Tolv.

— ¿Y de verdad fuiste? — preguntó Taehyung con los ojos bien abiertos mientras comía su arroz.

Park asintió y con eso dio por terminada su conversación en la cafetería, casi no intercambiaba palabras con el castaño, le gustaba su compañía pero no tenía como secretos o confesiones importantes que hacer, solo le contó sobre la noche anterior y los otros relatos que pasaron en la semana pasada. Obviamente Kim estaba demasiado sorprendido pero él también sabía que Jimin se limitaba con sus asuntos así que decidió no hablar más sobre ello.

— ¿Terminaste el proyecto que teníamos en pareja? — preguntó Jimin picando su fruta.

— Claro, lo subí a la plataforma ayer, supongo que hoy asienta calificación el Profe — contestó Tae entretenido en su comida y celular.

El peli rosa desvió su atención cuando escuchó las puertas abrirse con fuerza innecesaria, era algo idiota quién no supiera de quién se trataba, Jungkook pasó de largo como siempre con muchas miradas encima de él, entre ellas la de Park.

Detrás del peli negro le seguía Lalisa, viendo directo al suelo, como si la hubieran regañado. Los dos se sentaron juntos en el mismo rincón de siempre y comenzaron a charlar.

— Jiminie se te va a torcer el cuello — dijo Taehyung con una sonrisa juguetona. Jimin bufó al darse cuenta que casi gira todo su cuerpo para poder ver mejor a Jungkook, así que regresó a su posición anterior.

— Eres un tarado — volvió a su lunch.

— Ksbwieue ahí viene — hizo el castaño llevando mucha comida a su boca para poder excusarse con algo y no hablar o participar en lo que se avecinaba.

— ¿Qu.. — pero no pudo terminar de preguntar ya que la presencia de cierto chico alto estaba justo detrás de él.

— Hola — y su voz hizo que los vellitos de su brazo se enchinaran, Jimin jamás creyó que también le hablaría en la Universidad.

Con eso de que cada uno tiene su reputación.

— Hola Jeon — respondió Jimin evitando a toda costa la vista del pelinegro.

— Quería preguntarte sobre tu horario de clases, entrada y salida — habló el menor sentándose de forma en la que su espalda se recargaba al borde de la mesa.

Park sopeso las palabras

— ¿Para...

— Para saber si podemos salir hoy, ¿te gustan los juegos mecánicos?

— No — contestó secamente.

— Por Dios — bufó Jungkook — ¿no te gustan o tampoco te ha subido a uno? — eso hizo que al castaño le saliera una risita y Jimin volteara para fulminarlo con la mirada.

— En las noticias siempre hay tragedias sobre esos juegos, nadie está cien por ciento seguro si llega a fallar, aparte el número de fallecidos por este ti..

— ¡Ya, ya entendí! — alzó las manos Jungkook rindiéndose — solo iremos a comer dulces y cosas por el estilo —.

— Aún así no puedo Jeon, mis padres no están y tal vez dejen mucha tarea el día de hoy — Jimin terminó sus pedacitos de fruta y cerró el tupper donde las llevaba, Jungkook rio por debajo por lo tierno que le parecía aquel peli rosa.

— Bien... ¿Taehyung? — giró un poco la cara para ver al castaño, este se enderezó en su lugar — ¿A qué hora salen hoy?

— Emhh... Eh... — Kim volteaba su vista de Jimin a Jungkook, ambos le aterrorizaban, era como si lo estuvieran emboscando — yo.. ehh... — la presión en su delicado cuerpo se hizo presente y solo cerró los ojos — salimos a las dos en punto — tomó su charola y se levantó — lo siento Jimin, era mucho estrés —.

Y con eso Tae se fue directo a devolver su plato y la enorme bandeja. Jimin se permitió soltar una risita.

— Es un encanto tu amiguito — habló Jungkook — te veo a las dos en la biblioteca para avanzar tareas y poder vernos a las cinco en el centro de nuevo, chao...

Sin dejar espacio para una respuesta Jungkook se levantó y fue con Lisa.

Idiota.

♥️


Ni siquiera sabía porque estuvo tan desesperado las últimas tres horas, moviendo con insistencia sus piecitos y terminando más rápido de lo normal los ejercicios que tenían.

Fue directo a la Biblioteca, eran exactamente las dos de la tarde, decidió entrar antes al baño para no verse tan puntual, Jimin tenía el asunto en sus manos, gracias a todos los cielos no dejaron tarea pero se pondría a leer media hora aunque sea algún libro de Mitología, cualquier cosa era buena para excusarse.

Se acomodó sus cabellos rosados mientras sacudía su pantalón obscuro, él estaba genial, como siempre.

Entró con cautela saludando al encargado y fue directo a un librero en donde estaba su víctima del día, Mitología Egipcia. Se lo llevó buscando a Jeon hasta que lo encontró demasiado sumergido en un libro, el libro que él le había dejado de Cálculo, sonrió satisfecho y caminó hacia donde se encontraba.

— Viniste — dijo primero el peli negro.

— No quería verte llorando por mi ausencia — contestó Jimin tomando asiento frente a Jeon — eres un año menor, no debería hacerte sentir rechazado —.

Entonces Jungkook enarcó una ceja como era su costumbre, sonriendo ladino.

— ¿A qué te refieres con no ser rechazado? — a Park se le subieron los colores rojos a la cara. Que pena, enserio, que pena.

— Solo hablé por hablar Jungkook —.

— Que raro en Park Jimin — soltó el peli negro. Al ver qué enserio Jimin no respondería volvió a su tarea sin hacer más ruido.

En ese tiempo Jimin dejó de lado su lectura para concentrarse un poco en los gestos que hacía Jungkook al no entender algo, la forma en la que arrugaba su nariz cuando leía era demasiado lindo, cuando se quedaba entretenido, sus ojos perdían aquella forma tan dura, aquella que daba miedo pues era reemplazada por un par de ojos profundamente brillantes y grandes.

Su cabello largo era travieso, caía por su frente de forma cansada, era ondulado y se veía demasiado suave. Los aretes que adornaban su oreja derecha eran espectaculares, Jungkook era muy varonil a pesar de todo, a brazos marcados tras la camisa gris que tenía puesta, la esclava que rodeaba su muñeca le daba su toque rudo al igual que su perforación que abrazaba su labio inferior que por cierto... lindo lunar.

— ¿Te gusta lo que ves? — preguntó Jungkook sin alejar la visión de su lectura.

Jimin tragó en seco al ser atrapado.

— No, solo pienso en lo miserable que sería JungMin si en el futuro se parece a ti. — Bien Jimin, tu puedes, se repitió.

Pero nunca lo creyó.

— Ajá — hizo Jeon — ya casi termino, ¿y tú?

— ¿Siempre vienes a hacer tarea aquí? — preguntó Park botando la pregunta que hizo Jungkook.

— Hhhmm si, a veces viene Lisa conmigo — respondió — Increíble, ¿no?

— Pensé que nunca hacías tareas — Jimin recordó las millones de veces que criticó a Jungkook por verlo llegar tarde o simplemente verlo pasar.

— Las personas no son lo que aparentan Jimin — Jeon cerró el libro y sus cuadernos viéndolo fijamente.

— Tal vez — respondió el peli rosa.

Jungkook soltó una risa y fue a guardar todo lo que había ocupado.

— Vamos — ofreció — te veo a las cinco —.

— Pero ahora iremos en mi camioneta — repuso Jimi n— en cuanto llegue a mi casa te mandaré mi horario — y Jungkook no discutió aquello.





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