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Título: ¿Quiénes son ustedes?

Personajes: Keigo Takami/Hawks, Dabi, Krista Litzer (Oc), Erick Dawson (Oc), Fumikage Tokoyami, Shōta Aizawa/EraserHead, Toshinori Yagi/All Might, Chiyo Shūzenji/Recovery Girl, Taishiro Toyomitsu/Fat Gum (mención), Eijirō Kirishima/Red Riot (mención), Tamaki Amajiki/Suneater (mención).

Shipps: Hawks x Krista.
Leve Dabi x Krista. 

Advertencia: Línea temporal del manga, paralela a los hechos tras la pelea de Endeavor contra High End. Spoilers. Leve OOC. 

Cantidad de Palabras: 3552.

Los paramédicos ingresaron a toda prisa por el pasillo de urgencias, alertando a un grupo de enfermeras que les abrieron paso de forma ágil, guiando a sus colegas a la sala de intervención más cercana. El rubio seguía el andar del personal médico, encontrándose del lado izquierdo de la camilla que transportaba a la azabache, quien se hallaba inconsciente.

—Hawks, hasta aquí... —habló un doctor al momento de acercarse al lugar, sujetándolo del brazo.

—¿Qué? Imposible, yo debo... —espetó al momento de zafarse de una manera un tanto brusca.

—Lo siento, pero no puede ir más allá de esa puerta —reafirmó el hombre, dejándolo sólo en medio del pasillo.

La impotencia se hizo presente en el reconocido héroe número dos, quien contaba con sus prendas manchadas de sangre. Aquel líquido carmesí no le pertenecía en absoluto, más bien, era de la chica a quien había llevado hasta el lugar en busca de ayuda, teniendo la esperanza de que podrían hacer algo para salvarla.

No entendía como habían sucedido las cosas, si bien supo que tanto ella como algunos estudiantes más estaban realizando sus pasantías, no creyó que fueran a estar involucrados en la misión que implicaba a la Liga de Villanos. Una enfermera se acercó al rubio, tocando su hombro al tiempo que le indicaba el camino de la sala de espera.

Hawks se dejó llevar por la mujer, a quién le dio los datos que conocía de la joven. Ya en el sitio, este procedió a ocupar un lugar, mientras notaba a un par de personas más que lo miraban con cierta sorpresa. Imaginaba que se debía a su presencia como también a sus prendas, esperando que estos civiles no se acercaran a él en ese instante.

Se inclinó un poco al frente, sosteniendo su cabeza entre sus manos, mientras sus codos se apoyaban en sus rodillas y sus alas estaban ligeramente extendidas. Aunque no lo deseara, podía estar percibiendo todo lo que ocurría en aquel sitio, pero a pesar de oír a varias personas al mismo tiempo, solo le interesaba un grupo en específico y el mismo se hallaba en el quirófano donde estaban atendiendo a Krista.

Tras una hora de espera angustiosa, nada parecía mejorar, el trabajo de los médicos seguía su curso, mientras que el rubio solo podía torturarse por oír la casi imperceptible respiración de la alemana. Se había puesto de pie y caminado de un lado al otro en el lugar, siendo observado por los civiles presentes hasta que estos se marcharon, dejándolo solo.

Soltó un ligero suspiro de cansancio y cierta desesperación, agobiándose de no poder hacer algo más que fuera de utilidad. Observó sus prendas sucias, la sangre ya se había secado, dejando en su lugar una mancha rojiza, acrecentando en él esa sensación de culpa que cargaba. Levantó la vista al momento de sentir unos pasos aproximarse, frunciendo el ceño por completo al percatarse de la presencia ajena en el lugar.

Con un rápido movimiento, logró llegar hasta el extrañó, acorralándolo contra la pared del pasillo al momento de sostener el cuello de su camiseta con su diestra, para con su zurda blandir una de sus largas espadas.

—¿Qué mierda haces aquí? —escupió con desprecio, mientras observaba fijamente los orbes ajenos.

—Pero que mal educado eres, pollo —contestó con sorna el azabache—. ¿Así recibes a un colega?

—¡Cierra la maldita boca, Dabi! No estoy de humor para tus idioteces —afirmó más su agarre—. ¿Qué quieres? ¿A que viniste? ¿A saber si lograron su cometido de matarla? ¡Dime a que carajos has venido, basura!

Sin dejar de lado su burlesca sonrisa, el villano se zafó del agarre ajeno, apartando de un empujón al héroe quien aún mantenía el filo de su arma contra la yugular de éste. Dabi dejó salir una leve risita que solo molestaba más al rubio.

