ղօѵҽղɑ ԹɑɾԵҽ

—Capítulo 9—

    –¿Por qué no puedo verlo?

    –Sabes perfectamente por qué. Ninguno de los dos puede acercarse demasiado, puede ser peligroso.

Steve agachó la cabeza y Natasha le tocó el hombro.

    –Sólo hay que darle tiempo.

    –¿¡Cómo que está él aquí?! —el grito del imponente Dios se hizo presente junto al sonido de nubes de tormenta.

    –Thor, amigo cálmate.

    –¿¡Cómo quieres que me calme, Rocket?! El mató a mí hermano, ¿y lo tienen resguardado?

    –¿Qué sucede Thor?

    –Pasa que Tony, o Letalis o quien sea que sea su nombre ahora, fue el responsable de la muerte de mí hermano, ¿y ahora está aquí? —el sonido de un trueno.

    –Thor espera, sabes que él estaba siendo torturado —Steve le había tomado del brazo y éste se quitó de un movimiento brusco, empuñando más su hacha.

Justo en ese momento, Tony había entrado a la sala tomado de la mano de su hija, ella lo había guiado. Ambos se miraron directamente a los ojos, el rubio frunció los labios y salió de la sala. Rocket le siguió intentando hablarle. El sonido de la lluvia se hizo más fuerte.

La niña miró a su padre y se soltó para dirigirse donde Natasha y alzar sus brazos hacia ella. Ella accedió y la tomó en brazos, pero al mirar a Tony frunciendo el ceño sintió pánico. Ell, tal como Steve, por primer vez sintió miedo de aquel hombre. Él simplemente giró sobre sus talones y se perdió entre los pasillos.

    –Creo que aún no le agradamos.

    –¿Tu crees?

Tony fue por los pasillos, hasta que se encontró con Nébula, Bruce y MJ, quienes estaban conversando.

    –Te ves mal —dijo su hermana seriamente. Tony asintió.

    –El dios de Asgard quiere matarme y Morgan fue a los brazos de la mujer de cabello claro al lado de... De el.

   –Natasha —respondió Bruce, arrepintiéndose al instante al ver un tic en el ojo de Stark.

    –Ustedes estaban hablando. ¿Sobre qué?

    –Sobre un tema del que me encargaré de arreglar más tarde —respondió Nébula seriamente.

    –Fuera de eso, pareces ido, ¿te encuentras bien? —Bruce se levantó mirándolo con preocupación.

Algo hizo click en su cabeza, y respondió de forma automática.

    –¿Cuándo no lo estoy? —se sorprendió a sí mismo por la respuesta. Fue tan automática y tan el.

Hubo silencio de nuevo.

    –¿Recordaste algo más? —insistió MJ con cuidado de no hacerlo enojar o explotar.

    –No... Aparte de mis recuerdos causando una masacre, no.

A Bruce y Michelle les recorrió un escalofrío por toda la espina dorsal al escucharlo decir eso tan fríamente.

    –Nosotros podemos ayudar en eso —dijo Harley entrando al lugar junto a Pepper y Rhodey, tenían un par de carpetas en las manos. Tony asintió lentamente, calmado al ver a esa mujer y su amigo allí.

    –Voy a hacer algo —Nébula se levantó sin más y Tony no se molestó en lo absoluto, sólo la miró salir con ojos curiosos.

    –Empecemos con esto —dijo Harley con bastantes ánimos sentándose en uno de los sillones y abriendo uno de los archivos.

—·•·—

    –¿Por qué ella correría a tus brazos?

    –¿Qué no te has dado cuenta? Soy genial con los niños.

    –Aún así es raro. Miró a Tony y luego fue hacia ti sin dudarlo.

    –Es hija de Stark, puede que haya heredado su cerebito.

Morgan miró hacia la puerta y aplaudió al ver a Nébula allí parada. Sin temor alguno bajó del sillón y balbuceó hacia la cyborg tirando sus manos hacia ella.

La chica la miró con la misma frialdad con la que miraba a todos. Steve y Natasha se levantaron bastante asustados al notarlo, se acercaron. Estaban desconfiados de ella. Desde que ambos llegaron, ella ni siquiera los miraba, menos le dirigía la mirada, era peor que Tony.

    –¿Todo bien?

Nébula tiró su cuerpo un poco hacia atrás y con su puño sin metal alguno golpeó al Capitán tan fuerte y sorpresivo que cayó sentado. Morgan rió y aplaudió ante eso.

