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Título: Bandos opuestos.

Personajes: Keigo Takami/Hawks, Dabi/Tōya Todoroki, Fumikage Tokoyami /Tsukuyomi, Krista Litzer/ Engel (Oc), Taishiro Toyomitsu / Fat Gum (mención).

Shipps: Leve Dabi x Krista & Hawks x Krista.

Advertencia: Basado en el capítulo 267 del manga. Spoilers. Leve OOC.

Cantidad de Palabras: 1553.

Conforme avanzaban los héroes, podía notarse como la abertura para ingresar a aquella mansión plagada de villanos, estaba siendo efectiva. Fat Gum luego de sellar una de las importantes entradas al área subterránea, se encargó de tomar a los alumnos de U.A., transportándolos en su interior, para de esa manera cuidar su integridad, pues lo más complicado debía quedar en manos de los profesionales.

Tras enterarse de que posiblemente el número dos se encontraba en aquel sitio, sus jóvenes pupilos contaban con la esperanza de verlo nuevamente, sobre todo la azabache, pues desde que había iniciado nuevamente el programa de pasantías, ya no había vuelto a verlo y eso de cierta forma la tenía angustiada.

En medio de todo aquel caos, Tsukuyomi logró percatarse de las feroces llamaradas, estas abandonaban una de las ventanas en el sector más alto de la estructura. Con un ligero gesto, logró alertar a la azabache, quién al observar hacia aquel lugar pudo sentirse palidecer, ella conocía perfectamente al responsable de las mismas y sin duda, algo que no deseaba era pelear contra éste.

En el interior de la mansión, Dabi no daba tregua a sus ataques contra Hawks, quien se encontraba en un estado preocupante, las llamas de este lograron extinguir sus plumas a totalidad, mientras que el villano seguía lanzándolas de forma potente contra la espalda del héroe ya en el suelo, intentando de cierta manera hacerlo cenizas por completo.

—Adiós Hawks... —pronunció el azabache al momento de pisotear nuevamente al rubio—. Tu vida y tu muerte no me interesan...

Dispuesto a dar el golpe de gracia y completamente centrado en el héroe, Dabi logró sentir como una ráfaga de viento lo apartaba del rubio, seguido de unos cuantos escombros que fueron a dar contra su cuerpo a modo de retenerlo momentáneamente.

—¡HAWKS! —, bramaron al unísono los estudiantes, posicionados ante él.

El ambarino no daba crédito de lo que estaba presenciando, notó como la sombra de Tsukuyomi lo cubría con aquella túnica que éste utilizaba siempre, mientras que por su parte Engel mantenía distancia entre ellos y el azabache por medio de las ráfagas de viento que generaba al mover sus dedos.

—Es peligroso... ¿Qué... Qué hacen aquí? —cuestionó aún extrañado el mayor.

—Vinimos a ayudarlo —espetó el chico, viéndolo por encima de su hombro, logrando percibir la gravedad de su estado.

Dabi volvió a atacar con fiereza, ocasionando que la azabache extendiera rápidamente sus alas, endureciendo las mismas por completo, generando un escudo que, por el momento, lograba mantener a salvo a quienes se encontraban tras ella. Una vez el ataque cesó, ella no dudó en combinar el batir de sus alas con su viento, generando más presión con el aire, lo cual ayudaba a desestabilizar a Dabi ligeramente.

—Lárguense ahora —pidió con severidad el rubio.

—No sin usted —replicó Krista, viendo por encima de su hombro a Keigo.

Ambos se mantuvieron la mirada, como si en algún punto pudieran comunicarse a través de esa forma, notando algo en lo cual podían coincidir perfectamente: ambos tenían bastante miedo de perderse entre sí, pero no dejarían de luchar hasta el final.

—Con que los niños quieren jugar... —, la siniestra voz de Dabi acaparó la atención de los tres—. Vaya héroe, no creía que podías ser tan cobarde al ocultarte tras unos mocosos.

Las llamas del enemigo volvieron a hacerse presentes, lo cual ocasionó que la azabache nuevamente utilizara sus alas como escudo. Su habilidad era fuerte, más su debilidad era sin duda el fuego y contando con la avasallante temperatura que el empleado por el villano poseía, pronto aquella defensa ya no tendría efecto. El chico se acercó a ella, lo pudo percibir pues desde que se juntaron con el rubio, había empleado su quirk para conectarse con ambos.

—Te ayudaré.

—Llévatelo de aquí, Tsukuyomi —ordenó la pelinegra sin mirarlo—. Yo me haré cargo —indicó al momento de crear una brecha gracias al viento.

—Pero no podrás con... —enmudeció al momento de sentir a su compañera frente a él.

—No voy a dejar que tú lo enfrentes, Fumikage —soltó la chica, viéndolos a ambos, notando ligeramente el aspecto de Hawks—. Sus llamas no le darán oportunidad a Dark Shadow. No correremos ese riesgo... No voy a arriesgarme...

—Krista... Tú tampoco podrás con su...

