pequeño (Au Dragfir) one-shot
Definitivamente, esto se volverá también como One-shot's, me dió la idea el último libro de LMK de -Mika-XD , su último capítulo en específico, aunque solo fue una pequeña escena que me causo verdaderamente mucha gracia y me lo imaginé con estos personajes.
Espero que lo disfruten, en especial Berry mi hermano.
Asahi, Meran = 2_Strawberry_9
Pumkin = GallyTheFox
Los respectivos dueños de estos personajes u^u
-_-_-_°^•^°•^•°_-_-_-
MK solo esperaba poder tener un día normal, con una tarde de videojuegos y pijamada con Mei y su nuevo amigo Dragfir, quien parecía compartir su mismo entusiasmo y el amor por su familia.
Pero para su desgracia, eso no paso, un nuevo demonio atacó la ciudad, uno terco y grande, lleno de ego y que no importará cuántos golpes le diera o cuántas veces patear su tracero, seguía sin rendirse.
Fue cuando de pronto, casi sin darse cuenta, le fue arrojada una botella llena de líquido rosado, se cubrió con los brazos porque estaba rodeado de clones, pero para su gran sorpresa no fue él quien recibió el golpe, si no Dragfir.
El demonio había aparecido de la nada, tan veloz que solo se había visto una estela de su fuego, pero ni siquiera él se pudo salvar del golpe incluso si su intención no hubiera sido pararse delante del chico, solo quería sacarlo del medio.
MK pudo sentir sus brazos rodearlo antes de que una explosión de humo rosa fuera lo qué lo cegó. Tocio con fuerza cuando inalo un poco, pero para su alivio no sintió nada distinto, ni siquiera cuando pudo ver vio algo diferente en su cuerpo.
Pero Dragfir si fue afectado, lo noto cuando el fuego dejo de rodearlo una vez que mandó lejos al demonio, limpiándose las manos y sonriendo con inocencia, luciendo calmado mientras ponía sus manos en su cintura, sin notar su diferencia.
–¿Por qué la cara? No te hiba a dejar solo ¿Sabes?. Que seas el sucesor de un dios no quiere decir que no me preocupe– se cruza de brazos, sorprendentemente sin notar la infantilidad en su voz.
MK parpadea, sorprendido ante lo que ve y no puede evitar arrullar de ternura cuando por fin reacciona, corriendo para arrodillarse y tomar sus mejillas, apachurrandolas con toda la ternura del mundo.
–eres TAN adorable~ ¡Mira esas orejitas!– las agarro, con Dragfir dando una especie de salto ante las manos que acariciaban las mencionadas, sin entenderlo del todo hasta que noto que el chico estaba arrodillado y no luchando por llegar si quiera a sus hombros –¡Eres tan pequeño! ¡No sabía que tenías cuernos! Espera espera ¡¿Eres un toro!? ¡Creí que la foto que mandó Pumkin tenía un filtro! ¡¿Eres como Demon Bull King?! ¿O a caso fue la poción esa rara? ¡Aaaayyyy! ¡De todas formas eres una ternura!~– está luchando por no morir de la ternura ante los ojos grandes e infantiles que lo ven con curiosidad y confucion, luciendo verdaderamente perdido ante todo eso.
–oye chico, más despacio, no logro captar todo– se safa con esfuerzo del agarre ajeno, notando entonses lo infantil que es su voz –¿Pero qué? ¿Que tenía esa cosa?– llevo sus manos hacia sus orejas y nota con un sobresalto que son más grandes y peludas, tan blandas que puede doblarlas sin problemas –ho...– es entonses cuando decide mirar hacia abajo, viendo la pequeñes de su cuerpo y las piernas similares a las de un toro, mira hacia atrás y mueve la cola en llamas.
Lleva sus manos a la cabeza, sintiendo que su cabello ya no es fuego y sabe que es rojo y largo, puede sentir los pequeños cuernos en su frente, sobresaliendo apenas pero visibles.
–ho...– mira a MK, notando que se está conteniendo para no gritar de ternura y emoción –puedes abrazarme– se encoje de hombros, no le importa recibir un abrazo mientras sea cariñoso y con emocion, así que disfruta ser estrujado contra el cuerpo ajeno, sintiendo como frota su mejilla contra la suya y escucha las divagaciones de lo tiernos que es.
