16.
El timbre sonó.
La última hora de clases había dado final. Caminé con Taehyung hasta llegar a un lado de Kim SeokJin y Namjoon donde nos estaban esperando.
— Hoy no se pueden ir a su casa. — Jin movió su mano para tomar la de Namjoon. — Iremos a la feria después de comer juntos —.
— ¿Solo nosotros? — protestó Tae, Namjoon negó con la cabeza.
— Ellos también.— Los cuatro giramos, Hoseok junto con Jungkook se acercaban, la luz del atardecer se reflejaba en su rostro y Kook se veía demasiado bien.— No les molesta, ¿verdad?.
Tae corrió hasta llegar a un lado de Hoseok y éste lo abrazó.— Que bueno que vas a ir Hyung.— nunca había estado ese niño tan emocionado.
— Hola, ¿puedo ser tu acompañante el día de hoy? — Jeon tomó mi rostro con ambas manos y yo solo asentí levemente. — Vamos — y me dio un beso en la frente, los demás solo hicieron caso omiso.
— Bien, ya que estamos completos podemos irnos.— Habló Namjoon, lo seguimos hasta el estacionamiento y nos subimos a su camioneta.
En el camino Jin venía peleando por querer poner la música, por obviedad salió victorioso con la batalla que tenía con Namjoon. Hobi venía platicando animadamente con Tae y Tae tenía su boquita abierta prestando atención a cada palabra que decía el pelirrojo.
Nosotros dos veníamos en los asientos de hasta atrás, Jungkook recargó su cabeza en mis piernas y de vez en cuando me tomaba de la nuca para agacharme y besarlo.
— ¿Comemos ó vamos a divertirnos y después comemos? — Jin parecía estar en controversia, lo cuál fue muy gracioso de ver.
— Digo que cada uno vayamos a dar alguna vuelta, nos vemos en aquella mesa en hora y media, comemos y después nos vamos todos juntos a algún lugar para terminar la noche.— Hoseok organizó todo.— ¿Si?
— Está bien, cualquier cosa ¿llevan celular?.— Todos mostramos nuestros teléfonos y Jin sonrió feliz.— Entonces, hasta hora y media —.
Nos distribuimos.
— ¿Quieres subir a algún juego?.— negué con la cabeza.— ¿Seguro Minnie?.— asentí.
— Hay que caminar.— Saqué la mano de los bolsos de mi pantalón y tímidamente tomé la de Jungkook, él pareció comprender y apretó fuerte mientras yo entrelazaba mis dedos con los suyos.— Está lindo aquí —.
— Eres lo más tierno que he visto.— sonrió.
— Y tú eres lo más parecido a un conejo.— me reí.
— Ven aquí.— Nos acercamos a un pequeño puesto donde vendían anillos, collares y todo de ese tipo.— Disculpe...— Jungkook me soltó de la mano y se dirigió con el vendedor, hablándole en el oído.— Gracias.— dijo y me jaló a la montaña rusa.
— ¿Qué haces?— giré los ojos y él me besó de repente — ¿De verdad vamos a subirnos?— él asintió y mis mejillas se ruborizaron.
— Suba mi hermoso niño — ignoré sus palabras, acto seguido se sentó a un lado de mi — ¿no te parece romántico?
— Jungkook la verdad estos juegos no me gustan.— Kook pasó su brazo por mis hombros y yo recargue mi cabeza en él — pero pasarla contigo lo hace lindo.— Estaba oscureciendo y las diferentes luces de los juegos y puestos se hacían presentes.— Es lindo verte aquí a un lado mío —.
— Me haces sentir cosas que no conocía Jimin y eso me hace extremadamente feliz.— Miré a Kook de soslayo y éste tomó mi mentón para darme un beso.
Me ruboricé, estábamos en lo alto de la montaña, y pude ver a Jin llorando con su brazo extendido.— ¡Mira! — Jungkook también volteó y ambos empezamos a reír, Jin estaba siendo tatuado junto con Nam, tremendo berrinche que hacía.
— Llevan casi 4 años juntos, es admirable su relación. — abrí mis ojos, no sabía que eran novios y eso que conocía a Jin.
— Woh, si que es bastante.— Me mordí el labio. Nuestro turno al parecer había acabado.
— Ahora vamos por un pollito para ti.— Me reí y nos dirigimos a los peluches, ahí estaba Hoseok y Tae.
— Hope.— dijo Jungkook — ¿Aún disparas bien? — yo me puse a un lado de Tae, escuchando cada palabra.
— Claro que si, pero ahora no pienso competir, Tae me dio este flamenco.— mostró su hermoso peluche.— Ahora yo quiero darle algo —.
Jungkook me miró y yo no pude contener mis carcajadas.
— Son tan lindos —.
Después de un rato yo tenía mi pollito y Tae una especie de corazón, como ya había pasado rato decidimos ir rumbo a la banca donde comeríamos, nos sorprendimos al ver que Jin y Nam ya estaban acomodando platos y vasos.
— ¿Llegamos tarde? — habló Hoseok a lo que Jin negó.
— Decidimos adelantarnos, pero está perfecto.— Tomamos asiento y comenzamos a comer hamburguesas, que por cierto sabían muy bien.
— Kook — llamé al hermoso castaño que comía frente a mi, sus mejillas llenas de migas de pan eran tan adorables.— ¿Qué hablaste con el de el puesto de anillos?
— Naba impobtante.— Hablaba con la boca llena, se limpió.— ¿Por qué Minnie?
— Curiosidad —.
— ¿Y ese tatuaje? — preguntó Tae muy feliz.
— Hice una apuesta con Nam y perdí, no pude comer muchas gomitas como creí, así que me tatué su nombre.— Todos abrimos los ojos como platos.— Tranquilos, no es permanente.— Un "Uff" salió al unísono y seguimos conviviendo.
Nam y Jin se fueron a otro lugar después de pasar a dejar a Tae en su casa y a Hoseok en su departamento... Jungkook se ofreció a llevarme por aparte y obviamente yo accedí.
— Jimin... — tomó mi mano mientras yo abría la perilla de la puerta. — Yo, emhhh
— ¿Si? — él aclaró su garganta.
— Bueno, yo quería deci... —
— ¡Jungkook, qué sorpresa! — mi madre abrió la puerta y yo suspiré, vaya momento de aparición. — Pasa, pasa —.
— Hola Señora Park — Kookie forzó su sonrisa.— Permiso.
— Buenas noches hijos. — dijo mi papá llevando y trayendo trajes de quién sabe donde.
— ¿Qué hacen? — adentré a Jungkook a la sala.— Es un poco tarde — Mi madre entró con dos tazas de café.
— Estamos terminando de empacar, nos vamos mañana en la tarde.— Miré a el castaño y le brillaban los ojos, al igual que a mi.— Te voy a encargar mucho la casa hijo, cualquier cosa sabes que puedes llamarnos. Si por mi fuera te llevaría pero tu padre solo piensa en trabajar.— sonreí levemente.
— No se preocupen, sé cuidarme solo —.
—Jungkook, te pido que lo vigiles, es muy distraído, una vez por no querer prender la luz de la cocina creyó que tomó una manzana y la mordió, pero en realidad era una cebolla picada.— las risitas de mi papá fueron inevitables.
— Claro que si, yo cuidaré a su hijo. — Me miró fijamente para después guiñarme el ojo.
Por supuesto y como es de esperarse yo me ruboricé.
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
❅.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top