Capítulo 3: Apuntar
199991: Tiempo.
199992: Mente.
199993: Realidad.
199994: Alma.
199995: Poder.
199996: Espacio.
—·•·—
La situación no podía ser más incómoda y confusa. Más considerando que los guardianes del 93 al fin habían llegado frente a todo el revuelo y sin entender nada.
Todo estaba siendo muy saturado y muy pronto
Y sí, Adome acabó trabajando con Shuri para traducir las señales. Esa guardián dijo que era mejor si Quill y Tony se quedaban con los otros para aclarar un poco el ambiente y bajar las tensiones, claramente no supieron cómo hacerlo. Mayormente se tradujo en silencios incómodos y miradas desconfiadas.
Más considerando que aquellos del 94 miraban con algo de recelo y tristeza. Toni intentaba no mirar hacia donde estaba el Steve del 95 porque sentía la falsa imagen de que el suyo seguía vivo, se concentraba en sostener su collar para mantenerse con los pies en la tierra. Y claro, tanto Bucky como Thor comprendían.
Harley y Peter del 94 miraban algo confundidos al Tony del 95. Nada pegado a siquiera Pepper o Peter como Toni o cualquiera de sus otras versiones parecía estarlo. Además de la evidente tensión de desconocidos entre él y Peter. La evidente cercanía con Quill y esos alienígenas que miraban serios y ariscos para cualquiera que los observara por más segundos de lo que establecían.
Por supuesto, aquel grupo tampoco dejaban de notar las diferencias. Aquel Steve notaba la mirada de Toni, confundido por su apariencia y desconcertado de la tristeza o lástima que emanaba ese grupo en general.
Tony del 95 parecía tranquilo. Y tendría que estarlo. En perspectiva, ha pasado más tiempo con los guardianes que con los Vengadores, así que no le afectaba del todo ver a algunos de ellos, no ahora. Sus heridas habían cerrado hace años, desde que se había despedido y clausurado un ciclo.
Pepper y Peter estaban juntos. Se notaba el desconcierto y leve frustración de ver a las versiones del 94 tan evidentemente pegados a aquella Stark. Algo que ellos ya nunca tendrían.
Y ya con los guardianes, la situación no podía ser más incómoda.
Tony del 93 les intentó explicar la situación junto a Sam y Bucky. Nébula comprendió casi de inmediato de que era otro juego de la Muerte. Mientras que muchos de ese equipo se quedaron mirando a las versiones del 95.
"Entonces... Así te habrías visto si hubieras aceptado la propuesta", mencionó Rocket al observar aquel Stark.
"Mapache, concéntrate", regañó el castaño.
"¿Qué tienen en común cada uno?", preguntó la Cyborg hacia el hombre. Haciendo notar para el Stark del 95 a lo lejos el evidente apego que le tenía al Tony de su dimensión. Aquella mirada suavizada y voz tranquila la habían delatado.
"Creo que son las gemas", respondió el castaño intentando ser precavido. "Cada uno parece tener una de las gemas del infinito más a mano"
"Esto es un desastre", mencionó Sam ya algo estresado.
"Pero faltan", dijo Rocket.
"Alma, poder, tiempo, y aquí realidad con Rubí", exclamó Gamora observando alrededor. "Faltan mente y espacio"
"¿Cómo sabremos con exactitud que llegarán dos versiones más?", cuestionó Bucky.
Destino o coincidencia. Las antenas de Mantis brillaron con mucha fuerza. Nébula le tocó el hombro con su mano sintética.
"¿Qué sucede?", le preguntó con voz suave. Ella no respondió, se tomó la cabeza.
Ambas versiones del joven Parker se pusieron notablemente nerviosos.
"¿Jarv?", preguntó el castaño del 93 más que nada al techo.
"Hay una sobrecarga de energía electromagnética en el laboratorio", respondió la inteligencia artificial con una muy evidente distorsión en su voz.
"Mierda"
Tony comenzó a correr, y Nébula le siguió luego de asegurarse de que los guardianes cuidaran de Mantis.
T'challa fue también.
"... Adome", susurró el Stark del 95. Quill, Samay y Cephei le siguieron sin dudarlo.
Se escuchó una explosión antes de lograr llegar. El Stark del 93 fue el primero en cruzar la puerta y sólo vio humo en el gran lugar.
