Tredive.
Park se hallaba nervioso, ayer se había despedido de Jungkook puesto que sus padres le llamaron pero cuando llegó a su casa ellos no estaban.
Decidió esperarlos despierto.
Cuando escuchó su portón abrirse corrió escaleras abajo y trató de poner su postura de siempre aunque esta vez sabía que se derrumbaría rápido.
Porque Jimin no tenía un plan B.
Su mamá fue la que entró primero.
— ¡Park Jimin! — gritó la Señora — ¿Sabes de dónde venimos? — Jimin negó lentamente — ¡de la empresa!
— Solo fuimos a checar que todo estuviera en orden y no, resulta que cuando íbamos para allá vemos tu camioneta pasar... — el Señor puso cara de sorpresa — y llevabas a tu amigo el raro junto con otra chica, igual tenía pinta de... agh, no quiero ni decirlo —.
Bueno, al menos no se dieron cuenta de lo otro.
— ¿Y qué tiene de malo? — preguntó el peli rosa para cambiar el tema, sinceramente le daba igual lo que sus padres pensaran, de todas maneras, ellos nunca se preocuparon por él, sino por todo lo que les podía ofrecer.
— ¿Cómo que qué tiene de malo? — su madre estaba roja del coraje — ¡Nosotros no te criamos así Jimin, ve y júntate con personas de tu clase! — la señora Park acarició su sien — es más, tengo una solución mucho mejor... Sigue estando solo como hasta hace unos meses, prefiero que seas tú sin compañía a qué te peguen malas mañas —.
Por primera vez en la vida esas palabras le dolieron demasiado a Jimin y con un nudo en la garganta solo chistó y regresó a su habitación.
— No vas a estar triste — se dijo en su bonito espejo — ahora solo vamos a enfocarnos un poco más en ese par de Jeon —.
El peli rosa se acostó en su cama y trató de evitar nuevamente sus malos pensamientos.
❄
Los días pasaron lentamente para Jungkook quién extrañaba tanto a su pequeño hermano, extrañaba verle su sonrisita pícara cuando tiraba algo o sus diminutos pasitos, aún no mantenía el equilibrio y se veía tremendamente tierno, sus berrinches también era algo de lo cual Jungkook quería presenciar siempre.
Pero al fin los seis días habían pasado, quizá hoy se daba la última palabra y estaba nervioso, las investigaciones al parecer no levantaron sospechas y eso fue un punto a favor.
°°°
Tzuyun no esperó a los chicos en la entrada del tribunal, en cambio estaba buscando la oficina del juez con sigilo.
Llevando el sobre entre sus manos se acercó a la ventanilla de este y tocó la puerta.
Un casi inaudible "pasen" fue lo que ella necesitaba para entrar.
— Buenos días — habló la pelinegra — perdón por la interrupción, vengo a entregarle esto... — estiró el sobre sobre su escritorio y el mayor la miró sin comprender — me lo entregaron pero esto es para usted, también me pidieron que solo en caso de que no lo desee le haga saber quién lo manda —.
El juez abrió el sobre con intriga, leyendo adecuadamente todo los papeles dentro, por cada página leída sus ojos se abrían más en sorpresa sobre todo al ver las fotos que incluía, no eran muchas pero si suficientes.
— Dime quién las mandó — habló el mayor con la voz llena de irritación.
— Kim Namjoon — habló Min.
— Bien, gracias, puedes retirarte, nos vemos en el juicio — Tzuyun hizo una reverencia y salió de aquella oficina sin saber cómo reaccionar.
Por otro lado el Juez solo apretó los papeles que le fueron dados, Namjoon era un pez grande, una persona que hacía justicia con su propia mano, era de fiar hasta cierto punto.
°°°
Todos entraron con sus rostros serios a la sala, también llevaron al pequeño JungMin y Jungkook fue volando a abrazarlo, duró muy poco, Jimin lo atrajo de nuevo a su lugar.
— Hoy no haré largo este juicio debido a que tengo mi veredicto final —.
