CAPÍTULO 11
Después de recuperarse, Jimin volvió al trabajo como de costumbre, después de una semana de descanso obligatorio y El rubio ya quería volver a la normalidad y dejar de pensar en tonterías sobre sus amigos.
El viernes por la tarde Namjoon tenía una reunión en un club privado, con algunas de sus conexiones de clase alta. Jungkook, Taehyung, Jimin fueron asignados al equipo de guardaespaldas que acompañarían al mafioso y a su mano derecha. Nunca habían tenido ningún percance en esa clase de reuniones, pero Yoongi nunca escatimaba en precauciones, por lo que siempre mantenía a los que él consideraba sus mejores hombres cerca.
Mientras vigilaban en la entrada del salón, afuera del privado donde se encontraba su jefe, era imposible no ver a las jóvenes y bellas empleadas que desfilaban en escasa ropa, atendiendo a los clientes, Jimin disfrutaba ver el panorama con una sonrisa y dándole codazos al mayor cada que veía a una de las mujeres, en especial.
La joven era de piel canela, cabello largo negro y llevaba un corto vestido rojo que dejaba ver sus grandes pechos y sus largas piernas y redondo trasero.
—Esta si que es una buena vista hyung, ¿no es así Tae, Kook? —dijo Jimin sonriendo.
—Hmm —respondieron sus amigos sin realmente mucho interés.
Que Jimin se divirtiera con las jóvenes, en realidad no les molestaba, sabían que el rubio tenía necesidades que debían ser saciadas.
—Yoongi, mira a la chica del vestido rojo, ¿natural o plástico? — preguntó Jimin sin dejar de ver el escote de la joven que pasó frente a ellos.
—Límpiate la saliva —se burló Yoongi y Jimin se rió un poco justo cuando el mafioso salió del despacho.
Los socios del mafioso se despidieron, mientras Yoongi terminaba de hablar con Namjoon y volvió hacia donde ellos estaban.
—La negociación fue buena, y el jefe quiere celebrar, tienen permiso de beber y divertirse un rato, menos los choferes, para ustedes se les dará día libre mañana —anunció Yoongi y Jimin sonrió emocionado.
—Ya necesitaba divertirme —dijo el rubio sin dejar de sonreír.
—Solo no bebas como en año nuevo —señaló Jungkook.
—Lo sé.
Mientras algunos de los guardias se sentaba sobre la barra para beber un rato, Jimin, Jungkook y Taehyung se sentaron en una mesa, mientras que Yoongi llamaba a un par de jóvenes para que el mafioso escogiera, y se sentarán a beber con él y para pasar la noche.
El que Namjoon llevará a su gente a esa clase de sitios no era novedad, esa era la forma en que el compensaba, la lealtad y el duro trabajo de todos sus hombres, ya que en su mayoría todos dejaron de lado su vida para cuidar de él.
(Samm: El premio al jefe del año jejeje)
Una vez que Namjoon estaba siendo atendido, Yoongi se sentó al lado de otro de los guardias, que estaba en la mesa, todos ya estaban bebiendo y dejándose atender por algunas chicas y chicos.
—Hola, ¿cómo te llamas? —una dulce voz preguntó sentándose al lado de Jimin. Era la joven del vestido rojo que el rubio había visto antes.
—Jimin, ¿Y tú? —preguntó de vuelta el rubio con una sonrisa coqueta en su rostro y sus ojos clavados en el pecho de la joven.
—Cherry —respondió la mujer en un tono seductor.
Jimin asintió mientras se inclinaba y tomaba un vaso con licor y observó a sus amigos que también ya estaban platicando con otras dos bellas mujeres. Ambos amigos disfrutaban de vez en cuando de los placeres que esas chicas les brindaban, así como tampoco impedían que Jimin lo disfrutara, después de todo aún no tenían la relación que esperaban.
—No vas a enterrar tu cara, ahí dentro ¿verdad? —se burló Jungkook al ver a Jimin apoyado en el pecho de la joven.
