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Jungkook siempre tuvo en mente que debía supervisar a Hoseok. El pobre se asustaba con absolutamente todo lo que le rodeaba, hasta con su propia sombra. Realmente se volvió una tarea difícil tratar de calmarlo y justo cuando pensó que había logrado estabilizar un poco el miedo de su amigo, la presión de Hoseok estalló debido a la situación que se presentó. La sorpresa que se llevó al ser atacado por una sábana flotante provocó que bajara de golpe su tensión arterial.

Sufrió un grave ataque que hizo que se desmayará en cuestión de segundos.

—¡Vamos, Hoseok despierta!—exclamó Jungkook exaltado a ver la condición de su amigo un tanto pálida.

Intentó mover el cuerpo de Hoseok, pero no sé atrevió a levantarlo rápido de golpe. Las fobias y los traumas pasados que carga alguien tan sensible como Hoseok, es posible que le hayan causado un severo trastorno.

Al menos necesitaba que reaccionará.

—Despierta—animó Jungkook dándole unas cachetadas en las mejillas con tal de que abriera los ojos.

Hoseok no estaba recuperando el conocimiento con nada, aún seguía tendido en el suelo completamente inconsciente. Jungkook no sabía que mas hacer por él. 

Intentó reanimarlo de todas las formas posibles.

—¿Qué ha pasado?—la voz de un agitado Yugyeom provino cerca de la puerta.

—¡Menudo grito hemos oído¡—soltó histérico Namjoon saliendo detrás de Yugyeom.

Jungkook se alegró tanto de verlos que no dudo en sentirse más tranquilo con la presencia de sus dos amigos.

Yugyeom y Namjoon en cuanto entraron en la habitación se quedaron observando detenidamente a Hoseok recostado en el suelo. Estaba en malas condiciones, no parecía tener intención de despertar, por lo cual les empezó a preocupar su estado.

—Si—Jungkook asintió—Y luego se ha desmayado—explicó brevemente tratando de levantar a Hoseok poco a poco—Ayúdenme—pidió apoyo dirigiendo su mirada en sus dos amigos.

Sin pensarlo dos veces, acudieron al pedido de Jungkook. Se encargaron de agarrar las extremidades de Hoseok para rodearlas en sus propios cuellos. De esa forma pudieron anivelar el peso del cuerpo rígido de su amigo.

—Hay que llevarlo a un hospital cercano lo más pronto posible—aconsejó Jungkook viendo que todavía Hoseok se encontraba mal.

Posiblemente necesite atención medica urgente. El susto puede haberle causado algún daño al corazón, por eso es necesario aliviar los síntomas de inmediato.

—¿Qué piensas hacer Jungkook?—preguntó Namjoon clavándole la mirada al azabache que no parecía seguirlos.

Era una pregunta que hasta el mismo Jungkook no podía responderse. Es un misterio también para él. No sabe lo que quiere buscar realmente en este lugar, pero tiene la sensación de que hay algo. Su interior le esta suplicado que se quedé un poco más. Tal vez así obtendrá las respuestas que tanto necesita aclarar.

—No he visto nada interesante aún—se excusó con simpleza mintiendo, sin dar un buen pretexto, aún si eso no los convencía tenía que hacer todo lo posible por quedarse.

Namjoon y Yugyeom se miraron confundidos entre si. Trataron de entender la decisión repentina de Jungkook. Nunca antes los había dejado de lado, por eso sintieron que algo no encajaba del todo con su actitud.

Aunque no sabían la verdadera razón del porque quería quedarse, lo mejor que podían hacer ahora era dejarlo pasar.

Jungkook tomó uno de los libros de los que se había caído anteriormente del estante.

—Voy a husmear un poco más por aquí—finalizó colocando el objeto en donde pertenecía.

Confiaban plenamente en Jungkook a pesar de todo. No querían bombardearlo en estos momentos con preguntas, pues lo más probable es que necesitaba un tiempo a solas. No querían interferir en sus pensamientos, sin embargo, les daba mala espina dejarlo.

Al menos se encargó de Hoseok y fue el primero en socorrerlo en cuánto se desmayó.

