5. Socios
-¿Ya despertaron?
-El doctor Selvig hace unas horas, pero... El agente Barton aun no despierta.
-¿Ya hicieron exámenes?
-Todos los posibles, parece tener algún paralizante. El doctor Banner está analizando la muestra.
Tony ahogó su sonrisa en una mueca de sorpresa.
-¿Banner? ¿El doctor Bruce Banner?
-Sí, sí. Una de nuestras agentes lo convenció de ayudarnos, al menos hasta encontrar el Tesseracto. Está en el laboratorio por si lo quiere ver.
-Una cosa que aprendí como genio, pirata, es que odio ser interrumpido en medio del trabajo, así que paso por ahora. Ya luego compartimos electrones y eliminamos la negatividad del compuesto.
Fury rodó los ojos al notar el evidente orgullo de su propio chiste.
Era perfecto estar en esa base de SHIELD en aquel tiempo. Absolutamente perfecto.
Porque se encontró con Jasper Sitwall en el elevador. Solo ellos dos.
-Señor Stark -asintió el y Tony sólo hizo un gesto con la cabeza mientras miraba distraído el techo.
El nerviosismo lo empezó a consumir, aunque más bien eran las ansias.
Hasta que lo soltó.
-¿Y cómo va el proyecto del soldado del invierno? -estaba cruzado de brazos y seguía mirando el techo. A lo que Jasper lo miró entre sorprendido y asustado-. Sé que el secretario está metido pero, ya sabes, es un hombre ocupado y no quise interrumpir su reunión en SHIELD.
-¿De qué hablas?
-Uh ¿Soldado del invierno? ¿El agente James Barnes? -levantó una ceja y lo miró-. Me gustaría entrar en esa fiesta, sería interesante.
Seguía un silencio incómodo.
-Stark...
-¡Oh verdad! Ven, ven -le hizo un gesto para que se acercara-. Hail HYDRA.
Jasper estaba totalmente desconcertado.
-Mh, hubiera empezado por eso -y rió un poco-. Sus computadoras no tienen un bloqueo especialmente difícil de conectar, apenas y es como entrar al Pentágono -volvió a mirar al techo-. Bueno, me bajo aquí, espero y me llamen. Quiero conocer a la paleta mapache. Hail HYDRA señorito Jasper. Que tenga buen día.
Las puertas se abrieron y salió con total naturalidad del ascensor, a dirigirse hacia su auto.
-Señor Stark, tiene una llamada perdida de la señorita Potts.
Tony de pronto sintió un nudo en su estómago.
-¿Dejó algún mensaje de voz?
-No, sólo un recado, ¿quiere que se lo diga?
-Nena, si es algo malo, prepara mí funeral.
-Por supuesto -la voz era sumamente simpática, muy humana-. Dice que ya sabe todo.
-¿Q-Qué dices?
-Al parecer su nueva amiga jugó con los sistemas de Jarvis, dejando que Pepper entrara al taller. No tengo mucha noción de lo que pasó después, ya que Jarvis tampoco lo sabe.
Tony entró en una especie de pánico extraño y aceleró el auto para llegar a su hogar en el menor tiempo posible.
-Dioses, Dioses, Dioses -murmuraba de forma baja y empezó a bajar la escalera.
Pero lo que observó no lo dejó menos confuso.
Pepper estaba hablando con la Muerte.
-Oh, hola cariño, llegaste temprano hoy -bromeó la Muerte sonriente.
Para el shock de Tony, Pepper sonrió con gracia levemente.
-Cualquier cosa que te haya dicho... No es lo que crees -sonó a pregunta y se acercó.
La mayor de ellas se le acercó elegante y coqueta.
-No hay nada que temer, cariño...
Tony estaba confuso, miró a Pepper a la distancia y ella señaló la gema sostenida ciudadosamente encima de la mesa gracias a unas garras delicadas y firmes.
-Esa cosa me mostró lo que está sucediendo -ahora la pelirroja se estaba acercando, y lo abrazó suavemente del cuello.
-¿No estás... No estás molesta?
-No contigo al menos... Sé lo que hicieron, sé lo que sufriste... Lo que sufrimos, Tony -sonaba tranquila. El castaño tomó el valor para sostener su cintura suavemente-. Y ella me mostró todo lo que hiciste y puedes hacer ahora. Podremos ser felices y hacer que los otros paguen lo que nos deben -apegó más su cuerpo y ambas respiraciones se mezclaron, hasta que Tony decidió unirse a ella en un largo beso.
Sintió el cuerpo de la Muerte apegarse a su espalda, abrazando su cintura y asegurándose de rozar su pecho.