—Oh Jungkook, hablas demasiado —se quejó Jimin y peteo ligeramente la pierna del pelinegro.
Las chicas rieron, el ánimo general era festivo y alegre, todos la estaban pasando bien, Jimin estaba más que entretenido con Cherry, estaba riendo de algo que la joven dijo cuando volteó a ver al frente rt vio a sus amigos ambos con acompañantes que los abrazaban sonrientes y eso lo hizo sentir una incomodidad en su corazón.
—¿Qué pasa cielo? —preguntó Cherry que dirigió su mirada hacia donde estaba Taehyung que besaba el cuello de una de sus compañeras antes de volver a mirar a Jimin.
—No, no, nada —respondió Jimin y continuó hablando con ella, pero sus ojos miraban constantemente hacia donde estaban sus amigos.
Jimin no entendía por qué sus ojos tenían que mirarlos con tanta
frecuencia, se notaba que estaban más que interesados en las chicas junto a ellos. Jungkook y Taehyung se volvieron para mirarse, después de haberlo visto y se sonrieron antes de intercambiar algunas palabras en secreto.
—Tae, ¿me acompañas arriba? —preguntó la mujer sentada junto al castaño con voz dulce.
—Por supuesto —respondió este acariciando su pierna.
Taehyung vio la mueca involuntaria de desagrado de Jimin al escucharlos. El rubio sentía como un nudo apretado se instalaba en su pecho, y no entendía porqué tenía esa sensación.
—Ahh.. Jk tómalo con calma —susurró suavemente la joven sentada a su lado después de haber sido besada apasionadamente, haciendo que Jimin frunciera el ceño y se mordiera un poco el labio.
—Hey Kook si no puedes parar mejor sube las escaleras —bromeó otro de sus compañeros, haciendo reír al pelinegro.
—En un rato más, ahora que termine este trago —respondió Jungkook, mirando a la joven que lo veía con anhelo en sus ojos.
Jimin sintió un calor intenso recorrer su cuerpo ante la respuesta de su amigo.
—¿Qué pasa Jimin? De pronto te quedaste muy callado, ¿ya no quieres estar conmigo? —preguntó Cherry al sentirse ignorada por el rubio.
Jimin tomó su vaso y bebió de golpe, sintiéndose cada vez más tenso y molesto.
—Espera un minuto, saldré a fumarme un cigarrillo —le dijo poniéndose de pie.
Necesitaba salir a tomar aire con desesperación, se acercó a donde estaba sentado Yoongi.
—Hyung, solo tome un trago voy a salir y cambiar lugares con uno de los conductores —dijo en un susurró.
—¿Por qué? Estabas muy emocionado por estar con las chicas —preguntó el mayor con sorpresa, Jimin nunca se negaba a divertirse cuando tenía la oportunidad.
—No estoy de humor, me siento cansado, deja que Woo entre en mí lugar —respondió Jimin.
Yoongi frunció ligeramente el ceño antes de asentir, el rubio le dió las gracias y salió del club de inmediato, Jungkook y Taehyung que estaban mirando atentos, lo vieron salir y se sonrieron.
Antes de que Jimin saliera ambos que habían notado su actitud molesta, decidieron poner a prueba al rubio y lo que sentía por ellos, por eso habían atacado a las chicas con entusiasmo, con la esperanza de que los cambios que habían visto en él provocarán que sintiera celos.
Al salir del club, Jimin caminó hacia el auto y le dijo al conductor que cambiara el turno con él, provocando que el conductor sonriera ampliamente antes de entrar en el interior del lugar sin pensarlo dos veces. El rubio se apoyó contra la puerta del coche y encendió un cigarrillo, además de frotarse la cabeza.
—¿Qué demonios me pasa? De repente, perdí los estribos —murmuró para sí mismo, recordando cómo se sentía dentro del club.
Jimin no podía negar que no estaba muy complacido con la vista de Taehyung acariciando las piernas de la chica y a Jungkook besándose con otra mujer, en realidad este tipo de cosas era normal para ellos cuando Namjoon les daba tiempo para relajarse. No es como si nunca los hubiera visto en una relación con una mujer, pero antes, no sentía nada. Pero ahora se sintió molestó, quería alejarlos de esas mujeres y llevarlos lejos.