Ahora debe de ser un niño de entre 7-9 años, aunque está sorprendido de que aún así no mida dos metros, después de todo, su genética relacionada a su crecimiento fue muy distinto al de su hermano o padre, llegando a ya tener el metro y medio cuando cumplió los siete.
•°•°
MK se niega rotundamente a soltarlo, cargandolo con todo el cariño del mundo mientras se dirigen nuevamente a la casa de la chica dragón con paso caía saltarin, el menor arrulla ante el bostezo mesclado con un resoplido que suelta su amigo, sacudiendo su cabeza de tal forma que sus orejas hicieron ruido.
–¡En cerio! ¡Eres toda una ternura!– festeja el susesor, ignorando las miradas llenas de curiosidad y encantó que les mandan todo los ciudadanos que se fijan en ellos.
Dragfir puede oír los murmullos llendo de ternura que comparten entre sí, pero los ignoras a favor de acurrucarse un poco más en MK, es pequeño y tierno, va a aprovechar eso.
–mi madre solía decirme algo así– ahora que lo piensa, an pasado unos cuatro días desde que está ahí y aún no los a visitado, debería dar una vuelta por su vieja casa y ponerse al día, si es que no lo matan claro.
–¡¡AAAAAAHHHH QUE AMOOOOR!!– La voz chillona y femenina los hace saltar, con el mismo Dragfir dándose vuelta y aferrándose con todo su ser al cuerpo de su amigo, el poco pelaje que tiene erizandose por completo –¡¡Que tierno, que tierno, que tierno!!– Bae He, la pequeña niña que fue poseida por LBD se hacerca corriendo, con los brazos extendidos hacia ellos y dando saltos largos para llegara más rápido, su madre casi entrando en pánico al verla cruzar la calle sin cuidado y completamente desprotegida. Pero para su alivio nada le pasa y llena sana y salva –¡¡No puede ser!! ¡¡Eres tan lindo!! ¿¡Es tuyo!?– pregunta de pronto hacia MK, este quedando congelado unos segundos antes de soltar una carcajada.
–no, él es Dragfir, tubo un pequeño accidente con una poción y así quedó, pero no es mío, es un amigo– explico mientras siente el pequeño cuerpo relajarse, acomodándose para abrazarlo correctamente y mirar a la niña con curiosidad.
–¡Pues es el amigo más tierno que alguna vez ví! ¡AWWWW! ¿Puedo cargarte?– extiendo sus brazos hacia el toro, este bufando con diversión mientras deja salir una nube de vapor que hace chillar con puro encantó y emoción a la menor.
–adelante– no le molesta, sabe que se ve tierno, sus recuerdos de cuando era niño aún no se borran en lo absoluto.
Se mueve para soltarlo y extender sus pequeñas manos hacia ella, siendo envuelto en brazos lijeramente más grandes y en un firme agarre, sintiendo como la menor salta de alegría y emoción al cargarlo.
Lo abraza como si no hubiera mañana, arrullando ante la suavidad de su piel y cabello. Lo separa algo brusca pero no le importa realmente, ve como ella mira con pura emoción a la mujer que se hacerca con algo de rapidez, quién abre la boca dispuesta a regañarla, pero Bae es más rápida.
–¡¡MAMÁ MAMÁ!! ¿¡NOS LO PODEMOS QUEDAR!?– todos se quedan helados ante eso, Dragfir siendo mostrado ante la mujer con todo orgullo, sintiéndose como una especie de cachorro siendo mostrado al mundo como en una de las tantas películas que vio con MK.
(No sé porque pero me acordé de Inuyasha o como se escriba XD)
–¿Q-qué? Pero Bae, no podemos hacer eso, ni siquiera sabemos de quién es– la mujer es rápida en recuperar la compostura, mirando a su hija con el ceño fruncido y molesta.
–oooooh pero mamá, es adorable– abraza a Dragfir y junta sus mejillas, haciendo un puchero ante la negativa de su madre sin poder evitarlo.
La cola de Dragfir se agita lijeramente, le gustan los niños, los ama con su corazón, pero siente que si no es soltado por esa niña en menos de dos minutos va a suseder algo que no le gusta y eso lo pone nervioso.
–Bae He, te dije que no, ¡Primero cruzas la calle sin permiso y sin cuidado! ¡Ahora me dices que te lo quieres llevar así como así! No jovencita, las cosas no funcionan así– la mujer se cruza de brazos, ignorando el puchero que su hija hace.
