LUNA 23

Narra _________ :

Después de aquella noche y de haber confirmado la muerte de Morro, las cosas solo fueron de mal en peor.
No solo porque el se había ido, mi recuperación fue muy tardada y dolorosa, sumándole mi dolor emocional, tanto que pase meses en cama sin querer ver a nadie, había fallado como protectora, como amiga, como esposa y como persona, nadie más que solo yo era culpable.
Aquel nenúfar de plata, lo encontré unos días después en uno de mis cajones, Morro tal vez me lo dejo para despedirse, el sabía que iba a morir y yo no pude hacer nada, si tan solo lo hubiera detenido, o hubiera hablado con el antes ahora solamente pienso si de verdad lo ame lo suficiente.... No entendía nada, no sabía porque el me había dejado sin decir nada, porque si jure amarlo y el a mi, simplemente se adelanto a un lugar donde yo no podía ir por el momento, el hermoso paraíso o el mas aya, no importaba cual, era un Angel ahora.
Los ojos de Wu me volvieron a ver de nuevo después de meses, entro a la casa sin permiso y venia acompañado de alguien .... No me importo en su momento, simplemente seguí tumbada en la cama.

— ¿Que necesitas?. — pregunte desde las cobijas —. Wu, aún no me siento del todo bien.

— Tus heridas sanaron en seis meses con la ayuda de Mistake e intensivas intervenciones médicas. — me dijo mi amigo, ya lo veía casi siendo un anciano, como pasan los años —. Hace ya casi tres años desde que Morro murió.

¿Tres años? No podía creerlo, pensé que apenas había sido el mes pasado, eso me hizo sentir aun mas mal, los meses se me habían ido de las manos tan rápido y yo no había podido hacer nada .... Maldición.
Al salir de entre las cobijas, mire a Wu frente a mi, desvíe mi mirada hasta la entrada de mi habitación, ahí en el marco de la puerta había un joven.
Este era alto, de tez clara y cabello negro hasta sus hombros, mantenía un rostro serio y fue cuando sus ojos castaños se cruzaron con los míos, tal vez en no tendría ni veinte años de edad.

— ¿Quién es?. — le pregunte a Wu

— Cole es mi alumno. — explicó sentándose en la cama —. Después de lo de Morro, busque a nuevos alumnos para que protejan Ninjago, no puedes seguir haciendo esto sola, la mayoría de ellos son hijos de los maestros elementales que nos ayudaron en la primera guerra Serpentine, también hay noticias y rumores de que Garmadon volverá.

— ¿Como sabes eso. — me levante de golpe y le mire extrañada —. El, que no lo habías mandado al inframundo? Yo estuve ese día.

— Buscara otros métodos y no solo eso. — con bastón en mano señaló a Cole —. El elegido, ya esta aquí.

— ¿Es el?. — pregunte sorprendida

— No, el no es. — Wu sonrió —. Bueno, en realidad no lo se. Estos alumnos no solo tienen el deber de ayudarte, si no también tendrán dos opciones mas.
Uno, alguno de ellos será el elegido, o bien entrenaran y guiaran junto con tu compañía a ese elegido. Vengó porque necesitó que me ayudes, aquel joven te necesita.

Me negué al principio, sentándome en la cama y recargándome sobre la cabecera de esta misma.
Fue cuando recordé mi promesa hacia Jian, antes de morir le dije que yo me encargaría de todo y estoy faltando a esa misma promesa que yo le hice, mis ánimos y mi mente no estaban bien, no se si esta vez yo tendría la fuerza para levantarme, estaba cansada de esta vida eterna llena de puras pérdidas, yo no podría ya perder mas de la cuenta, me maldije en voz baja hasta el cansancio.
Sin ganas de nada le pedí a Wu irse, y que lo iba a pensar tal vez en la semana.
Unos días después por fin me levante y me mire al espejo, mi pálido rostro, las ojeras, el cabello maltratado y demás cosas pude ver en mi misma, tras pensar muchas cosas me aliste para ir a ayudar a Wu, como siempre con mi pequeño pendiente abrochado a mi abrigo. A Morro nunca le gusto verme mal, aunque no podía olvidarlo, se que el tuvo sus razones y si murió por mi yo viviría por el.

Algunas semanas después fui conociendo uno a uno a los chicos, desde a Jay en ese edificio a lo alto de Ninjago, un joven humilde con deseos de construir un futuro.
A Zane aquella mañana invernal de ese mismo año, quien mas era parecido a mi gracias a su fisiología, tranquilo como la brisa de nieve.
Hasta a kai en ese taller de herrería, tan determinado a ser el elegido, ese fuego en sus ojos sin duda yo los había visto en mi amado Morro.

Mi antiguo hogar, el monasterio, fue nuevamente mi refugió y al pasar los pocos meses, me di cuenta de mi nueva felicidad, solamente ellos me hacían sacar una que otra sonrisa con sus ocurrencias, eso pensé estando a las afueras del monasterio, en el techo de la entrada contemplaba la bella luna de diciembre, tan grande como la luna del primer reino, con sus pequeñas estrellas a su lado.

— Aquí estas. — escuche la voz de Jay detrás mío y de un salto llego hasta donde yo estaba —. Entra, esta haciendo frío acá afuera.

— En realidad no tengo tanto. — dije y justo empezó a nevar —. Kai esta como loco queriendo ser elegido, eso me preocupa un poco.

— Se le caerán las ilusiones en cuanto vea que el no es. — dijo el castaño pasándole una galleta recién horneada por Zane —. Porque ese seré yo.

— El ninja verde debe ser capaz de manejar cuatro elementos y tener un poder similar al del creador. — explicó con los brazos extendidos al cielo —. ¡Eso es un gran poder, te imaginas, y no sólo eso .... Muchas mas cosas terribles tendrá que enfrentar!.

— ¿Jay?. — una joven de cabello corto y negro llamo al castaña haciéndolo caer de boca desde el techo por el nerviosismo —. Aquí estas....

La chica llevo su vista donde estaba la castaña, la única mujer como ella en todo el equipo. No es que Nya la odiara ni mucho meno, pero si le tenía un poco de miedo por su aterradora presencia cuando esta estaba seria, en especial el día en que la conoció en aquel negocio de su amado y difunto padre, Nya tenía ahora tan solo catorce años, era solo una niña pese a todo, pero trató de sonreír para que no se diera cuenta de ese miedo.

— ¿Qué pasa Nya?. — pregunto Jay sacudiendo la nieve de su rostro y ropa.

— Al parece es el. — ________ le miro atenta desde arriba —. El hijo de Garmadon esta cerca de la aldea Yamanakai, y se han visto a los Serpentine en compañía suya.

— ¿Serpentine, dices?. — preguntó ahora _________ sorprendida.

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