Se pasó las manos por la cara con frustración, mientras todos esos pensamientos lo invadian, encendió un cigarrillo, abrió la puerta y se sentó con la cabeza apoyada en el respaldo, los ojos cerrados tratando de aliviar la incomodidad en su corazón. De pronto escuchó un golpe en la ventanilla, se levantó y vio a sus amigos parados al lado del auto.
—¿Qué pasa? —les preguntó.
—Dame un cigarro —dijo Taehyung.
Jimin se lo dió aún confundido.
—Yo también quiero uno —pidió Jungkook con voz suave.
Jimin le entendió la cajetilla en silencio mientras ambos se apoyaban en el vehículo.
—¿Salieron a fumar? —les preguntó y ambos asintieron.
—¿Y tú? Por qué estás en el auto —le preguntó Jungkook de vuelta.
—Salí y deje que Eun Woo entrara a relajarse —respondió el rubio desviando la mirada.
—¿Entonces no quieres relajarte? Hace un buen tiempo que no veníamos, ¿te confirmarás con tus propias manos? —preguntó Taehyung con una sonrisa burlona.
—Cherry te está esperando —añadió el pelinegro.
—Simplemente no tengo ganas de hacer nada, pero ustedes pueden entrar, Sai y Wawa los deben de estar esperando —les dijo Jimin para que se fueran aunque en su corazón quería mantenerlos ahí con él.
Pero por el contrario, vio como Taehyung se acercó al otro chófer, que le sonrió, le entregó las llaves y entró al club.
—¿Qué estás haciendo? —le preguntó Jungkook.
—Soy demasiado vago para entrar de nuevo, así que dejé entrar a Chang —respondió el castaño encogiéndose de hombros.
—¿Y tú, por qué no entras? —preguntó Jimin mirando al pelinegro.
—Yo tampoco estoy de humor, se me antoja más descansar y no hacer nada —respondió Jungkook.
En realidad los dos bien podrían entrar y liberarse, pero cuando se enteraron que Jimin no volvería a entrar, ambos decidieron no estar con nadie tampoco. Jimin no pudo evitar sentirse aliviado al escuchar a sus amigos y la incomodidad que había sentido antes desapareció por completo.
—Saben que estos momentos no son tan seguido, van a tener que confiar en sus manos —se burló así como antes lo había hecho Taehyung.
—¿Puedo usar tu mano en su lugar? —preguntó Jungkook causando que la sonrisa burlona del rubio se borrará y sintiera un calor intenso invadir su rostro.
—¿Qué dices imbécil? —gruñó, ocultando el sentimiento de vergüenza que lo invadió, haciendo reír a Taehyung y a Jungkook.
Los tres se quedaron hablando y riendo, toda la noche, hasta casi el amanecer, cuando salió Namjoon y pidieron volver a casa y como compensación por haberse quedado a vigilar en lugar de sus compañeros, les dieron el día libre.
Después de regresar a casa cada uno se fue a su habitación a dormir, se despertaron alrededor de las tres de la tarde, Taehyung fue el primero en despertar, seguido de Jungkook y al último Jimin, que se despertó pidiendo de comer pues no habían comido nada antes de acostarse.
Al recordar que tenían el día libre, los hizo cumplir la promesa que cada uno le había hecho cuando estaba enfermo, de llevarlo a comer shabushi y helado.
Tanto Jungkook como Taehyung aceptaron la idea, cada uno se fue a preparar a su habitación y una vez listos, salieron a tomar un taxi que los llevará a la estación de tren.
—Hay un centro comercial en el vecindario donde puedes sentarte y comer shabushi ¿por qué tenemos que ir hasta el centro? —refunfuño Jungkook.
—Después de comer, quiero seguir caminando y mirar alrededor —dijo Jimin con una sonrisa mientras tomaban el taxi.
