➳Capitulo uno

Viernes 10 de Marzo del 2047

Una macabra sonrisa acompaña su rostro. El olor a aceite inundado por toda la casa, mirando con tanta tentación al encendedor que sostiene su mano.

"¿De qué sirve estar vivo?"

« ¿Qué hay de Emma, de Norman?»

“Estuvieron tanto tiempo conmigo... pero yo no tengo razones de estar aquí. Lo siento”

Su idea de suicidio estaba casi completa, su cuerpo bañado de aceite, sosteniendo un encendedor solo faltaba apretarlo y moriría incinerado. Tal y como él quería.

Ya no había vuelta atrás, nadie vendría a ayudarlo.

Pero de repente...Una luz vino a salvarlo... En el momento menos inesperado, la conoció.

La joven corrió lo más rápido que pudo hasta llegar al azabache, empujándolo, haciendo que caiga al suelo y el encendedor caiga al piso.

— ¡¿Que mierda haces?!— Grita con enojo, mientras la jovencita solo soltaba un suspiro.

—Por poco...—Murmura para sí misma—

El azabache la miraba con desesperó, ¿Quién diablos era esa chica?

Aquella chica tenía el cabello rubio más este estaba sujetado por una coleta y estaba acompañado con una trencita a lado, usaba un vestido blanco que dejaba a la vista sus pequeños hombros y el vestido le llegaba un poco más abajo de las rodillas, parecía un ángel.

— ¡¿Qui-...—El azabache no pudo terminar de hablar cuando esa voz suavecita lo interrumpió.

— ¡Soy Anna, Un gustó! — Saluda la rubia con un gesto de manos y una pequeña sonrisa acompañando su lindo y pálido rostro, cosa que hizo hacer a Ray una mueca.

Anna miraba fijamente a Ray, según esté trataba de hacerlo incomodar y sí que lo estaba logrando: — Tu familia está preocupada por ti, Ray...— Soltó la chica mirándolo afligida.

—... ¿Qué?— Pregunta incrédulo— ¡Tú qué sabes de mi familia!— Exclama hastiado de ver cómo esa rubia que parecía un ángel pretendía burlarse de él.

— Se mucho sobre tu familia y sobre ti, más que lo que podrías imaginar— Responde tranquilamente, haciendo enfadar más a Ray, cosa que a Anna no le intimido en lo más mínimo— Tu familia me pidió que te ayude.

— ¡Mi familia está muerta!, No me vengas a vacilar ¡Maldita sea!—vuelve a gritar con mucha cólera, lanzándole una mirada de odio a Anna.

Sin embargo está lo miraba totalmente calmada, la angelita no quería problemas con él, estaba decidida a ayudarlo.

— Voy a cuidarte y protegerte hasta que por fin vuelvas a ser feliz— Sonrió dulcemente— Ya no estarás solo Ray, ¡Me tienes a mí! — Asegura la ojiazul sin quitar su hermosa sonrisa, haciendo que Ray la mire sorprendido.

—... ¿Eh?

— Estabas sufriendo solo ¿Verdad? Temes a que tus personas más cercanas te dejen de nuevo, temes que Emma y Norman te dejen solo.

Ray miraba sorprendido a Anna, ¿Cómo es que sabía eso de él?

— ¿Cómo sabes sus nombres?...—Pregunta confundido— ¿Por qué sabes tanto de mí?

— Como te dije me llamó Anna y soy tu ángel guardián. —Dice está, extendiendo su mano para que el azabache se levante de aquel suelo frío.

Ray ignoró lo que hizo la chica y se paró por su propia cuenta.

Anna solo sonrió serenamente.

— ¿Qué estupidez es esa? ¿Enserio, mi ángel guardián?— Rio a carcajadas.

La ojiazul frunció el ceño: — ¿Y por qué no me creerías? Cómo ya te dije sé muchas cosas de ti, no entiendo tu motivo de burla.

— Simplemente no creo en los ángeles, nunca he visto uno, no hay motivos suficientes para creer en ellos, además ¿Tú que podrías saber de mí?— el azabache hablo bordemente.

— Cuándo tenías 6 años conociste a Norman y a Emma.

— Eso te lo pudo haber dicho cualquiera.