—Quiero saber como se encuentra la angelita~. Oí que su estado era grave. ¿Qué le sucedió?

—¡No quieras hacerte del listo, escoria! ¡Sabes perfecto que le ocurrió!

—Oye, sí que eres grosero. Hasta ahora no he dicho nada ofensivo contra ti, héroe —reprochó con fingida indignación.

—Lárgate de aquí —ordenó con desprecio rubio.

—No~. Quiero saber como se encuentra... —, las palabras de Dabi fueron interrumpidas, gracias al movimiento de muñeca que realizó el contrario, logrando abrir sin problema la piel de su cuello en un corte no muy profundo.

La furia se hizo presente en Dabi, quien estaba listo para lanzar un ataque contra Hawks, sin importarle el sitio en el que se encontraba, más el golpeteó de unos pasos apresurados contra el suelo, ocasionaron que ambos se alejaran rápidamente del otro. El azabache se cubrió con la capucha de su abrigo, lanzando una filosa mirada contra el rubio a modo de advertencia, notando por el rabillo del ojo como un grupo de personas se acercaba, reconociendo a un par de héroes profesionales.

Sin otra opción, el villano abandonó el lugar, no podía permitir que lo atraparan como tampoco luchar contra el grupo, pues lo superaban en número.Por su parte, Hawks había guardado velozmente su arma, observando los presentes, notando la presencia de algunos estudiantes de la academia en donde estudiaba la alemana.

—Maestro Hawks... —inquirió con sorpresa Fumikage al ver al mayor en el sitio.

—¿Sabe algo de Krista? —indagó un chico de cabello naranja y ojos color oliva, reconocía al chico de algún lado, pero en ese instante no podía recordar de donde.

Ambos chicos no pudieron evitar dirigir sus miradas a las prendas del héroe, abriendo con cierta desmesura los ojos. El pelinaranja no dudó en moverse a la izquierda, logrando ver a una enfermera que llegaba al sitio, pidiéndole saber sobre su amiga. La mujer se negó a responder algo, notando como desde atrás el chico era sujetado del hombro por un par de personas, mientras la anciana Recovery Girl era guiada por la enfermera hacia el quirófano.

—¿Alguna novedad? —cuestionó Aizawa al momento de dirigirle la mirada al número dos.

—Ninguna, lleva una hora en ese lugar —contestó viéndolo con seriedad.

—Pero, ¿qué fue lo que ocurrió, Hawks? —preguntó el anterior Símbolo de la Paz también presente en el sitio.

—La verdad no estoy seguro de que sucedió al principio. Recibí un llamado de apoyo por parte de Mirko y asistimos con Tsukuyomi —inició al tiempo que señalaba a su pupilo quien asintió—. Era un caos completo, habían grupos pequeños de villanos que complementaban muy sus quirks y en verdad estaban logrando ser un completo fastidio.

—Yo estuve presente también —intervino Erick con cierta duda—. Me encontraba del lado este apoyando a Fat Gum, mientras que Red Riot y Suneater se hallaban replegados en otro sitio. Nosotros lidiamos con Twice en ese momento, pero de la nada apareció la chica de rubia de los cuchillos y en ese momento fue que vi a Krista luchando contra ella.

—¿Y luego qué? —expresó Dark Shadow, quien se encontraba centrado en la historia a un lado de su portador.

—Krista logró alejarla a uno de los callejones cercanos, evitando que esa chica tuviera contacto con nuestro oponente. Supongo que buscaba alguna especie de refuerzo o alianza con este, pero no logró llegar a él —pausó un instante, apretando los puños a los lados de su cuerpo—. Luego... No sé cuánto tiempo pasó, pero se oyó un grito desgarrador...

—¿Un grito? —cuestionaron Aizawa y Yagi al mismo tiempo.

—Yo también lo percibí —habló Hawks, señalando sus alas y recordando gracias a las palabras de aquel chico, la horrible sensación que experimentó en ese instante, provocando que sus plumas vibraran un poco, pues con cada una de ellas había sentido aquel espantoso sonido que caló hasta sus huesos.

El rubio siguió con el relato, mencionando sin mucho detalle, el estado en el que encontró a la azabache en aquel callejón, presenciando como la chica perteneciente a la Liga, le asestaba una puñalada tras otra en toda la extensión de su espalda. Valiéndose de su velocidad y agilidad, logró apartarla de la joven, con ayuda de sus plumas le extrajo sus armas y el extraño contenedor que poseía varios recipientes con sangre.

