Elleve.
Habían pasado tres días exactos donde Jeon no le dirigió la palabra a Jimin, con decir que ni siquiera lo vio por algún lugar de la Universidad.
¿Por qué?, no lo sabía.
— Aquí está la tarjeta — le habló su madre trayendo consigo una enorme maleta — ya sabes Jimin, nada de fiestas, nada de salidas por la noche, eres un niño ejemplar y confiamos en ti, tampoco traigas a ese niño rarito, ¿cómo es que se llama?, ¿Taehyung?, da igual, no nos gusta tener gente aquí así que evita todo eso —.
El peli rosa giró los ojos, incluso él se hartaba un poco de sus padres.
— Escucha a tu madre Jimin y por favor sigue manteniendo buenas notas, si te portas bien tal vez te llevemos a la próxima con nosotros a París — el Señor Park acarició el cabello de su hijo como si fuera un cachorro y Jimin formó una mueca.
— Todo está claro, ya pueden irse — sonrió con falsedad. Una vez que sus padres se marcharon Jimin subió a su habitación para dormir un rato por la tarde.
Pero su celular vibró unas tres veces seguidas.
Desconocido:
•Hey!, ¿estás?
•Salgamos, no te vi un par de días
•Comienzo a echar de menos tu mal humor
•Por cierto, soy Jeon UuU
A Jimin casi se le sale el corazón al leer de quién se trataba, ¿cómo consiguió su número?
Sin darle tantas vueltas al asunto lo agregó.
Fuckboy✊:
Y a dónde iremos?
No tengo permiso de mis padres
Él estaba muy acostumbrado a que ambos se fueran hasta más de un mes y para Jimin no había menor problema porque por tan repetitivo que sonase le daba igual estar solo.
Quizá porque jamás supo cómo era sentirse en compañía.
Observó su teléfono y los mensajes enviados ya marcaban como leídos. Así que tecleó de nuevo.
Olvida eso, solo promete que regresaré
sano y salvo y antes de las diez.
Ven por mí.
Ubicación. 📍
Su celular vibró con un mensaje asintiendo. Corrió con rapidez a la ducha y a buscar algo dentro de su enorme ropero.
Mentiría si dijera que no estaba emocionado y un poco feliz al saber que Jeon no olvidó lo que hace unos días le dijo. Park también estaba ansioso por descubrir quién realmente era.
♥️
El motor de la Honda rugió fuera del hogar del peli rosa y este cayó de bruces en su cama, había olvidado que Jungkook andaba en una motocicleta y enserio le daban algo de pánico, aparte había planchado su lindo cabello.
— Bien hecho Jimin — se dijo por el espejo. Vestía con un jean de mezclilla obscuro con una camisa de cuello de tortuga color crema, sus vans eran del mismo tono, se veía muy hermoso.
Escuchó pronto el claxon ser tocado con insistencia y sin más guardó su cartera en el bolsillo de su pantalón junto a su teléfono.
Bajó de a dos escalones brincando, su estómago sentía leves cosquillas, pero en cuanto abrió la puerta su expresión la cambio a una neutra para disimular.
— Hola — dijo el peli negro sonriendo, aún seguía sobre su moto. Él usaba su ropa habitual... Pantalón negro, camisa negra, chaqueta de cuero y un montón de cadenas adornando su outfit.
Yes, era Jeon Jungkook, pensó Jimin.
— Creo que esto no será buena idea — habló Jimin colocando su abrigo gris en su pequeño cuerpo — Park Jimin arriba de la motocicleta del problemático de la Universidad, hmmm, no, no quedamos —.
— Tu estás pidiendo con insistencia que te vuelva a callar, ¿verdad? — enarcó una ceja haciendo que Jimin se ruborizara al instante.
— Idiota — susurró.
— Sube ya — casi gritaba Jungkook — aparte iremos a un lugar que ya conoces, tampoco espere mucho señorito — rio y este recibió un diminuto golpe en su hombro.
