LUNA 14
Narrador omnisciente:
Las mantenía vigiladas desde lejos, la princesa y _________ platicaban tranquilamente en el jardín real, cerca de la fuente, Morro no quiso interrumpir y por ellos las cuidaba desde la sala en el quiosco.
Hacia un buen día, soleado y con pocas nubes. El pelinegro se mantenía con un serio rostro, como la mayoría del tiempo, con ambas piernas cruzadas y su mano apoyada en su barbilla, Rono lo dejó pensando mucho sobre lo que pasaría, ¿realmente lo matarían si no regresaba a esas andanzas?, no podía permitir tal cosa, unos imbéciles como ellos jamas le pondrían una mano encima, también estaba el famoso Soul Archer, que si bien no se había metido con el, puede que en algún momento lo haga.
Con aburrimiento, empezó a hacer pequeños remolinos de viento sobre su mano libre y los liberaba hacía el cielo, hacía algunos días que no practicaba para nada, debían hacerlo una vez regresara con ________ al monasterio.
— Señor, ¿qué esta haciendo?. — le preguntó un pequeño pelinegro curioso, vestido muy elegante y con una espada de madera en su mano izquierda
— Pienso. — respondió Morro —. ¿Tu qué haces?.
— Ver que esta haciendo señor, tiene poderes como en libros. — dijo con una sonrisa — ¿Qué poder tiene?.
— Viento.
— ¿No se aburre de estar aquí solo?. — preguntó de nuevo
— No, me gusta aburrirme. — dijo levantándose de su asiento —. ¿Quién eres mocoso?.
— Mi prima es la princesa. — señaló a la fémina de cabellos negros a los lejos —. Pero esta haciendo cosas de niñas, y eso no me gusta, por eso vine con usted señor.
— En cerio, mira ellas siempre harán cosas de niñas, y en segunda, non soy un señor, soy joven todavía.
— ¡Mire, tengo un papalote. — grito emocionado mostrándole el papalote en forma de rombo color negro, ignorando su reclamó anterior —. Venga conmigo, se lo mostraré!.
— Estoy cuidando a tu prima. — dijo con seriedad
— Su amiga la esta cuidando, el abuelo dice que es una mujer fuerte, venga. — insistió jalando del brazo a Morro — ¡Venga!
Morro no negaría que desde siempre le gustaron los papalotes, y no sólo eso, eran un medio que el utilizada para entrenar su poder, de niño amaba jugar con ellos por lo que con una sonrisa se dejo llevar por el pequeño indicándole a ________ que iría con el niño a jugar un rato, la castaña asintió y los vio alejarse.
— La verdad es que Sahid siempre quiso un hermano. — dijo Anelis mirando a los dos irse —. Por eso viene muy seguido a que yo juegue con el, no es lo mismo porque dice que el quiere a un niño como el, por eso en cuanto vio a Morro, se lanzo a el.
— Morro lo cuidara bien, es bueno con los niños. — dijo ________ —. En el monasterio todos lo aman, y le dan dulces.
Después de decir eso un zumbido en sus oídos se hizo presente, agudo y lejano, miro de reojo a Anelis quien la miraba sin entender que pasaba, se llevó ambas manos a su cabeza y trato de concentrarse lo mas que pudo.
Hace tiempo le paso lo mismo, cuando ella solo tenía diecinueve años de haber nacido y le sucedió justo en el momento en que el miro por primera vez al gran tirano, y sólo escuchaba susurros distorsionados, sin comprender una sola palabra. Pero esta vez era diferente, esta vez escuchaba su nombre en susurros, como si la estuvieran llamando desde el mas aya a través de su memoria y entonces después de unos segundos escuchó su voz.
Reclamo a mi caudillo, aquel que me abandonó por seguir a su verdadero amo. ________ .....
Esa voz, tan profunda y tenebrosa la lleno de dolor, físico y emocional, Anelis la sostuvo del brazo y la abrazo con fuerza para evitar que se cayera de lado, la castaña había entrado en una especie de transe, y el no dejaba de llamarla.
— ¿Qué es lo que quieres. — preguntó en voz alta —. Que quieres?.