Yugyeom que había sido el primero en entusiasmarse con este reto, deseaba marcharse ya de aquel sitio tan sofocante. Nunca se preocupó por alguien antes y la verdad es, que no pudo evitar sentir algo de culpa. Provocó a Hoseok cuando llegaron a la casa encantada, solo quiso asustarlo un poco, no esperaba que las circunstancias empeorarán tanto. A tal punto que terminarán llevándolo al hospital.

El reto de valor ya no tenía ni la más mínima importancia, lo primordial era que Hoseok se recuperará.

Namjoon hizo una señal de despidida avanzando junto con Yugyeom. No soltaron en ningún momento a Hoseok cuando se dirigieron a la salida.

Jungkook se quedó dando vueltas en la habitación en cuanto sus amigos se retiraron.

Lamento el hecho de no ir con ellos, pero había una energía que se lo estaba impidiendo.

Recogió todos los libros del suelo para organizarlos correctamente en el estante. Se dispuso también a tender las sábanas. Las acomodó nuevamente en la cama sin temor de que volviese a ocurrir una inexplicable anomalía en la habitación.

—Jungkook...—sintió una voz a sus espaldas que lo hizo pegar un respingo.

El azabache se giró rápidamente con sus propios pies para verificar de quién se trataba.

Se sorprendió tanto al ver al castaño que incluso pensó que estaba delirando, pero en cuanto lo vio dirigirse en su dirección, se dio cuenta que era real y no producto de su imaginación.

—Taehyung—suspiró audiblemente de puro alivio tocándose el pecho para masajearlo, de manera que pudo calmar su pulso—Que susto me has dado—admitió riendo suavemente sin dejar de mirar al castaño.

—Lo siento—expresó lamentado sintiendo que lo había puesto algo tenso.

—No te preocupes, no es para tanto—aseguró Jungkook levantando una ceja para analizar detenidamente a Taehyung unos segundos.

—Escuché un grito fuera de la casa y me preocupe—reveló Taehyung abrazando el diario que aún traía consigo.

El pequeño librito se mantuvo aferrado a su pecho todo el tiempo, muy cerca suyo.

—Ese fue Hoseok—aclaró Jungkook recordando todavía la voz de su amigo en sus oídos—Paso una cosa bastante loca en esta habitación y se acabó desmayando del susto.

—¿Tan grave fue?—inquirió Taehyung con preocupación abriendo los ojos, sintiendo un poco de miedo también.

—Ni yo mismo estoy seguro de lo que sucedió, por eso me quedé a averiguar—respondió sincero sin dejar de pensar en lo que había ocurrido.

—¿Dónde están tus amigos? ¿Y Hoseok?—preguntó Taehyung un tanto exaltado.

Jungkook notó que el castaño estaba preocupandose demás. En verdad era una persona demasiado buena como para tener presente a los otros chicos a pesar de que no estaban.

—Namjoon y Yugyeom deben estar llevando a Hoseok a un hospital, me sorprende que no los hayas visto salir de la casa, aunque me imagino que se fueron apresurados—lo tranquilizó con su respuesta.

Se quedaron luego mirándose mutuamente en silencio, perdiéndose en las pupilas del otro.

Sentimientos encontrados florecieron ahí mismo.

Mantenían la distancia, sin embargo, era demasiado evidente la cercanía que existía entre los dos. Un soplo de aire fresco los envolvía dentro de ese pequeño espacio tan reducido.

Estando clavados en el lugar, se siguieron comiendo con los ojos sin importar que fuesen tan obvios. Se percibía una gran afinidad entre ambos y nuevamente, la extraña conexión que sintieron cuando se conocieron, se hizo más intensa.

Algo en este mundo los ataba de por vida y era precisamente esta casa quien los provocaba a los dos sin sentido alguno.

Les sigue pareciendo asombroso. Desde el primer instante en que se vieron, nació en ellos una atracción extraordinaria. Lo experimentaron como una sensación fuera de lo común.

En cada uno de sus encuentros se manifestaba una energía frenética, capaz de acelerar los latidos de sus corazones a gran medida sin parar. Varias emociones intensas se transmitían a través de sus pieles cuando se miraban o interactuaban entre si.

