Una amistad (Dragfir y Asahi) one-shot

Para el que aún no lo entendió, Asahi es propiedad de 2_Strawberry_9. Por sierto, ¡Espero que te guste!.

Asahi está acostumbrado a las visitas repentinas de su amigo Dragfir, siempre viene entrando por una ventana o apareciendo en el medio de una sala dentro de esa extraña flor que aún no tiene en claro cual es. Pero no le importa realmente, mucho menos le molesta, las visitas de su amigo siempre están llenas de chismes y aventuras que tubo algunas vez, junto con algunos momentos vergonzosos del mismísimo Ne Zha.

No sé queja, porque le encanta poder tener alguien con quién conversar y pasar el rato cuando no sabe que hacer, Dragfir es como la mecha de la bomba, cuando se acaba, estalla en locura y diversión, no importa que tan adulto o miles de años tenga, sigue siendo una bomba de infantilidad y diversión.

Por eso, siendo que su amigo siempre irradiaba diversión y felizidad, siente una punzada de angustia y miedo al oír llamarlo desde una de sus salas, sonando decaido y cansado.

-¿Dragfir?- Asahi es rápido en ir hacia él, notando con sierto pánico como es que el fuego de su cabeza es azul oscuro, como si estuviera viendo una noche sin estrellas. -hey ¿Que pasa?- camina hacia el sofá, sentándose a su lado y prestando más atención.

Sus ojos rojos brillantes y llenos de felicidad e ideas de como divertirse, ahora están opacos de tristeza, y solo mantienen el brillo por las lágrimas que aún le faltan derramar. Sus mejillas están mojadas por el mismo líquido, incluso su ropa parece más opaca.

-no quiero ser una molestia- murmura con la voz rota, una punzada de angustia clavándose en el corazón del mono -si estoy molestando ahora, solo dímelo y me iré- lágrimas salen y su voz se termina de romper.

-no estás molestando, ¿Que paso Techno?- Techno, un apodo que surgió después de enterarse de las grandes avilidades de su amigo para ser Dj en fiestas del mismo estilo musical, un apodo que siempre hacía reír a Dragfir, pero esta vez, ni siquiera sonrió.

El apodado negó con la cabeza, sus hombros caídos ahora tensados, luchando por no derramar más lágrimas.

-no lo sé- es difícil entenderlo por su voz rota, pero Asahi tiene buena audición y es rápido en armar la frase en su cabeza, mirándolo con preocupación mientras su mano está posada en su espalda, acariciando con suavidad. -solo... No lo sé- empieza a sollozar y el mono solo consuela, giandolo para que se apoye en su hombro.

Grande es su sorpresa al verlo brillar y su silueta achicarse, revelando lo que parece ser un pequeño niño con sus mismas facciones pero mucho más adorables. El pequeño Dragfir es rápido es subir al regazo ajeno, acurrucándose apenas contra su pecho y permitiendose sollozar, temblando y murmurar lo mal que se siente y lo desesperado que está por entender el porque.

Asahi lo consuela con palabras y ronroneos, acariciando su cabeza e ignorando el fuego, no quema, por supuesto que no, solo quemaria si su amigo lo quisiera.

Tiene miedo del porque su amigo está así, tiene angustia de verlo llorar, está triste por no ver esa usual sonrisa en su rostro, solo quiere volver a ver esa brillante aura que siempre lo rodea, escuchar esa divertida risa que siempre lo acompaña.

Pero no puede, tiene que consolar a su amigo porque no quiere verlo así, porque sabe que es orrible por lo que está pasando.

Ronronea y tararea, acariciando su espalda y dejando que se desahogue, estará así el tiempo que sea necesario, por su amigo, y se lo hace saber de la manera más suave y comprensible posible, aliviado de sentir el pequeño cuerpo relajarse a medida que lo escucha y pasan los minutos.

Están así por quién sabe cuánto tiempo, el pequeño Dragfir termino durmiendose en algún punto, su respiración tranquila y algo entrecortada por la angustia en su pecho, pero esta mejor y eso es lo único que importa.

Asahi decidió llevarlo hasta su cama para que descansará mejor, arropandolo y cerrando la puerta después de darle una última mirada preocupada.

-como odio esos días- suspira aquellas palabras, ya había tenido esos momentos, dónde tú mundo parece derrumbarse sin razón aparente, precionando tu pecho como si quisiera aficciarte pero sin hacerlo realmente, ese nudo en la garganta que hace que llores y la angustia nublado tu mente y dándole paso a la desesperación.

Si, son los peores días, porque a parte de hacerte eso, ni siquiera te dan un aviso, y tienes que afrontarlo tan rápido como vienen.

{•°†°•}

An pasado unas semanas de eso y Dragfir está tan feliz como siempre, invitándolo a juegos o solo para pasar el rato, algo que el mono nota es que se comporta más cariñoso que antes, incluso aún más protector.

Asahi no es idiota o tonto, y sabe que eso fue por aquel día, pero no lo menciona y mucho menos sé queja, está feliz de haber reforzado una poco más la confianza.