Después de llegar a la estación fueron directo a comprar los boletos y subir, la estación estaba repleta de gente que salía de su trabajo y de estudiantes. La presencia de los tres no pasó desaparecida para quienes se cruzaban con ellos, pues el atractivo de cada uno era digno de admirar.
—Hay demasiada gente —se volvió a quejar el pelinegro.
—Tranquilízate hombre, así es siempre por la noche —hablo Taehyung.
—¿Puedo cambiar de opinión ahora? —preguntó Jimin en broma cuando vio la cantidad de gente esperando el tren.
—Patearé tu trasero si lo haces, ya no puedes cambiar de opinión —lo reprendió Jungkook antes de ver su enorme sonrisa, que revelaba que era broma.
Una vez que el tren llegó, los tres subieron, seguidos de un gran grupo de personas, Jungkook tomó la mano de Jimin para entrar y él por su parte tomó la mano de Taehyung para no separarse. Ni hablar de sentarse porque todo estaba abarrotado, se mantenían juntos y apenas eran visibles en absoluto.
Jungkook se apoyó contra la pared del tren y luego hizo a Jimin pararse de espaldas a él, en cuanto al castaño, tuvo que pararse frente a Jimin.
—No puedo sujetar los rieles —dijo Jimin a Jungkook, que estaba detrás de él.
—Te sostendré de la cintura —respondió el pelinegro antes de colocar la mano en su cintura.
—Tae, ¿tú puedes sostenerte bien? —preguntó Jimin temeroso de que su amigo fuera empujado.
—Estoy bien —contestó Taaehyung.
Aún así Jimin lo sostuvo también por la cintura, justo cuando el tren se ponía en movimiento, por lo que su cuerpo se impulsó hacia atrás quedando pegado al cuerpo de Jungkook, un leve sonrojo se instaló en su rostro al sentir cierta parte de la anatomía de su amigo justo en su trasero, trato de moverse pero solo consiguió frotarse contra el pelinegro, por lo que se detuvo y trató de no volver a moverse. Al llegar a una ligera curva, la gente se vio inclinada por lo que Taehyung tuvo que moverse quedando pegado al frente de Jimin, quedando los tres en una posición demasiado íntima.
(Samm: un sándwich humano jajaja)
—¿Te duele? —pregunto el castaño pues uno de sus hombros golpeó la nariz de Jimin.
El rubio asintió, quería sobarse pero no podía moverse, para ayudarlo Tae levantó su mano y acarició suavemente su nariz.
—Gracias —dijo Jimin con el corazón acelerado.
Podía sentir el calor del cuerpo de Jungkook en su espalda y al frente el rostro de Taehyung demasiado cerca, causando estragos en su cuerpo de una forma que lo hacía sentirse nervioso. Agradeció cuando el tren se detuvo por fin y la gente comenzó a bajar, dejando más espacio para moverse, por lo que se alejo de sus amigos y se movió a un lado apoyándose en la pared y sostenerse de la barandilla.
—¿Qué te pasa, tienes la cara roja? —preguntó Taehyung.
—Nada, tanta gente me sofocó y me dió calor —respondió Jimin inmediatamente.
Luego fingió mirar para otro lado, ninguno de los dos amigos se creyó su excusa y sonrieron levemente. Cuando llegaron a la estación donde bajaban, Jimin se apresuró a salir del tren.
—Creo que si debimos venir en auto —murmuró Jimin una vez que los tres estuvieron fuera de la estación.
—Vamos a comer —dijo Taehyung queriendo que Jimin deje de pensar en lo sucedido en el tren.
Jimin asintió apresuradamente, antes de caminar hacia el centro comercial y dirigirse directamente a una tienda de shabushi estilo buffet, cuando llegaron, los tres tuvieron que esperar en la fila para poder pasar ya que había mucha gente comiendo.
—Jimin siéntate aquí —pidio Jungkook señalando una silla que había disponible para esperar.
—Siéntate tú —dijo Jimin, pero Jungkook lo agarró por el hombro y lo presionó para que se sentara.