–¡Pero mamá! ¡Un ratito!– MK bufa sin poder evitarlo, se pregunta si se vio así alguna vez cuando era más pequeño.
La madre parece enojarse más, pues frunce el ceño profundamente, pero su hija parece ignorar aquello.
–¡Solo un ratito! ¡Por lo menos una hora! ¡Porfis!–
–no– es fría y cortante, pero no quiere llevarse con sigo a un demonio que no conoce y mucho menos va a cumplir el capricho de Bae siendo que se comporta de esa forma.
La niña hace un berrinche, sacudiéndose en el proseso y tomando desprevenido a Dragfir, quién siente una extraña angustia en su pecho que sube hasta su garganta mientras su poco pelaje se eriza, sus ojos se humedece de tal forma que parece literalmente un niño, parece que esa poción no solo modifican tu cuerpo.
Hay un largo bufido saliendo directamente de su pecho, pero no suena como los que Asahi u otro que realmente lo conozca está acostumbrado a oír, es uno mucho más angustiado y doloroso. Los presentes lo miran y la niña nota con pánico los ojos umedecidos, se mando una cagada y lo sabe.
El llanto no tarda en venir, el pequeño Dragfir sintiendose tan angustiado ante la brusquedad y terquedad de la niña que no lo puede evitar, las lágrimas corren y su garganta se cierra, pataleando en intentos de volver al suelo, y para su alivio, Bae no logra mantenerlo en brazos y lo suelta, dejando que caiga y salga corriendo en cuatro patas, el llanto volviéndose lijeramente más fuerte.
–¡Ho no, no, no, no, no, NO!– MK se agarra el cabello entrando en pánico, corriendo tras él lo más rápido que puede, dejando atrás a una angustiada niña con su madre echa una furia.
Bae He sabe que está por ser castigada pero no se va a quejar, cometido un error y va a tener que pagar las consecuencias.
Dragfir corre solo para poder alejarse de ella, escucha los pasos que lo siguen pero está tan consentrado que cree que es Bae y hacelera el paso, ignorando todo a su alrededor con la única intención de llegar al bosque y esconderse en el primer arbusto que encuentre.
Se siente infantil y agobiado, no le gusta esa sensación y quizás por eso es que deja salir alguno bufidos de angustia que rompen el corazón de quién lo escucha, no puede usar sus poderes por alguna razón, simplemente no puede, asi que se arma con sus avilidades naturales cuando un olor a fresas muy familiar inunda su nariz, que por suerte, aún no se tapa por el llanto.
Cruza la calle aún en cuatro patas, ignorando como casi provoca un choque y MK lo sigue tan rápido como puede, estando a unos metros de distancia.
Su vista está nublada pero lo ve, lejos y caminando a la par de su pareja, se siente mal porque está a punto de interrumpir un momento amoroso, pero necesita consuelo y Asahi es la primera persona que cruda su mente y no lo puede evitar, llamándolo por su nombre en una mescla de bufidos.
–¿Qué?– el mono se voltea, apenas logrando reaccionar ante el peso repentinamente en su pecho, solo recuperando el equilibrio gracias a los brazos de Pumkin. –¿Pero qué? Oye pequeño, estás bi-...– se interrumpe al ver su cara, sin poder creerlo del todo.
Es él, pero mucho más joven y sin su sonrisa, no lo puede evitar, siente angustia pero cariño y ternura ante los ojos grandes y brillosos, adornados por un vibrante color rojo que se difumina a un anaranjado, los ojos de Dragfir siempre parecieron cristales, pero ahora son el doble de cristalino y eso lo preocupa.
–¿Sr. Dragfir? ¿Se encuentra bien?– Pumkin es el primero en reaccionar, angustiado ante la clara tristeza y desesperación en el pequeño cuerpo.
–no– su voz está llena de apuro por tener consuelo y Asahi es rápido en ronronear y rodearlo con sus brazos, susurrando palabras de consuelo mientras se alivia por cada segundo que el cuero ajeno deja de tensarse.