"¡¿Adome?!", llamó el Stark guardián. El rey fue el primero en entrar buscando a su hermana.
Tony y Nébula se miraron un momento y entraron. Ambos teniendo un presentimiento horrible.
Mientras, los guardianes sobrevivientes buscaron a Adome. Finalmente la encontraron. Aparentemente ilesa, pero inconsciente.
El monarca también encontró a su hermana en el mismo estado al otro lado del lugar.
"¿Y Rubí?", preguntó Nébula mirando alrededor. Hasta que ambos lograron divisar aquella figura sintética. Al parecer había acabado por desactivar su apariencia más humana.
Al acercarse el humo pareció desvanecerse un poco más, logrando ver otras figuras quienes se levantaban del suelo con dificultad. Algunos parecían moverse como si estuvieran heridos.
"¿Están... Están todos bien?", se le ocurrió al Stark preguntar. Y en eso, una de esas personas se levantó sacando una espada, dispuesto a atacarlo.
Claro que Tony tenía una guardaespaldas, Nébula. Quien sacó sus dos espadas al milisegundo que sintió peligro. Dos sonidos de metal filoso golpeando y luego una patada alejó al atacante. La Cyborg se quedó al frente del Stark protegiéndolo y dispuesta a seguir atacando si era necesario.
Y las figuras se hicieron más claras. Aquella que había atacado era otra Nébula. Ropa más simple que parecía ser de la Tierra. Brazo de vibranium y expresión de odio.
"¿Qué fue-...?", Tony y Nébula miraron al frente. Todos tenían esa mirada. El castaño pudo reconocer a la mayoría.
Otro Quill. Pero él tenía un aspecto más desaliñado y triste. Su ropa estaba bastante sucia. Tenía su mano encima de su arma sin dejar de mirarlo directamente.
Steve, estaba muy delgado. Usaba ropa de Wakanda, sólo que este tenía colores blancos y azulados. Estaba bastante asustado, temblaba un poco.
El rubio había sido ayudado a levantarse gracias a una chica que le costó reconocer un poco. Era Michelle Jones, pero no se parecía en nada a lo que Tony recordaba. Cabello corto y rasurado de un lado, mirada de completo odio y determinación. Su mano en su cinturón donde había un arma de fuego. Lo miraba directamente también.
Y finalmente el único que no lograba reconocer. Un joven de piel morena, tendría unos 15 años. Fue el último en levantarse, más confundido que enojado o asustado. Sorprendido de ver al castaño.
Antes de que alguien pudiera decir algo, aquella Nébula se levantó de nuevo e intentó atacar una vez más. Está vez la que protegía fue más ruda. Logrando hacer que cayera de cara al suelo luego de hacer que soltara sus amas. Le pisó en la zona de atrás del cuello fuertemente y apuntó con una de sus espadas directamente a su rostro. Sin llegar a tocarla con el filo, pero dispuesta si había algún otro movimiento.
"Hijo de puta", exclamó aquel Quill y apuntó. Pero el reverso de una pequeña daga golpeó su mano logrando hacer que soltara el arma.
Esa había sido Samay.
"Vamos a calmarnos todos", exclamó el Quill del 95 apuntándole a su misma versión. Su Stark también había activado su guantelete izquierdo, apuntando con la palma.
Michelle también había sacado su arma y apuntó. Ni siquiera temblaba. Apuntaba directamente al rostro del Stark que había sido protegido por su Nébula.
Tony del 93 estaba en medio de ambos grupos, mostrando sus palmas intentando demostrar que no era una amenaza.
Nadie se movió ni dijo nada.
"Chicos, uh... Creo que no es quien buscamos", mencionó aquel joven de piel oscura. Pero ninguno pareció desistir.
"¿Papá?", la pequeña voz logró hacer que varios voltearan a la puerta. Morgan se había vuelto a escapar de la vigilancia de Okoye y ahora estaba parada en el marco de la entrada, mirando con miedo y mucha confusión.
"Morgan", Tony iba a decirle que se quedara allí. Pero la niña era lista, sabía que su padre estaba en peligro. Así que se acercó corriendo y lo abrazó. Claro, nadie disparó. Aunque los líderes de los guardianes del 95 parecieron suavizar un poco la determinación de intentar contra-atacar. Pero los del grupo contrario estaban escépticos, miraron a la niña, aun así ninguno pareció creerse del todo lo que estaba pasando. Sólo deseaban matar a quien tenían al frente.