-Aunque debiste haberme dicho antes -exclamó la humana golpeando su pecho suavemente a modo de regaño-. Además de que me evitaste 4 años. ¿Es esa la manera de tratar a tu prometida?
Tony guardó silencio, sorprendido por aquel comentario.
-Ups, creo que le dije cosas de más -ronroneó la dama detrás suyo-. Disfruten su tiempo a solas -guiñó el ojo y desapareció de sus vistas entre el humo de su propia esencia.
Pepper y el Stark se miraron largamente a los ojos, hasta que toda esa tensión explotó en apasionados besos de lujuria y excitación, esa necesidad y la extrañeza del recuerdo.
Tony seguía confundido un poco, pero agradeció eternamente a la gema al momento en que el cuerpo desnudo de Pepper se encontraba debajo suyo, con esa misma expresión tímida y deseosa de más. Su rostro sonrojado de la excitación y su piel de porcelana brillando por la fina capa de sudor.
Aquella voz que tanto extrañó en esas 4 semanas de tortura desde que desgraciadamente sobrevivió a Thanos. Y esos 4 años desde que volvió a la vida.
Ni siquiera se habían molestado en subir a la habitación, y terminaron recostados y exhaustos en una de las mesas del escritorio.
Entre jadeos y suspiros de cansancio, se sonrieron, para luego levantarse.
-Deberíamos ducharnos.
-No quiero. Tengo trabajo.
-Te ducharás conmigo.
-Ahora sí quiero. El trabajo puede esperar.
No hace falta decir que el plan de Tony se aplazó hasta la madrugada sólo para pasar tiempo de mucha calidad con aquella pelirroja.
Fury le mandó un reporte a la mañana siguiente, de que Barton despertó y que se reuniría el equipo solicitado.
-Al parecer tienes trabajo -susurró Pepper para luego besar el reverso de su cuello y entregarle la taza con café.
-Pues bastantes -tomó la taza y le dio un beso en la mejilla-. ¿Sabes de HYDRA?
-Ajá.
-Pues ahora somos socios.
-¿Socios?
-Aun no oficialmente -sonrió amplio y Pepper negó con la cabeza, igualmente con aquella expresión.
-Pues deberías irte. Te deben estar esperando.
-Bien ¿Nena, J? ¿Quién quiere salir a dar una vuelta?
-Yo salí la última vez, señor Stark. Es justo que sea el turno de Jarvis.
-Es muy amable, señorita Viernes. Gracias.
-Es lo justo, Jarvis. No tiene qué agradecer.
Pepper y Tony se miraron y rieron unos leves segundos ante lo tierna y cómica de la escena.
-Vuelvo a la cena, pero no prometo nada.
-No tardes.
Se dieron un beso de despedida antes de que Tony saliera y se subiera a su auto.
Llegó a SHIELD con el corazón en su garganta y el estómago apretado. La Muerte siguiendo sus pasos de cerca incitándolo con la mirada.
Entró guiándose gracias a los guardias y allí estaban.
Bruce, Natasha, Barton y Steve.
-Llega tarde.
-Elegantemente tarde, pirata. Ahora, ¿de qué hay que hablar? -respondió con desinterés poniendo sus manos en sus bolsillos.
-No puede bromear con esto, señor Stark. Esto no es un juego.
Tony miró al soldado largamente, y lo notó. Aquel rostro que ya no era de un color de alguien completamente sano, y aquellas ojeras que significaban enfermedad.
Además...
-¿Es mí imaginación... o el uniforme le queda una talla grande? Recuerdo que en los reportajes que el traje estaba bien pegadito a su pecho.
-Esa es una de las razones por las cuales contactamos contigo -dijo Fury tranquilamente-. Al parecer el suero se le está acabando el efecto. Creemos que usted y el doctor Banner podrían trabajar para encontrar una solución.
-Bien, perfecto. Pero no tengo muchos conocimientos en química que digamos.
-Eres un genio Stark, si quieres ayudar, podrás ayudar.
-Ahora siento de que si fallo me tirarán de un puente -eso sólo causó las miradas de molestia que tanto esperaba. Vagó con la mirada hasta encontrar las manos de Clint sujetas una con la otra por sí mismo mientras estas temblaban levemente-. ¿Y tú? ¿Qué te sucede?
-Eso -habló el director fuertemente-, no es de su incumbencia aún, señor Stark. Te contactamos porque resulta que quien robó el cetro también desapareció luego de una tormenta junto al cubo. Necesitamos de tú ayuda para encontrarlos.
-¿A cualquiera o a los tres? ¿Aparte de encontrar la cura para evitar que el capitaleta desaparezca?
-Creí que eso era obvio.
-Sí, lo es, sólo te estaba probando.
-Señor Stark, debe concentrarse. Estamos hablando de una gran amenaza.
