LUNA 22

Narra __________ :

Lo había notado muy distinto en los últimos días y no sabia porque razón, estábamos juntos, yo lo conocía desde niño, pero siempre me costo trabajo descifrar que pasaba por su cabeza en tiempos críticos.
Con la mirada perdida lo vi partir en ese sendero, unas pequeñas gotas de agua cayeron en mi abrigo cerca de mi pecho, y al llevar mis dedos índice y medio a mi rostro, me di cuenta que yo era la que había comenzado a llorar sin razón, y lo mire hasta que lo perdí de vista en el bosque.
Muchas y muchas cosas habían pasado aquella fatídica noche, no importa cuanto luche o cuanto quiera estar al lado de alguien que ame, siempre se me arrebatara de mis manos.

Eso pensaba mirando a mi oponente, la criatura no me quitaba los ojos de encima, sus grandes ojos violetas me torturaban con lentitud en todo el combate una y otra vez, mi barrera no había servido de nada entonces. El campo de batalla que habíamos creado el y yo era como el mismo infierno, fuego, muerte y destrucción era lo único que conocían ellos, maldije una y mil veces no haber llegado a tiempo.
En cuanto sentí la energía del caudillo medio llegar a este reino y romper mi barrera, tome mi espada y salí disparada de la casa, sin importarme la densa lluvia, o mi vestimenta.

— En cuanto el omega me dio la orden de encontrarte, jure asesinarte con mis propias manos. — dijo el Oni con mascara violeta como sus grandes ojos —.Traidora de la sangre Oni.

— Yo nunca fui una de ustedes. — respondí limpiando la sangre que salia de mi frente —. Yo haré lo que sea necesario para proteger este reino, así sea enfrentarme a uno de mis dos compañeros en batalla.

— Ya no eres uno de los tres caudillos. — su enorme lanza ya me estaba apuntando, con la gran amenaza de clavarlo en mi corazón —. Odió, venganza o engaño no importa nuestro sobre nombre. Yo le haré honor a la razón por la que fui creado, venganza.

— ¿Esa era tu venganza — cuestione mirando a mi alrededor, el patio del monasterio —. La muerte de estos niños, te alivia, te hace sentir bien?

Cuando llegue al monasterio un rastro de sangre me guió desde las escaleras hasta la entrada de este, rogaba a dios llegar a tiempo y que todo fuera una pesadilla como las se siempre tengo.
Cuando derrumbe las puertas de mi antiguo hogar, fui testigo del horror y la crueldad de esas criaturas.
Los cuerpos de todos los niños yacían muertos sobre el suelo en un lago de sangre, algunos habían sido mutilados y a otros mas ni siquiera pude encontrar, y cuando estuve por llegar hasta Wu que por su energía vital supe estaba muriendo el me lanzo contra una de las paredes del monasterio, me levante con dificultad y supe que todo había sido mi culpa.

— ¿Lo niños eran importantes para ti. — yo no dije nada —. El hijo del traidor también lo era?. De ser así, entonces si, acabaré con todos los que amas, por traicionar al omega.

— ¿Entonces era por eso?. — sentía mi sangre hervir, mi instinto de guerra con el que siempre me crié estaba llamándome a la puerta. Por algo, yo siempre salí viva de todas esas guerras, porque soy el Luna mas fuerte de mi especie extinta

— Pero, sabes algo. — eso me hizo salir de mi trance para escucharlo —. El engaño, que es tu corona es lo que eres ahora, así como engañaste a tu amo, lo harás toda tu vida, caudillo del engaño no reconocido.

Puede que el tuviera razón, aquel nombre se me dio por una razón, la verdad es que no importa cual, creo que mi amor los que quiero es lo único que necesitó.
Horas habían pasado desde que le di batalla al caudillo, mi espada no estaba siendo para nada generosa con el, pero temo que se rompa, este hombre esta dispuesto a matarme si o si.
Al distraerme mirando a uno de los niños moverse no pude esquivar su lanza, la punta de metal me había atravesado en el aire como si nada, me quede quieta por unos momentos, la lanza había atravesado mi abdomen y la sangre no tardó en salir. Dolía mucho, tanto que tenía ganas de morir.

— Creó que hemos terminado. — dijo con seriedad —. Vas a morir, al igual que los mocosos de aquí, e iré por mas gente inocente, para que paguen el pecado de su creador. 

Cuando quise liberarme de ahí el se adelanto y sacudió su lanza haciéndome caer con fuerza detrás suyo estampándome de nuevo con la pared.
La magia de mi mitad me decía que debía ser fuerte sin importar el oponente, poco a poco se que mi herida se sanara, ya había perdido mucha sangre y no tenia tiempo, fue cuando esa aura color ámbar rodeo mi cuerpo sin previo aviso, me dio fuerza al menos por el momento para ponerme de pie, el también ya estaba en las últimas, llevábamos nueve horas así y en dos horas mas, amanecerá. Morro, lo siento, tal parece que voy a morir aquí, pensé mirando el suelo con una débil sonrisa.