El calor volvía a hacerse presente, por lo que tras dedicarle una sonrisa a ambos, empujó al chico, indicándole que cumpliera con su petición. Se giró y movió sus dedos a tiempo para crear una especie de barrera de viento, la cual era capaz de disipar el fuego a su alrededor, pudiendo observar los ojos turquesa de su oponente.

—No creí que fueras tan persistente... Angelita~.

Conocía ese apodo perfectamente, y como no hacerlo si era la forma en la cual el villano le llamaba cada vez que compartían un momento de soledad por la ciudad. Y es que Krista hacía ya un tiempo atrás, había sido emboscada por el mayor, pero gracias un giro curioso de las cosas, se mantuvieron en contacto. Ella prefirió mantener todo aquel suceso oculto para sus compañeros y superiores, puesto que en ese momento, no sabía a ciencia cierta como lidiar con esa situación.

Durante aquellos meses, sus conversaciones habían sido de lo más triviales posibles, pero jamás la habían puesto en una situación complicada ni mucho menos. Dabi nunca le había pedido información, algo que creyó haría desde aquel encuentro inicial, pero eso no ocurrió, lo cual dio paso a un ligero acercamiento entre ambos, uno en donde eran dos personas normales, sin bandos que los catalogasen.

Apenas Dabi finalizó su ataque, la chica se lanzó contra él, logrando estamparse contra su cuerpo para así derribarlo, sujetando sus muñecas mientras ella se mantenía a horcajadas sobre él. Podía sentir el calor emanar de aquellas marcas, sorprendiéndose de cierta forma como aún en aquel estado, éste pudiera seguir en una pelea, además de lograr percibir el olor que desprendía su propia carne quemada.

—No creí que me extrañaras tanto —dijo con cierta burla.

—Sueña que alguna vez eso sucederá.

—Angelita~, tu sabes que no puedes hacerme daño.

—Tú crees que no...

—¿Serás una chica mala ahora? Eso me gusta~.

—No me subestimes... Tōya —susurró lo último antes de acercarse a su rostro peligrosamente—. Yo no podría lastimarte.

El azabache abrió los ojos con desmesura ante ese nombre que había retumbado en sus oídos, aquella manera de emplear su quirk que tenía la chica era algo que le gustaba y que odiaba a partes iguales. No pudo evitar sentir un ligero calor en sus mejillas, puesto que era la primera vez que tenían una cercanía de ese tipo, más no estaba preparado para lo que ocurriría.

Krista conectó por medio de su don, su flujo respiratorio al del mayor, viéndolo fijamente a los ojos, apartándose posteriormente de manera veloz, quedando a un lado de éste. Chasqueó sus dedos, logrando que el aire se cortara por completo para el chico. No tardó mucho para que pudiera apreciar como Dabi se retorcía en el suelo, llevando sus manos a su cuello, moviéndose en un intento por tratar de respirar, más no podía hacerlo.

Por su parte, la azabache caminó hasta el barandal de aquel último piso, extendió sus alas y antes de lanzarse, observó por sobre su hombro al mayor, volviendo a chasquear sus dedos para así devolverle el aire al momento en que ella se marchaba del sitio. Logró descender hasta el tercer piso, lugar donde divisó a Dark Shadow, quien había sin dudar se extendió hasta ella para cubrirla de los villanos en caso de que intentaran atacarla.

Tsukuyomi se colocó al lado izquierdo del rubio, mientras que Engel ocupó su lado derecho, ambos se afianzaron a él antes de que el chico con ayuda de su don, destrozara la ventana de la habitación en donde se encontraban, creando una abertura para escapar de allí. Gracias a ese estruendo, los héroes que se encontraban cerca lograron presenciar la escena, acercándose a la zona, cubriéndo a los estudiantes que habían logrado salvar al número dos.

Al sentir que podía llenar sus pulmones nuevamente con aquel preciado elemento, Dabi tomó grandes bocanadas de aire, quedando unos minutos tirado boca arriba en el suelo, sintiendo como el calor parecía aumentar en su cuerpo. Era consciente de que aquello pasaría en algún momento, de que se debería tal vez enfrentar a esa chica con quien mantenía contacto tiempo atrás y de que lo que fuera a suceder, no sería algo agradable para ambos.

Aun así, estaba furioso, colérico porque ella volviera a hacerle aquello. La sensación recientemente vivida, le recordó al día en que la acechó en el centro comercial, cuando la vio por primera vez. Aunque había sido por un tiempo mucho menos prolongado, esa sensación de desespero y ahogo sin duda que había sido terrible y volver a revivirla en aquel momento, era sin duda inadmisible para él.

Una vez de pie, se aproximó rápidamente al barandal buscando de forma vehemente con sus orbes a la chica. No fue capaz de identificar su paradero, debido a la revuelta que se estaba suscitando en el lugar, motivo que lo hizo desplazarse pisos abajo con rapidez para encontrarla. No estaba seguro de si la mataría o no, pero sí de que le daría una lección por lo que le había hecho.

Publicado: 21/04/2020.

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