El camino fue gracioso para el más alto, porque las manos de Jimin estaba aferradas a su chaqueta cada que cambiaba de velocidad, la distancia de una casa a la otra era un poco considerable aún así llegaron pronto.
Park bajó de un brinco cero equilibrado, Jungkook lo detuvo y luego bajó.
— Se estropeó mi cabello, y mi abrigo se arrugó — dijo con un puchero el peli rosa.
— Sigues viéndote bien — Jungkook alzó su pulgar y Jimin soltó un risa que apenas y se podía escuchar, pero está era una risa sincera, que no necesitó ningún esfuerzo.
Jeon se quitó su casco y luego sus guantes.
— ¿Aquí es donde vive tu abuelita? — preguntó Jimin viendo como Jungkook desapretaba el casco que llevaba puesto, tragó en seco al tenerlo tan cerca, era un tanto incómodo que Jeon rozará sus dedos en su barbilla mientras lograba quitárselo.
Aparte de que también era vergonzoso que él a su edad no pudiera solo zafarlo.
— Ven — dijo ignorando su pregunta.
Lo guío hasta que subieron unos cuantos cuartos del edificio. Abrieron la desgastada puerta y entraron con cautela. — ¡Señora Xan, llegamos! — alzó la voz Jungkook rompiendo la calma del lugar.
Enseguida escucharon los balbuceos de un bebé y una anciana llevándolo en sus brazos. El pelinegro fue a saludar con un abrazo demasiado cálido.
— Que bueno que llegan, hola cariño — sonrió la anciana para Jimin — pasen, hice panqueques para la cena —.
Park asintió y con serenidad fue detrás de Jungkook haciéndole caras graciosas a su pequeño hermanito quién reía divertido.
Cuando se sentaron todo cambió pues Jimin no desobedecía su dieta tan estricta, Jungkook lo notó y suspiró profundamente.
— Tal vez Jimin solo quiera té, cenó antes de venir — habló el pelinegro y Jimin le miro confundido.
— Oh, que mal — suspiró la anciana —iré a ponerlo —.
Aquella acción hizo aparecer de nuevo intriga a Park.
— No, no, está todo perfecto — habló de prisa — mi apetito regreso — dijo Jimin y eso relajó el ambiente.
El peli rosa dio un bocado a su panqueque con miel y casi jadea de puro placer, no lo malinterpreten, sabían muy ricos. Tenia mucho sin probar algo igual, aquel gesto llegó hasta la vista del pelinegro.
Debía anotar que también le gustaban los hotcakes.
— Ella es la Señora Xan — habló Jungkook para no dejar divagar más sus pensamientos —me ha ayudado a cuidar a JungMin desde que tiene unos cuatro meses más o menos —.
Jimin presto atención.
»Nuestros padres se fueron, me han dejado a cargo de él, obviamente yo no sé nada sobre los cuidados de un bebé así que Xan cayó del cielo, desde entonces ha protegido a ambos.
— Jungkookie es un bebé también — terminó la Señora — aunque aparente lo contrario —.
Park subía y bajaba la mirada sobre la de Jungkook, todo lo que acababa de decir significaba algo grande, le estaba otorgando un poco de confianza.
Todo lo que dijo no tenía sentido si se ponía a pensar en un Jungkook de la Universidad, uno con cara dura todo el día, sin amigos alrededor y siempre ocasionando problemas, incluso saber que Lalisa era su amiga lo metió en controversia.
— Y-Yo... Supongo que lo siento — titubeó Jimin.
— No lo hagas, solo quería que supieras algo más — contestó Jungkook guiñándole el ojo.
Más tranquilo Jimin siguió disfrutando de la rica cena hasta que acabaron.
— Las cosas de JungMin están arriba Kookie, yo lavaré esto — refiriéndose a los platos que usaron — puedes subir con él si deseas — le dijo a Jimin y este hizo una reverencia, quiso ofrecer su ayuda para lavar los trastes pero no, aún no podía si quiera pensar en algo así.
Por lo contrario fue detrás de Jeon.
— ¿Puedo cargarlo? — preguntó con timidez el peli rosa.
