12. Cordura perdida
-¿Que hay que hacer qué para qué?
-Fingir nuestra muerte, o mí muerte, o lo que sea. Los sobrevivientes de SHIELD están detrás nuestro y Killiam sigue suelto. Ultrón y los raritos Maximoff están a punto de renacer. Es perfecto para hacerme desaparecer.
-Le darás... ¿La dirección a Killian?
-Sipi, ¿genial, no?
-¿Qué pasará con todos tus trajes? ¿Tú legión de androides? ¿Vas a matar a nuestros invitados?
-Por favor, cariño. Soy Tony Stark, ¿enserio crees que no tengo nada planeado?
-Te conozco desde hace más de 15 años, tengo derecho a dudar un poco de lo ortodoxo de tus planes -Pepper se cruzó de brazos divertida al molestarlo y verlo hacer un pequeño puchero.
-Bien, linda. Tú ganas. Ven, te lo voy a explicar con lujo de detalles.
-Ah, esto ya se puso interesante.
-Ya lo creo.
Todo estaría listo para la llegada de quienes sospechaban. Luego de esto, él sería imparable, completamente inevitable.
Pero en eso, sus pesadillas comenzaron.
¿Lo irónico y estúpido de su nueva vida?
Que antes tenía pesadillas sobre perder a 'su familia', y ahora temía por ser detenido, de no poder desahogar su odio y años de sufrimiento en los nuevos seres que ahora aclaman su ayuda y amistad.
Antes se preocupaba del futuro, y ahora su pasado le perseguía.
Y esta fue la última pesadilla que tuvo.
Y el último indicio... De su cordura.
-Te dije que no desperdiciaras tú vida...
La voz sonaba en eco, muy lejana a su persona.
Se volteó rápidamente, pero seguía viendo en blanco todo el lugar.
-¿No es así?
Seguía dando esa sensación, pero poco a poco agarró volumen, hasta sentir la presencia a su espalda.
-¿Tony Stark?
Se giró de nuevo, veloz y asustado, sorprendido de aquella voz que había llegado a olvidar.
Estaba de nuevo en aquella cueva de Afganistán, pero su ropa no había cambiado a su nuevo presente, tampoco tenía aquel reactor más hecho con la batería de auto.
-Responde... -estaba claro. Al frente de él estaba Yinsen, igual a la primera vez que lo vio. Su traje formal y sus lentes. Su mirada seguía siendo dulce, pero preocupada e incluso... Decepcionada.
-Yinsen-
-Tony, me hiciste una promesa.
-No, nunca lo hice.
-Sí lo hiciste -su voz era tranquila y seria, tal y como los recuerdos lo golpeaban-. Si lo hiciste, Tony.
-No, claro que no -el castaño retrocedió cuando Yinsen empezó a avanzar lentamente hacia él.
-Claro que sí. Prometiste detener a quienes usaban tus armas contra inocentes... Ahora tú planeas hacerlo.
-No, no lo hago.
-Mataste a muchos con esas explosiones, Tony, ¿es eso lo que querías? ¿Sufrimiento ajeno? ¿Ese es el legado que quieres seguir? -Tony guardó silencio y Yinsen insistió en dar pasos lentos y seguros hacia el menor-. ¿Entonces?
-¿Qué más podía hacer...?
-Mucho más-
-¡¿Cómo qué, eh?! Intenté hacer lo correcto y aún así fallé. Perdí todo, y a todos los que me importaban en este puto mundo, ¡¿qué más quieres de mí?! -ahora fue el turno de Yinsen de retroceder. Tony sonrió ante su evidente miedo-. Eres sólo una pesadilla de muchas. Ellas me ganaron el primer round, ahora yo voy a ganar siempre ¡Soy superior a todos los del puto Universo! ¡ESE ES MÍ MALDITO DESTINO!
-Tony-
-Es tú culpa por dejarme vivir. Sin esa oportunidad nunca habría tocado tanto fondo... He visto el infierno frente a mí. La Muerte es mí mejor amiga y ella me ayudará a causar el caos que el universo causó en mí -Yinsen en verdad reflejaba miedo-. No perderé a nadie más, ¡que se joda todo el resto!
-No puedes pensar así-
-¿Por qué no? -silencio-. ¡¿Por qué no?! ¡¿POR QUÉ NO, EH?! -gritó lleno de furia. Yinsen ya había tocado su espalda con la pared-. El mundo me dio la espalda, nunca me quiso en él -Tony estaba muy cerca del mayor-. ¿Por qué habría de salvarlo? ¿Por qué no darles lo que quieren? ¿Por qué no darles... Aquel monstruo del que me acusaron tantas veces?