Cargó en ese instante a Krista entre sus brazos, cuidando de no hacer presión en alguna de las heridas de su cuerpo, emprendiendo un vuelo apresurado, informando en el camino sobre la situación y su retirada del lugar, no sin antes entregarle a Mirko las armas de Himiko para que la policía se hiciera cargo.

Luego de casi tres horas y media, aparecieron en la sala de espera Recovery Girl en compañía del médico que había estado en la intervención de la menor. Todos se pusieron de pie, esperando a que alguno de ellos dijera algo. El doctor prefirió darle la palabra a la mujer, pues ella había sido de gran ayuda en toda la intervención desde que apareció.

—El estado de Litzer es muy delicado, principalmente porque perdió mucha sangre.

—La joven se encuentra inducida en un estado de coma.

—¿Pero ella estará bien? —cuestionó con notoria preocupación Erick.

—Debe por lo menos pasar esta noche —dijo con cierta dureza en su voz—. ¿Ella no tiene algún familiar aquí? Según me reportó la enfermera, el joven Hawks fue quien otorgó sus datos.

—Su familia se encuentra en Alemania —contestó Yagi.

—Lo correcto será informarles sobre esta situación. Por de pronto, alguno debería de hacerse responsable aquí en caso de que...

—Yo lo haré —interrumpió Hawks al doctor, observándolo fijamente—. En U.A de seguro se pondrán en contacto con su familia, pero mientras seré yo quien reciba los informes de su estado.

—Esa no es una atribución que te corresponda —soltó Aizawa hacia el héroe.

—Está decidido, Eraser. He sido bastante claro.

—Aizawa... —llamó Recovery Girl con suavidad antes de ver a los jóvenes estudiantes—. Ustedes dos será mejor que regresen a la Academia.

—Pero... —dijeron al unísono.

—No hay peros. Ya oyeron que el estado de Litzer es delicado. Sólo les pediré que, no comenten lo que han escuchado a sus demás compañeros. Dependiendo de los avances que recibamos de parte de Hawks, seremos los profesores quienes revelaremos la información.

Tras un cruce más de palabras entre los mayores, quedó nuevamente sólo el rubio en aquel sitio, escuchando las palabras de su pupilo a quien le dio un leve asentimiento antes de pedirle que no se preocupara. Ya una vez solo se dejó caer en el asiento del vacío lugar, notando como sus plumas regresaban a sus alas, manteniendo la vista enfocada a algún punto frente a él.

∴ ∴ ∴

Conforme los días pasaban, la recuperación de Krista había sido gradual, la anciana heroína iba a ver su estado cada jornada, mientras que Hawks, básicamente se había internado en el hospital, sin moverse en lo más mínimo del sitio, salvo por unas cuantas emergencias que resolvía sin mucha pérdida de tiempo. El médico y las enfermeras, deseaban entender el porqué de ese interés por parte del héroe, mientras que Recovery Girl, lo atribuía a tal vez, algún sentimiento de culpa por no haber logrado algo a tiempo.

Aquello último era lo correcto, Keigo se sentía bastante responsable por lo ocurrido, pues si bien él no había estado en el lugar desde el inicio de la revuelta, era claramente mucho más rápido que la mayoría de los héroes presentes ese día. Por lo cual, era quien pudo hacer algo siquiera por la chica, para que no terminara en aquella situación.

En el cuarto día, el médico informó al héroe que Krista sería trasladada a un cuarto privado, para que pudiera ser capaz de verla y cerciorarse de los avances de la chica. Si bien ese tipo de disposiciones se daban en el caso de que el paciente ya estuviera consiente, fue un pedido especial que hizo la anciana mujer que iba a verla, pues de cierta forma, le acongojaba un poco el martirio que se notaba, estaba viviendo Hawks en esos momentos.

Dispuesto a permanecer a su lado el tiempo que fuera necesario, el rubio había decidido ir a por un par de cosas de su apartamento, pues tenía la clara idea de seguir en el sitio, hasta que la chica abriera los ojos. Aquellos de color ámbar brillante, de los cuales más de una vez, se había quedado prendado y fascinado. Era consciente de que no se demoraría mucho en ir por lo que necesitaba, lo cual le daba tiempo de pasar por algo de comer en el camino.

Una vez la chica estuvo en la habitación privada, la enfermera tomó el dato, mismo que le había encargado Hawks a modo de favor especial. Al estar en el pasillo, la mujer demoró un poco en cerrar la puerta debido a que verificó por última vez sus documentos, permitiendo a un intruso, conocer el paradero de la menor.

—Sí que eres un hueso difícil de roer, angelita —musitó el azabache al momento de estar a un lado de la chica—. Me alegra que no hayas muerto en manos de Toga... —soltó al tiempo que deslizaba su diestra sobre la mejilla de esta—. Tu destino es hacerlo entre las mías —susurró antes de acercarse a dejar un beso en su frente.