Escucha sus bufidos lastimeros y solo afianza su agarre, conmovido al ver a su pareja intentando ayudar, miradolo con una sonrisa preocupada y dándole caricias en la espalda. Cualquiera que lo viera pensaría que son una familia muy rara pero tierna y encantadora, y MK está tan enternesido por la imagen que saca una foto, dispuesto a mandarla cuando todos sepan de su pequeño problema así no enloquecen.
–Hey estrellita ¿Estás mejor?– Asahi intenta mover la cola, solo para notar con asombro que había sido envuelta en la de su amigo, eso fue raro ¿Por qué no se dió cuenta antes? No le importa realmente, solo quiere que el torito en sus brazos esté mejor.
Lo siente acentir con un pequeño bufido y eso es suficiente para que ambos se relajen, notando entonses al MK cansado que se hacerca a paso lento con una sonrisa.
–creo que les debo una explicación– ríe apenas, rascándose la nuca.
–si no es mucha molestia– sonríe Pumkin.
MK explica con rapidez mientras empiezan a caminar, sin tener un destino en mente en realidad.
–¿entonses solo fue una poción?– el demonio-alma ladea la cabeza, curioso y confundido ante ese echo. –¿Por qué lanzaría una poción con la fuerza que tiene?– no era lógico, al menos no para él.
–MK estaba pateando su tracero muchas veces y el otro ese no se rendía, es lógico que hiciera “trampa” para poder ganar– Dragfir es quien responde la pregunta, aferrado al mono tal cual garrapata, su cola en llamas balanceandose de un lado a otro con tranquilidad.
–hooooo– Pumkin parece entender en tonses, haciendo una pequeña mueca que provoca que sus mejillas se vuelvan más regordetas –eso no se hace–
–por eso son villanos, calabaza– sonríe el mono, escuchando el pequeño sonido de molesto que saca su pareja, inflando las mejillas en el proseso.
–¿Cómo se sientes Sr. Dragfir?– el demonio-alma parece decidir ignorarlo y dejarlo para más tarde, más consentrado en el bienestar de su más reciente amigo.
–bien, mejor que antes, esa niña era muy gritona y brusca, no me gustaba para nada– murmuró con un puchero, sin notar que se veía realmente infantil –oye MK, perdón por correr, no me sentía nada bien pero no creo que halla sido motivo para correr así– el mencionado se muerde la lengua para no arrullar ante esas palabras llenas de arrepentimiento.
–no te preocupes, Bae He suele dejarse llevar con facilidad, pero es una buena niña, no debió haber querido asustarte así, y no tienes porqué disculparte, te entiendo perfectamente– sonríe abiertamente, esperando que esas palabras puedan calmarlo, y para su fortuna así fue.
Caminan un poco más en cilencio, pero no paso mucho tiempo antes de que una moto paso a su lado a toda velocidad y haciendo que retrocedan unso pasos por el viento, solo para que el conductor empieze a retroceder lentamente hacia ellos y se detanga justo al lado de MK, quedando estático por segunda antes de que Dragfir salte hacia Pumkin y tape sus oídos, logrando a tiempo atajar el chillido increíble e inposiblemente alto que suelta.
Suspira al ver que el demonio-alma no parece afectado ante el grito y se deja cargar de golpe por una entusiasta jovencita que salta y ríe a carcajadas mientras divaga de lo adorable que se ve. No sé asusta o llora porque Mei es cuidadosa al cargarlo e intenta no sacudirlo demaciado, abrazándolo con fuerza pero manteniéndose controlada para no lastimarlo.
–¡¡ERES. UNA. BELLEZAAAAAAA!!– Rie a carcajadas mientras lo separa apenas para poder agarrar una de sus mejillas y apretujarla.
Dragfir sonríe, su mirada relajada ahora que está en los brazos de alguien de confianza, dejando salir un bufido amistoso que la enloquece por completo, repartiendo besos encantados en todo el rostro del demonio que no hace amage de alejarse y agradece que en esos momentos no lleve labial.
Los demás se ríen por lo bajo, MK sacando fotos y grabando un poco, divertido al ver que Meran parece enloquecer igual que ella por los mensajes.
Cómo se lo esperaba, la chica emerguio de una sombra una vez que él le dijo la dirección, tomando por sorpresa a sus padres.