-Ton-
No pudo hablar.
Tony lo tomó del cuello y lo aprisionó contra la pared. Sus lentes cayeron por el azote y sus ojos se hincharon por la presión. Intentaba quitarse, pero Tony se mantuvo firme, sin temblar más que por la excitación.
-He visto el infierno en primera persona, lo he vivido. He buscado la muerte tantas veces que ahora es mí mejor aliada. Me han roto tantas veces el corazón que ahora puedo usarlo como un arma. Mí alma está tan perdida que lograré que todos se pierdan conmigo -sonreía ampliamente mientras apretaba más y más el cuello ajeno-. Soy inevitable ahora. Soy superior. Haré a los Dioses sangrar e implorar misericordia. Haré que todo este pútrido mundo caiga bajo mis pies. No pueden detenerme, ahora nadie puede... -las fuerzas de Yinsen se estaban acabando, sus ojos se empezaron a cerrar y con eso la sonrisa del Stark aumentó más y más-. Yo soy Ironman -susurró-. ¡Y siempre seré Ironman! Ese es mí legado, ¡ESE ES MÍ PUTO DESTINO AHORA! ¿El universo quiso quitarme todo lo que tuve alguna vez? ¡Bien! Ahora yo... ¡YO SERÉ QUIEN LE QUITE TODO LO QUE TENGA!
Un último suspiro salió de la boca de Yinsen y, por un instante, Tony logró espabilar y reflexionar por lo que había hecho.
Al soltar el cuerpo y retroceder, vio las marcas moradas en el cuello del mayor y múltiples balas incrustadas en su cuerpo sangrante. Su mirada perdida miraba al suelo y sus lentes rotos estaban a medio poner.
Miró sus propias manos y su propia ropa.
Repleta de sangre, pero no de él.
Había sangre por todos lados, pero no de él. De nadie que le importara en realidad.
Cayó de rodillas con la mirada perdida en el lago rojo de sus acciones pasadas y futuras.
Sintió los fríos brazos de la Muerte rodeando su cintura suavemente, presionando sus pechos en su espalda de forma sugerente.
Lloró.
Y rió.
Primero eran risas sin mucho esfuerzo, nerviosas. Pero luego evolucionaron, empezaron a ser sonrisas completamente enfermizas, fuertes y sádicas.
Pasó las manos con sangre ajena por su rostro cuando intentó detener sus lágrimas de dolor de su pequeña parte consciente. Pero luego observó el cielo lluvioso.
Pero no era agua lo que caía, era roja. Era más sangre.
Sangre de sus futuras víctimas.
Sangre de los Vengadores.
Sangre... De Thanos.
Su último gramo de cordura había muerto al tiempo de asesinar aquella versión de Yinsen.
Siguió riendo entre sueños antes de poder despertar por la mano cálida de su novia.
-¿Qué es tan gracioso, eh? -preguntó ella, feliz de que no fuera una pesadilla mala.
-De lo mucho que nos vamos a reír cuando traigamos el infierno al universo -respondió él terminando de despertar. Una gran sonrisa en su rostro hacia su mujer y le acarició la mejilla.
Ella sonrió de vuelta y los unió en un profundo beso.
Sólo esperaban la señal.
-Señor Stark, están intentando interferir con nuestras señales -habló Viernes.
-¿SHIELD?
-Nope, otra Inteligencia Artificial -contestó Alem.
-Conéctense con él.
Tardaron un momento, en los que Tony perfeccionó su reactor de nanotecnología.
-Anthony... Stark.
-Oh, hola Ultrón, ¿cómo has estado?
-¿Qué...? ¿Por qué... Te comportas así? Deberías temer a lo que es superior a ti.
-Niño, nada es superior a mí ahora, ve acostumbrándote, ¿sabes por qué no pudiste eliminar mis líneas de defensa? -no lo dejó hablar-. Porque yo no te lo permito. Estás bajo mí poder ahora. ¿Alem?
-Pude aislar todos los datos. No escapará muy fácilmente.
-¿Qué-?
-El es Alem. Supongo que es la contra-parte de otra I. A que quería crear por si moría horriblemente algún día, pero es igual de poderoso -sonrió amplio y hablaba feliz-. Dice Alem, ¿cuánto tiempo te tardarías en eliminar a Ultrón.
-Calculo 8. 2 segundos para borrarlo del sistema.
-9 si es que por alguna razón actualizan mejoras en los datos en contra -continuó Viernes animada.
-Eso imposible. Fui creado a base de una de las más poderosas singularida-
-Sí, sí, sí, sí. Eres superior al resto de humanos pero aquí, amigo mío, mando yo, ¿está claro? Tú vida está en mis manos, toda tú existencia está en mis manos. Tengo acceso a cada rincón del Internet, todo lo que puedes alcanzar es muy poco comparado a mis queridos ayudantes.
