no veia..su rostro.

...

—¡Hey, cuidado por dónde vas! —me gritó Green, con una actitud más grosera de lo que recordaba. Me tensé, nervioso por su tono. Al observarlo con más detalle, noté que llevaba puesto el uniforme de guardia. Ah, claro, eso explicaba mucho.

—Ah... hola, Green. Perdón por chocar contigo —intenté calmar la situación, forzando una sonrisa mientras mi mente buscaba una salida. Pero ya era demasiado tarde. Noté que los guardias a mi alrededor me habían estado observando desde que entré al reino. Shit.

Green me estudió con una mirada fría, sus ojos evaluando cada movimiento mío.

—Mmmh, parece que eres nuevo por aquí... —dijo con desdén antes de dar la orden—. Agárrenlo. Llevémoslo al Endercave, veremos qué decide su majestad respecto a esto.

Los guardias se movieron al unísono, y todo cobró sentido..Green no solo era un guardia, era el líder. Genial, esto iba de mal en peor.

Me tomaron de los brazos y me llevaron a la fuerza, aunque en lugar de dirigirse al castillo, como esperaba, noté que nos dirigíamos hacia una montaña. ¿Una montaña en el End? Este lugar estaba mucho más avanzado de lo que había imaginado. Nunca había visto algo así.

Frente a la montaña, los guardias abrieron una entrada mágica a una cueva, y sin más, me aventaron dentro. Me quitaron la mochila, y por un momento me preocupé, preguntándome qué harían si decidían revisarla. Sin embargo, al verme indefenso y sin aparentar ser una amenaza, no le prestaron mucha atención y la llevaron al castillo. Poco a poco, la desesperanza comenzaba a apoderarse de mí.

Antes de que la entrada se cerrara, noté cómo Green se me quedaba viendo, su mirada tan fría como siempre. Sostenía una espada en la mano, como si quisiera recordarme quién tenía el control. Cerró la cueva dejándome solo. El silencio era denso, roto únicamente por el parpadeo de unas pocas antorchas que apenas iluminaban el lugar. En el suelo, vi unos picos abandonados, pero nada más. La iluminación era tan escasa que podía imaginar que pronto empezarían a aparecer monstruos, regenerándose en la oscuridad.

Me acerqué a uno de los picos de hierro, pensando que tendría que usarlo como arma improvisada. Mientras lo recogía, noté algo que me puso aún más nervioso: varios bloques flotaban en el aire, glitchando de manera errática. La realidad misma parecía estar rompiéndose alrededor de mí, lo cual solo aumentaba mi preocupación. Algo no estaba bien en este lugar, y empezaba a sentir que el tiempo jugaba en mi contra.

...

—Okey, estoy en una cueva, sin recursos, y sin ninguna manera de regresar a casa... un hombre inferior moriría aquí —murmuré para mí mismo, sintiendo cómo la desesperación empezaba a ganar terreno. Hablaba en voz alta, aunque no había nadie a mi alrededor, ni para escucharme ni para ayudarme. La soledad empieza a jugar malas pasadas, pensé. La oscuridad y el silencio absoluto hacían que cada pequeño pensamiento resonara más fuerte en mi cabeza.

—La esquizofrenia pega fuerte en estos lugares... —me reí, pero fue una risa amarga. Sabía que no podía rendirme, pero la situación empezaba a desmoronarse más rápido de lo que podía manejar.

—Agarro mi pico, y es hora de minar. Tal vez, si encuentro algo valioso, puedo convencer a los guardias para que me dejen ir —murmuré nuevamente, tratando de aferrarme a cualquier plan que pudiera funcionar. Hice unos pequeños trucos con el pico en la mano, intentando mantener el ánimo en alto, aunque el entorno no ayudaba. Me adentré más en la cueva, buscando hierro, oro, diamantes... cualquier cosa que me pudiera servir. Incluso carbón sería útil en este momento, lo necesitaba para iluminar el camino y mantenerme ocupado.

Mientras picaba, no podía evitar pensar lo irónico que era todo esto.

—En serio, nunca pensé que acabaría pasando el tiempo así... bueno, al menos moriré rico, ¿no? —solté una risa amarga, hablando solo para llenar el abrumador silencio. El eco de mi risa rebotó en las paredes, volviendo a mí, lo cual me hizo sentir aún más aislado.

El lugar estaba tan silencioso que cada golpe del pico resonaba con fuerza, pero había algo más... una sensación. Sentía que alguien me estaba observando desde lejos, pero cada vez que miraba alrededor, no había nadie. ¿Así es como se siente un lugar de prisioneros? Un vacío absoluto, sin compañía, sin esperanza. Nadie más aquí, solo yo.

—Estoy solo... —susurré, más para mí que para cualquiera. De repente, la soledad pesaba más que antes. —La verdad... me vendría bien un amigo ahora mismo. —Pero sabía que nadie vendría. Me hundía cada vez más en esa soledad abrumadora mientras seguía minando, esperando que algo, o alguien, apareciera.

Mientras picaba algo de hierro, de repente, escuché un sonido inconfundible, uno que me erizó la piel..el siseo característico de un creeper. Giré rápidamente y, efectivamente, allí estaba, a punto de explotar. Mi cuerpo se paralizó por el susto, el miedo me atrapó tan rápido que ni siquiera pude reaccionar. Tropecé hacia atrás, cayendo al suelo mientras me cubría la cara con las manos, esperando el inevitable estallido.

Pero en lugar del sonido ensordecedor de una explosión, escuché un silbido diferente, agudo. Abrí los ojos a tiempo para ver cómo una flecha atravesaba al creeper de lado a lado, matándolo al instante antes de que pudiera detonar.

Mi corazón seguía latiendo con fuerza mientras trataba de calmar mi respiración, sorprendido por lo que acababa de suceder. Levanté la vista y no podía creer a quién estaba viendo.

Era...

[Continuara...♡]

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