LUNA 8

Narrador omnisciente:

La pareja camino entre la aldea buscando todo lo que necesitaban, suerte que habían encontrado todo, incluso Mistake tenia el té que tanto necesitaba el Sensei Wu, al llegar a las afueras de la aldea, miraron la gran montaña que se les cruzaba en el camino, la aldea donde antes estaban estaba sobre otra, y tenia enormes puentes colgantes que atravesaban el frío aire de la montaña.

— ¿Como llegaste hasta aquí?. — preguntó Morro mirando la altura — y en vestido, y luego con canasta.

— Pues caminando, y también baje las escaleras del monasterio del mismo modo, me hubiera gustado ser portadora de un elemento, así podría moverme fácilmente. — dijo pensativa cruzada de brazos

— No, así no podremos llegar a tiempo, va a comenzar a llover. — dijo el pelinegro

Tuvo que invocar a su dragón, fácil para el, invitó a la castaña a subir y ambos volaron para volver al monasterio. La castaña observó a Morro desde atrás, este no necesitaba de ambas manos para manejarlo, incluso había ocasiones en las que lo hacia sin manos, ya había echó una gran conección con el dragón, pero no cualquiera podía hacerlo, se necesitaba confiar ciegamente en el dragón, y este en su jinete, aun así la fémina no temía a las alturas, de echó le gustaban.

— Eres muy bueno. — dijo ella —. Impresionante en verdad.

— Solo un elegido podría hacerlo, y también yo obviamente. — río por lo bajo tras escuchar eso —. Lo sabes, cuanto practique.

Ella asintió, mientras abrazaba ligeramente el torso del pelinegro. Tras unos minutos mas llegaron al monasterio, bajaron de un brinco del dragón y este se desvaneció entre un remolino de viento, después ambos entraron al monasterio anunciando su llegada, había algunos alumnos de Morro y otros de Wu. Ella dijo que iría a lavarse la cara y a ponerse algo, la heridas le ardía bastante, y sin mas dejo todo el manos de Morro y salio corriendo al baño.
Tras haber curado su herida, se dirigió a su habitación, había un gran desastre, y decidió que tal vez llevar vestido no era para ella, aunque le gustaran no podía pelear con ello. Hace muchos años, tenia una gran fuerza, tanto como para rivalizar con los otros dos caudillos, se preguntaba por que el alfa le había puesto ese sobre nombre — engaño —, todos los demás caudillos tenían un porque de su nombre, pero ella no, incluso Jian jamas se atrevió a decirle el porque. 
Jamas tuvo tampoco hermanos, era hija única y amaba a sus padres, antes que estos murieran en las guerras, perdió a su padre en la batalla del sol y la luna, y a su madre en la batalla de la división, donde Ninjago fue dividida en dos, por lo que no le quedaba nada mas que cuidar de la familia de su creador.

— Ven un momento _________. — dijo Wu desde el otro lado de la puerta —. Tengo que hablar contigo.

— Si, ya en un momento estoy contigo. — respondió

Unos minutos después ya estaban con Wu en el Dojo, Morro también estaba ahí pero no estaban los alumnos, tal vez entonces era algo malo, si solo los cito a los dos, se sentó junto al pelinegro y entonces Wu habló.

— Se que vienes de una misión, y debes estar cansado. — hablo Wu —.  Desgraciadamente para ti, hay una nueva misión.

— Nadie dijo que estuviera cansado. — respondió el pelinegro —. ¿De que misión habla?.

— Ninjago, hace no mucho era reinado por una jerarquía de monarcas. — comenzó a decir —. Los reyes, tendrán la visita de otros grandes reinos, de los dieciséis, para presentar a su hija, esta última va a contraer matrimonio con unos de los príncipes que se presenten ese día, y ha pedido que mande a los mejores, para la seguridad, iría yo, si no tuviera que cuidar de los demás alumnos.

— Entonces iremos Morro y yo. — dijo la castaña —. Me parece bien entonces.

— Esta echo, usted nos dirá que día hay que llegar. — dijo Morro

— Estén preparados, yo les avisare el día.