Jungkook, Tzuyun, la anciana Xan y los padres del pelinegro se pusieron alerta.
— Jeon JungHyun y Bi Eun quedan fuera de este caso — habló con claridad y Jungkook frunció el ceño — serán inmediatamente transferidos a una celda hasta nuevo aviso, el motivo, tráfico de órganos y drogas —.
El peli rosa ahogó un grito con sus manos. Lalisa cayó de sentón sobre la banca y los murmullos de los presentes rebotaban por el lugar.
— Sin más por el inconveniente otorgo la patria potestad al joven Jeon Jungkook — pasó a uno de sus ayudantes el testimonio escrito para ambos abogados — pueden retirarse —.
— ¿Qu-Qué sucedió? — Jungkook recibía a su hermano quién sonreía con mucha energía, se veía muy tierno, demasiado para su corazón.
— Es un tema delicado — habló Tzuyun mientras los guiaba a la salida.
Los gritos de la Señora Jeon se hicieron presentes y Jungkook abrazó a su hermano.
La anciana Xan lloraba desconsoladamente y casi golpea al pelinegro para poder cargar a JungMin.
Jungkook se sintió aliviado pero asustado a la vez, giró a la puerta de la sala donde venían sus padres con esposas alrededor de sus muñecas.
— No eres competente para cuidarlo — espetó su madre.
— Y yo creo que ustedes tampoco — habló alguien quitándole las palabras de la boca a Jungkook.
Todos giraron y ahí estaba, Namjoon con unos lentes obscuros cubriendo sus ojos y un traje negro al igual que su sombrero.
— Nam — susurró Jungkook.
— Hola Kook — Namjoon hizo un saludo como de soldado sonriendo con picardía — tus vacaciones terminaron —.
Y con eso salió del espacio donde estaban.
❄
— Al parecer querían al pequeño JungMin para... venderlo — terminó Tzuyun de contar y a Jungkook le hirvió la sangre queriendo matar a sus propios padres, realmente no podía creer que harían semejante crueldad.
Jimin tenía al bebé jugando en sus piernas, escuchando cada palabra, sin tratar de expresar lo que sentía.
Lalisa se había ido poco después, dándole mimos a ambos chicos, obviamente el peli rosa no dijo lo mucho que odio ese instante.
La Señora Xan pasó a la casa de los hermanos Jeon y junto con ellos la abogada también.
— Lo bueno es que ahora enserio todo terminó — guiñó el ojo — les dije que esto se resolvería rápido — por cierto, ¿ese Namjoon qué es de ti?
— Alguien que siempre me ha cuidado la espalda — Jungkook cerró los ojos pensando profundamente — muchas gracias por todo Tzuyun — dijo el pelinegro y Jimin se paró enseguida para ir a la mesa donde los demás hablaban.
— Fue un placer — contestó la chica.
— Puedes visitarnos cuando quieras — comentó la anciana Xan y Jimin la fulminó con la mirada.
Tzuyun se ruborizó ya que en ninguno de sus casos la habían tratado así y en tan poco tiempo.
— Muchas gracias, debo retirarme — y salió de la casa luego de una calurosa despedida.
Park regresó al sofá con JungMin.
— Supongamos que éste es tu tontito hermano — dijo el peli rosa tomando un conejito de hule — y tú eres este — ahora tomó una pequeña ardilla — cuando crezcas debes golpearlo fuerte porque se lo merece —.
Y así descargó sus celos, mientras JungMin aplaudía con alegría.
— Jimin iré a dejar a la S... — se quedó callado al ver tremenda imagen. Jimin pegándole a los juguetes con mucha energía, su rostro tan concentrado y sus labios hechos un mohín mientras su hermano reía y festejaba aquel acto.
Jungkook quería a Jimin en su vida para siempre.
— Park — habló de nuevo y ambos giraron a ver a Jeon — Xan se va... Vuelvo en unos minutos, ¿bien?
— Da igual — cargó a JungMin y subió a la habitación del pelinegro.
¿Y a este que le había picado?
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Holaaa❄
Actualización temprano pq si.
Lxs amo
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