Insistió a la vez una lágrima resbalaba sobre su mejilla y empezaba a tener diaforesis, habían pasado ya varios minutos desde que esta se había puesto mal.
Dos hombres ya la estaban trasladando a la enfermería del palacio en una camilla, apenas y podía escuchar los gritos de las personas a su alrededor, entre ellos Morro quien ya había llegado con el joven Sahid, el la estaba llamando pero ya no alcanzaba a oírlo del todo y solo comenzaba a ver oscuridad.
Esa misma oscuridad era con la que estaba despierta, caminaba por grandes acantilados en total oscuridad. Después paso a un lugar desolado, donde alguien estaba con ella y le estaba dando la espalda, una larga capa echa de humo oscuro arrastraba por el suelo con ese enorme cetro en su mano izquierda, su gran sonrisa macabra la hizo retroceder de golpe, y cuando quedo frente a ella este la señalo para que se arrodillara hasta el suelo, y pese a que ella se sentía forzada a hacerlo, solamente se hincó con mucha dificultad.
— Me has abandonado y traicionado. — dijo el Oni con seriedad mirando a su traidora —. ¿Por qué?, no lo logró comprender.
Su profunda voz se escuchaba por todo el lugar y cuando estuvo lo suficientemente cerca, se agachó hasta su altura donde la acarició levemente de su largo cabello castaño, haciendo a un lado algunos mechones que ocultaban su rostro.
— No has cambiando en nada. — dijo el mayor —. Te vez tan igual como cuando te fuiste en la guerra, mi esposa he hijos me abandonaron en ese tiempo, creí que con mis tres pilares podría estar bien, pero no fue así.
— Que quiere de mi ..... — susurro la castaña totalmente sometida sin poder moverse
— Reclamo a mi tercer caudillo ya mismo. — respondió —. He esperado siglos en la prisión donde estamos mi raza y yo, la primogénita a dormido por mas de doscientos años, y mis hijos ya han muerto.
— Yo no soy su caudillo. — dijo firme aunque con cansancio, pues el rey Oni le estaba absorbiendo su energía vital —. Y jamas fui su caudillo, si lo traicione fue porque tenía una misión que cumplir.
— Mi hijo le dio la vida a quienes serían tus padres, pero aunque aparentes ser un Luna sigues teniendo tu poder Oni y es algo con lo que siempre vivirás, mi caudillo del engaño, mi luz ámbar en oscuridad eterna. — recitó levantándose
Su amo ya no estaba vivo, y ahora el rey estaba reclamando lo que era suyo. Cuando ________ se infiltró a sus tropas prácticamente aceptó el poder Oni para ser uno de los tres caudillos, no era una mala persona, pero si sentía la cadena atada a su cuello cuando este la llamaba, no era ninguna esclava pero si un pilar que daba poder y conquista a su otro amo.
— La prisión donde la primogénita te ha encerrado y jamás podrá abrirse. — dijo ella —. Pese a que no la vi, o no se donde queda, yo se que ella siempre sera mas fuerte que tu.
— La primogénita sabía que no podía asesinarnos, y por eso nos encerró aquí. — el Oni miraba su cetro con mucha atención —. Uno de mis caudillos ya a logrado escapar, mas tarde que nunca ira por ti. La traición es algo que no se perdona, y si yo te di el sobre nombre de "engaño" te queda justa la corona.
— ¿Tu me lo diste. — preguntó confusa —. Acaso no fue Jian?.
— ¿Por qué mi hijo le daría tal condena a alguien que amo?. — incrédulo le preguntó —. Si yo te di esa condena es porque ese el poder y el don que mas vi en ti, un regalado de mi para ti, el engaño sera tu mas grande poder. No lo olvides.
No, el se equivocaba, _________ no era una mentirosa, si debía engañar o mentir sería únicamente por la facilidad de quien se ama. Cada uno de los tres caudillos tenia un sobrenombre, y todos fueron por razones buenas y crueles, tanto el caudillo del odio como el de la venganza amaron con todo su corazón a las personas que les arrebataron, su hermano y a la mujer, ni siquiera _________ era excepción y temía que su destino fuera perder a quien ama para que su sobrenombre se activará en ella.