    –¡¿Qué es lo que te pasa?! —gritó Natasha fuertemente. Intentó tirar un golpe pero ella la detuvo y la empujó y también cayó sentada, le ganaba por mucha fuerza.

    –Eso fue por Tony. No creas que terminé contigo —apuntó a Steve quien se agarrana la mejilla—. Ni contigo —ésta vez apuntó a Natasha.

Giró sobre sus talones y volvió a donde había dejado a Tony con el resto. La niña corría torpemente detrás de ella. Nébula se detuvo al oír sus balbuceos intentando llamar su atención. La niña la tomó de la mano y le dirigió una sonrisa. La mayor no correspondió a ninguna de las dos acciones y simplemente siguió caminando intentando ignorar la pequeña mano humana aferrada a sus dedos.

—·•·—

    –Y creo que eso sería todo —dijo Harley con una media sonrisa. Habían estado un tiempo contándole experiencias con él y parte de su trayecto como Ironman y un vengador—. Oh, y también creaste una inteligencia artificial. Viernes, ¿estás despierta?

Ya era de madrugada aunque todos estaban despiertos por diversos motivos.

    –Sí, jóven Harley —Tony levantó su rostro de inmediato y miró el techo.

    –Le pusiste un protocolo para que cuidara a Pepper.

    –Aunque no estoy programada para sentir, tengo que decir que lo extrañé mucho, señor Stark.

Tony miró las fotos, se veía a sí mismo feliz, dando conferencias, fotos con Pepper, con Peter, Rhodey, los Vengadores, etc. Pero algo no se sentía bien. Tomó una foto de todo el equipo.

    –Mentirosos —murmuró apretando el papel entre sus dedos.

    –¿Qué dices amigo? —preguntó Rhodey.

    –Mentirosos —repitió un poco más fuerte y mirando cada una de las caras—. No me están diciendo la verdad. ¿Por qué siento culpa cuando los veo? ¿Por qué Bruce desapareció con Ultrón y siento que soy el culpable de eso? ¿Por qué cuando escucho la voz, siento que perdí algo muy importante que yo mismo hice desaparecer? ¿Por qué cuando veo a Rhodey siento que fue mí culpa que use esas cosas en las piernas? ¿Por qué siento el pecho apretado cuando veo a ese tipo y esa mujer rubia? ¿Por qué cuando recuerdo al chico Peter siento que perdí algo muy importante de mí? ¿Por qué cuando me dicen que soy un héroe, siento que la palabra no existe en mí?

    –Tony... —Harley intentó tocarle el brazo, pero él se quitó.

    –No, hay cosas que no me quieren decir.

    –Porque sentimos que es mejor que no las sepas, Tony... Tienes que dejar ir eso —ahora Pepper lo intentó, pero él se levantó y se alejó.

     –No, yo soy un asesino. Ustedes no merecen a alguien así cerca —retrocedió unos pasos más hasta que empezó a correr fuera del lugar. Pasó al lado de Nébula y su hija.

En la sala todavía estaban Steve y Natasha, el primero se tomaba la mejilla. Al ver al hombre correr intentaron seguirlo.

    –¡Tony espera! —cuando el hombre sintió los pasos detrás de él se giró y disparó en el piso para obligarlos  detenerse.

Activó la nanotecnología para que cubriera su cuerpo y pudiera volar lejos del lugar, perdiéndose entre la noche y lluvia en el extenso territorio.

    –¿Qué fue lo que hicieron? —preguntó Nébula con seriedad al llegar a la habitación donde estaban los amigos de Tony.

    –Intentamos hacer que recordara las cosas que ha hecho —respondió Harley pasando su mano por su rostro.

    –¿Le dijeron lo de Sokovia?

    –Pensamos que era mejor que no. Podía afectarle —siguió MJ mirándola directamente.

    –Da igual que tanto duela, tiene que saber la verdad de su vida. Es la única forma de romper la pared producto de las torturas que separa sus recuerdos de su vida como hijo de Thanos —hubo silencio. Steve y Natasha habían llegado justo cuando dijo todo eso.

    –¿Qué clase de torturas? —preguntó Rhodey levantándose, con mucha preocupación en su rostro. Nébula miró a todos fríamente.

