38.
Saliendo de clases fui a la dirección que mis amigos me habían dado de referencia del nuevo hogar de Jungkook, caminé tranquilamente mientras pensaba las palabras adecuadas para decir.
En mi mochila llevaba aquellas pulseras que compré en ultimo momento, fue un récord llegar al puesto antes de irme, tal vez un "lo siento fui un tonto" no sonaba tan mal, como Jin dijo me funcionó eso de pensar los días que me fui, no quería perder todo solo porque mis emociones me engañaron, sólo porque me dejé llevar un poco negativamente. Mi teléfono lo había olvidado en el auto, ojalá mis padres lo hayan sacado de ahí.
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Después de haber estado esperando ¡4 horas!, ¡4 largas horas! frente a esa puerta blanca me digne a caminar de vuelta, pero no para mi casa, sino a la casa de sus padres, debía verlo, era ahora o nunca.
Toqué dos veces.
— ¡Vaya qué sorpresa! — el Señor Jeon habló tan felizmente que yo me desconcerté de sobremanera. — Pasa Jimin, por favor pasa —.
— Muchas gracias Señor — hice una reverencia. — Emh... vengo a buscar a Jungkook y también a pedir disculpas por lo último —.
— Ya no recuerdes esos momentos hijo, ahora todo esta arreglado, eso espero de verdad.— Nos sentamos en el sofá y su hermano venia bajando.— ¿Te ofrezco algo de tomar? —
Negué levemente con la cabeza.
— ¿Está Jungkook? —
— No, no se encuentra, ¿no te contaron que se mudó? — hizo una pequeña mueca. — Jihyun trae dos cervezas anda.— Alzó la voz y Jihyun volteó viéndome sorprendido, después se metió a la cocina.
— Si, si me contaron pero fui hace un rato y no estaba — jugueteé con mis manos. — Pero si tampoco se encuentra aquí entonces me retiro...
— ¡Espera! — Jihyun entró a la sala con tres latas, destapó todas y me dio una al igual que a su papá. — Jungkook está trabajando, por eso no está en su departamento — le dio un trago largo.— ¿No sabías que trabajaba? —
— Emh no. — Según mis amigos me pusieron al tanto de todo, ya veo que no —.
— Sale a las 9, puedes ir a buscarlo a esa hora — me sonrió tan cálidamente que no pude evitar devolverle esa misma sonrisa. — Y por lo otro, soportaré que seas mi hermanastro pero Jungkook tiene derecho de antigüedad. — Tomó su lata y se retiró de la sala, volteé a ver al Señor Jeon y éste solo se encogió de hombros —.
— Gracias — dije casi en un murmuro.
Cuando me termine la cerveza me despedí cortésmente, el papá de Kook me contó el como se sentía su hijo y yo pude reflexionar mejor las cosas.
— ¿Podemos hablar rápido? — interrumpió la voz de una mujer mientras yo salía de aquella casa.
— ¿Sobre qué? Nosotros no tenemos nada que hablar — dije secamente.
— Por favor Jimin ...
— Pero rápido, llevo algo de prisa — me giré para verla a los ojos — dime, ¿sobre qué quieres hablar Eun Seo?
— Antes que nada quiero pedirte disculpas, vives mejor con ellos mucho mejor de como hubieras vivido con una madre soltera y cobarde como yo — aclaró su garganta mientras que a mi se me hacia un nudo. — Jungkook, él te ama y...
— Lo sé —.
— Entonces no te alejes de él, que esta destrozado, no tiene la culpa de nada de lo que sucedió, él no escogió que su madrastra fuera la verdadera mamá de su novio —.
— Lo tomaré en cuenta. — suspiré.
— Sólo era eso, no molestaré, tampoco pediré toda mi vida tu perdón, porque ahora vivo feliz — salió una risa sarcástica de su boca — pero eres la felicidad de ese chico así que no hagas algo de lo que te arrepientas después —.
— ¿Eso es todo? — alcé una ceja y ella asintió. — Entonces adiós —.
Estaba oscuro y no sabía si ir de regreso a esperar a Jungkook, de nuevo mis pensamientos me empezaron a invadir y yo me empecé a marear, todo se tornaba borroso así que opte por sentarme en la acera de aquel gran edificio, porque sí, si había decidido ir a buscarlo nuevamente.
El tiempo seguía pasando, recordé la vez que lo conocí, en esa cafetería, estaba ahí sentado siendo tan perfecto con solo respirar, recuerdo como me dio ese beso tan agradable, sus abrazos, su olor a fresa, su todo. Lo deseaba con toda mi alma, quería que estuviera a mi lado. Miré el anillo que me regaló cuando me pidió ser su novio, lo moví una y otra vez de mi dedo, lanzaba sonrisas con cada recuerdo de él.
— ¿Ji-Jimin? — volteé hacia arriba y su rostro tan indescifrable, la luz de la luna pegando en su perfil, la manera en la que se agachó en cuclillas para verme de cerca, ¡Dios! podría jurar que mi pulso iba a detenerse. — ¿De verdad estás aquí? —
—Uh... Si, creo que si — sonreí. — ¿Puedes perdonarme? — no, no podía llorar tan rápido, todavía tenía que darle ese gran discurso que preparé en el camino.— Y-yo n-no que-quería... — balbuceaba sin poder estructurar una frase.
— Ven acá — sus brazos me rodearon y yo me aferré a su chaqueta como si mi vida dependiera de ello. — Te extrañé mucho, ¿sabes?... No te alejes de nuevo de mi —.
— Tu no tenías la culpa de nada Jungkookieee — chillé en su hombro y dejé que mis lágrimas salieran.
— Eso ya lo sabía bobo — sus manos acariciaban mi cabello mientras que su nariz se hundía en mi cuello. — Ya pasó todo, ahora estás aquí conmigo Minnie —.
— Te amo Jungkook —.
— Y yo a ti Jiminnie... — se hizo un poco para atrás dejándome ver su rostro, empezó a besar mis mejillas húmedas para después sellar sus labios con los míos mientras otra lágrima pasaba por ese beso, solo que esa lágrima no era mía, era de él.
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My youth is yours. ❅
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