★°○『 Ꮯᾰ℘!ɬʊʆꪮ 5 』○°★

[Narrador/a POV]

Era un nuevo día para Green. La situación con sus amigos, especialmente con Blue, le pesaba cada vez más, pero trataba de evadir esos pensamientos enfocándose en su creciente fama y sus planes para revivir el ambiente de antes. Recordaba los días en los que solían hacerse bromas entre ellos, cuando todo era más sencillo y las risas fluían sin esfuerzo. Con esa idea en mente, pensó que una gran broma podría ser la solución perfecta para volver a conectar con todos y, de paso, aumentar las vistas.

Había planeado algo especial: la "broma de lava". Con entusiasmo y dedicación, se dirigió a un bosque de cerezos, un lugar que había escogido cuidadosamente, y comenzó a preparar su trampa. Visualizaba cómo sus amigos se sorprenderían y, quizás, todos acabarían riéndose como en los viejos tiempos. Esa expectativa lo animaba, haciéndole creer que esto, finalmente, sería el primer paso para arreglar las cosas.

Mientras tanto, Blue disfrutaba de una mañana tranquila en la ciudad, acompañado por Purple y Rust. La conversación giraba en torno a temas sencillos, y Blue se sentía cómodo, como si finalmente pudiera respirar sin esa tensión constante. Interesado en una botana que Rust había preparado la última vez, Blue le pidió algunos consejos para aprender a hacerla. Rust, con su habitual amabilidad, sonrió y le aseguró que algún día le enseñaría la receta. Blue respondió con una sonrisa genuina, sintiendo algo de alivio al distraerse en compañía de amigos que parecían entenderlo sin esfuerzo.

Purple observaba la escena con satisfacción. Le alegraba ver a Blue relajado y sonriendo, sin la carga de la situación con Green. Había pasado demasiado tiempo lidiando con esa tensión, y era evidente que necesitaba momentos así. En su mente, Purple sabía que Blue estaba en el proceso de sanar y encontrar su propio equilibrio, lejos de los conflictos que lo habían afectado tanto.

Sin saberlo, cada uno de ellos se encontraba en momentos decisivos. Green, con su broma en el bosque, se preparaba para lo que esperaba fuera un reencuentro lleno de risas; mientras que Blue, en la ciudad, empezaba a descubrir su propio camino, uno que quizás lo alejara aún más del amigo que alguna vez fue tan cercano.

Blue llegó a casa al final del día, saludando a todos con una sonrisa ligera, pero evitando la mirada de Green. Aunque sabía que la tensión entre ellos no se había resuelto, Green no pudo evitar sentirse aliviado al verlo de nuevo. Intentando calmar sus nervios, forzó una sonrisa y trató de actuar como si todo estuviera bien, como si los problemas fueran algo que podían dejar atrás.

—He preparado algo especial para todos —anunció Green, con un entusiasmo que, aunque algo forzado, parecía sincero—. Un picnic en el bosque, solo nosotros, como en los viejos tiempos. ¿Qué dicen?

Second y Blue intercambiaron una mirada, dudosos. La última vez que habían confiado en un plan de Green, él apenas les había prestado atención, pegado a su teléfono todo el tiempo. Blue, especialmente, sentía que esto era otra de las promesas vacías de Green, algo que terminaría decepcionándolos a todos. Sin embargo, Red y Yellow se mostraron más optimistas; quizás Green realmente quería arreglar las cosas y, por fin, estaba tomando la iniciativa para acercarse.

—¿Por qué no? —dijo Red, con una sonrisa que trataba de ser alentadora—. Podría ser divertido, y, si Green se tomó el tiempo de organizarlo, al menos podemos darle una oportunidad, ¿no?

Yellow asintió, apoyando a su amigo. Aunque también tenía sus dudas, le gustaba la idea de todos juntos, sin tensión, compartiendo una tarde relajada.

Second lanzó un suspiro resignado y miró de nuevo a Blue. Al final, aceptaron ir, aunque Blue seguía sin convencerse. Algo en él le advertía que esto no sería tan sencillo como un simple picnic para reconciliarse.

—De acuerdo, iremos —dijo Second—. Pero Green, de verdad espero que estés haciendo esto por nosotros, no solo por… —se quedó en silencio, pero la implicación fue clara.

Green asintió con una expresión algo tensa, tratando de mantener la fachada. Sabía que la presión estaba sobre él para demostrarles que realmente quería arreglar las cosas y ser el amigo que una vez había sido. Sin embargo, en el fondo, una pequeña voz le recordaba que había preparado algo más que un simple picnic; la broma de lava todavía estaba en su mente, una última jugada que esperaba que pudiera salvar la relación entre todos con una gran risa compartida.

Mientras se dirigían al bosque de cerezos, cada uno de ellos llevaba expectativas y emociones diferentes, y Green, sin saberlo del todo, se preparaba para un momento decisivo que podría arreglar todo… o romperlo por completo.

