Tras tener el resto de la tarde libre, debido al permiso que habían solicitado con anterioridad, la pareja tomo la decisión de tomar un pequeño descanso en el departamento.

Un departamento que originalmente le pertenecía a Chuya, este era el lugar al que terminaba después de sus misiones en el extranjero, al menos temporalmente por qué cuando tomo la decisión de permanecer en la ciudad, en definitiva, ese departamento era el mejor punto de descanso que tenía.

Obviamente, se había acostumbrado a llegar al mismo lugar después de largos viajes, a veces acompañado por su Anessan o algunos de sus subordinados.

-Chuya, haces, cosquillas~ -se quejó Dazai mientras trataba de contener algunas risas. El mencionado ignoró las quejas de su compañero, y no se detuvo-. En verdad Chuya ya para oh en algún momento la comida de hace horas estará en tu cabeza.

Tras esa pequeña "amenaza" Chuya levanto la mirada, hacia Dazai, lo que causaban esas cosquillas no era más que la boca del pelirrojo, tratando de depositar besos en el abdomen del más alto, algo que aprovecho, ya que estaban en el sofá de la sala, tomando desprevenido al castaño.

-Lo siento... -Tomo su lugar lentamente en el sofá, cambiando su semblante-. Pensé que eso te animaría un poco -Tomo un vaso de agua que se encontraba en una mesita frente a ellos, entregándola a su compañero-. Te he notado raro después de la cita con el doctor, y sinceramente al principio creí que era algún efecto del embarazo, pero aún siento que estás incómodo...de alguna forma.

Oh sí, claro que estaba incómodo, pero no por culpa de su pareja, a pesar de que en todo momento de la cita sentía la compañía de Chuya, muchas dudas y miedos surgieron al entender que esto era un gran cambio en el ambiente.
Ya no serían solo ellos dos, ya no solo tendría que cuidar que su compañero de vida estuviera a salvo.
Y aunque esto era algo que ya tenían planeado, más solo el destino no se los permitía -después de todo habían pasado por varios intentos para poder concebir- la incertidumbre de lo que puede pasar, lo está por consumir.

Esos pensamientos autodestructivos regresan sin poder evitarlo, su mente le está jugando una mala pasada, algo que ha estado intentando parar, pero en algún punto se pierde.
Tal vez por eso la preocupación de Chuya, el mismo se está perdiendo en sí mismo, y si el solo hecho de sentir que algunas emociones que no deberían regresar lo están abrumando, no puede imaginar cómo la estará pasando Chuya.

-Chuya vamos a tener un bebé -tal vez y solo tal vez debería abrirse a Chuya, no debería pensarlo mucho en realidad, por un motivo está aquí justo compartiendo una nueva etapa con su pareja, justo por eso no debería estar consumiéndose a sí mismo, no, por qué está vez tiene a Chuya.

Sin poder evitarlo, lágrimas caen por su rostro, asustando por un instante a su pareja que de inmediato va y lo abraza. A pesar de su estatura, no impide bajar su cabeza y ocultarla en el pecho de Chuya.

Algo que caracterizaba a Chuya, además de un buen desempeño como ejecutivo de la mafia, era su fuerza, así que no fue tan difícil para el tomar en brazos a su pareja y llevarlo hasta la habitación, durante el pequeño recorrido descubrió una cosa:

Que Dazai ya pesaba un poco más de lo normal, gracias al embarazo -de algún modo eso es bueno, antes a pesar de su estatura llegaba a pesar menos de lo que pesaba Chuya- y aun cuando se recuperó de sus ataques y controlo sus horarios de comida, no lograba subir de peso.

Por un momento se retiraría de la habitación, solo para limpiar la sala y seguir acompañando a Dazai, se detuvo y regreso sus pasos a la orilla de la cama donde se acomodo sin levantar al castaño de su sueño, la limpieza podría esperar.

Abrazo a su pareja mientras aprovechaba el silencio del cuarto, admiro por varios segundos el rostro del castaño aún en sueños.

-Si Dazai tendremos un bebé...No volverás a sentirte solo lo prometo -Termino con una sonrisa en su rostro para terminar acompañando en sueños a su compañero.

Algún día traeré el capítulo uno y dos, lo prometo...