—Siéntate y no pelees.
—Tú eres el que se queja más que yo —respondió Jimin a regañadientes.
Taehyung se rió, antes de estirar la mano y agarrar el cabello de Jimin
—Esta demasiado larga ya —le dijo jalando suavemente de sus cabellos.
—¿No se ve bien? —preguntó el rubio con cara de tristeza.
—Es demasiado lindo —respondió Jungkook logrando poner nervioso al rubio.
—¿Qué es tan lindo? No es lindo —se quejó para disimular la vergüenza.
—Yo también creo que es lindo —añadió Taehyung aumentando el sonrojo en Jimin.
—Hoy mismo lo cortaré —dijo enojado, haciendo reír a sus dos amigos.
—Está bien, está bien, no es lindo solo jugamos —dijo Jungkook aún entre risas.
—No me importa, aún así lo cortaré.
—No lo cortés, me gusta —le dijo el castaño de manera seria.
—Mhm, también a mí me gusta —añadio Jungkook.
Jimin no se entendía a si mismo, las palabras de sus amigos lo hicieron sonrojar nuevamente y una sensación de emoción se instaló en su pecho, así como últimamente le pasaba solo con sus dos mejores amigos.
La voz de la camarera interrumpió sus pensamientos, los tres entraron al restaurante y se sentaron en los tres asientos vacíos de la barra, Jimin quedando en medio de Jungkook y Taehyung.
Comenzaron a comer entre pláticas risas y bromas, Jimin se sentía feliz por esos momentos juntos, agradecia mentalmente a Namjoon por haberlo recogido aquella noche de hacia cinco años atrás, le había dado un propósito, una carrera, un trabajo, pero sobretodo lo había hecho conocer a las dos personas más importantes de su vida.
Así como él, sus amigos también se sentían agradecidos de las acciones que los llevaron a estar juntos en ese momento, y es que sabían que aunque no tuvieran un interés romántico en el rubio aún así serían los mejores amigos siempre.
—Oh, estoy tan lleno —dijo Jimin mientras se frotaba el estómago, media hora después.
—Si estás lleno, ¿eso significa que no quieres helado? —preguntó Taehyung sabiendo de antemano la respuesta.
—Comeré, mi estómago ha dejado espacio para el helado —respondió Jimin sonriendo.
—Sobre todo porque es cómoda gratis —bromeó Jungkook, ganándose una mirada acusadora del rubio.
—Está bien, vayamos a Dairy Queen —dijo Taehyung, ganándose una sonrisa de Jimin.
—Vamos —añadió el pelinegro.
—Si no quieren no hay problema, podemos simplemente ir a dar la vuelta —habló Jimin, sabía que sus amigos no tenían mucho gusto por lo dulce y no quería obligarlos.
Ambos chicos se giraron inmediatamente a verlo, sonrieron en su dirección y lo abrazaron por el cuello cada uno a su lado.
—¿Por qué me abrazan? Es incómodo, me van a hacer caer —gruñó ocultando su vergüenza, por la gente que los veía al pasar.
—¿Eres tímido? —preguntó Jungkook mientras frotaba su cabeza. Luego lo soltó y dejó que solo Taehyung lo abrace.
—¿No están avergonzados? —les preguntó Jimin en voz baja.
Ninguno de los dos dijo nada, llegaron a la heladería y no pasó desapercibido que la gente los miró cuando entraron. Jungkook hizo mala cara, haciendo que se voltearan casi al instante, Jimin se rió y lo reprendió.
—No puedes esperar que no miren, somos tres hombres rusos entrando a comer helado —dijo en bromeo el rubio.
—Si no fuera por tí, ni Kook ni yo estaríamos aquí —dijo Taehyung y Jimin asintió.
Cuando les sirvieron el helado, los tres se sentaron en una mesa y Jimin miró con ojos brillantes los helados de sus dos amigos.
—A mi no me dieron cerezas —se quejó en voz baja.
