Ya era primavera y aún seguía en el castillo con Jim, la verdad después de ese baile tuvimos más “citas” ya que, como no salíamos nos las arreglamos para divertirnos en el castillo.

Era bastante divertido, aunque a veces, veía el castillo bastante sucio y me disponía a limpiar un poco, de hecho, esta es una de esas veces...

Estaba limpiando cerca de la puerta de Jim y ví que había mucho polvo así que abrí la puerta, olvidando por completo la advertencia que me había dado Jim el primer día...

Abrí la puerta y ví que todo estaba lleno de telarañas y polvo, decidí empezar a barrer todo el piso con cuidado de que no se cayera nada, ví una pintura en una de las paredes, de Jim cuando era humano, pero tenía un rasguño en medio, así que solo podía ver sus ojos azules y una mirada valiente.
Ví a mi lado y ví un balcón, el cual estaba cerrado pero enfrente de este, había una mesa con una manta que cubría algo, me acerqué lentamente y quité la manta...
Había un cristal en forma ovalada que cubría una hermosa rosa roja, la curiosidad me carcomía, así que despacio, quité el cristal y cuando estaba apuntó de tomar la rosa...
- ¡¡No toques eso!!- oí a alguien gritar atrás de mí, del espanto tiré el cristal, pero alguien lo tomó antes de que cayera, era Jim...
- L-lo siento... Es que ví que estaba muy sucio y quise entrar a limpiar y luego ví...
- ¡No quiero tus excusas!- dijo notablemente molesto- Desde el primer día te dije que no entrarás a mi habitación por ninguna circunstancia...
- Pero...
- ¡¡¡Vete!!!- me gritó apuntando con una garra la salida

Sin decirle nada me fui...