❥ 9 ❥
†
Es impresionante que hayan construido está mansión cerca del borde de un abismo. Alguien que le tiene miedo a las alturas no podría durar mucho tiempo recorriendo una pendiente tan abrupta. Taehyung y Jungkook por suerte no tenían problemas con estar en lugares tan elevados.
Sin temor alguno, se dirigieron con prisa al patio trasero de la mansión como les había indicado el fantasma anteriormente en la habitación.
La situación se había convertido en algo muy pesado de procesar. El hecho de que un fantasma real se presentará de la nada e interactuara de forma tan singular con ellos, aun les daba miedo.
Nunca se ha podido explicar con bases científicas si en verdad las almas de los fallecidos se convierten en fantasmas. Aunque algunos suponen que supuestamente permanecen en un cierto "limbo", lo que les permite proyectarse todavía sin pasar al otro mundo.
HanSung podía denominarse como un fantasma emocionalmente atado a la tierra. Todos estos años se mantuvo adherido a la casa, esperando a que alguien le tendiera una mano para cumplir sus asuntos pendientes.
El asunto del espectro los perturbaba, pero estaban ansiosos por descubrir más acerca de este misterio, por lo que decidieron enfocarse en eso. Además, de que necesitaban respuestas a sus interrogantes, puesto que desde que entraron a la casa encantada, no dejaron de presentir que tenían una estrecha relación con esta.
Los alrededores incluso empezaron a resultarles un poco más familiares y fue entonces que encontraron unas escaleras de piedra caliza. Conducían hacia el fondo, donde debía estar la cueva que tanto buscaban.
Bajaron con cuidado por los escalones aun manteniendo sus manos entrelazadas.
Usaron las linternas de sus móviles para ver las rocas que pisaban con cada paso que daban. Eran resistentes y soportaban perfectamente el peso de ambos, pero también estaban un poco resbalosas por el moho. Cuando las olas rompen contra la costa rocosa es normal que las dejé húmedas.
—Aquí es—anunció Taehyung percibiendo la brisa del mar rozando su rostro, por lo que sintió el olor del agua salada colarse en sus fosas nasales—Es la cueva donde la pareja se veía en secreto.
La cavidad natural de la cueva se encontraba justamente debajo del acantilado, donde solo abundaban aguas profundas.
Durante un mal tiempo puede resultar extremadamente peligroso estar en un sitio como este si empieza a batir el oleaje de repente. Al menos agradecían que esta noche el mar estuviese en calma y descansando, al igual que las criaturas marinas.
La batería del celular de Jungkook comenzó a disminuir, por lo que decidió guardarlo antes de que se le apagará por completo, lo mismo pasó con el de Taehyung.
La oscuridad de la noche los alcanzó en cuanto tuvieron que quitar sus linternas, sin embargo, cuando los ojos de ambos se acostumbraron al ambiente nocturno, las estrellas se quedaron brillando como pequeños reflectores.
El océano se veía negro, pero las aguas comenzaron a iluminarse por las chispas de luz reflejadas del cielo. La plateada luna llena realizaba también su función. Desde lo más alto se podía ver como un enorme lucero reluciente. Sus rayos de luz atravesaban el agua, haciendo que alumbrarán la superficie por completo.
—¿Eso es un bote? —Jungkook notó una pequeña embarcación en la cueva.
Se quedó perplejo al comprobar que no estaba anclada a ningún lado. No había ni siquiera una soga que asegurará el navío. La corriente desde hace rato podía haberla arrastrado a cualquier parte que se le antojase. Era bastante raro que siguiera a flote en el mismo lugar sin desviarse.
Jungkook siguió avanzando con Taehyung detrás suyo, hasta que lograron acercarse lo suficiente como para investigarlo. Solo se trataba de un viejo bote con tablones de madera como asientos. Lo único fuera de lo normal que detectaron es que no tenía sus respectivos remos. A lo mejor se habían caído al mar, aunque fue muy pronto como para suponer aquello.
En cuanto estuvieron enfrente de la barca se quedaron estáticos cuando vieron otro resplandor formándose en el aire.
La figura de un joven muchacho sentado en el bote se hizo más clara.
No era HanSung, lo habrían podido reconocer al instante. Está vez otro espectro se mostró ante ellos, vestido de igual manera con ropa anticuada y sosteniendo dos remos, los que supuestamente creyeron que se habían extraviado.
No apartaba la vista del mar, lo que les dificultó observar bien su rostro. No tuvieron miedo del fantasma en esta ocasión, puesto que prácticamente los estaba ignorando. Pudieron percatarse por su aspecto y vestimenta mojada que también debió haberse ahogado.