(Preguntita para Berry: ¿Pumkin cuenta como padre para Meran? Por sierto, no tengo muy en claro como es la personalidad de la chica, así que hizo lo que creí mejor)
–¡awww que lindo~! ¡Eres tan adorable!– la castaña se acerca con rapidez, luchando por no quitárselo de los brazos para tenerlo ella, agarrando una de sus mejillas para controlarse y escuchando con puro encantó el bufido amistoso y feliz que suelta Dragfir, a quien le está gustando todo el mimoseo y cariño, le está gustando ser un niño de nuevo, claro que sí.
•°•°
Desiden ir a la tienda de fideos, Pigsy lucho por no ablandarse por completo al ver la apariencia del pequeño al verlo entrer por la puerta en los brazos de Asahi, con Mei sacándole fotos de todos los ángulos posibles.
–¡Hola Pigsy!– saludaron todos mientras que Pumkin uso un saludo más formal.
Dragfir tardo unos segundos en darse cuenta de lo que pasaba, puesto que estaba intentando ignorar lo cegado que estaba ante el flash de la cámara, pero al ver el cerdo que lucha por no derretirse sonríe con picardía y diversión, saltando de los brazos ajenos para subirse de otro salto a las butacas, ignorando como Tang está boquiabierto a su lado, aún sin poder reaccionar.
–¡Holi Pigsy!– saluda también con su pequeña mano, un chillido ahogado saliendo del mencionado.
–¿Dragfir?– el mencionado mira a su lado, sonriendo ante la expresión perdida y encantada del de lentes.
–sip, soy yo– su cola se mueve con diversión ante los ojos brillosos y con estrellas del adulto, luciendo como si fuera un infante ante la cara que expresa sin palabras que se está muriendo por dentro.
–¡Eres tan tierno!– no puede evitar undir sus manos en el cabello ajeno, jadeando ante la suavidad y lo brilloso que es su vivo color rojo.
–lo se~– dice en un suspiro, está seguro que se lo diran mucho.
–¡Es que si! ¡Eres completamente adorable y dan ganas de apretujarte!– Chilla Meran, dando saltitos para poder acariciar su cabeza con toda la suavidad que podía dar en su emoción.
Dragfir estaba por hablar, pero su estómago lo interrumpe con un largo gruñido a la espera de comida, y él no puede evitar mover su cola con diversión al oír como Pigsy se mueve sin pronunciar palabra y empieza a cocinar.
Naturalmente Tang se quejaría que le está por dar fideos gratis a alguien que no sea él, pero la ternura del pequeño es tan irresistible que entiende completamente al cerdo.
•°•°
El pequeño Dragfir saborea su comida con todo el placer que puede, sintiéndose saseado al terminar de tomar la sopa que quedó y se relame los labios, no importa cuántas veces lo repitió, lo volverá a decir:
–estos fideos son los mejores de todos– dice con alegría y satisfacción pura, escuchando la risa divertida y cariñosa del demonio.
–hay que encontrar una forma de devolverte a tu estado original– dice Asahi pensativo, sabe que tendrá que ir con Wu-Kung, solo espera que colabore, tomando en cuenta la relación entre ambos no está muy seguro de que lo haga.
–oooooh pero es tan lindo ¿No podemos dejarlo así unos días?– súplica la menor entre ellos, sus ojos llenos de esperanzas mientras que Mei se le suma, esperando dar mayor efecto.
–pe-pero chicas, no podemos dejarlo así mucho tiempo, ¿Quien sabe lo que puede provocar algo como eso?– Asahi lucha por no decir “okey” porque él nunca a sido de tener fácil pronunciar un “no”, en especial cuando se trata de su hija, pero esta intentando poner límites y se esfuerza por qué perduren.
–ohhh porfa baba– hace un puchero, pero este se borra al oír las palabras de Dragfir.
–Asahi tiene razón, podría quedar permanente si estoy realmente mucho tiempo así, maximo podría estar a salvó un mes, pero si es más que eso...
Bueno... Podría empezar a comportarme como un niño de la edad que dice mi apariencia... Y yo era alguien que no berrinchaba pero tenías que considerarte un iluminado si llegaba a hacerte caso– recuerda las veces que desobedeció a su madre y termino con múltiples raspones y heridas, pero él siempre volvía a casa con la frente en alto y orgulloso de cómo se divirtio a fuera, no importaba si volvía con una piraña mordiendo su cola o mano, él nunca se arrepentio, y al día de hoy aún no lo hace.
–ooowwww– Meran y Mei lucen desanimadas, pero aprobechan el tiempo para apachurrarlo y mimarlo.