El Stark al fin se movió para dejar a Morgan detrás de él en un por si acaso. Con una mano la mantuvo allí y la otra mostró de nuevo la palma.
"Escuchen, cualquier cosa que haya pasado en su universo, necesitamos que se calmen", dijo Quill sin dejar de apuntar con su arma unos segundos, y acabó por bajarla. Su Stark le siguió, desactivando su guantelete.
"Jones, baja el arma", dijo ese Steve finalmente. Aquella chica suspiró y bajó el arma, guardándola en su cinturón.
"Nebs, déjala", dijo el Stark del 93. La chica tardó prácticamente un segundo en hacerle caso, claro, siempre con sus sentidos alerta. El Quill de aquel grupo la ayudó a levantarse y recomponerse. El castaño suspiró largamente y tomó a su hija en brazos, quien ya estaba lagrimeando por el ambiente que había. "Quizás nos puedan explicar qué pasó, pero supongo que deben conocer al resto"
Y sí, todos fueron hacia donde estaba el resto de los viajeros a ese universo. Claro, cada uno en su grupo respectivo.
Ambos jóvenes Parker vieron con mucho desconcierto a Michelle. Su mirada mucho más seria y madura, además de su corte de cabello y mirada arisca, era muy extraño verla así.
"Supongo que es cierto", mencionó la chica mirando cada grupo. "¿Algún dispositivo sobrevivió?", preguntó al grupo. Steve negó con la cabeza cuando sacó uno de esos de su bolsillo, tenía la pantalla rota.
"Lo siento", mencionó Miles.
El cómo habían viajado era lo que más sentía. Shuri había creado un par de máquinas para intentar viajar a través de universos, y la activó cuando Darcy había logrado captar una ruptura en la realidad, un camino. Se supone que irían sólo Michelle, Nébula y Steve, ya que fueron los únicos que estaban dispuestos a probar la máquina. Pero algo salió mal, una sobrecarga o algo que pareció querer hacer que la máquina explotara, y quienes llegaron por accidente habían intentado sacar al trío de voluntarios. Miles creyó que quizás por el nerviosismo pasó un poco de electricidad de más sin darse cuenta.
"No es culpa de nadie", contestó la joven tan arisca como habría de esperar. Ella sacó su dispositivo, también roto e imposible de prender. Se supone que también los probarían a ver si se podrían comunicar con la princesa desde otro universo, un fracaso total. "¡Hijo de puta!", con muchísima rabia desmedida tiró el, ahora, pedazo de metal inservible al suelo con toda la fuerza que pudo. Si hubo alguna posibilidad de que siguiera funcionando, ahora la había borrado completamente.
"Quizás necesitemos salir un rato", sugirió Quill al grupo. "Dudo que alguien nos detenga", volteó a ver que aparentemente cada grupo estaba en lo suyo, hablando o en completo silencio sin interactuar unos con otros.
"O al menos tu y Miles. Creo que deberías calmarte un poco", dijo Steve hacia la joven.
"¿Dudas de mis capacidades?"
"Digo que eres joven. Esto ya debió causarte mucho estrés. Y Miles ni siquiera debería estar aquí", contestó el rubio con mucha calma.
Silencio unos pocos segundos.
"No puedo confiar en ellos... En nadie", siseó Nébula. "Ni siquiera sabemos qué está pasando ni porqué el viaje nos trajo aquí"
"... Debe haber una razón", dijo Michelle.
Miles y las versiones de Peter sintieron un pequeño escalofrío. Otro portal, pero parecía muy perfecto. Circular y sólo lo suficientemente grande para que pasara una persona.
"¿Ahora qué?", exclamó el castaño del 93 con mucha frustración.
Todos atentos, algunos dispuestos a atacar, otros asustados. Tony tomó a su hija para intentar protegerla de lo que sea que quería venir encima. Wanda se puso frente a él, dispuesta a proteger a ambos si algo ocurría.
De aquel perfecto portal salieron dos personas. Otra versión de Tony Stark, sólo que su vestimenta era de colores azulados y amarillos, un diseño parecido a los hechiceros de Kamar-Taj. A su lado, un hombre de edad parecida y piel más morena.
Ya iban 5, faltaba uno.
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