Observó a la azabache por un instante que podría jurar, había sido eterno. Si bien su objetivo era seguir los planes y convicciones de Stain, desde que la chica de alas blancas había logrado captar su atención, Dabi llevaba tiempo tras ella. Había incluso realizado algo que realmente muy pocos siquiera lo intentaban y era desafiarlo de manera segura, como Krista cuando se topó con ella en aquel centro comercial.

—Espero que pronto abras los ojos, holgazana... —, se quejó pellizcando suavemente su mejilla—. Ya has dormido mucho en estos días.

—Tienes un segundo... Para alejar tu asquerosa mano de su rostro, bastardo —advirtió Hawks al momento de colocar el filo de su arma contra el cuello ajeno.

Había arribado al hospital hacía tan solo unos minutos, llegando junto a la enfermera que le indicó el sitio donde permanecería la menor. Se dirigió al mismo sin tiempo que perder, más la voz que logró captar desde el pasillo gracias a sus plumas lo alertó, provocando que con sigilo y rapidez ingresara al lugar.

—Creí que te habías ido, gallina.

—Ya vez que no... Apártate de ella ahora, Dabi.

—Sí que te importa la angelita, ¿eh? —inquirió con burla al tiempo que su mano descendía por la barbilla de la menor, hasta lograr llegar a su cuello—. Aleja tu estúpida pluma o juro que aquí mismo, termino lo que Toga inició.

Maldiciendo internamente, Hawks obedeció, moviendo ligeramente su brazo para apartar su arma de la integridad ajena, permitiendo que el azabache pudiera girarse a verlo, logrando enseñar el corte que le había ocasionado días atrás.

—¿Qué demonios quieres aquí?

—Creí que eras más listo —contestó suspicaz—. ¿Qué no es obvio? Vine a verla, lo dije la última vez. 

—¿Acaso te interesa? —preguntó a Keigo, desmesurando levemente la mirada.

—Claro, eso es algo que te lo había dicho también meses atrás... Oye pollo, ¿de verdad eres considerado uno de los héroes más astutos? —incitó cruzándose de brazos.

—Mira, idiota... Será mejor de que te alejes de Krista —amenazó al tiempo que se acercaba al mayor, acentuándose un poco la diferencia de estatura que existía entre ambos.

—¿O qué, enano?

—Juró que te destrozaré con mis...

La frase de Keigo había quedado inconclusa, desconcertando a Dabi quien mantenía su atención en el rubio, más este había dirigido su mirada a la menor. Estaba seguro de haber oído alguna especie de quejido provenir de su parte, confirmando sus sospechas al tiempo que la joven movía ligeramente su cabeza, para seguido y con lentitud, abrir los ojos.

—Lárgate.

—No lo haré.

—Lo harás ahora, Dabi.

—Oblígame.

—Yo...

—Aahg... —bufó Krista al instante que percibió la luz de sitio golpear contra sus orbes, sintiendo sequedad en su garganta. Intentó nuevamente segundos después, consiguiendo focalizar el techo del sitio—. ¿Qué... Qué es...? —, se removió un poco sintiendo una punzada de dolor recorrer su espina dorsal por completo, quejándose inevitablemente por ello.

—Hey, hey. Tranquila... Todo está bien, Krista —habló el rubio acercándose más a la cama, obteniendo la mirada de la menor—. Será mejor que no te muevas hasta que...

—Disculpe, ¿lo conozco? —cuestionó tras unos segundos.

—¿Qué? —espetó desconcertado—. Claro que sí... Soy Hawks, Kris.

—Lo lamento, pero... No lo recuerdo.

—No lo...

—¡JA! Suerte a la próxima, pollo —, se burló Dabi, rodeando la cama para quedar del lado contrario junto a ella—. Tal vez la angelita ya se cansó de ti.

—¿Angelita? Disculpe, ¿de qué habla? ¿Usted quién es? —indagó insegura.

—A mí no me hagas la misma broma que a él —habló molesto.

—Dabi... —llamó Hawks, siendo ignorado por el susodicho.

—De verdad, yo...

—No te hagas la tonta, Litzer.

El tono del azabache había sido severo, ocasionando que el desconcierto fuera aún más visible en el rostro de la chica, quien estaba completamente confundida. Su respiración se volvió un tanto errática debido a la situación.

—Krista, tranquila... No te alteres. Iré por el doctor... Estás en un hospital y luego de varios días has despertado —explicó rápidamente Keigo, ganando la atención de la azabache de nuevo—. El doctor te explicará mejor todo, tranquila por favor —pidió para luego y sin dudar, moverse hacia Dabi.