•°•°
“No lo dejan en paz”, esa es la frace correcta para referirse a Mei, Tang y Meran, para su suerte los otros se contienen, luchando por no abrazarlo con todas sus fuerzas y eso lo agradece de verdad.
Por eso cuando le dicen que van a ir con Wu-Kung ruega por qué lo lleven, no lo mal interpreten, le gustan los mismo y cariños y todas esas palabras de completa ternura que pueden darle caries a quien lo escuche, pero demaciado de algo es malo y lo sabe, lo recontra sabe, así que mira a Asahi con los ojos brillantes de pura esperanza y él está vez no puede decir que no, porque sabe cómo es su hija y sus amigos, no le dan un respiro ¡Literalmente parecen bebés, lo siguen hasta el baño! Es hartador y no lo puede curlpar.
Así que da una rápida despedida sin dejar que vean que se lleva a su cansado amigo, undiendose en una sombra junto con su pareja y emergiendo nuevamente en la montaña del dios, ambos sonriendo ante los chillidos emocionados de los monitos, quienes se detiene en seco al ver a Dragfir en sus brazos y este mismo tiene un mal presentimiento, porque a los pocos segundos todos estallan de ternura.
Sip, ser tierno no solo puede ser una ventaja, si no una tortura.
Lucha por alejarse de los monos que lo persiguen para lanzarsele en sima y apretarlo en sus brazos, sabe que tienen todo el derecho de estar enternesidos, pero eso no quiere decir que tienen que estar encima todo el tiempo.
Agradece que Asahi logra agarrarlo y alejar a los monos con unos cuantos clones, corriendo para entrar en la casa del dios y cerrar la puerta antes de que otro minito se les lance en sima, están despeinados y con un poco de suciedad en la ropa que se apresuran a limpiar, el mono teniendo que soltarlo para poder limpiarse.
Pero para la absoluta desgracia de Dragfir, estar despeinado solo lo hace ver más adorable.
–¡Hey Macaque! ¡Te dije que si vas a molestar al menso avisa prime-...! ¡Asahi!– el mono dorado se lanza a abrazarlo, feliz de estar serca de él y que este mismo se presente en su casa sin razón que él sepa. –¡No esperaba verte!– sonríe con su cola moviéndose de un lado a otro.
–hola Wu-Kung, y sinseramente nesesito un pequeño favor– se rasca la nuca un poco avergonzado de solo visitarlo por favores, y se siente como escusa pero es urgente.
–¡Adelante! Soy todo oídos– se separa para poner sus puños en su cintura, sus orejas apenas moviéndose en señal de escuchar.
–bueno... Es sobre Dragfir– la sonrisa del dios se tensa pero no sé desvanece, una clara señal de que está dudado si ayudar o no –ubo un pequeño problemita con un demonio que... Bueno, lo dejo así– señaló hacia atrás del mono, este enarcando una ceja antes de voltearse y no ver nada, solo para que Asahi lo haga bajar la mirada y sus ojos se abren con sorpresa ante el pequeño pelirrojo que intenta arreglar el enrredo que es su cabello, haciendo un puchero ante los dedos enrredados.
–pe-pero... ¿Q-qué paso? ¿Cómo es que...?– se calla al ver que Dragfir lo mira, los ojos grandes bellamente rojos parecen provocar algo en el mono, quien evita que su cola se retuersa enrrollandola en su pierna y se muerde el labio inferior para no soltar un chillido de puro encantó, Dragfir frunce el ceño y ladea la cabeza provocándole más ternura al dios –¿¡Cómo es que eres tan adorable siendo la porqueria que eres!?– se le lanza anecima, agarrando sus mejillas y apretujandola mientras arrulla con todo su ser, tiene ganas de abrazarlo y nunca soltarlo, pero se recuerda que es Dragfir y evita hacer alguna estupidez como esa.
Dragfir no lo puede creer realmente, ¿En cerio Wu-Kung le dijo eso? ¿Encerio estaba acariciando su cabeza de esa manera tan cariñosa? ¡Wu-Kung lo odiaba! ¿Solo por ser tierno ahora no? Eso es estúpido e injusto porque sigue siendo capaz de castrarlo con una patada o dos cucharas.
