◆°•『 Ꮯᾰ℘!ɬʊʆꪮ 10 』•°◆

Capítulo 10: Intimidar, Amenazar

La noche había caído sobre la ciudad, y la calle estaba iluminada por las luces de neón de los bares y restaurantes. Chosen se encontraba de regreso en casa, su mente aún atormentada por lo ocurrido en el bar. Sabía que Dark no se detendría; siempre había sido así. Esa idea lo inquietaba, y la necesidad de confrontarlo crecía con cada día que pasaba.

A la mañana siguiente, mientras Chosen se preparaba para salir, escuchó un fuerte golpe en la puerta. Era Dark, y aunque Chosen dudó en abrirle, sabía que no podía ignorarlo.

“¿Te encontraste con la soledad anoche? ¿O simplemente decidiste que yo era demasiado divertido?” Dark preguntó, con una sonrisa burlona al entrar.

“¿Qué quieres, Dark?” Chosen respondió, intentando mantener la calma. “No tengo ganas de tus juegos hoy.”

“¡Oh, ven! Solo quiero charlar un poco. Después de lo que pasó anoche, me gustaría ver cómo estás,” dijo Dark, dando un paso hacia Chosen, quien retrocedió instintivamente.

“¿Cómo estoy? ¿Te parece que me siento bien después de lo que hiciste?” Chosen replicó, su voz temblando con la mezcla de rabia y frustración.

“Vamos, no seas así. Estás demasiado sensible,” Dark contestó, acercándose más. “¿Debería recordarte que esto es solo un juego? Tal vez necesites aprender a jugar mejor.”

“¿Un juego? ¿Crees que esto es un juego para mí? Tus palabras no son solo bromas. Tienen consecuencias,” Chosen respondió, sintiendo cómo el miedo se apoderaba de él.

Dark se acercó un poco más, mirándolo directamente a los ojos. “Consecuencias, ¿eh? Te digo algo: si no te ríes, siempre puedes ser el blanco de algo más serio. No querrás que eso pase, ¿verdad?” dijo con una voz amenazante, una sonrisa torcida en sus labios.

Chosen sintió un escalofrío recorrerle la espalda. “No me amenaces. No quiero más problemas contigo, Dark,” dijo, tratando de mantener la voz firme.

“¿Problemas? No soy yo quien los busca, Chosen. Solo estoy aquí para recordarte tu lugar. Nadie en esta ciudad te quiere. Estoy seguro de que nadie lloraría si desaparecieras un día. Solo recuerda eso,” Dark dijo, dando un paso hacia adelante, aumentando la presión de su presencia intimidante.

“Eso no es cierto. Tengo personas que se preocupan por mí,” Chosen contestó, sintiendo que su determinación comenzaba a desvanecerse bajo la presión de la amenaza implícita de Dark.

“¿Personas? ¿Esos conocidos del bar? ¿La misma gente que se ríe de ti? Por favor, no me hagas reír,” Dark se burló, su tono cada vez más agresivo. “Te aconsejo que sepas con quién estás tratando. Puedo hacer que tu vida sea un infierno, solo si así lo deseo.”

La habitación se volvió tensa, y Chosen sintió el aire cargarse de un miedo palpable. “No me hagas esto, Dark. No tienes que intimidarme. Podemos resolver esto de otra manera,” Chosen suplicó, tratando de razonar.

“¿Resolverlo? ¿Y qué? ¿Con una charla sobre tus sentimientos? Eso es un buen plan para que todos se rían de ti de nuevo. A veces, la gente necesita aprender a temer, y yo soy el maestro,” Dark dijo, acercándose aún más, su presencia era abrumadora.

“Eres un monstruo,” Chosen murmuró, sintiendo que las lágrimas se acumulaban en sus ojos. “Solo eso eres. Un monstruo que disfruta hacer daño.”

Dark sonrió, pero no con alegría; era una sonrisa de satisfacción. “Y tú eres el pequeño corderito que se aferra a su bondad, pensando que eso te salvará. Te equivocas. En este mundo, la bondad no cuenta. La gente respeta el poder, y yo tengo el poder. Nunca lo olvides, Chosen.”

Con esas palabras, Dark dio un paso atrás, dejándolo allí, en medio de la sala. Chosen sintió cómo su cuerpo se encogía bajo el peso de la amenaza que pendía sobre él. Cuando Dark se marchó, la puerta se cerró de un golpe, dejándolo solo.

Chosen se sentó en el sofá, el temor y la rabia confluyendo en su interior. Sabía que Dark no se detendría, que continuaría acechándolo, buscando maneras de desestabilizarlo. Y aunque había querido enfrentarlo, ahora comprendía que la intimidación de Dark era más profunda de lo que había imaginado.

Sin embargo, en el fondo, una chispa de resistencia comenzó a encenderse. Si Dark pensaba que podría seguir intimidándolo sin consecuencias, estaba muy equivocado. Chosen sabía que debía encontrar su propia fortaleza y que, de alguna manera, debía aprender a hacer frente a la oscuridad que lo rodeaba.

La lucha estaba lejos de terminar, pero Chosen decidió que no permitiría que el miedo lo controlara. Debía ser fuerte, no solo por él, sino por todos los que alguna vez había querido proteger.

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