4. Pelea

Era una suerte todavía tener su casa.

Durante su estadía entrenando con los maestros de las artes místicas, alcanzó a ver todos esos libros que nunca creyó que fueran reales, así que ahora su biblioteca estaba repleta de ellos para alimentarse de eso un tiempo aunque una pequeña parte de él quería seguir siendo agnóstica.

Comenzó con varios consejos que le había dado la ancestral y todos esos vídeos que nunca quiso creer.

Empezó a hacer Tai-chi, meditar e incluso a hacer yoga. Y finalmente fue al psicólogo sin decirle a nadie y con mucha suerte nadie se daría cuenta.

Aunque de todas formas, en vez de psicólogo, fue con una psiquiatra.

Era una mujer relativamente joven y muy amable. Su tez era algo pálida y su cabello rizado corto muy negro, ojos castaños que transmitían mucha seguridad y calma. Usaba grandes aros que contrastaban con lo corto de su cabello.

Lo que le pareció curioso a Tony, fue que tiene la mejor reputación de pacientes recuperados, pero no ganaba demasiado porque prefería quedarse con la gente necesitada. Lo que también era un papel perfecto.

"Oh, el señor Stark, ¿no es así?", le sonrió apenas el hombre entró al lugar. Se levantó para darle la mano.

"Sí, así es", asintió el hombre y le correspondió el saludo.

"¿Prefiere dejarlo formal o quiere que lo llame por su nombre?"

"Dígame Tony"

"Por supuesto", asintió ella nuevamente. "Puedes llamarme Alex si gustas. Por favor toma asiento"

Hablaron bastante sobre cosas triviales en la primera media hora. Ella lo dirigía poco a poco a hablar de su problema sin sentirse obligado. Y Tony se sintió muy cómodo en ese lugar.

Claro, el evidente nerviosismo de tener que mostrarse débil frente a una desconocida iba a estar presente. Pero esa psiquiatra era tan acogedora y cordial que simplemente se soltó en los últimos minutos de la sesión.

"Bueno Tony. Puede que ya tenga un diagnóstico, pero me gustaría verte en unos días para asegurarme"

"¿Una vez por semana?"

"Mí horario puede ser muy flexible a veces. Puedes guardar una sesión extra a mí número de tarjeta si gustas. Puedes llamarme también si sientes algún síntoma y no puedes llegar aquí. O también para hablar"

"... Está bien"

"¿Qué sucede?"

"Nada. Es que todo esto es raro"

"Pedir ayuda nunca es algo raro. Si te duele la garganta, vas a un médico. Esto es igual", sonrió Alexandra con mucha simpatía. "El comunicarse siempre será necesario para lograr desahogarse. Y eso es lo que estás haciendo, no hay nada de qué avergonzarse ¿De acuerdo?"

"De acuerdo"

Mientras el proyecto con sus colegas seguía en pie y parecía no derrumbarse por ningún lado, de eso se estaba asegurando por los sensores de Jarvis que oían lo que hablaban en privado las 24 horas. Tony seguía entrenando.

Sabía que si creaba portales lo suficientemente estables por varios minutos, demostraría poco a poco que su mente ya estaba concentrándose en una sola cosa objetiva y no entrando en pánico por cosas futuras.

El siguiente paso eran lecturas más avanzadas, por las que fue a la Biblioteca de Kamar-Taj en búsqueda de los 'siguientes niveles'.

"Tony", lo saludó el bibliotecario al verlo salir directamente del portal.

"Ezra. Hola. Ha pasado un tiempo"

"Como 2 semanas, tampoco es mucho", sonrió el bibliotecario. Tony le pidió los siguientes libros y él los buscó de inmediato. "Tendrás como para un mes más si planeas estudiar por tú cuenta"

"¿Cuánto apostamos a que vuelvo en 2 semanas?", Tony levantó una ceja.

"... 20 dólares. Te doy 3 semanas"

"Me subestimas mucho, Ezra", sonrió Tony tomando los pesados libros. "Prepara tú billetera", le guiñó el ojo antes de entrar nuevamente al portal y cerrarlo. Estando de vuelta en su hogar. Su taller se había vuelto en un espacio entero para entrenar, al menos una parte. 

Una semana pasó y Tony aprendió las técnicas de respiración para relajarse y centrarse. Sí que las había aprendido en su otra vida, pero ahora el tener ayuda profesional le había ayudado exponencialmente.

Estaba arrodillado en el suelo con la espalda recta. Cerró los ojos. Una inhalación, una exhalación. Abrió los ojos con sus manos ya en posición, y logró hacer las formas en el aire. Un gran círculo con diseños, casi como una hermosa mandala fosforescente. Empujó la figura para ampliarla y admirar lo que había hecho.

"¿Qué haces?", Tony se sobresaltó de sobremanera, desactivando la magia.

"Eres tú"

"Sip, soy yo", sonrió la Muerte acercándose y tomando uno de los libros.

"Hey, no toques eso"

"¿Por qué? Yo ayudé a escribir muchos de ellos", Tony frunció el ceño al ver que la mujer pasaba las páginas. "Hicieron un buen trabajo transcribiendo para las copias. Aunque hay algunas fallas de ortografía"

"¿Qué es lo que quieres?"

"Yo soy quien te trajo en esta nueva línea. Deberías ser más amable"

"Eres quien me metió en tu juego macabro. Tengo bastante derecho a no gustarme tú presencia"

"Pero te di las cartas para jugar"

"Y eso es lo que hago"

Con esas palabras, la mujer desapareció nuevamente. Y Tony reanudó su entrenamiento.

