ᑕ𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 ᑌ𝚗𝚒𝚌𝚘

Era totalmente normal que algún osito sintiera algo más que una amistad hacía otro, después de todo son "Ositos cariñositos", nada fuera de lo normal, ¿Pero esto era diferente? Tal vez, pero ni el mismo podría saberlo realmente.
Fue algo inevitable: Su carisma he belleza... Tarde o temprano sería muy notorio para el de insignia de sol, causando un enamoramiento bastante profundo, ¡Ni siquiera podía actuar cuerdo a su lado! Siempre terminaba balbuceando o diciendo cosas sin sentido, osea, quedando en "ridículo" delante de quién amaba...
Cada vez que lo miraba a los ojos, escuchaba su voz o simplemente tenía contactó físico con el, su mente le exigía a gritos que lo besará y le dijera lo mucho que lo amaba... Pero nunca se atrevía.

Para ser alguien muy seguro de si, era algo hipócrita ser tan inseguro en el amor, aunque a la vez razonable. La angustia de no saber si es que su amado siente lo mismo o no era una tortura, ¿Que tal si le dice que no? ¿O si ya tiene a un "osito especial"? ¿Y si lo deprecia? Divertosito tenía tanto miedo en siquiera pensar en la reacción del opuesto ante su amor hacía el, que no se atrevía en decirle...

Pero hoy, según el de gorra, sería distinto.
Era San Valentín, el día de los enamorados dónde muchos ositos se suelen declarar a quienes les gustan. Divertosito no era la excepción, pues planeaba por fin decirle sus sentimientos a su amada Luna, a su amado bello durmiente... A Dormilonsito.

Divertosito estaba lleno de determinación, decidió en decirle sus sentimientos a su "osito especial". Obviamente estaba asustado por su respuesta, pero ya no podía mantener su amor en secreto, quería que Dormilonsito supiera que el era con quién deseaba estar a su lado hasta el final de sus días.
Seguía "confíado" en si mismo, pero al instante que vio a su amado, el miedo y nervios se apoderaron de el. Antes de poder irse como un cobarde, tuvo la suerte de que Tiernosito noté su patética presencia.

–¡Hola Divertosito!– Exclamó él osito marrón, haciendo que el tan adorado osito azul se diera cuenta de la presencia del amarillo –Buenos días Divertosito..– Diría, soltando un bostezó. Con solo escuchar su voz los nervios crecían y mariposas atacaban su estómago –H-hola...– Diría, en un intentó de no sonar tan tonto –¿Q-que hacen?– Preguntó acercándose a ambos, pero manteniendo una tímida mirada hacia el nocturno, cuál apartaría rápidamente cuando el mencionado le devolvió la mirada –Dormilonsito y yo estamos poniendo algunas decoraciones para la fiesta, Gruñosito lo iba a hacer, pero para no darle TANTO trabajó como todos los años nosotros tomamos esta ocupación– Respondió el osito con mochila, poniendo algunas decoraciones en un árbol –Si... Después de todo el tiene muchas cosas que construir para esta noche, poner las decoraciones lo va a... Whaaa... A interrumpir– Terminó de responder el nocturno, soltando bostezos en medio de la oración como de costumbre. Hubo un poco de silencio por parte del osito con gorra, quién miró a su amado... Dormilonsito necesitaba dormir en el día, oh sí no, no podría ir a la fiesta ni hacer su turno nocturno.

–Dormilonsito, tienes que descansar... ¿Que tal si yo ayudo a Tiernosito con las decoraciones y tú duermes? Tienes que hacer tu turno nocturno y ir a la fiesta, no me gustaría que faltes– Exclamó con algo de timidez apenas decir el nombre de quien quería, a la vez que tomaba algunas decoraciones que el osito nocturno tenía en manos. Este dió un ligero bostezó en respuesta –Esta bien... Gracias Divertosito–

–No hay de... ¡Hm!–

El osito azul abrazaría al amarillo, haciéndolo sonrojar de forma MUUUY notoria, algo que obvio, el oso marrón vió.
Después de aquel abrazó el oso nocturno se fue a su casa a descansar, dejando solos a los otros dos –Uuuy... Que suerte tiene Sr Romeo hoy, ¿No?– Bromeó Tiernosito, dándole alguno ligeros golpes en el hombro a Divertosito, quién solo sonrió ligeramente con sus mejillas calientes como una tetera –Y-ya... S-solo fue amable– Eso sería lo último que diría, para después ambos seguir con la decoración.