-¿Gran amenaza? No creo que sea mucha, porque si fuera así ya hubiera destruido la mitad de la población -Tony levantó los hombros.
-Creo que no ve la realidad de la situación -exclamó Natasha hacia Fury.
-Creo que está sólo jugando -dijo Clint seriamente.
-Creo que esto no va a funcionar -continuó Bruce.
-Creo que tengo hambre -finalizó el Stark con indiferencia.
-Y yo creo -Steve se había molestado y se acercó peligrosamente al Stark, confirmando lo obvio, estaba más pequeño de lo que recordaba-, que quizás fue mala idea traerlo -Tony frunció las cejas, intentando parecer dañado ante esas palabras que tantas veces ha escuchado-. Vi los vídeos.
-¡Aleluya! -gritó la Muerte y Tony intentó detener su sonrisa.
-No eres capaz de tomarte nada enserio, ni siquiera te disculpaste con las personas que erróneamente fueron atacadas por las armas que vendías. No tienes empatía algu-
Fue interrumpido por un estornudo de Tony que le vino de pronto.
-Lo siento, lo siento. Estoy resfriado desde hace unos días -miró a Steve-. Continúa con tú discurso de odio hacia mí persona si eso te hace sentir mejor siendo un ignorante que me acusa de cosas sin siquiera conocerme -silencio y las cejas de decepción del capitán América-. ¿No? Bueno... Doctor Banner, ¿le molestaría mostrarme dónde vamos a trabajar?
-C-Claro, por aquí -indicó el contrario saliendo del lugar con el Stark siguiéndolo de cerca.
Trabajar con Bruce era como estar trabajando sólo, ese mismo vacío y silencio al no mostrarse tan abierto a hacer bromas, principalmente porque estaban perdiendo el tiempo.
Tanto el Tesseracto como Loki deben estar en Asgard, y el cetro estaba en su casa, no había forma de contactarlos.
-Debió ser duro.
-¿El qué?
-Lo de Afganistán... Digo, solía verte mucho en televisión, ahora... Es como si te hubiera tragado la tierra.
-Uno aprende con el trauma, supongo -habló desinteresado-. Ya no me interesa mucho la fama que digamos.
-Tiene sentido -sonrió Bruce, pero Tony no lo miró. Sólo deseaba que aquella jornada terminara para poder ir de nuevo con Pepper y tener que cambiar las sábanas de nuevo.
Estaba aburrido, y decidió jugar.
-¿Y qué le pasó al agente Barton? Fury me dijo que tú lo examinaste.
-¡Paso al frente, primer ataque! -exclamó la Muerte divertida.
-El que atacó y se llevó a quien robó la gema, debió inyectarle algo en su sistema. Inhibe la actividad de la miosina y actina de su cuerpo, especialmente en sus manos como si fuera Parkinson prematuro. No he podido encontrar una cura y empeora cada segundo.
-Wow, eso se oye mal -dijo Tony fingiendo estar afligido-. ¿Y el doctor Selvig?
-Volvió a su pueblo junto con dos chicas que habían venido a visitarlo, se niega a volver a formar parte de esto.
-Cualquiera con sentido común haría eso.
-Sí, tienes razón -lograron hacer contacto visual y sonreirse amistosamente. Para luego seguir con el trabajo.
Aunque no duró mucho tiempo, ya que fueron arribados por Steve nuevamente.
-Hola, capitaleta, ¿vienes a hacer guardia?
-Vine a vigilar de que no hagas una locura. El director dice que posiblemente estés inestable emocionalmente.
-Luego de ser secuestrado y tener metralleta en el pecho, es difícil no estarlo -respondió con indiferencia.
-Si no puedes continuar colaborando sanamente, creo que es mejor que te vayas.
-Y yo quiero recalentado de pollo todos los días, pero no siempre puedes tener lo que quieres.
-Ya me está hartando tú actitud.
-Entonces vete, nadie te obliga a estar aquí.
Steve frunció más sus cejas, y al notar que Bruce estaba encantado y aguantando la risa ante los comentarios osados del Stark, decidió intentar retirarse.
Pero no pudo.
Tosió un par de veces antes de tener que sujetarse de la pared.
-¿Capitán Rogers? -preguntó Banner preocupado y acercándose.
La tos se agravó significativamente, hasta el punto de marearse y arrodillarse en el suelo.
Para finalmente caer al suelo fuertemente.
-¿Qué le sucede? -preguntó Tony fingiendo preocupación.
-Tiene mucha fiebre, ¡necesitamos ayuda aquí! -gritó Bruce fuertemente mientras miraba al pasillo, logrando darle al otro castaño una oportunidad para sonreír malicioso hacia un rubio desmayado.
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