Quiere reclamar, pero ahora hay una mano rascando su nuca y otra su barbilla, provocando que se tense pero a los segundos se relajen por completo ante eso, soltando un leve murmuró que luego es remplazado por un resoplido suabe acompañado de una pequeña nube de vapor que hacer arrullar al dios.
–ammm ¿Sr. Wu-Kung, se encuentra bien?– es extraño para ambos verlo así, nunca habían visto que tratará tan cariñoso a Dragfir, pero no lo culpan realmente, en ese estado es difícil resistirse.
Wu-Kung lo ignora por completo, olvidando casi de inmediato todo el odio que le tiene y lo abraza, sin dejar de rascar su nuca y encantado ante el movimiento constante de la cola ajena.
–¡Es una ternura!~ ¿Vienes a decirme que lo cuide? Por qué ya estoy pensando en dónde va a dormir está cosita– Su cola se muebe un lado a otro sin poder evitarlo.
Asahi tarda unos segundos pero agita la cabeza para poder negar, la sonrisa del dios decayendo con un largo gemido quejumbroso.
–nesesitamos que busques o nos ayudes a encontrar una forma de volverlo a la normalidad– explica el mono, aliviado de que se esté ofreciendo a tal cosa como cuidarlo.
–ooooohh vamos Asahi, es adorable, podemos dejarlo así– asegura con un puchero, abrazándolo y sin hacer amage a soltarlo.
–si me quedo así me volveré un niño del todo, y yo no era un santo– murmura el torito, bostezando después y acurrucándose inconscientemente en el pecho ajeno, luchando por mantener los ojos abiertos.
Wu-Kung se vuelve a quejar, pero sabe perfectamente que él tiene razón, si se queda por mucho tiempo así será un problema, y no quiere lidiar con uno cuando las cosas están lo más tranquila que pueden estar.
–bieeeeen, ayudaré, veré si tengo lo necesario por ahí– debe de tener algo, probablemente tarde una semana en encontrarlo pero lo hará.
–gracias– suspira la pareja, aliviados de que se dignara a colaborar aunque sea a regañadientes.
–¡Ho espera! ¡Macaque tiene que ver esto!– el nombre hace que Dragfir abra los ojos al tope, no quiere más apachurramientos, está bien con los pequeños mismos, no necesita más, pero no alcanza ni a abrir la boca cuando el dios ya empieza a llamarlo casi a gritos.
Pumkin se tapa los oídos, va a tener que empezar a usar audífonos de cancelación de sonido porque a este paso quedará sordo.
No pasa mucho para que Macaque emerga de una sombra, el ceño fruncido y su cola moviéndose con molestia.
–por amor a Dios, mono loco, estaba durmiendo, ¡¿No te puedes callar un mísero-...!?–
–¡Macaque mira!– despega al toro de su pecho, quién sé queja y hace un puchero cuando los mimos se detiene y al estar seguro de que pude llegara a ser apresado en brazos nuevos.
Otra vez se siente como ese tal Simba cuando acaba de nacer, ahora entiende porque se veía tan asustado y confundido. Pobre león.
–¿Pero qué...?– Macaque mira a Asahi y a Pumkin, estos sonriendo lijeramente ante la expresión confusa que obviamente pide respuestas.
Son rápidos en explicar y Macaque mira nuevamente a Dragfir, sin poder creer realmente, el demonio en su estado normal es atractivo, no lo puede negar y maldice ser gay, pero ahora que lo ve con esa apariencia parece una maldita cosa de peluche bien adorable, sus dedos cosquillean con la única intención de agarrar sus mejillas y no puede detenerse.
–esto si es raro– murmura mientras alza sus manos y toma sus cachetes, apretandolos apenas y su corazón se derrite ante el bufido amistoso pero cansado que deja salir el pequeño toro –conosco pociones que pueden reducir el tamaño pero las que te vuelven un infante son un martirio de hacer, ¿Y tú no deberías medir algo de dos metros?– conoce la genética ajena, es distinta a la de su familia y aún no lo entiende pero es así.
–si, pero parece que esa m**rda era una mescla– Wu-Kung jadea ante la palabrita y lo gira para que lo vea a la cara.
–¡No digas eso! ¡Un niño no debería hablar así!– los presentes ahogan una risa mientras que Dragfir bufa más humanamente, rodando los ojos.
–no soy un niño– no lo es, por qué es culpa de la posion que le lanzaron.