El rey Oni había desaparecido entre neblina, y ahora se encontraba cara a cara con su yo de hace dos siglos, había un Oni frente suyo, de armadura oscura, una larga capa, un cetro casi de su misma altura y una mascara color ámbar que ocultaba su rostro. Lo había aceptado, el rey Oni tenía razón cuando dijo que ese poder no podría jamás quitarlo ya de su ser, Morro la necesitaba y cualquier peligro debía evitarse si ella despertara y dejara de negar ese lado.
— Solo tenía esa misión que cumplir. — dijo el caudillo del engaño, ella misma —. Jian y mis padres estaría bien si yo lo protegía de su propio padre.
— Esas palabras yo las dije, hace mucho tiempo. — dijo la castaña levantándose —. Pero esa ya no soy yo.
— Mis dos compañeros confiaron en mi para respaldarlos, ¿por qué razón entonces los engañe y traicione?. — se cuestionó mirando sus manos llenas de sangre
— Porque yo no estaba de su lado. — se respondió —. Estaba del lado de el amo, no de los que solo querían destruir, estaba del lado bueno.
— Morro me necesita. — el caudillo se llevo las manos al rostro y retiró su máscara —. Vete ya.
Poco a poco comenzó a abrir sus ojos, estaba en una habitación con mucha iluminación, en una no muy cómoda cama blanca, aunque la almohada si era cómoda, quería levantarse, pero una mano sostenía la suya, al mirar a un lado sonrió al instante, Morro dormía tranquilamente a su lado sosteniéndole su mano y recargado a la orilla de la cama.
— Nueve horas. — dijo el pelinegro reincorporándose sin soltar su mano —. Fueron las horas que estuviste inconsciente, me aterraba el echo de que ya no despertaras.
— ¿Por qué iba a hacer eso?. — le preguntó mirando la ventana —. Yo no iba a morir, no puedo y lo sabes.
— Aun así temí. — aseguró —. ¿Qué fue lo que paso, quiero saberlo todo?.
— No tengo porque mentirte o ocultarte la verdad. — Morro le presto atención —. Voy a decirte todo lo que vi.
Comenzó a contarle todo lo que había visto dentro de su subconsciente, no omitió ningún detalle y trató de hacerlo lo mas rápido posible. Todo era un secreto, es decir, nadie tendría porque haber oído esa conversación.
Morro no decía palabra alguna, estaba sorprendido y a la vez aterrado a la idea de que, esas criaturas vendrían en algún tiempo a Ninjago, peor aun si tenían poderes que nunca habían visto.
— El rey Oni, ¿es mas fuerte que tu?. — preguntó preocupado
— No hay Oni mas fuerte que el, y esta claro que es mas fuerte que yo. — dijo mirando su mano y la Morro entrelazadas
— Si el ya ha llamado por ti, ¿te irías?.
Su pregunta la tomo por sorpresa, Morro lo había preguntado con mucho miedo aunque también un tanto molesto, de saber que alguien podría interponerse entre ambos, era un chico celoso pero jamás fue posesivo, eran sentimientos que solo ella despertaba en el sin que se diera cuenta y en esta ocasión era diferente, no estaba celoso de esa raza, si no que le preocupaba que ella se fuera y lo dejara solo, simplemente no podía vivir sin ella, era imposible que pudiera continuar, _________ estaría en peligro si ellos venían por ella, era su turno de protegerla.
— No. — negó, Morro salió de sus pensamientos y la miró —. Yo no voy a regresar al primer reino, me voy a quedar aquí, contigo y voy a defender este reino.
Morro sonrió mas tranquilo. En ese momento entraron a la habitación el rey y ya reina en compañía de Anelis.
— Lamento esto. — dijo la castaña —. Interrumpi mi hora laboral, les pido disculpa.
— No hay de que preocuparse. — dijo la reina —. Al contrarió, queríamos saber si todo estaba bien, Morro en ningún momento se despegó de ti.
También les agradecemos mucho lo que hicieron por Anelis.
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