-Osamu despierta, son casi las doce y ni siquiera has desayunado.

No recibió una respuesta verbal del contrario, más, sin embargo, si la respuesta del movimiento de las sábanas de dónde comenzaba a emerger un hombre con el cabello castaño todo desaliñado, ojeras levemente marcadas para terminar en un bostezo.

-Chuya, cinco minutos más, por favor~.

A pesar de que el departamento tenía ciertos detalles clásicos de una casa japonesa. Había varias excepciones a esta regla, como por ejemplo el hecho de que dormían en una cama matrimonial y no en un futón, podrían tener el suelo de tatami y la entrada del genkan tradicional, pero algo que el departamento tenía era una combinación de "antepasados" con "vanguardia".

Dazai por fin se percató que el más bajo portaba un mandil negro, tenía su cabello atado en una coleta.

-Veo que ya hiciste de comer -dice tallándose los ojos, tratando de mejorar su vista en el proceso. Por un instante sintió un ligero golpe en el estómago, todo su cuerpo se erizó en un instante, tratando de comprender como se originó.

-¿Estás bien? -Claro, su pareja se percató del repentino cambio.

-Eso creo... -Respondió aún con una clara confusión, de nuevo el mismo movimiento lo alertó, haciéndolo entrar en pánico. Sus propias entrañas se estaban moviendo.

Capaz y salía algo de su estómago como en las películas de aliens.

-¡Chuya! Se mueve, se mueve. -Grito alto mientras trataba de explicarle a su compañero lo sucedido, jamás había sentido esa clase de movimientos, ni siquiera cuando su cuerpo le exigía comida.

Chuya en cuestión de segundos ya estaba enfrente del más alto, subiendo a la cama y bajando su cabeza a la altura del estómago de Dazai, con sus brazos rodeo la cintura de este y trato de tranquilizarlo.

-¡Dazai por favor cálmate, esto es normal!

La pareja agradeció por la comida para cada quien tomar su par de palillos y untarlos en su comida, esta vez siendo tempura acompañada de verduras.

Debido a la poca energía que destacó Dazai en cuanto su embarazo fue progresando, su rutina se resumía a estar en el kotatsu, un cierto tiempo leyendo sus libros favoritos, entre ellos el más peculiar el "libro del suicidio" que si bien el hace tiempo dejo de practicarlo, le seguía pareciendo entretenida la lectura. Y otro tiempo comiendo en los horarios normales.

Aunque de vez en cuando Chuya llegaba con sorpresas y los antojos de Dazai simplemente hacían su trabajo.

De nuevo sintió un pequeño movimiento en su barriga, esta vez estaba más controlado, por lo que sin pensarlo mucho puso una mano sobre su pequeño vientre.
Él no era con un físico favorable, nunca tendría una musculatura envidiable, así que era de esperarse que su vientre fuera pequeño a comparación de otras parejas de embarazados que llegó a ver en más de una ocasión cuando iba a sus citas mensuales.

-Pequeño pensé que serías más amable con papi. -Bajo la mirada durante unos segundos, dando leves caricias, entendiendo que el bebé no se detendría así de fácil, subió la mirada encontrando a la de su pareja. Este le miraba con un brillo peculiar en sus ojos, algo tan hermoso que esperaba verlo en otra ocasión.- ¿No quieres sentir a tu bebé Chuya?.

El mencionado asintió lentamente, con una sonrisa boba adornando su rostro, se acercó siendo recibido por la mano de Dazai que guío la suya hasta cierta zona del vientre, durante unos segundos no había sucedido nada, pero ese nada cambio en cuanto de nuevo el cuerpo de su compañero se tambaleaba durante un instante, un pequeño golpe casi imperceptible para él.

Una prueba de que en silencio y a paso algo lento una pequeña vida se formaba.

Pensar en Dazai durante el embarazo me hace imaginar a un gato negro durmiendo casi todo el día.

Cuando termine esto espero poder traer algunos dibujos. Necesito dibujar algo de este ff si o si.

Gracias por leer. ♡(ӦｖӦ｡)