MANTENIMIENTO (Kookmin)

Estoy en mi casa, recostado en mi cama después de un largo día de trabajo. Pero hoy no me siento cansado por el trabajo, mi agotamiento es más mental que físico, todo el día tuve que hacer malabares para no cruzarme de frente con Jeon Jungkook.

Desde hace tres meses que entré a trabajar aquí lo ví, y fue imposible no fijarme en él. Es alto, musculoso, con unos brazos fuertes y tatuados, nunca pensé que una llamada a mantenimiento me cambiara mi forma de pasar el día en el trabajo.

Jungkook me atrae muchísimo, disfruto verlo llegar con su pantalón y camisa de mezclilla pegados a su perfecto cuerpo, verlo pasear entre los pasillos de la empresa o por entre los cubículos donde mis compañeros se encuentran, o cuando simplemente se queda platicando con alguno de sus compañeros y yo puedo darme el lujo de observar a detalle.

Si tan solo tuviera el valor de hablarle, pero soy demasiado tímido como para tratar de entablar una conversación con él que no sea de trabajo. Pero en fin se preguntarán porque si disfruto tanto de verlo hoy trate de evitarlo lo más posible. Todo se resume a que mi compañera le dijo que me gustaba, después de eso paso por mi lugar de trabajo, volteó a verme, me sonrió y dijo hola.

Esa simple palabra fue suficiente para convertirme en un manojo de nervios, y sonrojos, al instante me dió mucha vergüenza así que preferí evitarlo. Podía sentir su mirada fija en mí a lo lejos, me sonrojaba y me ponía aún más nervioso, y si eso era solo con sentir que me veía, no sabía cómo reaccionaría si lo llegaba a tener en frente.

Después de cenar y darme un baño relajante me dispuse a dormir, pero mis sueños fueron ocupados por Jungkook y puedo asegurar que tiernos no fueron, lo soñé follandome sobre mi escritorio, fue tan vivido mi sueño que me levanté jadeando, con mi cuerpo caliente y mi miembro tan duro que dolía, después de calmar mi respiración, me levanté y fui a bañarme y arreglar el problema entre mis piernas.

Dos horas después entre al elevador que me llevaba al piso donde trabajo, las puertas estaban por cerrarse cuando una fuerte mano la detuvo y una voz que conocía muy bien se escuchó.

—No me dejes —la puerta volvió a abrirse y ahí estaba él, con ese uniforme que me encantaba y esa hermosa sonrisa que me fascinaba —Hola, buenos días —fue lo único que dijo mientras entraba al elevador y se paraba a mi lado.

El aroma de su perfume llegó hasta a mí, olía delicioso, sentir su fornido cuerpo tan cerca del mío me estaba haciendo sudar, lo que daría por tocarlo, pero no podía hacer eso antes moriría de vergüenza y segunda las personas que iban con nosotros pensarían que era un maldito pervertido.

Estaba tan concentrado en pensar en cosas asquerosas para dejar de pensar en las ganas que tenía de que Jungkook se enterrara en mi, que no me percate cuando nos quedamos solos, no fue hasta que sentí su tibio aliento cerca de mi cuello que reaccioné.

—Deja de morder tus labios antes de que me olvide de que estamos en un elevador y sobre todo en el trabajo.

Dijo en un susurró que logró erizar mi piel y juro que sentí mi miembro vibrar de deseo. Creo que no gemí por algún favor divino, sólo pude liberar mi labio inferior del agarré de mis dientes, antes de que él volviera a hablarme al oído.

—Nos vemos esta noche Jimin.

Dicho eso, las puertas del elevador se abrieron y el dueño de mis bragas mojadas salió como si no me hubiera hecho poner duro solo con su voz. Apenas las puertas de metal volvieron a cerrarse, logré soltar un suspiro cargado de deseo y anheló, y una duda me asaltó de pronto. ¿Por qué dijo que nos veríamos está noche?

Durante todo el día no pude dejar de pensar en eso, y más cuando a lo lejos lo veía hacer su trabajo, en más de una ocasión nuestras miradas se cruzaron, yo me sonrojaba al instante y él solo sonreía de lado de una forma tan sensual que me hacía temblar.

