⚜Ꮇuerte⚜-43
Si las cosas fueran siempre como esperamos probablemente viviríamos aburridos o sin sentimiento. Es bueno desear pero no lo es saber, por que al tener el saber absoluto lo inesperado de la vida deja de tener sentido.
Si tan solo el no hubiera sabido probablemente hubiera pasado sus últimos días tranquilo, hubiera dormido más y no hubiera hecho planes para su fin, los hubiera hecho para su futuro. Pero no existe lo que pudo pasar, finalmente ya no les quedaba más que el presente.
Daemon y Shyra sonrieron. Daemon sentía que por fin podía soltar todo el aire que estaba reteniendo al ver a su amigo bien. Uriel a pesar de estar exhausto sonrió junto a ellos. Creían que la victoria era suya...
Shyra y Daemon corrieron con alegría hacia aquel arcángel que gustoso los recibió, pero mientras Shyra llenaba de besos a Uriel Daemon observaba como una sombra oscura se alzaba a la distancia y un humo negro avanzaba hacia ellos con rapidez.
—No puede ser... - Daemon abrió sus ojos con horror —¡URIEL CUIDADO! ...
Su grito no llegó a tiempo. El humo envolvió a Uriel dejándolo en shock. Sus ojos rápidamente se cubrieron por una tela blanca y su cuerpo cayó de rodillas en la nieve. Shyra le llamaba pero el seguía con la mirada perdida.
La figura que lanzó aquel humo maligno se acercó a ellos. Devon seguía vivo. Cubierto de heridas pero vivo y sonriendo. .
—¿¡Que le hiciste!?
Shyra abrazo a Uriel a su pecho mientras contenía sus lágrimas. No quería demostrarle dolor a aquel ser que decía ser su padre, no quería mostrarle nada de lo que ella era, no lo merecía.
—Oh aún no empiezo-con una sonrisa el demonio casqueo los dedos y un relámpago negro atravesó la cabeza de Uriel.
Shyra se apresuró a revisarlo pero no tenía ninguna herida física, no entendía lo que había hecho pero lo entendió tan pronto la tela blanca de los ojos de Uriel se volvió oscura y este comenzará a sollozar.
— ¿¡Que le hiciste?! - repitió ella, aunque en el fondo ya sabia la respuesta.
El simplemente sonrió mientras Uriel se sumía cada vez en un llanto y desesperación mayor. Susurraba cosas y sus manos se enterraban en la nieve. Daemon se coloco junto a Shyra intentando ayudar pero parecía imposible, Uriel estaba perdido.
—¿Que le hiciste?-preguntó Daemon con los dientes apretados y en a penas un susurro.
—Deberían saberlo, pero en vista de su poca inteligencia les diré que sucede.-el hombre sacó un cigarro y lo llevó a sus labios—Su mente está siendo destruida. Mi hechizo está convirtiendo sus recuerdos en pesadilla, sus peores temores lo están atacando y lo están haciendo sentir culpable el triple de lo que se sentía antes. Llegara un punto en el que su poca conciencia se vaya y esos sentimientos sean lo único que tenga. Se volverá loco ya que incluso sus buenos recuerdos se volverán en su contra. Muy pronto el mismo quedará destruido, si no es por el hechizo por el suicidio.
Shyra alzó la vista apuntando sus ojos cristalizados en los de su padre. Se levantó y camino con pasos firmes hacia el para agarrarlo del cuello y acercarlo con rudeza a su rostro.
—Quítale ese maldito hechizo ahora mismo.
Devon sonrió y con un empujón la quito de enfrente. Daemon se apresuró a abrazarla para que no hiciera alguna estupidez; pero eso no la detuvo.
—¡Quítalo!-ella se jalaba hacia delante intentando alcanzarlo.
—Oblígame
—¡Por favor!, ¡Quítalo! , ¡el no merece esto!
—Puede ser, pero nadie obtiene nunca lo que merece, ¿no?.
Daemon apretó la mandíbula viendo a su mejor amigo gritar y sollozar en el suelo.
—¡Maldita sea Uriel, levántate!. ¡No dejes que este idiota te domine! - la voz de Daemon fue impotente—¡No puedes irte así maldito idiota!.
—Daemon... - Shyra lo observó, las lágrimas resbalaban por sus mejillas y sus brazos la sostenían con fuerza.
— Yo... No pude cuidarla...-Dijo Uriel levemente y seguido de eso miró a Daemon —Tu... Tienes que cuidarla.-Daemon apretó los labios con las lágrimas escurriendo por su cara—Lo prometiste...
El arcángel soltó un grito de dolor, sus ojos se perdían cada vez más y poco a poco había menos vida en ellos. Llevó las manos a su cabeza y la apretó con fuerza mientras gritaba. Los gritos de Uriel eran tan fuertes que opacaban cualquier sonido. Se retorcía en el suelo mientras pedía perdón y decía que no. Shyra jamás lo había visto así pero el hacerlo le causaba un dolor enorme.
—Eres una escoria...- Devon comenzó a hablar —Nunca has sido de ayuda para tus seres queridos ni para aquel que llamas Dios y esta es la prueba-Uriel seguía en el suelo llorando— Nunca pudiste proteger a quien amabas y no lo harás ahora, por que eres débil. Por eso tu madre está muerta y Shyra estará sola.
—¡Uriel no te rindas!-Shyra intento zafarse del agarre de Daemon—¡Eres una persona maravillosa!, ¡No lo escuches!.
—Yo...no pude salvarte-Uriel observó a Shyra con lágrimas en los ojos—Te torturaron y no pude hacer nada...