Anna entrecerró los ojos, Ray la estaba retando:— Tienes una manía al fuego que ni tú mismo sabes de dónde la aprendiste, a los 13 años te enamoraste de Ayshe y a los 14 se volvieron novios, terminaste con ella a los 19 años ya que simplemente su noviazgo les aburrió a ambos, tu mamá la señora Isabella te tarareaba una canción de cuna y hasta el momento la sueles tararear pero sólo cuando estas solo, te encantaba cuando tu papá tocaba el piano, tristemente tú eres muy malo tocándolo, cuando tenías 13 años quemaste el laboratorio de química, Aunque aun no entiendo por qué odiabas tanto esa clase...No tienes muchos amigos y los pocos que tienes son muy buenas personas, como Gilda, Don, Susan, Guillian y algunos más que son primos de Emma, amas tomar fotos en tus tiempos libres, incluso has pensado en volverte fotógrafo...

Ray interrumpió a la rubia y la miro serio y se excusó:— ¿Acaso me espías? Alguien te dijo todo eso.

No era posible que esa chica supiera tanto de él.

Anna lo miraba sonriente y dijo: — Tienes razón, todos tus recuerdos me los dio la Diosa, se podría decir que prácticamente se toda tu vida.

« ¿Acaso se quiere burlar de mí?» Pensaba.

— ¿Y tus alas? Se supone que un ángel tiene alas.

— Es porque estoy en mi cuerpo humano, por eso no la puedes ver.

Inconforme por la respuesta de la rubia se agacho para recoger el encendedor, cosa que alarmó a la angelita.

— ¿¡Que vas a hacer?!, ¡Te dije que no vas a morir mientras yo te esté cuidando!— Gritó Anna, mientras temía que el azabache se suicidé— ¡Te voy a cuidar hasta que ya estés completamente sano! ¡Porqué soy tú ángel guardián y no permitiré que te hagas daño!

— Eres muy molestosa— Bufó el joven de ojos lilas, eso fue lo último que dijo antes de caer desmayado.

Sábado 11 se Marzo del 2047

Abrió los ojos lentamente, tenía un leve dolor de cabeza. Mientras se adaptaba a la luz que atravesaba el cristal, maldijo la hora en que puso una ventana en su habitación.

—Buenos días ¿Ya te sientes mejor?— Interroga la rubiecita, juntando su cara con la de Ray, haciendo que este habrá sus ojos como plato y se levanté de la cómoda cama al instante.

— ¿Por qué sigues aquí?— Refunfuña Ray fastidiado de esa jovencita que jugaba a ser ángel.

Anna lo miraba curiosa, ¿Por qué ese humano se asustaba cuando se acercaba mucho?, Si que era curioso.

— Te dije que soy tu ángel guardián, voy a vivir contigo que hasta poder confirmar qué serás feliz.

— Está bien...—el azabache mostró una notable sonrisa fingida— Soy feliz, Ahora sí ¿Te podrías ir?

La rubia suspiro, perder la paciencia no iba a ayudar, está veía como el chico volvía a su mismo semblante serio.

¿Por qué este chico no deja que lo ayude?... Señora Isabella sí que su hijo es complicado...— Pensaba Anna

— Ya te dije que no me pienso ir de aquí.

— ¿Por qué eres mi ángel guardián?

— Exacto.

— ¿Te tengo que creer?

— Sí— Respondió con obviedad.

En este punto Ray ya no sabía si creerle o pensar que era una jovencita que trataba de burlarse de él.

Tal vez se volvió loco y se acaba de imaginar a una joven muy linda disfrazada de la mismísima bondad que no permitió que se suicide.

Lo más seguro es que me volví loco” pensaba Ray.

— ¿Por qué no vas a darte una ducha?, Preparé el desayuno, además limpie toda la casa ya que ayer te desmayaste por el fuerte olor a gasolina.

Ray se sentía de una manera extraña, hacía tiempo que nadie lo despertaba dándole los buenos días, la soledad de su hogar era lo que más vulnerable lo ponía.

— Bueno te espero en la cocina— Habló la angelita, saliendo de la habitación tranquilamente.

Ray se quedó mirando la pared de su habitación como si fuera lo más interesante del mundo, hasta que se dio cuenta como estaba vestido...

— ¿Por qué estoy con pijama? Acaso...— Ray se sonrojo intensamente, ¿Acaso Anna lo había cambiado?

[...]