    –Era sometido a un dolor inconparalable hecho por Ebony. En la tierra sólo se puede comparar a ser apuñalado por un arma filosa ardiendo a infinitos grados de temperatura. Luego era encerrado en una celda pequeña durante horas, no había forma de saber cuándo salía el sol y cuándo se ocultaba —miró a los dos recién llegados unos segundos—. Gritaba por sus nombres para que lo ayudaran. No podía comer porque vomitaba del pánico, y no podía dormir porque tenía pesadillas. Generó una pared en su mente para poder hacer lo que Thanos quería, obedecer a cambio de dejar de sufrir. Allí fue cuando empezó a luchar contra mí y Gamora, cuando uno de nosotros perdía, una parte era reemplazada por metal, se volvió más poderosos que yo —Nébula se miró la mano de metal.

    –Te preocupas por él...

    –Es mí hermano. Da igual que hayamos estado 3 años juntos. Él me mostró piedad, me ayudaba a aliviar el dolor de mis prótesis. Hablaba con Gamora y conmigo con suavidad, lo que se conoce como un amigo que en verdad se preocupa por ti. De los tres, era el que siempre se rompía luego de las misiones, su corazón era débil, bondadoso... Él junto a Gamora han sido las personas más amables y preocupadas que he conocido. Y estoy empezando a pensar que era mejor haberlos olvidado completamente —lo último prácticamente lo escupió y salió del lugar.

—·•·—

Tony estaba en el techo de la casa segura mirando el cielo abrumado con nubes de polvo y lluvia incesante, dejando entrever el amanecer que lo cegaba. Estaba exhausto, había tenido demasiadas emociones que hacía tiempo no sentía. Su ojo humano lagrimeaba y él casi ni se había dado cuenta. Sólo quería que todo ya terminara, o al menos que el dolor se detuviera.

Supo que dos personas llegaron detrás de él. Tenía una vista casi de 360 grados producto de los arreglos y entrenamientos.

    –Sé que te hice daño, que les hice daño —dijo agachando la cabeza—. Fui producto de un humano roto y perdido en el espacio, de alguien asustado y desesperado por encajar, pero cuando lo logré sólo hacía daño a las personas, mataba sin preguntar y obedecía sin dudar —. Se limpió el rostro y dejó caer su cabeza, casi tocando ésta con sus rodillas—. Merezco morir, y eres el indicado. Ayudé a matar a la mitad de tú gente y asesiné a tú hermano, no hay nadie más indicado que tú para acabar con mí vida. Pero antes que lo hagas... Quiero que sepas que lamento cada sangre que derramé y cada lágrima que causé.

Hubo silencio. Tony cerró los ojos convencidos de que sería su fin, pero en vez de eso sólo sintió una mano en su hombro. Cuando volvió a mirar, Thor lo miraba con lástima y había dejado de llover.

    –No puedo matar a un amigo —dio una pequeña sonrisa y se sentó a su lado. Carol le imitó en el lado contrario—. No eras tú mismo, fuiste transformado. Yo sé que el verdadero Tony no sería capaz de hacer algo así, era tú cuerpo pero no tú alma.

    –Todos tenemos sangre en nuestras manos, inocentes o no, es independiente —dijo la chica su lado—. Pasé 6 años convencida que era de otro lugar, pero mí corazón siempre ha pertenecido a la tierra y mí alma al cielo. Fui engañada para asesinar a personas inocentes y servir a maniáticos.

    –Todos cometemos errores... Quizás el mío fue abandonar a mis amigos de la tierra —Thor le volvió a sonreír y Tony volvió a bajar la cabeza—. Quiero que sepas, amigo Tony, que no te odio, nadie de aquí te odia. Todos te tenemos un gran aprecio, y te necesitamos para reparar el daño que hizo Thanos. Pero primero hay que repararte a ti.

Tony lo miró de nuevo y asintió lentamente. Los tres bajaron y entraron una vez más a la casa.

Pepper fue la primera en acercarse. Lo tomó de las manos y le preguntó con suavidad.

    –¿Estás bien? —Tony negó lentamente y de forma corta, casi imperceptible. Pepper lo abrazó postrando su rostro en su hombro y acarició su cabello—. Vamos a dormir, necesitas descansar.

Lo tomó de la mano luego de cargar a Morgan en brazos y ambos fueron a una de las habitaciones.

Nébula miró a Thor, y simplemente asintió lentamente. Era su forma de agradecerle.

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