Ambos salieron del Dojo y se miraron se reojo, hacia ya tiempo que no salían a una misión juntos, y en esta tardarían tal vez dos semanas, sería buena idea, tendrían un poco mas de tiempo para ellos dos, Morro sonrió y se fue a su habitación, debía descansar por su última misión, no había tenido nada de tiempo desde que regreso.
La castaña se dirigió nuevamente al Dojo donde pudo estar a solas con Wu.

— ¿Ya has lavado esa herida?. — preguntó el hombre, haciendo referencia a su mejilla, ella solo asintió — .Morro se ha ido a dormir, le fue excelente en su última misión.

— Wu, estoy preocupada por el. — dijo sin rodeos, dejando al mayor cayado para que esta continuará —. Insiste, en ser el elegido a pesar de los años, no he logrado que se olvide de eso.

— ¿Piensas hacerlo reflexionar?. — preguntó —. Si no lo hizo siendo un niño, menos ahora. Lo que si puedo notar es el gran interés que el tiene hacia ti y por supuesto, tu hacia el.

— No pude evitarlo. — dijo sentándose en la alfombra color miel con detalles marrón —. Jian seguramente estaría molesto.

— Y dime, ¿cuál fue la última voluntad de mi padre? tu creador. — preguntó

La castaña le miro un poco confusa, en realidad le había pedido algunas cosas antes de morir, entre ellas el cuidar de sus hijos, algo que claramente no pudo lograr, Garmadon claramente ya había tomado su camino, y Wu estaba con ella, digamos que sólo le cumplió la mitad. Otra era guardar el secreto de su lugar de descanso, no se lo había dicho con exactitud, pero si alguna que otra pista la encontraría con el Sensei Yang,  gran amigo de Jian, y desde luego la ubicación del cristal del reino, una gema de mucho valor para quien la tuviera entre sus manos, un diamante del tamaño de una pelota de béisbol, color azul translúcido con pequeños fragmentos brillantes dentro de este, aquella gema la había echó la mismísima primogénita, es de este mismo poder que se deriva el que los dragones puedan viajar entre reinos. Y por ultimo su última voluntad, cerro los ojos lentamente, recordando su ultimo mensaje....

Mirame, _________. Lamento no haberte echó un ser mortal como yo o mis propios hijos, jamas fue mi intención crearte para vivir en eternidad, no solo eres parte de mi creación mas maravillosa que son los Lunas, eres también una gran compañera, amiga y confidente. Quiero pedirte un favor antes de partir. 

¿Un favor, qué favor?

Algún día, no se cuantos con exactitud, llegara mi sucesor, sabes que si quiero preservar la paz de este reino que yo hice en colaboración con mi hermano, debo reencarnar mi poder, porque yo se que el sigue vivo, y vendrá por lo que mas amo.

¿El gran tirano no fue derrotado?, Jian yo estuve ese día .... Estoy segura de que lo derroto.

No, yo se que esta vivo, nos esperan tiempos oscuros, la maldad no solo se contagia, también se nace con ella, tengo miedo por el futuro de mi hijo mayor y por uno de mis nietos, yo se que algunos de ellos sera mi sucesor.

Digame, ¿qué quiere que haga entonces?. 

Quiero que estés con el, con mi sucesor el día que nazca, te pido que no lo dejes solo, que los guíes, que camines a su lado, que le acompañes hasta sus últimos días ...

Si, cuente con eso, se lo prometo.

Volvió en si cuando recordó todo eso, y es que aunque el elegido no sea Morro, le esta faltando a su palabra a Jian, no le importaba en lo más mínimo quien era, solo quería quedarse a su lado, al lado del chico que poseía el viento, que por mas extraño que parezca, se había enamorado de el sin darse cuenta.

— Yo lo veo en su mirada. — mencionó Wu con seriedad —. Intensa, pero sumisa ante ti.

— ¿Y qué me sugiere que haga?. — preguntó

— Lo mejor, un consejo como hijo del primer maestro, dejar de darle ilusiones y esperar a quien sea el elegido. — dijo —. Pero si Wu debe darte el consejo, haz lo que te haga mas feliz, aun eres joven.

— Muy joven dirá.

— Solo esperemos, el tiempo lo dirá todo. — dijo liberando de la palma de su mano polvo dorado en forma de mariposas que atravesaron la ventana y se esfumaron en una luz del mismo color —. Estoy seguro, de que sabrás que hacer.

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