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Antes de llegar al lugar del picnic, el grupo caminaba por el bosque de cerezos. Green lideraba, celular en mano, grabando todo mientras hablaba para su video. Su voz resonaba en el aire, narrando con entusiasmo cada detalle del camino.

—Miren esto, chicos. Este bosque es increíble. Perfecto para pasar el rato con los amigos… ¿no creen? —dijo, girándose hacia ellos con la cámara, capturando sus rostros.

Red y Yellow parecían entretenidos, hablando entre ellos y haciendo comentarios sobre los árboles. Blue, sin embargo, se mantenía un poco rezagado, caminando junto a Second. No decía mucho, observando a Green con una expresión de incomodidad cada vez que este apuntaba su celular hacia ellos. Second, notando el malestar de Blue, le dio un leve empujón en el hombro.

—No lo tomes tan en serio —le susurró—. Es solo Green siendo... Green.

Blue suspiró, cruzando los brazos. —A veces, no sé si lo hace por diversión o por vistas.

Second no respondió, pero tampoco podía evitar sentir algo de molestia por el comportamiento de Green. Mientras tanto, Green seguía hablando, ignorando por completo las tensiones detrás de él.

—¡Vamos, chicos, más energía! Esto va a ser épico —exclamó, girándose para grabar a sus amigos.

Yellow soltó una pequeña risa, intentando animar el ambiente. —Bueno, al menos el lugar es bonito. Quizás esto no salga tan mal.

Después de varios minutos caminando, Green se detuvo y señaló una pequeña área despejada bajo un gran cerezo. Había preparado una manta de picnic, decorada con algunos bocadillos y bebidas que parecían haber sido colocados con cuidado. La escena era perfecta, casi demasiado buena para ser cierto.

—¡Aquí estamos! —anunció Green, moviendo la cámara para capturar el lugar—. ¿No es increíble? Lo preparé todo yo.

Blue miró la manta con desconfianza, mientras Second fruncía ligeramente el ceño, notando algo extraño. Sin embargo, Red y Yellow parecían más animados, avanzando hacia la manta con una sonrisa.

—Esto se ve bien, Green —comentó Red, sentándose en la manta—. Tal vez esto sea justo lo que necesitábamos.

Blue cruzó los brazos, mirando a Green. —¿Y tú? ¿No vas a dejar el celular un rato?

Green forzó una sonrisa, tratando de ignorar el comentario. —Claro, claro, pero primero quiero grabar un poco más. ¡Vamos, chicos, relájense! —respondió, alejándose un poco para tener mejor ángulo.

Second se sentó junto a Red, aún algo dudoso, mientras Blue finalmente se unió a ellos, sentándose al borde de la manta. Aunque intentaba relajarse, había algo en el ambiente que no lo dejaba tranquilo.

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Green no podía contener su emoción mientras grababa con su celular, narrando cada detalle para su video de YouTube.

—¡Aquí estamos, chicos! Un picnic perfecto con mis amigos en el bosque de cerezos. Todo está saliendo increíble… —decía con entusiasmo, alejándose un poco del grupo para capturar mejor la escena.

Blue, sentado junto a los demás, lo observaba con desagrado. No le gustaba la forma en que Green siempre estaba pegado a su teléfono, especialmente en momentos que deberían ser más personales. Era incómodo y molesto, pero decidió no decir nada, concentrándose en la conversación de Red y Yellow.

Sin que ninguno lo notara, Green se acercó a una pequeña palanca escondida en el suelo, conectada a un mecanismo de redstone que había preparado bajo la manta del picnic. Era la broma perfecta, pensó; una trampa que, aunque algo extrema, creía que les arrancaría una gran risa a todos… y le daría el mejor contenido para su canal.

—Solo esperen, esto será épico —susurró para sí mismo mientras activaba la palanca.

De repente, la manta del picnic se desplomó, y una trampilla se abrió bajo los pies de sus amigos. Gritos de sorpresa llenaron el aire mientras caían a un pequeño pozo de lava falsa. Green se doblaba de la risa, grabando cada segundo.

—¡Esto es lo mejor! ¡Miren sus caras! —exclamó, aún sujetando su celular.

Pero las cosas no salieron como Green esperaba. La caída había sido brusca, y aunque todos lograron salir, estaban claramente lastimados. Blue, en particular, no pudo evitar pisar la lava hirviendo con el mismo pie que ya se había quemado en el pasado. El dolor fue insoportable, y dejó escapar un grito ahogado mientras intentaba salir cojeando.

Second, viendo el estado de todos y especialmente de Blue, no pudo contener su ira. Corrió hacia Green y lo empujó con fuerza, casi tirándolo al suelo.

—¡¿Qué demonios te pasa, Green?! —gritó con furia—. ¿Esto te parece divertido? ¡Nos lastimaste a todos por un estúpido video! ¿Es esto lo que significa la amistad para ti?