—Vaya...— Ray se sorprendió por el sabor de la comida, estaba deliciosa, eso le hizo acordar que cuando el se preparaba el desayuno a lo mucho era pan tostado y café, al veces ni desayunaba.

— ¿Te gustó?— preguntó emocionada la angelita.

— Sí, gracias por la comida.

— ¡Bueno pues a partir de ahora yo haré la comida!— Exclamó orgullosamente.

— ¿Cuánto tiempo te quedarás?

— Cuando vea que por fin te recuperaste.

— Si vas a vivir aquí necesito saber cuántos años tienes, si alguien viene a mi casa y te ve, podría pensar que soy un pedófilo. —Menciono Ray asustado, no quería que la policía lo capturé...

Anna rio por lo dicho: — Pues yo morí hace casi 10 años, cuando tenía 12 años. Supongo que tengo 22 —Respondió insegura.

— ¿Supones?— Respondió fastidiado y Anna solo reía avergonzada. — Por lo menos no eres menor de edad...Eso espero.

— ¿Tú tienes 23 verdad? 

— Exacto y voy a la universidad, estudió medicina.

— Oh, eso lo sé— Respondió tranquilamente, mientras está miraba con mucha tentación un frasco de galletas.

— ¿Quieres galletas?

— ¿Uh?— La chica se ruborizó y asintió.

— Puedes comerlas si gustas. — Los ojos de se iluminaron y de inmediato agarró una galleta y empezó a comerla, parecía un conejito comiendo su zanahoria.

Tan tierna ¡Espera! ¡Ray Grace Field ¿Qué estás pensando?!

— ¿Te encuentras bien?

Ray asintió: — Volviendo al tema, cómo vas a vivir conmigo tendremos que poner reglas.

La rubia hizo un puchero, si ponían reglas ayudarlo iba a ser más difícil.

— Solo son tres, número uno, a partir de ahora vas a dormir en el cuarto de invitados ¿Estás bien con eso?

— No, ayer dormí contigo, es más cómodo que dormir sola. — Se quejó Anna.

Ray se avergonzó:— ¡A-Ahora serán 4 reglas! ¡Y no vas a dormir conmigo!

— Ooh que malo eres humano.

— Dime Ray.

— ¡Ray-chan! — Sonrió tiernamente

— ¡Solo Ray! Yo soy mayor que tú deberías respetarme— Susurro entredientes.

Anna rio: — Mejor sigue con las reglas.

— Número dos, ¡nada de dormir conmigo!

Anna estaba a punto de quejarse pero Ray no la dejo y siguió con las reglas haciendo que Anna vuelva a hacer un puchero.

— Tercero, Yo voy a la universidad de lunes a viernes y al veces los sábado así que mejor dicho no estoy todo el día en casa ¿Estarás bien tú sola?

— ¡Sí! Aunque estaré muy aburrida... Pero bueno ayer vi que tenías bastantes libros, así que no creo que haya problemas.

— Bueno entonces solo habrán tres reglas y la tercera será: ¡Tienes prohibido cambiarme!

La rubia solo lo miraba confundida, ¿Qué tenía de malo vestirlo?, ¿Acaso Ray se sentía inseguro de su cuerpo?, ¿Eso no solo les pasaba a las mujeres?:— Eres raro...— Bufó Anna.

— ¡La rara eres tú!— Gritó el azabache sonrojado— Bueno esos son todas las reglas, ¿Bien?

— Yo no estoy de acuerdo, quiero dormir contigo. — Se quejó volvió a quejar.

— ¡Yo soy hombre! ¿Es que no sabes lo que yo te podría hacer?

Anna era demasiado inocente, así que ella no sabía nada de cosas pervertidas.

— Lo siento no se a lo que te refieres...— Se disculpó cómicamente.

— Olvídalo...— Refunfuñó el azabache.

Ahora todo iba a ser diferente y más alegré, el tener compañía de Anna se sentirá muy bien... Ya no estará solo ¿Verdad?

¡Hola! ¡Vengo con mi primera historia! Bueno no tan primera pero bueno xd

¿Qué les pareció este capítulo?

Espero que les haya gustado este intento de historia mal hecha y que por lo menos les llegado a entretener jsjsjs

Por cierto pido perdón si hay faltas de ortografía, estoy haciendo lo mejor que puedo :')

¡Nos leemos luego uwu!

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