No había duda de que con el paso de los años, creció un deseo fuerte de permanecer juntos.

—Lamento haberme perdido vuestro desafio de valor—habló Taehyung primero llevando esta vez su mirada hacia abajo—Me invitaste amablemente a que me uniera con tus amigos y al final nunca asistí—mordió sus labios arrepentido—Lo siento si te decepcioné—finalizó mostrando una sonrisa débil.

Estuvo muy mal de su parte el no avisarle antes. Nunca llegó a la hora pronosticada como habían planeado desde el inicio, por el simple hecho de que sus nervios lo frenaron a hacerlo.

La timidez también afectó sus cambios de humor, temía que si se quedaba a solas con Jungkook fuera un desastre. Se hubiera puesto colorado todo el tiempo, temblando tal vez y hasta podría haberse quedado sin voz.

En un principio de verdad quiso compartir este divertido reto con Jungkook, pero le asusto tanto el hecho de quedarse a su lado que dudo en venir. El pensar que iba sentir algo más que amistad lo hizo retroceder de gran manera. Estaba inseguro consigo mismo, simplemente no estaba preparado para recibir el amor con los brazos abiertos. Es que jamás había pensado en ello, hasta que por fin pudo comprobar que sus sentimientos por Jungkook eran puros.

Taehyung solo quería hacer todo lo posible por demostrarle cuan especial era Jungkook en su vida. Solo esperaba que el contrario, también se sintiera de la misma forma.

—Me sentí un poco herido siendo honesto—declaró Jungkook dando unos pasos hacia al frente—Lo importante es que estás aquí ahora y no sabes lo feliz que eso me hace—sonrió alegremente mostrando sus lindos dientes de conejito.

Jungkook nunca esperó escuchar una disculpa de Taehyung, aún así, le puso muy contento haberla recibido. Eso significaba que el castaño lo había considerado, siempre tuvo en cuenta su invitación.

Taehyung no quiso revelarle el porqué de su repentina ausencia, pues aún no estaba del todo seguro de contarle a Jungkook de cómo se sentía al respecto.

En cambio, aprovechó esta oportunidad para contarle acerca de la historia de la casa que el viejo jardinero le había contado a él y a sus amigos. Le enseñó también el diario que había encontrado y todos los escritos que contenían las páginas.

Nadie se imaginó que un lugar como este, contuviese tantos recuerdos sellados.

—Y eso fue lo que sucedió en esta casa hace mucho tiempo—Taehyung soltó un suspiro nostálgico dando por terminado el relato, el mismo que le había dicho el anciano.

No importaba cuantas veces se reproduciera aquella historia en su mente, siempre lo ponía triste.

—Vaya, no tenía ni idea—expresó Jungkook decaído.

No solía ser sensible, pero cuando se trataban de historias de amor, era inevitable no sentir su corazón ablandarse.

Los dos comprendían a cierto punto ese sentimiento tan sincero. El querer ver y estar con la persona que amas incluso después de la muerte.

Jungkook era capaz de esperar a Taehyung, como mismo Taehyung era capaz de esperar a Jungkook. Aunque fuesen almas en pena vagando en la nada, ellos se iban a estar esperando el tiempo que fuese necesario.

Un resplandor luminoso apareció en la habitación, ocasionando que la temperatura del ambiente bajará de forma inmediata. Una silueta blanquecina y difuminada se presentó enfrente de ellos. En cuanto se hizo visible, finalmente pudieron percibir la figura de un joven. Uno bastante transparente y que vestía con un traje anticuado.

—E-es...—Jungkook se quedó sin palabras.

Un espíritu se mostró ante sus ojos, flotando en el aire con una mirada perdida y llena de dolor.

—¿T-tú...también lo estás viendo?—Taehyung tragó con fuerza algo de su propia saliva sin apartar la vista del espectro.

Ambos se quedaron observando con detenimiento a aquella presencia fantasmal, que se mantuvo como una imagen estática sin decir ni una sola palabra.

Les aterró tanto verlo que se congelaron.

—Si...—asintió Jungkook.

Parpadeó repetidas veces para verificar que no estaba viendo una especie de holograma. Probó pellizcarse los brazos también y en vez de despertar del supuesto "sueño" que estaba teniendo, solo consiguió salir lastimado.

