༺ ི𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝟏𝟖ྀ༻

❬⸙: ✰❛𝕷𝖆 𝖛𝖊𝖗𝖉𝖆𝖉❀❜❭

Narradora

Al día siguiente, la muchacha estaba un poco mejor y se presentó a clases, notando como sus amigos la ayudaron a tomar asiento y permanecieron atentos por si necesitaba algo. Por otro lado, Ray andaba de malas y se distanció de todos, dejando a ____ desconcertada y se aguanto hasta el final para consultarle.

Después de clases.

— ¡Ray! -Saludo entusiasmada- ¿Te parece si tomamos té?

Espero una confirmación, pero el vampiro la ignoró y enfocó su vista hacia otro lado, logrando enfadar a la menor.

— (¡¿Enserio me está ignorando?!) -Se disgusto-

El rubio apoyo su codo en el escritorio y sostuvo su cabeza con la mano, mientras sus ojos observaban el horizonte.

— (¡Estúpido! Agradece que tu rostro lo compensa.) -Pensó enfadada-

Se puso enfrente y extendió su mano para tironear de su oreja, pero el contrario reaccionó más rápido y golpeó su frente bruscamente.

— ¿Qué intentas tocar?

— ¡Auch! -Toco la zona afectada- (¡¿Qué carajos le picó hoy?!) -Pensó- ¿Por qué me golpeaste?

— Has intentado tocarme sin mí permiso.

— ¿Cuántas veces has hecho tu lo mismo? -Shiba se arrimó e intervino-

— ¡Eso es verdad! -Nagi se aproximo y reviso la frente de su amiga-

— ¡Cállense! -Grito- Nadie tiene permitido tocarme sin mí consentimiento

— No sé preocupen, estoy bien. -Observo a Ray con seriedad- No sé porque actúas como un idiota.

— No te acerques y actúa como le corresponde a una zombie. -Respondió con indiferencia-

— No te atrevas a hablarle así a ____. -Natsume se enfado-

— Eres demasiado descortés con una amiga. -Hablo el albino-

— ¡Deténganse! -Suspiro y contempló al oji-celeste- Realmente me decepcionaste...

En ese instante, se calmo y examino la escena con seriedad, mientras sus ojos demostraban algo de vergüenza por sus palabras.

— Oye, me...

— ¿Me...?

— ¡Me... gusta ____! -Menciono Erica de repente y asombró a la mayoría-

— ¡Oh, por dios! -Exclamo con emoción- ¿Acaso era eso?

— ¡Erica! -Los tres varones se enojaron con ella-

— Me retiraré... dile al profesor que tuve que irme tempraneo y más tarde...

— Es mejor que te vayas. -Interrumpió-

Se mantuvo en silencio y se retiró del salón, mientras una de sus fans lo perseguía como una perra en celo. Por otro lado, la joven se despidió y se retiró para poder conseguir medicamentos, ya que estaba preocupada por el estado de salud de Ray.
Cuando se presentó en su departamento, tocó la puerta y aguardó a que la atendiera, suponiendo que Ray aceptó a esa estudiante.

— Ray, ¡¿Estás hay?! -Hablo casi gritando- Soy yo ____.

La puerta se abrió y una figura se asomo, dejándose ver al oxígeno un tanto serio.

— Que ruidosa eres. ¿Qué quieres? -Fastidiado-

— Tonto... No te atrevas a golpearme de nuevo. -Lo observó con seriedad- Me dejaras pasar, ¿No?

— ¿Qué?

— ¿Hay alguien dentro de tu habitación que no te deja pasar?

— No, estoy solo.

— Está bien. -Contesto la muchacha-

Se percató de su alivio y aprovecho a preguntarle la razón.

— ¿Por qué lucias preocupada?

— Pude ver qué una chica te siguió y creí que le habías permitido ingresar -Intento ser honesta-

— ¿Acaso estás celosa -Sonrió levemente-

— ¡Pues claro que sí! -Lo examinó con mis mejillas infladas- Pensé que seguiría siendo la única que vendría aquí.

El vampiro no pudo evitar reírse y decide responder.

— Esperaba esa respuesta. -Rio ligeramente y se cruzó de brazos- Nadie entra a mí habitación y la chica que me siguió... le dije que se fuera, que me estaba molestando, ¿Ya estás contenta? -Suspiro- Ahora vete... porque si no fuera tan estúpido como tú, no me perdería ninguna clase.

— ¡Idiota! -Lo mire molesta y le di la bolsa de medicamentos- ¡Púdrete Ray! Yo me voy.

Narra ____

Antes de poder irme, jalaron de mí muñeca y al mirar de quién se trató, me percaté que era Ray observando con su típica expresión sería.

— ¿Por qué te vas de pronto?

— ¡Ray...!

No pude insultarlo, pero sostuve su mano y confirmé que estaba caliente.

— Parece que estás enfermó.

— ¿Que? -Estaba extrañado-

— Traje unos medicamentos y espero que sepas usarlo, porque yo me voy.

— ¡Quédate! -Suspiro-

Se corrió a un lado y permitió que pasará a su cuarto, dándome cuenta que todo estaba intacto y cerraba la puerta, dejando los medicamentos en la mesita de luz y sentándome al borde de su cama.

— Necesito una explicación.