–ahora si, así que cuida esa boquita– Asahi no puede más y suelta una carcajada igual que Macaque, sin poder creer que el mismísimo Sun Wu-Kung está enceñandole modales a alguien que odia.
Dragfir solo bosteza, el dios derritiéndose y arrullando para luego apegarlo a su pecho y cambian hacia su habitación, dispuesto a mimar al niño hasta que se duerma.
Parece que Dragfir tendra que soportar muchos mimos y apretujones hasta que vuelva a la normalidad.
EXTRA:
(Esta es la escena que me causo mucha gracias en la historia de Mika y la que me inspiró a hacer este testamento)
Se turnaron para cuidar al demonio, Red Son al principio se negó pero termino cediendo ante los ojos suplicantes de su hermano, su padre y madre no lo pudieron creer al principio, pero lo trataron con cariño.
Tang estaba encantado de tenerlo en su casa y mimarlo hasta donde podía, aunque Dragfir se escondía debajo de la cama o en la alacena para tener un minuto de paz.
Pigsy parece estar dispuesto a no ceder al impulso de abrazarlo, pero lo trata cariñoso con algunos toques en la cabeza y mucha comida deliciosa.
MK lo trata como siempre y lo agradece por completo.
Los padres de Mei y ella misma lo aman hasta morir, es demaciado pero por lo menos lo dejan dormir tranquilo.
Sandy al principio lo trato muy cariños, pero al notar que eso podía molestarlo se comportó como siempre, sin querer agobiar o molestar a su amigo.
Asahi y Pumkin lo tratan como siempre, aunque este último parece más cariñoso, Meran es súper cariñosa pero se dió cuenta que lo molesta y se esfuerza para no agobiarlo, lo cual agradece mucho.
Macaque es igual que siempre, distante pero atento, apenas un poco cariñoso y eso sinseramente le gusta, se siente protegido pero respetado, así que no se preocupa mucho.
Wu-Kung parece negarse a dejarlo solo, aunque por lo menos no lo está aficciando en abrazos. Eso sí, le encantan las rascadas en la nuca y la barbilla, es una de las pocas cosas por las que aún está feliz de ir con el dios, porque es el único el cual hace eso.
Macaque emerguio de una sombra con Dragfir en brazos como si fuera una especie de gato, caminando con paso firme hacia la puerta y golpeando un par de veces, escucha gracias a sus seis oídos que el dios parece despertar de golpe ante el sonido, diciendo cosas inentendibles entre dientes, pero abre la puerta con una mirada somnolienta.
–hey Mac, ¿Que pasa?– el dios bostezo, parpadeando un par de veces ante el repentino Dragfir que está frente a él.
–cuidalo, tengo trabajo– Macaque hace el amage de soltarlo, es por eso que Wu-Kung es rápido en extender sus manos y tomarlo, aún un poco confundido.
–no es mi turno aún– murmura repasando el horario en su mente, según lo que entendió siempre lo cuidaba desde los martes a la tarde hasta el miércoles a la mañana, pero es jueves, el turno de Macaque aún no acaba.
–si, pero tengo trabajo– se da media vuelta, desidido a irse en una sombra.
–¿Desde cuándo trabajas?–
–desde siempre tonto, pedí horas extras así que tengo que irme– está por undirse cuando nuevamente el dios lo detiene.
–¿Y te vas así nada más? ¿Dejandome con nuestro hijo tan pequeño?– eso eriza el pelaje del mono, recuerdos lejanos e incómodos surcando su mente y lo mira de soslayo, fulmianandolo.
Pero a Wu-Kung no le importa y sonríe, divertido y burlón, escuchando la risa divertida del chico en sus brazos.
–dejate de estupideces, me tengo que ir–
–¡Papá! ¡No me dejes!– Dragfir se esfuerza en que salga lo más lastimeros y angustiado posible, escuchando que Wu-Kung suelta una carcajada al oír lo bien actaudo.
Si antes Macaque no estaba erizado, ahora parecía un pompón afilado por como su pelaje estaba parado. Ambos se ríen, mirando la expresión de enojo y desesperación del mono.
–¿Saben qué? ¡Vayanse a la m**rda los dos!– se hunde en unas sombras, los otros dos riéndose a carcajadas.
(Por fin termine! Espero les aya gustado!~)
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