◆°•『 Ꮯᾰ℘!ɬʊʆꪮ 20 』•°◆

Capítulo 20: Encerrar, Aislar

La casa estaba en silencio cuando Chosen sintió el sonido de los pasos en el pasillo. Llevaba horas en su habitación, tratando de recuperarse emocionalmente del último conflicto con Dark. Había intentado leer un libro, escuchar música, cualquier cosa para distraerse, pero el peso de la tensión en la casa hacía que todo se sintiera vacío.

De repente, escuchó un "clic" en la cerradura de su puerta, y al levantarse para investigar, descubrió que la puerta no abría. Giró la perilla con fuerza, golpeándola en un intento de abrirla, pero estaba cerrada con llave desde el exterior.

"¡Dark! ¿Qué estás haciendo?" Chosen alzó la voz, su corazón acelerándose con una mezcla de miedo e incredulidad. "¡Abre la puerta!"

Pasaron unos segundos antes de que Dark respondiera desde el otro lado, con un tono gélido y calmado. "Es hora de que aprendas a respetar los límites, Chosen. Parece que no entiendes lo que significa 'dejar mis cosas en paz', así que... voy a darte algo de tiempo para que lo pienses."

"¿En serio? ¿Piensas que encerrarme es la forma de hacerme entender?" replicó Chosen, golpeando la puerta con el puño. "Esto es ridículo, Dark. ¡Ábreme la puerta ahora!"

Una risa seca y burlona escapó de Dark al otro lado. "Quédate ahí y aprende un poco de paciencia. Quizá cuando te sientas realmente solo, empieces a entender quién tiene el control aquí."

Chosen sintió la frustración y el enojo acumularse dentro de él. "¡No soy tu prisionero, Dark! Esto ya es demasiado, incluso para ti."

"Demasiado, ¿eh?" Dark suspiró, como si su paciencia también estuviera al límite. "Demasiado es tener que soportar tus quejas constantes. Demasiado es que creas que puedes entrometerte en mi vida como si tuvieras algún derecho sobre mí o mis cosas. Esto... es solo la consecuencia de tus acciones."

Chosen permaneció en silencio por un momento, procesando las palabras de Dark. Sabía que discutir no lo llevaría a ningún lado, pero también se negaba a aceptar aquella situación.

"Dark, por favor," intentó suavizar su tono, esperando apelar a la razón. "No tienes que hacer esto. Solo estaba tratando de ayudarte, de ser útil."

"¿Ayudarme?" Dark rió, su tono volviéndose cada vez más sarcástico. "No necesito tu ayuda, Chosen. Nunca la he pedido. Si te quedas aquí, es bajo mis condiciones. Y si no puedes seguirlas... entonces esta es la única forma en que aprenderás."

Pasaron unos minutos en silencio, y finalmente Chosen dio un suspiro de frustración, alejándose de la puerta. Sentía que el aire en la habitación se volvía cada vez más opresivo, cada segundo que pasaba incrementando su sentido de encierro y aislamiento.

Se sentó en el suelo junto a la puerta, apoyando la cabeza contra la madera fría. Sabía que Dark probablemente estaba esperando que suplicara, que pidiera perdón o que reconociera alguna "culpa". Pero no iba a darle esa satisfacción.

"¿Así que es esto lo que disfrutas? ¿Verme encerrado, humillado?" preguntó Chosen con la voz apenas por encima de un susurro, sabiendo que Dark aún estaba cerca.

Dark, sin embargo, no respondió de inmediato. Solo el silencio llenó el espacio, como una prueba más de su control. Finalmente, se escucharon sus pasos alejándose por el pasillo, dejando a Chosen solo en la oscuridad de su habitación.

Horas después, el hambre y el cansancio comenzaron a afectarlo. Chosen estaba acurrucado en el suelo, tratando de dormir, cuando escuchó los pasos de Dark de nuevo. La puerta se abrió lentamente, y Dark lo observó desde el umbral, sus ojos fijos en la figura vulnerable de Chosen.

"¿Ya aprendiste tu lección?" preguntó Dark, su tono helado como siempre.

Chosen alzó la mirada, sus ojos llenos de determinación. "No voy a pedirte disculpas, si eso es lo que estás esperando."

Dark arqueó una ceja, claramente sorprendido por su respuesta. Dio unos pasos hacia él, agachándose hasta quedar a su nivel. "No es una disculpa lo que quiero, Chosen. Solo quiero que entiendas que aquí mando yo. Cada decisión, cada acción, depende de mí. Y tú no puedes cambiar eso."

Chosen se mantuvo firme, aunque sentía que sus palabras eran como golpes en el pecho. "Puedes encerrarme, puedes hacer lo que quieras, pero eso no cambiará quién soy."

Dark dejó escapar una risa suave, pero sus ojos mostraban una chispa de irritación. "¿Eso crees?" Sin decir más, se levantó y, tras un último vistazo de desprecio, salió de la habitación, dejando a Chosen una vez más en la oscuridad, pero con una nueva determinación en su corazón.

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