Conforme se acercaba la hora de salir mi ansiedad crecía, Jungkook en ningún momento me había dicho o insinuado algo sobre lo que me dijo en la mañana, ya hasta estaba comenzando a pensar que lo había imaginado y lo hubiera seguido pensado si no fuera por qué faltando media hora para salir un mensaje de un número desconocido llegó a mi teléfono.

“Te espero en el mismo lugar de esta mañana, no tardes"

No era necesario preguntar quién era el remitente de ese mensaje, sabía que era de él. Corrí al baño y contemplé mi aspecto frente al gran espejo, mi cabello seguía pulcramente peinado, pero una mancha misteriosa decoraba mi antes perfecta blanca camisa, trate de hacerla desaparecer con un poco de agua pero fue imposible. Suspiré y rogué porque no lo notara.

Regrese a mi escritorio y traté de concentrarme en el trabajo que aún me faltaba por terminar, mientras veía el reloj y maldita sea el tiempo transcurría demasiado lento. Cuando por fin llegó el momento de salir, mi corazón latía desesperado, mis manos sudaban mientras guardaba mis cosas, a través del vidrio de mi oficina podía ver a mis compañeros retirarse poco a poco, y mi ansiedad crecía cada vez más.

Quise esperar hasta que todos salieran para hacerlo yo, si realmente Jungkook me estuviera esperando en el elevador, no quería que nadie nos viera y si él no estaba nadie notaría mi decepción. Cuando por fin el último de mis compañeros salió, tomé mis cosas y caminé hacia el elevador, esperé a que llegara y entré, estaba vacío.

Suspiré y pensé que tal vez se había cansado de esperarme y se había ido, no debí esperar hasta el último, me maldije mentalmente y me dispuse a irme a mi casa a lamer mis heridas y soñar con lo que pudo haber pasado.
Estaba lamentandome cuando el elevador se detuvo en el piso siguiente y las puertas se abrieron, dando paso al hombre que venía ocupando mi cabeza desde hacía meses.

—Pensé que nunca bajarías — fue lo único que dijo antes de jalarme fuera del cajón metálico y atraerme hasta su musculoso cuerpo.

Yo estaba en shock cuando sus labios atacaron los míos en un beso salvaje y lleno de deseo, sabía mejor de lo alguna vez soñé, yo correspondía el beso lo mejor que podía, su lengua exploraba mi cavidad a su antojo, mientras sus manos acariciaban mi cintura, mis manos estaban aferradas a su pecho.

Un pequeño jadeo se escapó de mi boca cuando sus manos se apoderaron de mi trasero y sus labios se separaron de mi boca para atacar mi cuello.

—Me encanta tu trasero, no te imaginas las ganas que tenía de tenerlo entre mis manos.

Me dijo en un susurró, causando que todo mi cuerpo temblara de deseo al sentir su tibio aliento tan cerca de mi oído, todas las células de mi cuerpo vibraban de deseo por ese hombre.

—Pues no te contengas —le respondí en un impulso de valentía, mezclada con mi necesidad de ser profanado por él.

Aprovechando la posición en la que estábamos, volvió a apretar mis nalgas y me impulsó hacia arriba, por instinto enrede mis piernas en su cintura, mientras su boca volvía a atacar la mía, y así envueltos en esa burbuja de deseo me llevó hasta la oficina que ocupaba en ese piso, apenas entramos se aseguro de cerrar bien y me depositó sobre el escritorio libre de cualquier objeto, habiendo pensar que ya había planeado esto.

—Eres perfecto Jimin, no te imaginas cuántas veces he deseado probarte, pero me contenía al pensar que jamás podrías interesarte en mi.

—¿Y porque no habría de hacerlo? Tal vez si lo hubiera hecho antes, esto hubiera sucedido desde hace tiempo.

—Lo sé y ahora me arrepiento, pero ahora vamos a desquitar el tiempo perdido.

Y eso fue lo último que ambos dijimos, ambos nos dedicamos a disfrutar de ese momento, sus labios recorrían mi cuello, mientras con sus manos iba desabotonando mi camisa y hacia el mismo recorrido con su boca, chupó y mordió mis pezones, haciéndome delirar de placer, cómo pude quite su camisa y desabroché su pantalón.