Tomó de su brazo para jalarlo y llevarlo fuera del sitio, al momento que sus plumas lograban cubrirlo con la capucha de su abrigo. El rubio no perdió tiempo en pedir a una enfermera que fuera por el profesional, intentando sin éxito llevarse al villano del lugar, arrastrándolo a uno pasillo contiguo de allí.

—No me moveré de aquí, héroe. Así que deja de intentarlo o quemo medio hospital —advirtió con molestia.

Rindiéndose, Hawks dejó de insistir, permaneciendo ambos a la espera de alguna noticia por parte del doctor, quién se hallaba con la menor. Tras unos veinte minutos, el hombre salió de la habitación, notándolos ahí a ambos. Dabi desvió el rostro a un lado, para que el médico no fuera a reconocerlo.

—Doctor, ¿ella está bien?

—Es positivo el hecho de que haya despertado, pero me temo que ha perdido parte de sus memorias.

—¿Cómo puede ser posible eso? —indagó desconcertado el héroe.

—La señorita Litzer sufrió un paro cardio respiratorio en plena intervención cuando usted la trajo. Tal vez esa insuficiencia de oxígeno temporal fue lo que ocasionó esto, aunque no lo afirmo por completo —pausó un instante—. Le haremos unos estudios para comprobar la causa de esto, como también para conocer que tan grave es la pérdida, determinando si es temporal o definitiva. Por lo pronto le pediré que si habla con ella, no le mencione cosas que usted conoce o sabe de la joven, eso podría alterarla y en su estado, puede tener otras consecuencias.

—Está bien, doctor —contestó con sequedad al momento de ver al hombre marcharse.

—Puras tonterías, de seguro la angelita solo está jugando —soltó Dabi,  intentando ingresar al sitio, más Hawks lo detuvo en aquel instante.

—Esto es serio, bastardo. ¿Acaso no te diste cuenta? —indagó molesto, alejándolo un poco del lugar—. Krista comenzó a alterarse apenas levantaste la voz, incluso en sus ojos podía notarse que estaba confundida y asustada.

—Tch... Estás exagerando —, algo en su interior no le permitía a Dabi aceptar que en efecto, aquella manera en que la chica lo había visto no era la correcta. Se negaba a reconocer el hecho de que tal vez, sí lo había olvidado.

—Me gustaría, pero no es así. Ella no me reconoce, tampoco te identifica a ti como el villano asqueroso que eres —, el mayor frunció el ceño al tiempo de levantar su puño—. Su manera de hablar, de referirse a mí, de verme... No es la Krista que conozco... Ella de verdad no me recuerda...

—Lástima por ti —expresó al tiempo de apartarlo a un lado.

—Mejor vete. Ya has visto que está bien —sujetó su brazo para detenerlo.

—No lo haré —trató de zafarse.

—Los demás héroes serán alertados de su despertar y pronto llegarán. Así que ya lárgate de una maldita vez —bramó molesto, zarandeándolo un poco al momento de encararlo.

Caminó de regreso hacia el pasillo en donde se encontraba la habitación de la azabache. Dejando a Dabi sólo en el sitio, quién a regañadientes debió marcharse del lugar, más estaría al pendiente de la recuperación de la menor.

El rubio observó la puerta un instante antes de tocar un par de veces. Ingresó tras oír la aprobación del otro lado, fijando su mirada en la de aquella joven con esos orbes que le fascinaban, que lograban prendarlo e hipnotizarlo, pero que ya no contaban, con el mismo brillo con el cual lo observaba antes.

Aquellos ojos ámbar no lo reconocían, ella no lo hacía, porque lo había olvidado, cada cosa que vivió a su lado, se había borrado para Krista, ocasionando que Keigo sintiera una punzada de dolor en su pecho. Él en ese instante, era un completa extraño para ella, aunque albergaba la esperanza que todo aquello fuera temporal, también existía la posibilidad de que fuera permanente.

—Eres el chico de hace rato... Me gustan tus alas —habló la azabache luego de un instante—. ¿Cómo te llamas?

—Yo soy Keigo... Keigo Takami, pero me conocen mejor por... Hawks.

∴ ∴ ∴

Notas de la autora:

ღ El personaje de Erick Dawson pertenece a mi estimado amigo raco_12Vayan a visitar su perfil y leer sus maravillosas historias.

ღ Aquí les dejo una imagen de cortesía del bello pelinaranja, hecha por MiniOreo8.

Publicado: 26/04/2020.

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