—¿Será el fantasma del él? —inquirió Jungkook con cierta duda sin quitar la vista de aquel cuerpo astral.
—Podría ser que...—Taehyung se quedó sin habla al quedarse pensando unos segundos, en los que juntó las piezas faltantes del rompecabezas—Se enterará de que su amor había caído al mar y vino aquí a buscarlo después de todo este tiempo—dedujó emotivo sintiendo algo de alivio—Así que él tampoco pudo olvidarlo.
El fantasma que estaban viendo era sin duda JungGuk, el amado novio de HanSung. Finalmente comprobaron que también había muerto, lo que no supieron exactamente cómo. Al menos se quitaron un gran peso de encima. Ahora que la situación había dado un giro inesperado, tendrían una mejor posiblidad de ayudarlos.
—Todavía sigue buscando a su amado que se cayó al agua—mencionó Jungkook con voz melancólica sin dejar de pensar en ello.
No había que ser un adivino como para no darse cuenta de aquello, podías incluso sentirlo. La situación los dejó totalmente impactados.
—Necesitamos mostrarle este diario—propusó Taehyung pronosticando que sucedería algo bueno—Vamos allá—alentó dándose ánimos.
Entrelazó con más fuerza su mano con la del azabache, como si estuviera tratando de buscar apoyo en este caso. En cuanto se aproximaron al bote, el fantasma de JungGuk se levantó para hacerles frente. Esperaban que no los tomará como una amenaza, por eso se apresuraron en actuar rápido.
—Aquí tiene—Taehyung sonrió nervioso cuando extendió su mano para entregarle el diario.
Como si tratará de un acto de magia, ocurrió todo en un solo segundo. JungGuk tocó el pequeño librito con la punta de sus dedos y un destello luminoso apareció dejándolos casi ciegos en el proceso.
—¿Qué está pasando? —preguntó Jungkook cerrando sus ojos al sentir algo de molestia.
Cuando la luz dejó de irradiar claridad, vieron una imagen que sin duda no iban a poder olvidar nunca. El diario había teletransportado el espíritu de HanSung de vuelta a JungGuk para que volviesen a estar juntos. Presenciaron como ambos fantasmas se miraron fijamente tomados de las manos. Cualquiera podría decir con total seguridad, que debían de estar recordando todos aquellos hermosos momentos que vivieron y marcaron la existencia de sus vidas.
Taehyung soltó un suspiro de satisfacción al apreciar una escena tan nostálgica como aquella. Ni pensar que el romance de HanSung y JungGuk fue prohibido solo porque la sociedad no aceptaba a los homosexuales.
El resultado final conllevó a que la vida de esos jóvenes se arruinará.
Solo por estar enamorados, salieron perjudicados.
La tristeza invadió los pensamientos de Taehyung y Jungkook una vez más. No dejaron de pensar en todo ese sufrimiento por el que esa hermosa pareja debió haber pasado hace años.
—Ahora estarán juntos para siempre—afirmó Taehyung en voz baja conmovido.
—Sí, es verdad—aseguró Jungkook formando una sonrisa.
Los fantasmas voltearon sus transparentes cuerpos para mirarlos, siendo precavidos de no asustar a los humanos.
—Gracias—HanSung amablemente les agradeció haciendo que su voz saliera como un suave eco.
—Gracias a vosotros volvemos a estar juntos y nunca más nos separaremos—JungGuk repitió el mismo gesto de gratitud.
Taehyung y Jungkook estaban felices de haber hecho una gran acción. Jamás se les pasó por la mente vivir una experiencia como está, aunque todavía sentían que estaban soñando.
—Cuánto me alegro—celebró Taehyung con una sonrisa sintiendo sus ojos cristalizarse un poco.
—Es amor entre fantasmas, es asombroso—Jungkook perdió la cuenta de cuántas veces se había sorprendido este día.
Se alegró tanto de que sus amigos lo convencieran de realizar el desafío de valor, al igual que Taehyung agradeció que Jimin lo invitara a pesar de que se negó incontables veces. Quien diría que ambos terminarían involucrándose en la historia de esos dos fantasmas.
—Estaremos agradecidos con vosotros toda la eternidad, pero tenemos un deseo más que pediros—pidió dulcemente HanSung.
—¿Un deseo? —preguntó Taehyung confundido.
Que más podría desear si ya lo habían llevado con el amor de su vida. No entendieron en absoluto su pedido, así que decidieron seguir escuchando.
—Quiero tocarlo por última vez—susurró HanSung como una suplica llena de ansias.
Todo se apagó en un instante, una sensación extremadamente rara se apoderó del cuerpo de Taehyung. No pudo mover ninguna de sus extremidades ni tampoco hablar. En cuanto abrió lo ojos, poco a poco se dio cuenta que Jungkook ya lo estaba agarrando por la cintura.