Green, aún sujetando su celular, retrocedió, impactado por la reacción de Second. Miró alrededor y vio las miradas furiosas de sus amigos. Incluso Yellow y Red, quienes normalmente trataban de calmar las cosas, estaban claramente molestos.

Mientras Second continuaba gritando, Blue se sentó en el suelo, sosteniendo su pie quemado. Buscó desesperadamente algo para aliviar el dolor y finalmente encontró una pequeña botella de agua. La vertió sobre su pie, apretando los dientes mientras el agua fría calmaba la quemadura.

Green, al ver el estado de Blue, intentó acercarse, pero Second lo bloqueó con un movimiento brusco.

—¡Ni te acerques! —le espetó—. ¿No ves lo suficiente lo que hiciste?

Yellow y Red corrieron a ayudar a Blue. Lo levantaron con cuidado, dejándolo apoyarse en ellos para caminar de regreso. El dolor en su pie era evidente, pero la expresión en su rostro era aún peor: decepción, enojo y tristeza mezclados en un solo vistazo que lanzó a Green antes de apartar la mirada.

Green se quedó solo, inmóvil, con su celular todavía en la mano. Su mente era un caos de emociones: arrepentimiento, preocupación, y un pequeño pero persistente deseo de justificarse. Pero al ver a sus amigos alejándose, heridos y enfadados, sintió que algo en su interior se rompía.

Por primera vez, no supo cómo seguir grabando. Guardó su celular en el bolsillo, observando cómo se alejaban sin mirar atrás.

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Green se quedó allí, parado en medio del campo de cerezos, sin saber qué hacer. El sonido del viento que pasaba entre las ramas y los susurros de los árboles parecían burlarse de él. Los demás ya se habían ido, llevándose a Blue con ellos, y Green se quedó con el peso de la culpa apoderándose de su pecho. El picnic que había planeado como una forma de acercarse a sus amigos, de hacerlos reír y tal vez recuperar lo que había perdido, se había convertido en una pesadilla.

Se agachó lentamente y miró el lugar donde había caído la trampa. Las piezas de redstone todavía estaban dispersas en el suelo, inútiles ahora. Había arruinado todo.

—¿Qué hice? —susurró, más para sí mismo que para cualquier otra persona. La risa de antes había desaparecido, sustituida por un nudo en su estómago.

Sintió un escalofrío recorrer su espalda, y por un momento se quedó allí, inmóvil. No podía negar lo obvio. Había cruzado una línea que nunca debería haber tocado. Se había obsesionado tanto con hacer algo gracioso, algo que los entretuviera, que no se dio cuenta de que lo único que estaba haciendo era empujar aún más a sus amigos lejos de él.

Poco a poco, las voces de sus amigos, las que aún resonaban en su mente, comenzaron a desvanecerse. Green pensó en Blue, cómo lo había visto en el suelo, con su pie quemado. En los ojos de Blue había algo que Green nunca había notado antes: una decepción profunda. No solo con él, sino con la situación, con todo lo que había pasado entre ellos.

Sin pensarlo, se levantó y comenzó a caminar hacia donde los demás se habían ido. Sabía que no podía dejar que las cosas quedaran así, que tenía que disculparse, aunque no supiera cómo. La distancia entre él y sus amigos era más que física; era una grieta que había ido creciendo con cada mal paso que había dado. Pero esta vez, Green no podía dejar que todo se rompiera sin intentar repararlo.

Al llegar a la zona donde los había visto alejarse, encontró a Yellow y Red ayudando a Blue a caminar. Blue aún apoyaba el pie herido en el agua, pero sus pasos eran lentos y dolorosos. Green intentó acercarse, pero Red lo miró de reojo y le hizo un gesto con la mano, indicándole que se detuviera.

—No, Green. Ahora no —dijo Red, con la voz tensa.

Green se quedó parado, sin poder decir nada. Quería disculparse, quería gritar, pedir perdón, pero las palabras no salían. Todo lo que podía hacer era ver a sus amigos alejarse.

En ese momento, Blue se detuvo por un segundo. Miró hacia atrás, encontrándose con la mirada de Green. Era una mirada que decía todo, una mirada llena de resentimiento, de dolor y, sobre todo, de una tristeza que Green nunca había visto en él.

Green tragó saliva, sintiendo que el aire se le escapaba. Lo sabía. Sabía que lo había arruinado todo.

Green se quedó mirando a sus amigos alejarse, sin fuerzas para seguirlos. ¿Cómo podía volver atrás? ¿Cómo podía arreglar algo que él mismo había destruido? Pero en ese momento, algo dentro de él cambió. Sabía que no podía dejarlo todo así, que tenía que intentar. Tal vez no hoy, tal vez no ahora, pero algún día tendría que reparar lo que había roto.

Con el celular aún en el bolsillo, Green se dio la vuelta y se alejó lentamente, sintiendo el peso de sus decisiones pero también sabiendo que había algo, una pequeña chispa de esperanza, que aún quedaba por encender...¿o no?

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[Continuará...♡]


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