— No te hagas problema. -Se encontraba serio- Ya me ha pasado algunas veces y no es un resfrío, ni nada parecido.

— Entonces... ¿Tienes una enfermedad? -Preocupada-

— Probablemente... Es una característica de los vampiros, ya que estaríamos influenciados por la luna y nos cansamos fácilmente.

— Mmm... ¿Te ha pasado muchas veces? ¿Cada vez que la luna está te pones de mal humor?

— ¿Cómo puedo estar de buen humor si me siento mal?

— No me refiero a eso. -Respiro profundo- Si sabes que sucederá, ¿Porque no te tomas el día libre para recuperarte? Erica y Cloe mencionaron que te has puesto de mal humor otras veces, y los demás no entienden lo que te sucede, hasta creen que eres un caprichoso.

— Me alegró. -Sonrió inconsciente-

Me quedó reflexionando y dirijo mí vista hacia la luna, ya que no me animó a consultarle la razón.

— Mí presencia es suficiente para influenciar a los que me rodean y si creen que todo mejoró, eso significa que soy muy potente. -Explico- Si alguien se entera que soy débil en estas situaciones, podría matarme mientras descanso.

— Oh, pobre de mí tonto vampiro. -Acaricio sus cachete-

— Uno de mí clase jamás debe mostrar sus deidades a los demás.

— Pero... ¿Por qué las compartiste conmigo?

— Es porque me agradas y se que no me matarás, aunque no sepa que seas.

— Ya que me has confesado semejante secreto, te contaré quien soy realmente.

— ¿Enserio? -Trato de asegurarse-

Confirmo su duda y lo contempló con sensatez.

— No sé lo digas a nadie. -Aviso la menor-

— Cuentas conmigo.

— Gracias, Ray. -Sonrió amable- Yo en realidad soy... un ángel.

— ¡¿Qué?!

— Se que te impresiona, pero es la verdad y también una de las razones, por las que he ocultado mí especie.

Estaba pasmado, por el contrario la joven suspiró y trato de cambiar de tema.

— Intenta descansar.

—¿Qué sucede? De pronto... -se notaba su duda-

— Pensé que estaba agotado, así que he traído algunas cosas para cuidarte.

Abro la bolsa de papel que traía y noto algunas detalles un tanto extraños.

— No necesito nada de eso. -Permaneció serio- Puedes irte

— ¡¿Por qué?!

— No me gusta que me cuiden. -Se rasca la nuca- Me pone nervioso.

— Al parecer no cuidaron nunca del pequeño mimado.

— ¡Oye! -Frunce el ceño-

— Jajajaja -Rio con suavidad y palmeó su hombro- Ya...

Lo obligue a acostarse en la cama y fui a mojar la toalla en el lavamanos, regresando a su lado y la coloco en su frente, mientras miraba como sus cachetes se sonrojaron.

— La toalla húmeda te ayudará a bajar la temperatura.

Solo permanecía en silencio.

— Ya deja de preocuparte, no te comeré. -Bromeo- Ahora cortaré una manzana y te la daré, ¿Te parece?

— Si. -Contesto avergonzado-

— Mí madre decía que las manzanas son buenas para los enfermos.

Pele una manzana correctamente y la corte en trozos, mientras las depositaba en un plato y agarraba un tenedor, acercándome a él.

— ¡Puedo comerlo solo! -Exclamo el mayor-

— No, ya que estas enfermó y me permitiste cuidar de ti. -Lo observó calmada y le aproximó un pedazo de manzana a la boca-

Sus mejillas se volvieron a sonrojar y pese a oponerse al principio, cedió y empezó a comer.

— Por cierto... jamás has comentado sobre tu vida. -El oji-celeste la miro suplicante-

— Está bien. -mi expresión se calmo- Pues... debo mantener oculta mi raza, ya que si me descubren puede que me asesinen o me hagan una esclava.

— He leído que "son seres alados y de una belleza superior que la de una sirena, tiene un mal corazón y no dudaron en desterrarnos aquí durante la guerra entre demonios ángeles.

— No es así... -Dejo el plato en la mesita de luz- La realidad es distinto...

— ¿Los libros mienten?

— Si, las sirenas han ocultado todo... Luego de desterrar a las razas a este mundo con ayuda de nuestro creador, las sirenas aprovecharon nuestra vulnerabilidad en la guerra para contratacar con una maldición que interpusieron gracias a una bruja ayuda de una bruja y nos incapacitaron a usar nuestros poderes o convertirnos en ángeles, prácticamente nos volvimos como humanos... todo esto se debe a qué las sirenas no pudieron aceptar que nosotros éramos superiores a ellas...

El vampiro escucho Atento y no supo que responder.

— Ojalá no divulgues esto con nadie -Angustiada-

— No diré nada, no quiero que te hagan algo. -Dijo sin más-

— Gracias por escuchar, bueno acuéstate que yo me quedaré a cuidarte.

— Gracias igual. -Agradeció él-

No pude evitar contentarme y me quedé cuidándolo, mientras examinaba cómo se quedaba dormido y acabe durmiéndome por el cansancio.

══════════ ❛ ❲ 📜 ❳ ❜ ══════════

Continuará.

Espero que les guste este capítulo, así que espero que...
Comentén - Le den estrellita - me sigan
Bye 🦋

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