◆°•『 Ꮯᾰ℘!ɬʊʆꪮ 3 』•°◆
Capítulo 3: Mentir, Engañar
La luz del día se filtraba a través de las ventanas, pero en el interior de la casa, la atmósfera era sombría. Chosen estaba sentado en el sofá, absorto en sus pensamientos, mientras el eco de las palabras de Dark resonaba en su mente. No podía sacudirse la sensación de que todo lo que vivía era una serie de mentiras y manipulaciones.
Dark entró en la sala, una sonrisa arrogante en su rostro. “¿Todavía con esa cara larga? Deberías aprender a disfrutar un poco la vida, Chosen,” dijo, dejando caer un libro en la mesa con un golpe. “Quizás te ayude a distraerte de la realidad.”
“¿Y qué realidad es esa, Dark? ¿La de que soy un perdedor?” Chosen replicó, con la voz tensa. Sabía que Dark disfrutaba de cada palabra hiriente, y eso lo molestaba más de lo que quería admitir.
“Esa es solo una de las muchas realidades, pero siempre puedes cambiarla,” respondió Dark, acercándose a él con pasos seguros. “O al menos, intentarlo. Pero, ¿quién puede confiar en ti cuando no eres honesto ni contigo mismo?”
“No necesito tus lecciones de moralidad. No eres un modelo a seguir,” dijo Chosen, intentando mantenerse firme a pesar de la presión de Dark. “No tienes idea de lo que es lidiar con tus propias inseguridades.”
“¿Inseguridades? Esa es la esencia de nuestra relación, Chosen. Tú vives en una mentira, y yo solo te ayudo a ver la verdad,” Dark se burló, su tono lleno de desdén. “Lo que haces es evadir tus problemas, y eso es ridículo.”
“¿Y qué hay de ti? Te escudas en tu arrogancia para ocultar tus propios miedos,” replicó Chosen, sintiendo que la frustración aumentaba. “A veces creo que solo intentas hacerme sentir mal porque no eres feliz contigo mismo.”
“¿Te atreves a juzgarme?” Dark se acercó aún más, su mirada fija y desafiante. “Eres el último en poder hacerlo. La diferencia entre nosotros es que yo sé quién soy. Tú solo pretendes ser alguien más.”
“Deja de hablarme así. No tienes derecho a decirme quién soy,” Chosen respondió, pero la inseguridad se filtraba en sus palabras. “No tienes idea de lo que he pasado.”
“¿Y tú tienes idea de lo que es la verdad? Quizás deberías reflexionar sobre eso,” dijo Dark, tomando un tono más serio. “Porque en este juego, solo hay un ganador, y soy yo. Si no dejas de mentirte a ti mismo, siempre estarás en el lugar donde estás.”
Chosen sintió que sus defensas se desmoronaban. Sabía que Dark tenía un punto, pero la forma en que lo decía lo hacía sentir aún más pequeño. “No quiero pelear contigo,” dijo, su voz casi un susurro.
“¿Entonces por qué sigues haciéndolo? La vida no se trata de ser amable, Chosen. Se trata de ser inteligente y manipular a los demás a tu favor. Así es como sobrevive uno,” Dark dijo, con una sonrisa que no llegaba a sus ojos. “Mira a tu alrededor. ¿Cuántas veces has mentido para protegerte? Eso es exactamente lo que todos hacen.”
“Yo… no sé de qué hablas,” Chosen titubeó, sintiendo el sudor frío en su frente. Sabía que había mentido en su vida, ocultando sus inseguridades, pero nunca pensó que eso lo convertiría en alguien como Dark.
“Eres tan ingenuo. La única forma de sobrevivir es engañando a los demás, haciéndoles creer que tienes todo bajo control. Te lo diré de nuevo: todos mienten. La pregunta es, ¿tú también lo harás?” Dark se burló, disfrutando de la incomodidad que causaba.
“No necesito mentir para ser feliz. No estoy como tú,” Chosen dijo, sintiéndose más seguro de sí mismo, aunque el nudo en su estómago persistía.
“¿Feliz? ¿Qué es la felicidad en tu mundo? A menudo es solo una fachada, y tú, querido amigo, eres el mejor actor que he visto,” Dark replicó, su tono burlón y agresivo. “Tal vez deberías considerar lo que realmente deseas, porque, hasta ahora, solo has estado huyendo de la verdad.”
“¿Y tú qué sabes de la verdad?” Chosen contestó, sintiendo la ira fluir por sus venas. “Solo sabes manipular y hacer daño. Nunca te preocupaste por cómo me siento.”
“Porque es más divertido ver cómo luchas con tus demonios que intentar salvarte,” dijo Dark, cruzando los brazos con una sonrisa de satisfacción. “Recuerda, yo no soy el villano aquí. Tú elegiste esta vida. Solo estoy siendo realista.”
La conversación se tornó en un silencio tenso. Chosen se sintió atrapado entre la ira y la tristeza. Sabía que Dark disfrutaba de su sufrimiento, y esa realización le daba un profundo sentido de traición. “No quiero más de esto. Estoy cansado de jugar tu juego,” dijo, casi al borde de las lágrimas.
“¿Cansado? Lo dudo. Este es tu hogar, y aquí todo gira en torno a mí. Siempre lo ha hecho,” Dark dijo con desdén. “No hay salida. Así que, ¿qué vas a hacer? ¿Mentir para engañarte a ti mismo, o aceptarlo y vivir con ello?”
Chosen sintió que el suelo se desvanecía bajo sus pies. No sabía si podría soportar más de esa relación tóxica, pero al mismo tiempo, una parte de él no quería dejar a Dark. “Tal vez tengas razón… no sé qué hacer,” confesó, sintiendo que su voz se quebraba.
“Ah, eso es un comienzo. Aceptar tu debilidad es el primer paso hacia la fortaleza. Pero recuerda, las mentiras son como sombras; siempre te seguirán a menos que te enfrentes a ellas,” Dark concluyó, su mirada fija en Chosen, disfrutando de la confusión en sus ojos.
Mientras Chosen se alejaba, sintió que el peso de las palabras de Dark lo oprimía. Sabía que estaba atrapado en un ciclo de manipulación y dolor, y aunque una parte de él quería salir, el miedo y la dependencia lo mantenían prisionero. La verdad era que, en el juego que compartían, las mentiras se habían convertido en su única forma de sobrevivir.
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