Uno
Taehyung era un joven de 19 años, vivía en Seúl.
Aunque parecía igual a los demás era diferente, era una persona hiperactiva y demasiado tierna para su edad, trabajaba en una tienda de autoservicio la mitad del día toda la semana pues tenía que pagar la renta del cuarto donde vivía. Asistía a la Universidad lo sábados y los domingos descansaba.
No era una gran vida, pero a él le parecía de lo más cómoda, de vez en cuando sus papás le mandaban dinero y eso le hacía más feliz.
Y ahí estaba, chechando el código de barras de un ramen instantáneo y dos cervezas mientras escuchaba la música que ponía, era tan optimista que a veces las personas solo pasaban a comprar a la tienda para ver como sonreía.
—Son 2000₩.—la Señora pagó con gusto y salió del lugar.
Cuando iba de regreso a su "hogar" pateaba una piedra y jugaba con su respiración que se condensaba con el frío de la noche, le divertía tanto que lo repetía una y otra vez, las bolsas que traía en su mano se meneaban hacia los lados, dobló en la esquina adentrándose a un callejón oscuro.
Retrocedió dos pasos cuando observó como tres personas estaban en aquel rincón, dos le pegaban con fuerza al tercero, se escuchaban gritos y golpes volando. Taehyung nunca se había metido en una pelea, odiaba tanto la violencia que no pensó dos veces y tomó un fierro que yacía en un bote, corrió y al primer sujeto le pegó en la entrepierna provocando que cayera de dolor, al segundo le propino un buen golpe en la cabeza haciendo que también cayera.
Tomó del brazo al chico del suelo y comenzaron a correr, literal por su vida, Taehyung no era bueno en los deportes, empezó a sentir la falta de aire, su acompañante se dio cuenta y antes de girar a la otra calle paró en seco y brincó una barda, Taehyung lo miró confundido pero imitó su acto.
Ambos vieron como pasaron de largo los sujetos que llevaban gorros y cubrebocas negro, suspiraron de alivio y salieron de su escondite.
—¡Auuuuch!—un sonido agudo salió de la boca del muchacho al que Tae veía como si estuviera hipnotizado—Gracias por ayudarme, me salvaste de una buena paliza—escupió sangre y su sonrisa torcida hizo que a Taehyung le diera un infarto.
—Emmh... no fue nada—hizo un puchero recordando que las bolsas de lo que había comprado en el día las dejó tiradas en ese lugar— me tengo que ir, ¿quieres que te ayude en algo?, tienes rasguños en el brazo y mucha sangre en la cara
—Y la pierna con una cortada—concluyó.
—¿QUEEEEEEE?—abrió sus ojos haciendo que el chico pelirojo estallara en risas—Tal vez debamos ir al hospital.
—Tal vez no—era una persona apuesta y altapor cierto, me llamo Jung Hoseok—volvió a sonreír.
—Bien Hoseok, si no quieres ir al hospital vayamos a mi casa, bueno al lugar donde vivo—miró la luna- por lo menos para que te recuperes.
Hoseok se acercó peligrosamente a Taehyung y lo acorraló entre la barda.
—¿Cómo puedes llevarte así a un desconocido?—habló mientras que la luz de la lámpara casi fundida permitió que viera su cabello rosa/lila y sus grandes ojos asustados—Digo, ¿sabes qué es peligroso?, ¿Cómo sabes que no soy de esos tipos malos?
—Por-porque—Tae habló con nerviosismo- porque ellos te estaban golpeando—tomo confianza en sus palabras—si y porque me acabas de dar las gracias por salvarte—su mirada de triunfador apareció y lo apartó lentamente de él.
—Bueno, tienes razón—rascó su nuca y miró su muslo, estaba sangrando—aceptaré tu ayuda pero dejame pagarte después de alguna manera.
—Esta bien, me comprarás todo lo que se quedó en ese callejón, solo eran sopas y bebidas de mango—se lamentó el haberlas soltado—Bahhh, no importa, vamos.
Caminaron unas cuadras cuidándose de cada persona que se cruzaba con ellos, hasta que dieron con un edificio, el lugar se veía como de película de terror, Taehyung abrió la reja y entraron al apartamento.
—Yo soy Kim Taehyung, tu salvador—hizo una reverencia y sonrió divertido—sientate.
—Gracias de nuevo—Hoseok trató de no manchar sus sillones así que se sentó lo más cerca de la orilla.
Pronto Taehyung le estaba limpiando con un pedazo de algodón y alcohol las manchas que traía en la cara, Jung sentía el sabor metálico de su sangre. Le puso una especie de pomada al labio abierto de Hoseok y en la herida que traía en la mejilla le hizo lo mismo pero poniéndole una curita encima
—Biennn vamos con tu pierna, ouchhh— vió como se le acumulaba en pequeños grumos la sangre—va a doler.
—Espera, espera- tomó el extremo de su camisa y la mordió, para Taehyung le fue imposible ver su abdomen ligeramente marcado y tragó saliva- liddto.
Intentó quitar aquellos grumos para después desinfectar la herida, Tae soltó varias carcajadas, le parecía gracioso como lagrimeaban los ojos de Hoseok.
1
2
3
4
5
Cinco minutos pasaron y Hoseok estaba como nuevo, bueno, algo así.
—Ya puedes dejar de babear tu camisa—Taehyung lo ayudó a sentarse cómodamente y este accedió con gusto—¿Por qué te golpeaban esos sujetos?—se atrevió a preguntar.
—Porque decidí renunciar, esos hijos de perra creen que me dejaría manipular- giró los ojos.
—¿En qué trabajabas?—dijo sin saber a lo que se refería.
—En... negocios, pero no eran negocios buenos—suspiró—no importa ya.
—¿Te acompaño a donde vives?
—No tengo a donde ir—se encogió de hombros—vivía con mi supuesto jefe.
Taehyung permaneció unos segundos en silencio.
—¿Debería dejar que te quedes?
—¿Debería aceptar?—respondió Hoseok y ambos sonrieron.
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Gracias por leer.✴
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