Después de un rato, las decoraciones ya estaban puestas. Ambos habían hecho un trabajo aceptable.

–Bueno, iré a ver si Gruñosito terminó la máquina de helado, tal vez necesite ayuda– Diría Tiernosito, sacando una pequeña caja de su mochila –Esta bi... ¿Y eso?– Preguntó al ver la caja, el oso marrón soltó una ligera risa –Es para el pequeño gruñón, un regaló– Respondió con algo de sonrojó en sus mejillas, pero uno bastante diminuto –En fin, me tengo que ir... No seas gallina y pídele a Dormilonsito que vaya contigo a la fiesta, ¿Bien?– Sin decir más, se fue a dónde el oso gruñón, dejando al oso juguetón solo.

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Ya se hacía muy tarde, el sol se iba a poner en cualquier momento y Divertosito se encontraba sentado mirando al cielo, listo para presenciar cómo se hacía de noche... La luna y las estrellas siempre lo hacían sonreír, pues le recordaban a su amado nocturno.
Había silenció, hasta que se escucharon unas pisadas.

–Buenas noches– Exclamó él osito azul, fregando se sus ojos. Apenas Divertosito lo vio y ya su corazón latía fuertemente –Dormilonsito, h-hola..– Dijo tímidamente, sintiendo sus mejillas algo rojas. Su opuesto se sentó al lado suyo –¿Vienes a ver la anochecer también?– El oso nocturno asintió –Si, más en especial que desde aquí se ve mejor– El silencio mato la conversación, aunque no era un momento incómodo...

–Oye Dormilonsito...– Era ahora o nunca –¿Si, Divertosito?– Ambos se mirarian a los ojos por un rato, para después apartar la mirada, ambos algo rojos –Yo... Ehm...– El oso amarillo buscaba las palabras para decirlo mientras que su opuesto solo esperaba lo que tenía que decir –¿Tu...?–

De vuelta, el silenció vino... Por poco tiempo está vez.

–Yo... Yo estoy enamorado de ti– los ojos negros del azul brillaron al instante de oír eso, como perlas –¿En serio?– Obtuvo de respuesta una afirmación con la cabeza –Divertosito... Yo también estoy enamorado de ti– El mencionado sintió su corazón latir rápido al oír eso, a la vez que una sonrisa aparecía en sus labios –¿¡D-de verdad?!– También obtuvo de respuesta una afirmación con la cabeza.

Estuvieron en silenció un rato, mirándose a los ojos con sonrisas en sus rostros.
Al ya haberse sacado aquello de su pecho, las palabras no eran necesarias, o no del todo.

Juntaron suavemente sus rostros, para hacer que sus labios chocen y formen un adorable he tierno beso.
El sol ya se había ocultado, la noche comenzó.

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–Ya era hora de que ustedes andén, ¡Se notaba desde el lugar más lejano de Quiereme mucho que ustedes dos se querían tanto!– Reprochó en forma de broma aquel oso gruñón, al ver que el sol y la luna al fin estaban juntos –Oye tampoco es algo fácil, ¿Sabes?– Exclamó el de insignia brillante, tomándole de la mano a su ahora novio, quién solo soltaba ligeras risas ante los reproches del de azul fuerte.
–De hecho, deberías hacer lo mismo, Tiernosito– Bromeo de repente el de ojeras, haciendo sonrojar ligeramente al oso marrón y al gruñón –Demasiado tarde, ya lo hice– Diría, tomándole de la mano al de nubes.

Vaya que había Sido un San Valentín especial.

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