Las semanas avanzaban y al parecer nuestros protagonistas se habían hecho adictos el uno por el otro, el deseo pudo con ellos, y no en estas ocasiones ambos estaban totalmente cuerdos

Narra Luna:

-Sus manos empezaron a moverse por todas partes, sus caricias eran fuertes, ya no había ni un rastro de delicadeza en él. Y en cierta manera me excitaba. Podía sentir como cada vez más mi cuerpo buscaba de su atención-

Luna: Greg~ -susurré su nombre al sentir como mordía suavemente mi cuello-

Empecé a quitarle la camisa blanca, desabrochando botón por botón, mis movimientos eran torpes, mientras que los suyos eran ágiles y rápidos. Me quitó la blusa de un movimiento y me desabrochó el pantalón en otro. Yo apenas y pude deshacerme de su camisa y la arrojé lejos.

tomó la caja ya sabía que contenían lo puso sobre su buró, tirando algunas cosas al piso, después me tomó y me empujó sobre la cama.

Él subió sobre mí y volvió a besarme mientras tocaba mis pechos. Sus manos sobre la tela de mi brasier provocaban en mí demasiadas sensaciones que creía que me volvería loca. Empezó a besar mi cuello nuevamente, esta vez iba bajando hasta llegar a mi pecho. Sus manos pasaron a mi espalda y yo me curvé para que tuviera fácil acceso. Se deshizo del brasier, y sonrió al verme así, sin esa prenda.

Tomó mis pechos con sus manos, presionando fuerte, provocando que salieran de mi garganta gemidos y algunos gritos. Podía sentir la necesidad entre mis piernas crecer cada vez más, necesitaba que él atendiera esa parte también, y entonces sentí su mano pasar de mi pecho, acariciado mi vientre hasta llegar a mi sexo. '

Greg besaba mis pechos alternadamente para después bajar poco a poco mientras me quitaba los pantalones y la prenda restante. Ahora estaba completamente a su merced.

Luna: Greg~ -susurré entre suspiros para ver como él se levantaba y se quitaba las últimas dos prendas-

Separó mis piernas y se acomodó, podía ver su mirada tan llena de lujuria, de perversión y definitivamente, me gustaba.

Su mano recorrió mi pierna, mi muslo hasta llegar nuevamente a mi intimidad. Arqueé mi espalda ante el estímulo, ese bendito estímulo que me provocada placer infinito. Sus dedos eran hábiles, moviéndose y provocándome más.

Continuará....