Eran las 3 de la mañana y Akatriel se había transportado a Irlanda para visitar el llamado bosque negro. Donde existía el mito donde tus peores miedos se hacían realidad al caer la noche.

Con cada paso que daba se empezaban a ver más cosas, sombras y espectrque podrían hacer huir a cualquiera, lamentablemente Akatriel no era el caso. La apariencia del bosque era  sombría  y las ramas de los árboles se torcían de una forma fascinante, cualquiera a la distancia pensaría que en vez de árboles eran monstruos.

En el fondo del bosque se encontraba la guarida del más peligroso demonio que se conoció por al menos los anteriores 3 siglos, aquel ser era conocido debido a su deseo por dominar a los tres reinos y lo cerca que estaba de lograrlo. Se le conocía como Devon, su nombre e historia se propagaron de prisa en los 3 reinos. En la tierra como leyendas que algunos mortales temían, en el paraíso como una criatura de la cual debían protegerse y en el inframundo como un enemigo que se planeaba eliminar.

Desde su último ataque en el inframundo sus seguidores incrementaron. Erlik Khan(hermano de Dios y rey del inframundo) fue atrapado en el tártaro y su sucesor Lucifer fue coronado. 

Desde la coronación de Lucifer se difundieron rumores sobre Devon y su plan de atacar nuevamente, aunque eran falsos ya que aquel demonio no era tan descuidado como para atacar sin tener al menos el doble de probabilidades de ganar.

Devon y Akatriel ya se conocían, para ser exactos aquel demonio al que todos temían le debía un favor a la rubia Serafín y en esos momentos estaba por ir a cobrarlo.

La Serafín llego a lo que parecía ser un lago, susurro un hechizo y el agua se partió por la mitad dejando a la vista unas escaleras bastante escalofriantes. Ella bajo y al llegar al final el lago volvió flotar sobre ella. Observó el gran pasillo frente a ella, la oscuridad lo cubría en su totalidad por lo que tuvo que encender una pequeña llama en su mano.

— Devon, soy Akatriel-su voz hizo eco-— sé que me escuchas y no pienso cruzar por todas las estúpidas trampas que tienes así que abre paso hacia mí.

La tierra se partió en dos y Akatriel tuvo que extender sus alas para no caer, no estaba sorprendida, pero si molesta por la actitud tan infantil que tenía ese demonio.

— Deberías de dejar tus juegos estúpidos Devon.

La rubia bajo a la gran mansión que estaba bajo tierra, en cuanto toco el suelo el techo volvió a cerrarse y todo volvió a ser aparentemente normal.

— Pero mira quien vino de nuevo, es un placer ver como gimes debajo de mí, dulzura; pero deberías de avisar más seguido que vendrás. Quien sabe, un día podrías encontrarme en una situación comprometedora.

Devon  hizo entrada en la habitación, vestía de traje y sostenía una copa de vino en su mano. Era alto y su cabello era tan negro como el carbón, sus ojos eran del color del cielo y tenía una sonrisa de oreja a oreja que quizá en otra persona se vería aterradora, pero en él era atractiva, simplemente todo en el gritaba atracción.

A pesar de todo Akatriel pareció no prestar la más mínima atención en sus palabras puesto que la expresión de su rostro no cambio.

— Lo nuestro fue tiempo pasado Devon, te quedarás soñando en tocarme de nuevo-la rubia se cruzó de brazos— por mi puedes acostarte con quien más te plazca, solo vengo a cobrar el favor que me debes.

El soltó una carcajada y terminó su vino, uno de sus sirvientes se apresuró a quitar su copa y nuevamente quedaron solos.

— Se que te encanta el sexo que tienes conmigo querida -Devon le guiño con su habitual sonrisa— Pero bueno, eso podemos resolverlo en otra ocasión. ¿Qué es lo que deseas?

— Necesito que asesines a alguien- Akatriel sonrió— No te costará nada y sería algo que también te beneficiará por lo que ni si quiera debería pedírtelo.

— ¿Estas pidiendo que mate a alguien? -Devon se cruzó de brazos sin creer lo que escuchaba— me sorprende que siendo tú me pidas algo tan fácil.

— Si, si - La rubia entorno los ojos— Solo para aclarar, no es humano, es un ángel y para ser exacta se trata del arcángel Uriel. Ahora, no sé si sepas, pero a un ángel solo se le puede matar de 4 formas, tanto atravesando su corazón que es la vitalidad de su amor. Destruir su mente que cautiva su paz interior. Que alguien de su propia sangre lo asesine o  la mas fatídica, destrozando su alma, la más mortal de sus debilidades y de dónde proviene toda su esencia. Y bueno, como ya deberías saber hasta ahora solo hay una forma de destruir su alma.

— Para eso se necesita un cristal mortem Akatriel. No soy estúpido, se cómo matar aun ángel.

— Bien, entonces seré clara. No quiero que quedé nada de él, ninguna prueba de que estuvo y para eso quizás necesites ese cristal-Akatriel le mostró un cristal negro que ocultaba en su bolso— Tengo el material, realmente sólo te estoy pidiendo que lo hagas ya que no deseo ensuciarme las manos.

Devon no pudo ocultar su sorpresa, ese cristal estaba resguardado en el palacio de Dios, solo crecía en su jardín y era prácticamente imposible llegar a él.

— ¿Cómo...

— Eso no te incumbe- Akatriel le entregó el cristal— Solo encárgate de matar al arcángel.

— Oh tú no te preocupes, será un placer para mi asesinarlo de la peor manera posible-El demonio sonrió—No es más que una piedra en mi zapato y al fin lo destruiré. Ese arcángel estará muerto en cuestión de días.

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Shyra tiene tan mala suerte a veces, ¿Ustedes creen que Devon de verdad logre matar a Uriel?, ¿Al final si será su plan seguir las ordenes de Akatriel o utilizara el cristal para algo mas? Déjenme saber sus teorías y que creen que sucederá en un futuro

-Merry🌻