-¡¡¡FRESAAAAAAAA!!!- el mono se voltea ante su apodo, el cual surgió cuando Dragfir se dió cuenta que cuando Asahi usa su glamour desprende el mismo olor que la fruta mencionada.

Es apresado en un fuerte y entusiasta abrazo, aguantando una risa al sentir como giran en el aire y se aferra a su cuerpo como puede, intentando no resbalar de sus brazos a pesar del seguro abrazo.

-hola Techno- rio mientras era soltado, viendo cómo los ojos ajenos se ven aún más brillantes de lo usual.

-Te quiero mostrar algo- sonrió, mostrando esos colmillos que el mono se a acostumbrado a ver.

-adelante- no se sorprende al ser alzado de golpe y colocado en los hombros ajenos.

Ignora completamente como las personas a su alrededor se les quedan mirando y otras solo pasan de largos, las cuales son las ya acostumbradas a ver ese par por las calles.

El demonio empieza a flotar, moviéndose a gran velocidad por encima de los techos y tejados, el mono soltando una carcajada ante las acrobacias y giros innesesarios.

Se adentran en el bosque y Asahi apenas logra notar que entran a una cueva.

Quiso preguntar, pero se calla al ver que salen de la oscuridad y ve una villa inmensa y llena de vegetación, repleta de flores azules hermosas que parecen brillar.

Hay árboles por todos lados que irradian casi el mismo brillo, con varios pájaros cantando y llenando de paz aquel hermoso lugar.

El aire es fresco y reconfortante, lleno de un agradable olor a moras y ¿Manzana? Sip, eso es manzana.

-wow, ¿Cómo encontraste este lugar?- Asahi baja de sus hombros con un salto, sentándose y acariciando uno de los pétalos azulados, sintiendo la suavidad.

-Ne Zha me lo enceño, dijo que suele venir para meditar- se sienta a su lado, sonriendo al verlo tan entretenido y asombrado. -sabia que te gustaría-

-¿Si me gusta? Me encanta- lo miro sonriente, impresionado de tal belleza.

La sonrisa de Dragfir se agranda y empieza a rebuscar en el bolso que el mono apenas nota, mirando curioso las ropas que empieza a sacar, son de colores algo opacos pero lindos, viendo con algo de asombro las botas amarronadas que saca de su misma talla.

-¿Y eso?- ladea la cabeza, curioso y sintiendo que ya sabe la respuesta.

-Es para ti- su sonrisa se atenúa, luciendo un poco avergonzado mientras hace una mueca y el mono no puede evitar preguntarse que pasara por la cabeza de su amigo. -nunca se lo e dicho a nadie...- empezó mirando los pétalos azulados delante de él, como si eso fuera un insentivo para seguir -... Pero casi todos los amigos que alguna vez creí tener... Jamás an sido reales, solo farsantes detrás de una máscara sonriente- frunce el ceño y Asahi tubo que aguantar las ganas de preguntar quienes fueron los inveciles que lo lastimaron para así poder partirlos al medio -... Pero tú...- lo miro, su sonrisa volviéndose cariñosa y feliz, algo que tranquilizó al mono, ya sintiendo qué es lo que vendría luego -... No eres como ellos, me lo demostraste ese día, y yo... Quería agradecerte de alguna forma, entonces... Recorde que aún no tienes un traje de batalla o algo parecido, siempre que te enfrentas a algo por cuenta propia vas con lo que tienes puesto, entonses creí que podría ayudarte en ese caso- señaló las ropas dobladas cuidadosamente delante de él, sonriendo ante los ojos bien abiertos de su amigo.

Asahi se había esperado un agradecimiento, pero no un regalo, incluso si era un poco obvio.

Sonrió, sintiendo que el demonio a su lado de verdad era su amigo, pues ninguno antes se había dado cuenta de ese pequeño detalle.

-gracias Drag, no hacia falta- el mencionado le devuelve la sonrisa, su cola moviéndose con emocion notable.

-los regalos no suelen hacer falta, por algo se llaman así- rio lijeramente mientras le hasercaba las prendas -espero haber acertado-

Asahi inspecciona su regalo, sonriendo ante las botas que le quedan perfectamente, es rápido en quitarse su buzo y ponerse la parte superior de su traje, sorprendido de lo liviano y cómodo que es, le encanta su cinturon y el echo de poder colgar su bastón en él sin ningún problema, y ni hablar de los pantalones negros lijeramente acampanados. Le encanta, simplemente le encanta y lo aprecia con todo el corazón.

Es simple, pero es el gesto más lindo que puede recordar alguna vez resibir, por eso abraza a su amigo con una gran sonrisa, agradeciendo mientras se escucha un ronroneos profundo salir de él, sin importarle en lo absoluto que su cola se mueva de un lado a otro feliz.

Dragfir sonríe y ríe, correspondiendo el abrazo con calidez y felicidad.

Si, no se había equivocado.

Había encontrado su verdadero amigo y lo hiba a proteger con su vida.

Cueste... lo que cueste.

Espero que te aya gustado Berry!!~

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