Lo atrajo lentamente hasta que sus pechos se tocaron.
"¿Qué acaba de suceder?"
Taehyung era consciente de lo que pasaba a su alrededor, pero estaba siendo controlado por HanSung. El espectro se le había metido dentro, en lo más profundo de su interior.
"¿Jungkook?"
Aunque estaba viendo al azabache, no era en realidad Jungkook, más bien, ellos eran los fantasmas.
No sabían qué hacer, tanto Jungkook como Taehyung reflejaban amor en sus ojos. Y este sentimiento que cada vez más fortalecía aquel lazo de unión, no pudieron ser capaces de soltarlo.
Jungkook sostuvo la barbilla de Taehyung para atraerlo hasta sus labios sin pensarlo.
Fue un simple choque de labios, pero después, comenzaron lentamente a moverlos sin querer detenerlos. Abrieron sus bocas con más deseo para invitar a sus lenguas a una gloriosa fiesta, donde mezclaron sus salivas en sintonía.
No todo el tiempo se besaron de una forma desesperada, también se dieron besos tiernos y más lentos para disfrutar el momento. El tacto de sus manos en las mejillas, los suaves agarres en sus cabellos, los fuertes apretones que se estaban dando contra sus cuerpos. Sintieron como el sabor de sus bocas eran igual de deliciosos que los dulces. Jamás se cansarían de probarse.
El primer beso que se daban los vivos.
El último beso que se daban los muertos.
El deseo de HanSung y JungGuk finalmente se había cumplido. Salieron del cuerpo de aquella pareja enamorada en cuanto finalizaron su cometido. Desaparecieron fugazmente en el cielo estrellado para descansar en paz.
La amistad es diferente al amor, sin embargo, hay veces en que la línea que los separa resulta ser muy fina.
Es por eso que Taehyung y Jungkook al principio no pudieron evitar sentirse confundidos con respecto al otro. Pensaron que todos estos años habían compartido solamente momentos amistosos. Se tardaron en notar que aquellos instantes de felicidad los estaban desviando a un camino donde solo quedaba la atracción pasional.
Llegaron a querer protagonizar situaciones románticas, lo que nunca tuvieron el chance de poder experimentar alguna, debido al miedo de no ser correspondidos.
Jungkook amaba escuchar a Taehyung por horas, sus pláticas eran demasiado entretenidas y las muecas que hacía para dramatizar alguno que otro cuento, eran igual de divertidas. Cuando escuchaba una canción de amor, no podía evitar sentirse identificado con la letra. Su mente disfrutaba cada detalle que Taehyung le aportaba a su día a día, repetía las palabras del castaño en su cabeza como si se tratará de una melodía. A veces se ponía a imaginar un futuro con él, en donde su mayor prioridad sería cumplirle cualquier capricho que quisiera.
Si, a Jungkook le gustaba Taehyung, aunque le llovían cientos de confesiones a cada hora sin falta, el único dueño de sus pensamientos y de su corazón, era el castaño.
Cuando estuvieron un tiempo alejados, Jungkook creyó que la idea de haberse enamorado de uno de sus mejores amigos había sido solo una ilusión. Volver a retomar la cercanía y la amistad de antes lo frenó de gran manera porque en el fondo sabía, que todavía lo seguía queriendo como algo más.
Abrir el corazón y expresarse es la mejor forma de tomar la iniciativa, no hay tiempo de quedarse a luchar en una batalla interna consigo mismo. Pues una vez que reflexionas y te das cuenta de lo que sientes exactamente, es hora de tomar una decisión que lo defina.
Por muy arriesgado que sea, es necesario soltarlo. Si Taehyung en verdad no puede corresponderle, en algún momento podrá superarlo. Es mejor recibir un no que quedarse callado eternamente sin saber una respuesta de su parte.
El cariño que le tiene jamás cambiará, eso es seguro, pero en verdad necesita hacerle saber lo que siente.
—Taehyung te amo—susurró Jungkook interrumpiendo el beso aun con los labios del castaño pegados a los suyos.
Un calor agradable emanó de Taehyung, sintiéndose totalmente pleno y feliz al escuchar aquellas palabras. Esas que esperó con tanto anhelo a que fueran dichas por el azabache que tanto quería.
—Yo también te amo Jungkook—susurró Taehyung de igual manera volviéndolo a besar con más impulso.
Estaban locamente enamorados, desde siempre lo estuvieron.
Ellos nacieron para vivir este grandioso momento.
Destinados.
Estaban hechos el uno para el otro, ellos se habían convertido en el nuevo y mejorado concepto, del verdadero amor.
†
.
.
.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top