Sentir su dura polla a través de la tela del boxer me hacía desearlo más. Con una habilidad asombrosa desabrochó mi pantalón y levantando un poco la cintura lo ayude para que pudiera quitarlo del todo, en cuanto mi miembro estuvo libre y él lo vio, paseo su lengua por sus labios en una clara señal de querer devorarme y así lo hizo.

Sentir su tibia boca devorar de a poco mi pene, me hizo gemir, se entretuvo lamiendo el glande que ya liberaba gotas de pre semen, después lamió toda mi extensión de abajo hacia arriba antes de tragarse todo mi miembro, yo era un mar de gemidos, su boca era un experta a la hora de dar placer, si seguíamos así no tardaría en derramarme en su boca.

Mis piernas descansaban sobre sus hombros, mientras que aprovechando la saliva que escurría desde su boca hasta mis testículos, la arrastró hasta mi entrada que palpitaba ansiosa por ser llenada, con cuidado ingreso un par de sus dedos dentro de mí, y yo grité no de dolor sino de placer, si solo con sus dedos ya me tenía así de mal, no quería imaginarme cuando por fin se enterrara en mi.

Sin dejar de comerme la polla se encargó de dilatar mi entrada, sus dedos entraban y salían de mi con maestría, y cuando con ellos tocó mi próstata no pude evitar más mi orgasmo, mi tibio semen fue tragado hasta la última gota por Jungkook.

Aún con los estragos de tan delicioso orgasmo, él se puso en pie, se terminó de quitar la ropa, en cuanto ví su pene erecto apuntando firmemente hacia arriba mi deseo se incrementó a mil, era grande y grueso, la roja cabeza brillaba a causa del liquido pre seminal, las venas se marcaban en la enorme extensión, quería probarlo, pero ya habría tiempo después ahora necesitaba tenerlo dentro, golpeando mi interior.

Abrió más mis piernas, alineó su miembro y de un solo golpe se enterró en mi, sentir mis paredes ser expandidas por el provocó un sonoro gemido que fue imposible detener, agradecía que no hubiera nadie en el edificio o alguien podría haber escuchado.

Mi cuerpo reposaba sobre el escritorio, mientras Jungkook golpeaba fuerte y constante dentro de mi, mientras que una de sus manos se apoyaba en el escritorio, la otra se dedicaba a acariciarme.

Un par de estocadas más y salió de mi, me bajo del escritorio y me volteo dejando mi culo levantado a su disposición. Me dió dos nalgadas, que más que doler me hicieron hervir la sangre en deseo, mientras que se volvía a enterrar en mi, yo no paraba de gemir, era delicioso sentir su verga destrozando mi culo.

No pasó mucho cuando mi vientre dolió anunciando mi inminente orgasmo, mis paredes anales se cerraron sobre su polla apretándola.

—Vamos bebé correte para mí, grita mi nombre quiero oírte gemirlo.

Y así lo hice, dos embistes certeros en mi próstata fueron suficientes para que yo me corriera.

—Aaaaahhhh… Jungkook aaaah…

Mi semen se derramó en el suelo mientras que Jungkook seguía penetrandome con rudeza, hasta que sentí sus manos apretar mi cintura y un gemido gutural mientras el ritmo de las embestidas se hacía más suave.

Cuando nuestras respiraciones se regularon, Jungkook salió de mi, yo me gire y lo ví quitarse el condón lleno, lo anudo y tiro al cesto de basura, me extendió un pañuelo y limpie el desastre del suelo, mientras lo miraba vestirse, me pasó mis prendas e hice lo mismo.

—Eres increíble, fue mejor de lo que alguna vez imaginé.

—Lo mismo digo, recuérdame agradecerle a Sana haberte dicho que me gustabas.

—Lo haré mañana, ahora tenemos que irnos, una cena nos espera.

Dicho eso me atrajo nuevamente a su cuerpo y me beso. Salimos del edificio y nos dirigimos a un pequeño restaurante, y durante toda la cena quedó más que claro que el postre lo tomaríamos en su departamento o en el mío, no lo sabía, pero de una cosa si estaba seguro y es que a partir de esta noche el departamento de mantenimiento iba a convertirse en mi lugar favorito de mi trabajo.          

FIN.


Este shot fue inspirado en sucesos de la vida real, espero que les haya gustado.

Nos leemos bellezas...
         Besitos lujuriosos 😘🔥😘🔥

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