Narrador omnisciente:

Nadie se atrevía a siquiera cuestionarle nada, sus mas grandes seguidores estaban felices de que el Morro de antes había regresado. Un joven determinado a hacer cenizas ese reino, ya no tenía ningún lazo en ese lugar, ya todo había acabado y aunque quisiera acabar con su vida mortal no tendría a un lugar a donde ir, solo volvería al reino maldito y sería un siglo sin fin.
Tenia tanto dolor en su corazón y mente que a veces no era capaz de reconocer entre sus aliados y enemigos, pero ese rostro tan serio y sereno solo era un mascara para guardar su sufrimiento, aquello ya no era sólo un dolor pasajero.

— Sufrimiento perpetuo. — Rono sonrió de lado, mirando el cristal con un brillo en sus ojos —. Nuestro Morro esta tan roto como un corazón de cristal que a caído una y otra vez por la misma escalera.

— ¿Ella esta muerta no?. — Soul Archer preguntó —. Entonces tiene razón para estar así, las deudas en esta vida se pagan muy caro.

— Esta noche la suprema conquistara este reino, y Morro será quien coloque el cristal para que ella pase a este mundo. — el arquero solo asintió —. No dudes en matar a quien se acerque al cristal.

En medio de aquel ejército, Nya y Lloyd lograron infiltrarse con éxito entre las filas.
Aquella misión la lideraría Gaizka, quien mando a _________ a colocar aquella barrera que había echó para detener a uno de los caudillos.
La castaña lo hizo, con la esperanza de que la suprema no saliera de los límites de Stiix en caso de que no pudieran evitar su paso. 

En poco tiempo había iniciado la batalla, Nya quien sería la gema principal debía ser cuidadosa cuando portó aquel traje verde y encaro al líder de todos ellos.
La pelinegro se arrodillo al sentir la presencia del pelinegro, y al verlo a los ojos supo que aquel joven estaba vacío, tenía miedo de ese enemigo y pese a ello Morro no dudo un segundo en cortar ligeramente su brazo causando un corte perfecto.

— No es Lloyd. — dijo Morro en cuanto toco el rostro de la joven —. ¿No es así, muchacha?.

Cuando Morro estuvo por preguntar algo mas, las doradas monedas habían caído en las calles de Stiix. Incluso Ronan había llegado a ayudar, Nya era una gran amiga para el, por lo que el la protegería por sobre todo.
En medio de aquél caos, Morro busco entre la multitud de su ejército y los ninjas a uno en específico, hasta que por fin lo encontró atrayéndolo a el con su viento.
Lloyd tenía por orden y misión acabar con la vida de Morro, llevarlo de nuevo al reino maldito y encadenarlo para siempre, sin embargo esa no era su intención .... El por sobre todo, quería salvarlo.

— La barrera ya esta colocada. — dijo la castaña mirando a Gaizka —. ¿Debo ya retirarme?.

— No, vendrás conmigo cuando hayan destruido a la suprema. — dijo de brazos cruzados haciendo pequeñas esferas violetas en sus manos —. Mi misión junto a Lloyd será asesinarla en caso de que cruce, o detenerla en lo que Nya se prepara.

Morro no tuvo mas opción que destruir la base con su viento para que Lloyd no pudiera llegar a la gema.
El pelinegro pensó que probablemente el rubio buscaría el cristal del reino, por lo que una vez que se aseguró que la suprema ya estaba pasando al reino de Ninjago lo tomo entre sus menos y abrió otro pequeño portal entre las columnas de la casa destruida.

— ¡Morro espera!. — escuchó a Lloyd llamarlo por detrás suyo.

Cuando se volvió, el rubio se abalanzó sobre el y ambos cayeron al resbalar hacia ese portal.
Mientras la batalla se llevaba a fuera Lloyd y Morro caían de reino en reino para saber quien de los dos se quedaría con el cristal.
Entre ellos, habían viajado al primer reino, al reino de las nubes, al reino de el inframundo, al reino de la luz y por  último al reino maldito.
Donde sin dudarlo Morro lanzo al menor al estomago donde estaba la prisión, donde incluso los mas malos pasaban por ahí antes de ser liberados por su condena.
El rubio camino entre las mazmorras, grises, llenas de neblinas y gritos de agonía en ecos.
Se abrazo a si mismo al sentir la frialdad del lugar, jamas se imagino que estar en sitios así sería tan terrible.

— Lloyd eres tu ..... — escuchó el susurro de su padre al fondo del pasillo donde estaba más oscuro.

Y sin dudarlo dos veces corrió entre la oscuridad para llegar hasta el.
Donde en una enorme celda estaba encadenado Lord Garmadon.
Lloyd quiso entrar, pero estaba cerrada con llave y no había guardias quien pudiera permitirle entrar. Quería abrazarlo, saber que aun estaba ahí con el.

— ¿Cómo estás. — preguntó Garmadon desde la oscuridad de la celda —. Hijo, por qué estas aquí?.

— Morro me a traído aquí. — respondió agachándose hasta el suelo —. Padre, ¿hay alguna forma de sacarte de aquí?

— No la hay. — dijo —. Yo estoy aquí para pagar todo lo que e echó. Morro era el alumno de mi hermano, ya recordé a aquel niño.

— Ya no es un niño. — en ese momento recordó el tirano que era ese enemigo —. Ahora es un hombre que amenazaba Ninjago y si no salgo de aquí no podré hacer nada.

— ¿Cómo esta ella?. — cambio de tema para hacer sentir mejor a su único hijo —. Debe estar, igual.

— Si así es, esta igual. — sonrió con nostalgia recordando a la castaña —. Padre, yo decidí dejarla ir.

— ¿Por qué?. — cuestionó confundido —. Creí que la amabas demasiado.

— No podría hacerle esto. — confesó mirando su nenúfar —. Estar con alguien que no me ama de la misma forma, es un castigo como para quien ama como para quien no.

— Morro deseaba cuanto antes volver a Ninjago. — dijo. Recordó los rumores entre los guardias sobre aquel segundo al mando —. Me imagino que para verla nuevo.

— Debo convencerlo. — decidió se levantó de nuevo —. Aunque no se como hablar con el, me odia tanto que lo único que quiere es matarme.

— Quien persiste no perderá. — aquella palabras ya las había escucho por parte de Wu —. Harás aquello que yo no pude. Renunciar a quien amas para que sea feliz, es el acto de amor mas puro que existe.

— Te lo agradezco mucho. — sonrió —. Padre.