—No... Uriel eso no es cierto, me salvaste. Tu me hiciste vivir de nuevo, me enseñaste lo maravilloso del mundo.
— No es así... Te he visto llorar desde que regresaste del Paraíso, he visto como las pesadillas te despiertan por la noche... No he hecho suficiente... - Uriel se derrumbó en lagrimas—¡Nunca he podido hacer suficiente!, ¡No pude salvar a mi madre y ahora no puedo salvarte a ti!.
— Uriel tu no podías hacer nada por tu madre... Murió en una guerra, de igual forma no podías hacer nada para salvarme de ellos, lo intentaste y eso es lo que realmente importa.
Uriel agarro con fuerza su cabeza mientras sollozaba y negaba. Devon coloco nuevamente el dedo índice en su frente haciendo que dos relámpagos más cruzarán por su cabeza. El grito con dolor y Shyra comenzó a sollozar intentando soltarse. Daemon igual lloraba, las lágrimas caían por su mentón pero eso no hizo que soltara a Shyra, tenía que cumplir su promesa a toda costa, tenía que mantenerla a salvo.
—¡Por favor detente!, ¡Te lo ruego no le hagas mas daño!.
Devon se coloco de cuclillas frente a ella y tomó su mentón.
—Tranquila cariño, es solo un hombre podrás conseguir más después.
—¡¿Cómo puedes decir eso?!, ¡¿Cómo puedes ser tan cruel?!, Uriel es la única persona que logro salvarme, la única que se quedó a mi lado sin importar nada, quien me cuido desde que me conoció y a pesar de mis malos ratos se quedó a mi lado... el no es cualquier hombre, ¡Es el amor de mi vida!.
—Lindas palabras pero cometiste un error. Nadie es capaz de salvarte a excepción de que seas tú misma.
Dicho esto se transportó hasta donde estaba Uriel. Tan solo a unos metros de Shyra y Daemon pero suficiente para ejecutar su plan.
Tan pronto Uriel dejó de gritar y comenzó a susurrar con la mirada perdida, Devon le entrego una flecha de cristal negro.
—Sabes lo que tienes que hacer ¿no?.
Uriel miró a Shyra con lágrimas escurriendo y asintió mientras tomaba la flecha.
—Yo...debo morir.
En cuanto Shyra escucho esas palabras su corazón se detuvo o eso juraría ella. Sintió el temor más grande de toda su vida un temor que no sintió al ser torturada, alejada o golpeada. Un dolor profundo que perforó cada parte de su piel y de su alma.
—No... ¡URIEL NO...
—Lo siento Shyra...
Al decir esto encajo la flecha en su pecho y en segundos cayó al suelo.
Daemon quedó en shock y Shyra soltó un grito desgarrador, uno donde todo su dolor parecía ser liberado...aunque en realidad sólo estaba en aumento.
Ella corrió hacía su arcángel mientras Devon desaparecía en un humo veloz.
Daemon se quedó con la mirada perdida, centrada en el cuerpo de su amigo. Todo había sucedido tan rápido y al final el no había logrado hacer nada. Sus ojos se volvían borrosos aún con la mirada en su amigo.
Shyra tomó a Uriel entre sus brazos intentado quitar la flecha pero esta ya había desaparecido, al igual que Uriel lo hacia.
—No... No, no, no.
Ella intentaba encontrar una manera de curarlo aunque sabía que no había ninguna. Mientras tanto el se limitaba a mirarla mientras grababa cada detalle de su rostro.
—Mi ángel... - Uriel acarició el rostro de Shyra. El hechizo había desaparecido—Lo siento...no...pude
Ella lo callo y lo acercó a su pecho. Uriel desaparecía lentamente, sabía que eso sólo era obra del cristal mortem, sólo el podía destruir al alma y al cuerpo.
—Mi Shyra... - Una vez más Uriel acarició su rostro, aquel rostro rojo por las lágrimas y el dolor—Perdóname... No fui tan fuerte.
Ella negó tomando la mano que sostenía su rostro. Los sollozos le impedían hablar pero aún así lo intentó.
— Si yo hubiera...
El negó esta vez.
—No hubieras podido hacer nada contra el... Al menos no aún.
Shyra tomaba con fuerza la mano de Uriel. Por unos segundos sólo se miraron, las palabras no alcanzaban para esa despedida... Ninguna alcanzaría.
—Te amo... -dijo el con una leve sonrisa—Fuiste lo mas maravilloso que me paso, no lo olvides...
Ella soltó una ligera risa que se convirtió en llanto. Uriel estaba a punto de desaparecer, estaba a nada de que quedara tan solo un puñado de ropa de lo que había sido y ella no podía dejar de sollozar.
—También te amo... Mi arcángel tonto...
Esta vez el sonrió.
— Mi dulce angel...-una vez más Uriel acarició su rostro—No dejes que nadie te derribe... Recuerda que eres más fuerte de lo que crees.
—No... Sin ti yo no...
—Shyra, yo seguiré contigo - ella negó aún sollozante—Estaré aquí-dijo señalando su pecho—Y nadie me sacara jamás de ahí, te lo prometo...
—No quiero que te vayas...
El sonrió.
—Lo sé... y lo siento, quisiera estar más tiempo contigo- ella continuó sollozando—Mi ángel... ¿Te puedo pedir un favor?
Shyra asintió entre lágrimas.
—¿Puedes besarme?
Ella soltó una ligera risa y lo beso. Lo beso con toda la fuerza y ternura que tenía, lo beso como nunca lo había hecho... Sabiendo que aquel sería su último beso y así fue, a penas se separaron Uriel le susurro unas palabras y terminó de desaparecer.
El arcángel Uriel había muerto.
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