-¿Qué quieres de mí?
-Piensas que toda la humanidad no evoluciona, ¿verdad? -silencio. El propio Ultrón ahora tenía miedo de aquel hombre-. Te dejaré intentar conquistarlos, seguro. Me importa poco cuántos mates con tal de que no destruyas la Tierra.
-¿Por qué no destruiría la Tierra? Es la única manera en la que pueden evolucionar, renaciendo de las cenizas de sus pecados y-
-Exacto. Yo vivo aquí, yo renací, salí de mis pecados y literalmente del polvito y todo eso, bla, la, bla -Tony se estaba aburriendo, se notaba en su tono de voz-. Soy evolucionado y vivo en la Tierra. Mata a todos los que piensen que actúan incorrectamente. Pero a los aliados de SHIELD y los Dioses me los dejas a mí. Los de HYDRA te conseguirán un cuerpo, y cuando lo hagan, serás supervisado por Jarvis. La Tierra quedará bajo mí poder, yo seré quien la controle.
-¿Jarvis...?
-Mi primera inteligencia artificial. No será como la última vez, él será tú guía. Te dirá qué hacer.
-¿Y si lo mato?
-Destruirías su cuerpo, pero su esencia seguirá y te perseguirá para destruirte tú culo de datos. No será como la última vez, no pienso sacrificar a ningún miembro de mí familia, y eso incluye a mis propias I. A's.
-¿Cómo sabes que no te voy a traicionar e intentar matar?
-Porque no podrás matarme. Soy el gobernador. Bienvenido al infierno, querido Ultrón. Ahora eres mí peón.
Y con eso, la 'llamada' se cortó.
Tony sonrió satisfecho y fue a cenar.
Todos quienes vivían en aquella casa lo acompañaron.
Vio a los niños de Barton y su esposa.
Vio a Steve comiendo y hablando animado de estar en aquel ambiente.
Pobrecitos... Pobres ilusos.
Tony sonreía para sus adentros de forma enferma, pero físicamente parecía sólo sonreír amable, pero Pepper lo sabía, y acariciaba su pierna por debajo de la mesa a sabiendas de que su pareja estaba planeando algo delicioso.
Y la señal llegó finalmente una semana después.
Tony salió a recibir al intruso. A los intrusos de hecho.
-¿Pirata? ¿Romanoff? Dios... Creí... Creí que habían muerto -exclamó alegre-. ¿Cómo... Cómo es que-
-No empieces con eso, Stark -soltó Fury y el castaño guardó completo silencio.
Los 'inquilinos' de Tony salieron de la casa.
-Papá -Lila y Cooper corrieron hacia Barton, y su esposa era ayudada a caminar por Steve. También saludaron a Natasha y Tony sólo pudo sonreír.
-Estás arrestado como posible sospechoso de los atentados terroristas -dijo Natasha seriamente.
-Espera, espera, ¿atentado terrorista? -exclamó Steve-. Él no ha hecho nada. Nos ha estado ayudando.
-Debido a que es el único con la tecnología necesaria para hackear todo un sistema complejo y que es al único que no han atacado, me temo que él es el sospechoso número uno -explicó Fury. Él hizo un gesto hacia Barton y él asintió, a punto de acercarse, pero su hija lo agarró del brazo.
-¿Lo vas a arrestar?
-Niña, no interfieras en esto, ¿si? -dijo el director antes de que Clint pudiera hablar.
-No puedes arrestarlo. El tío Tony es bueno, muy bueno.
-Nos ayudó a cuidar de mamá -le siguió Cooper apoyando-. Él no es malvado.
El niño se puso entre los gentes y Tony, Lila le imitó.
-Cariño... -dijo Laura tomando la mano de su esposo, él la miró ahora indeciso e impaciente.
-Lo siento, señora Barton. Debido a sus antecedentes, tendremos que ponerlo bajo custodia -explicó Fury seriamente. Le hizo otra seña a Barton y él se acercó con las esposas.
Steve miraba la escena molesto.
-No puede hacer eso, director, Tony no ha hecho nada malo. Nos ha estado ayudando. Le ayudó a usted cuando lo solicitó.
-Es un sospechoso, no lo estoy acusando de nada.
-¡Es exactamente lo que está haciendo!
Hubo silencio un momento.
Sólo se escuchó el 'click' de las esposas terminando de ser puestas en una sola muñeca y una gran explosión a sus espaldas.
La casa estaba siendo destruida y Pepper seguía dentro.
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