— Claro — dijo Jungkook pasándole al bebé — tomaré sus cosas para irnos... ¡oh!, pero debo pasar a dejarte primero — se detuvo en seco.
Park estaba entrelazando sus dedos con la manita de JungMin, Jungkook tenía razón, debía irse, no quería incomodar tampoco tanto a el par de hermanos.
Entraron a la habitación de la anciana donde había muchos juguetes en la cama, el pelinegro comenzó a recogerlos y Jimin se sentó con JungMin sobre está mientras lo ayudaba a saltar animadamente sobre el colchón.
— Eres tan chiquito — dijo el peli rosa enternecido.
— Lo es — habló Jungkook terminando de cerrar una mochila.
Jeon les hizo compañía y pronto el pequeño Jeon se hallaba más que feliz pues pasaba de brazos a brazos con los chicos.
— ¿Hoy no irás a pelear? —preguntó Jimin con cautela.
— No... Namjoon me llama solo cuando hay rival, por lo regular es cada tres o dos días, así que nada... — Jungkook saco una cangurera color verde pastel de un cajón de la Señora.
A Jimin le dio otro ataque de ternura al imaginarse al peli negro con eso puesto y cargando a JungMin.
— Supongo que es hora de irnos, ¿verdad? — preguntó el peli rosa.
— Si — Jungkook saltó de la cama y cargo la mochila y la cangurera, Jimin tomó de nuevo a JungMin y bajaron juntos — Señora Xan solo iré a dejar a Jimin, en cuanto vuelva me voy a casa —.
— Está bien Kookie, vayan con cuidado y Jimin, eres bienvenido siempre a tu humilde hogar — Park quiso abrazar a la anciana por lo dulce que fue pero solo sonrió, sonrió sinceramente.
— Muchas gracias por todo — habló y salió primero.
— Deberías traerlo más seguido — jugueteó la mayor y Jungkook rio avergonzado.
Cuando estuvieron en el estacionamiento, montaron la moto y fueron directo a la vivienda de Park sin pronunciar algo pues el fuerte viento golpeteaba sus rostros a pesar de traer el casco.
— Listo, antes de las diez — decía Jungkook cuando vio las 9:59 marcando su teléfono.
— Si, ajá — Jimin intentó quitar el casco pero no pudo hasta que bufando Jungkook comenzó a ayudarle.
Cuando la molesta bola negra salió de su cabeza Jeon vio a Jimin directo a los ojos, ninguno pronunció nada, solo estaban ahí mirándose como si tratarán de leer algo con dificultad.
No parecían una pareja enamorada, era algo más allá de eso, como si fuese un deja vú del destino.
— Emh... Creo que deberías entrar — carraspeo la garganta Jungkook al no soportar más la tensión.
— Ah, si, obvio — dijo Jimin acomodando su cabello — ya puedes irte...
— Esta bien — rio Jungkook — nos vemos mañana Jimin —.
— Si, como sea — respondió Park cerrando sin delicadeza su puerta.
Jungkook encendió la Honda regresando con la anciana Xan.
— Kook, ¿puedo preguntar algo?
— Ya está preguntando — dijo Jungkook.
— Sabes a lo que voy...
— Si lo sé... Y no, no me meteré ideas a la cabeza, Park no es gay o algo por el estilo —.
— ¿Y tú cómo...
— Él juzga mucho a las personas por su apariencia... Es como ilógico que también le gusten los chicos, ¡Ahhh, necesito tanto a Lisa!
La Señora Xan rio y le dio un beso en la frente a JungMin. — Vayan a descansar, ya mañana verás a Lisa y platicaran, pero Jungkook, no hagas un montón de marañas tu cabeza, las personas suelen cambiar —.
Jeon asintió y pronto se fue a su casa.
Jimin le atraía como los imanes lo hacen y eso sucedió desde el día en que casi le parte la cara a Jackson en la cafetería.
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Si me aventé un capitulote.
Sinceramente no es lo máximo
mi historia y así pero me es
inevitable no encariñarme con lo
que escribo.
En fin, lxs amo. ❄
Gracias por leer.
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