— __________ — escuche mi nombre en un susurró lejano, sintiendo un fuerte dolor en el pecho.

Y mientras contraatacaba los ataques del Oni con fuerza, supe que algo no estaba bien, en medio de tantos golpe deje de sentir el aura vital de Morro y mi nombre yo lo había escuchado de su boca.

Golpe tras golpe, recibí sin descansó de el, tantos que me dejaron de doler con el tiempo.

No se de donde tuve fuerzas para seguir luchando. Fue cuando sin tener mas opción, tome mi báculo en mano tras haberlo invocado y golpee su rostro con fuerza en cuanto se me acercó para darme el golpe final, al estar yo ahora lo suficientemente cerca de el, lo atravesé con mi espada haciéndose añicos desde dentro de su cuerpo, cortandome el rostro y mis manos yo también.

— ¿¡Qué es lo qué hiciste!?. — cuestione

— No importa ya que te explique. — dijo mirando el cielo oscuro —. Uno de los elegidos por el gran maestro a muerto, ¿no es así?.

— ¿Tu fuiste, no es así?. — molesta enterré mas la espada en su grueso corazón —. ¡Responde!

— Los humanos son seres tan frágiles, eso lo incluye también a el. — mas sangre comenzaba a brotar de ambos, ya no podía mantenerme en pie —. No me avergüenza morir en manos de alguien tan fuerte como yo, se que aun queda un caudillo, mas fuerte que tu y que yo.

Extendió su mano hasta llegar a mi báculo y con su última fuerza apretó la gema en forma de esfera que estaba en la punta de este, fragmentos volaron en el aire y deje caer el báculo, no me importaba ya.

— ¡Maldición!. — dije dejandome caer de rodillas —. No .... Puedo respirar.

— Cumplí con la mayor parte de mi misión yo también, asesinar a estos niños y al hombre del que te enamoraste ..... _________, yo solo pido que me alcances en el infierno ahora que se que tu también morirás, tu fuerza ya no podrás recuperarla del todo, es por eso que rompí tu gema.

Cuando levante mi mirada, el Oni ya había muerto, me había costado muchas cosas, a los niños, a Wu, mi espada, mi báculo, mi propia vida y a Morro.
Tome el cetro de nuevo, y camine hasta la entrada donde estaba el pequeño que vi hace unos minutos, también ya había muerto, fue cuando me deje caer de espaldas, ni siquiera sentía el dolor del duró concreto, seguramente ya estaba a nada de morir.

— ¡_________ — escuche la voz de Ru a lo lejos, seguro me estaba hablando desde el mas aya —. ________!

Narrador omnisciente:

Para el niño Ru no había sido fácil ver morir uno a uno a sus amigos en el monasterio, y Wu solo pudo protegerlo a el, y mucho menos fingir su muerte para no estorbar en la pelea de la castaña, con ese dolor pudo aguantar hasta que __________ derroto a su fuerte oponente, se levantó sin dudarlo y llamo a Wu para que la ayudaran, con terror tocó el abdomen de la castaña, sus manos se inundaron de ese líquido caliente y rojo, todo un mar de sangre la rodeaba por todos lados, ni había forma que un médico pudiera salvarla.

— Ve por Mistake. — le ordenó un moribundo Wu al pequeño y este hizo caso

Cuando Ru se alejo, Wu trato de ayudarla con una de sus manos, se esta libero un polvo blanco mezclado con viento, ese poder solo lo había visto en algunos de su mismo clan, hace ya muchos años.

— Wu. — la fría mano de _______ le asustó en cuento se poso sobre la de el —. Debo decirte algo, antes de morir.

— No morirás, Mistake ya viene. — dijo el hombre —. Vas a estar bien.

— Morro a muerto .... — susurro mirando el cielo estrellado, pronto amanecería —. Wu, Morro a muerto.

— ¿Qué dices. — Wu la miro —. Cómo sabes?, no digas eso.

— Es porque yo lo sentí, tenemos una conección tan profunda que yo viví en carne propia su muerte. — su visión ya se hacia borrosa, y sólo balbuceaba sus mismas palabras —. Por lo que, yo también me iré con el, lamento no salvar a los niños .... Lo lamentó mucho Wu.

— No te iras. — con determinación, dreno su poca energía hacia la de ella —. Vive,  y ayudame a encontrar al elegido.

— Ayudame ..... — al sentir su pulso, este poco a poco de desvanecía — Wu, me quiero morir, me duele mucho...

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