Identificaron a esa entidad como la misma muerte y daba la ligera impresión de que era un alma errante que se había desviado de su propio camino.

Los fantasmas son seres que se torturan y se fustigan cruelmente por no haber resuelto sus asuntos pendientes en su vida anterior.

Por su aspecto inmaterial podían ver muy bien a través de este, era un tanto perturbador pero asombroso al mismo tiempo.

Taehyung se quedó pensando en lo muy decepcionado que se sentirá Jimin después de que le cuente que el fantasma de la casa si era real. Lo estaba viendo delante suyo y no parecía del todo maligno, solo algo abrumado. Su rostro era bello y sus cabellos al igual que su ropa parecían estar mojadas. Notaron gotas de agua cayendo de este, por lo que pudieron percatarse de que se trataba del joven HanSung.

El verdadero dueño de esta mansión y del diario que Taehyung había encontrado. La muerte de ese joven entonces si ocurrió tal y como la historia lo decía.

Se había ahogado.

El fantasma de HanSung siguió con la cabeza agachada, como si estuviera tratando de evitar cualquier contacto visual con dos personas que seguían estando vivas. Usualmente los muertos no desean interferir con los vivos, algunos son bastante sensibles y huyen, muy pocos se vuelven hostiles en ocasiones.

Aquel espíritu se mantuvo enfrente de Taehyung y Jungkook sin intenciones de querer moverse. Al parecer no quería asustarlos, pero necesitaba al menos darles una señal que pudieran entender. Alzó entonces su brazo suavemente apuntando algo con su dedo.

—¿El diario...?—cuestionó Taehyung en voz baja captando el mensaje que el fantasma quería transmitir.

Siguieron con detenimiento los movimientos del fantasma, el cual luego dirigió la punta de su dedo en dirección a la ventana, indicando hacia afuera.

Jungkook no estaba entendiendo nada, solo se quedó mirando de soslayo a Taehyung, quien era el único que estaba tratando de descifrar lo que quería decirles.

—¿Habrá alguna manera de mostrarle este diario a su amado?—preguntó esperanzado observando el librito—Ojalá pudiéramos encontrarlo y entregárselo en su nombre—miró a Jungkook esperando que pudiera darle una respuesta más contundente.

—Eso es imposible...—negó de inmediato Jungkook planteándose mejor aquel dilema.

Para empezar, no conocían al otro chico, no podían simplemente irse a buscarlo a lo loco. Tendrían que hacer una investigación a fondo para saber que había pasado con él al pasar de los años. No estaban seguros del todo, pero quedaban dos hipótesis en las que confiaban.

Podría seguir vivo o estar muerto.

Por supuesto que no sabían cómo comprobarlo y lo más probable es que les iba a llevar un largo tiempo descubrirlo.

—Pero...—Taehyung mordió su labio inferior levantado la cabeza para mirar con más detenimiento al fantasma.

El castaño se estaba sintiendo impotente por no hacer nada, quería de verdad ayudarlo. Sentía que necesitaba reconfortarlo con todas sus fuerzas.

El joven fantasma comenzó a levitar caminando sobre el aire con mucha tranquilidad. Como si hubiera sido un efecto realizado por una ventisca, el espectro se adentró en el diario, mezclándose entre las páginas, lo cual sobresaltó a Jungkook y Taehyung.

—Espera—Taehyung reaccionó de pronto con una idea que se le pasó por la mente—La cueva—murmuró pensativo unos segundos en los que por fin lo vio todo con más claridad—¡En la cueva!—exclamó emocionado.

—¿Eh?—Jungkook se sintió más confundido.

—¡Ven conmigo a la cueva Jungkook!—gritó eufórico Taehyung con determinación.


¡Ven conmigo a la cueva JungGuk!



Jungkook de pronto tuvo un dèjá vú.

Observó cómo Taehyung lo tomó de la mano con fuerza para que lo siguiera hacia afuera de la habitación.

Un recuerdo lejano de un castaño sonriente guiándolo se rememoró como un episodio de algo que ya había vivido antes.

Pero...

¿Cuando pasó exactamente eso?











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