Quedaba poco para el 2007. Y el Stark necesitaba seguir con sus entrenamientos. Así que tuvo que hacerse un horario para ir y volver con más facilidad ahora que tenía los portales, además de tener tiempo extra para estar presente en la industria y hacer que ni Pepper ni nadie hicieran demasiadas preguntas.

Pronto empezó con los entrenamientos más físicos, más específicamente de pelea. Donde Mordo era su tutor.

"Francamente me sorprende lo mucho que has avanzado", exclamó Mordo cuando se pusieron en guardia.

"No sé si debería tomarlo como un halago o un insulto"

"Mh, supongo que ambas", sonrió el contrario. Tony fue el primero en atacar, lo que le vino mal porque Mordo lo inmovilizó en una llave hacia su brazo derecho. "Quieres saber demasiadas cosas que nunca lograrás comprender. Haces que Ancestral tenga mucha confianza en ti", Tony giró su torso sin forzar hacia el lado que Mordo empujaba, metiéndose en su guardia y logrando tirarlo al suelo, ahora él lo tenía del brazo empujando su cuello con sus piernas.

"No necesito comprenderlo del todo", el Stark lo soltó y ambos se levantaron. "Sólo necesito detenerlo"

"¿Detener qué?", preguntó el contrario frunciendo el ceño, aunque sonriendo por lo sorprendido que Tony le estaba yendo con su entrenamiento.

"Un... Amigo me contó una vez que existe un multiverso"

"Eso es bastante básico en el conocimiento de artes místicas"

"Mí amigo es de ésta dimensión, pero muy a futuro, allá por el 2018", Mordo le prestó total atención. "Hay realidades que han sido modificadas para crear nuevas, un reinicio. Yo... pude ver 6, incluyendo ésta"

"Y hay un peligro que debes detener antes de que sea muy tarde"

"No sé qué tan relativo será el tiempo en ésta ecuación, pero sí. Hay un peligro inminente y debo detener para que las realidades no se destruyan"

"Es una enorme responsabilidad"

"¿No es eso lo que hacen aquí? ¿Detener peligros que muy posiblemente no puedan detener y aún así pelean?", sonrió el Stark ampliamente. Mordo le devolvió la sonrisa.

"Me caes bien, Tony", Mordo sacó una de las armas de un gran recipiente. "¿Sabes que es esto?"

"¿Un bastón?"

Mordo golpeó la punta del supuesto palo con el suelo, generando varias chispas revelando la cantidad de magia que había.

"Una reliquia. Hay magia que no se puede soportar así que la fundimos en objetos para que soporten la magia que nosotros no podemos. Ésta es la Maza de Fang"

"Lindo nombre"

"Existen muchas más reliquias. Como las Botas de Voaltorr", Mordo hizo un gesto con sus pies, revelando que en la suela de sus botas generaba pequeños escudos.

"¿Cómo se ganan esas reliquias?"

"Cuando estés listo. La reliquia sabrá cuando lo estés. Por ahora, crea tú mismo un arma"

"Oh, okey", Tony se puso en posición y se concentró en hacer dos círculos que cubrían sus manos como pequeños escudos. El contrario comenzó de inmediato a atacar y el castaño logró responder.

"¡Pelea como si tú vida dependiera de eso!", Mordo intentó distraerlo al usar sus botas y atacarlo desde las alturas, pero el Stark logró moverse y hacer que cayera de espaldas frente a un movimiento muy parecido al Tai-chi.

Mordo iba a levantar su mano con el arma, pero el castaño pisó su antebrazo, su mano izquierda apretando el otro hombro y su mano dispuesta con magia a rematar golpeando su rostro. Obvio se detuvo.

"¿Cómo lo hice?", sonrió el Stark al notar el contrario en shock.

"Has avanzado demasiado", el mayor lo ayudó a levantarse al ofrecerle su mano. "Tú-"

"Mí vida ha peligrado varias veces. Soy bueno entrando en pánico", rió el castaño un poco mientras se rascaba la nuca. "Ya puedes subir un nivel conmigo", se puso de nuevo en guardia generando nuevamente esa magia simple. "Ponme a prueba"

—·•·—

No debió hacer eso. No estaba a nivel de un maestro avanzado en las artes místicas, no al menos en la metodología de pelea.

Estaba de regreso a su casa con el cuerpo molido y un moretón bastante notorio en la mejilla. Se estaba limpiando lo mejor posible y tuvo que pedir algún set de maquillaje de base para taparlo un poco. Entre que al siguiente día tenía una reunión con los jefes de otra empresa y que en unos días volvería a ver a la psiquiatra, no quería ser muy interrogado.

Esa reunión era para intentar aliarse con otra empresa para que sus recursos fueran dirigidos a algo ajeno a las armas. Ayudaba bastante el estar haciendo un proyecto casi 100% exitoso de la cura contra el cáncer y regeneración rápida de heridas abiertas.

Aldrich le ayudó un poco en ese tema. Si se unía con su empresa y aparte tenía otra industria respaldando, los recursos serían empleados en otras cosas, los puntos no bajarían demasiado, o al menos eso esperaban.

Terminó de vendarse y fue de nuevo a su taller, observando todo con bastante nostalgia. Sabiendo que faltaba Viernes allí, así que la reactivó para que le ayudara a hacer los planos de los Centinelas de Hierro, un 'por si acaso' de no ser aceptados en una nueva industria tan diferente.

Se sentó en su escritorio observando las computadoras, luego dirigió su mirada al reactor detrás de una vitrina. Ya pronto debería mejorarlo para crear la nano-tecnología que tanto extrañaba.

Pero primero debía hacerse cargo de alguien importante: Obadiah Stane.

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