Inmediatamente Jungkook y Taehyung tomaron una cuchara y pasaron las cerezas de sus tazones y las pusieron en el de Jimin.
—Ey, estoy bromeando, ¿no comerán ustedes?
—No me gustan —dijo Taehyung.
—Saben mal —respondió Jungkook.
Jimin sonrió feliz.
—¿Qué sabor es ese? —preguntó Jungkook señalando el helado de Jimin.
—Macadamia —respondió el rubio.
—Quiero probarlo —pidió el pelinegro.
—Toma —dijo Jimin moviendo su tazón cerca de su amigo.
Taehyung veía la escena en silencio, viendo las intenciones de Jungkook.
—Dame, por favor —pidió con voz suave.
Jimin lo miró un poco confundido por un momento.
—Puedes comerlo tú solo —dijo por fin un poco nervioso.
—¿No puedes hacer eso por mi? Yo he hecho muchas cosas por ti, hoy mismo te traje a comer algo que tú querías —se quejo Jungkook fingiendo molestia.
—Oh, abre la boca —se rindió Jimin y le ofreció una cuchara con él helado.
El pelinegro abrió la boca para aceptarlo, y sonrió de forma maliciosa haciendo sonrojar a Jimin.
—Yo también quiero, yo te traje a comer helado —se quejó Taehyung.
Jimin frunció el ceño ligeramente, pero accedió a tomar helado para alimentar al castaño que le sonrió en agradecimiento.
—Ay, estoy cansado —murmuró Jimin mientras entraba a su casa y se recostaba en el sofá de la sala de estar.
Después de terminar el helado, los tres fueron a pasear y comprar algunas cosas, habían pasado prácticamente toda la tarde caminando y ahora estaba cansado.
—Baja tus piernas —lo regaño Jungkook en voz baja.
El rubio levantó las piernas para dejar que Jungkook se sentará en el mismo sofá y cuando lo hizo volvió a dejar las piernas sobre el regazo de su amigo.
—Me duelen los pies, dame un masaje —pidió Jimin.
—¿Quieres que te de un masaje? No te olvides que aún estoy molesto contigo —reprendió Jungkook.
—Oí, ya me disculpé por eso, deja de estar enojado —suplico Jimin.
Durante sus compras, mientras Taehyung y Jungkook veían unos cinturones, el se alejo a ver unas playeras con diseños personalizados e intercambió algunas palabras con él vendedor que era un joven bastante amable, y cuando el joven le pidió su número con el pretexto de enviarle algunos diseños nuevos, el había estado a punto de hacerlo, justo cuando sus amigos llegaron y lo impidieron.
Jungkook se había enojado por lo fácil que era engañarlo y Taehyung también le hizo saber que no estaba satisfecho con sus acciones, el se había sentido mal, porque no había pensado demasiado cuando el vendedor le pidió su número, pero comprendió que sus intenciones no eran tan inocentes como había pensado.
Les había dicho que no volvería a pasar, que tendría más cuidado con esa clase de cosas y el paseo continuó, así que suponía que todo había quedado olvidado, pero con el pelinegro nunca se sabía.
—Lava tus pies primero, para que los relajes y luego te daré el masaje —dijo Taehyung que iba saliendo de su habitación después de ir a dejar lo que compraron y había escuchado el pedido del rubio.
Jimin lo miró con ojos sonrientes.
—Ves, Tae es mucho más amable conmigo que tú, él no se enoja durante tanto tiempo conmigo como tú idiota —se quejó Jimin a Jungkook antes de apresurarse a ir al baño a lavarse los pies.
—¿Sigues enojado con él? —le preguntó Taehyung a su amigo.
—No, solo estoy jugando con él. Iré a ducharme —respondió Jungkook y entró en su propia habitación.
6 meses después
Jimin estaba haciendo guardia en la casa, mientras que a Jungkook y Taehyung les había tocado acompañar a su jefe a un trabajo a las afueras de la ciudad. Y el rubio estaba bastante inquieto pues ya era tarde y no había tenido noticias de sus amigos, y siempre llamaban cuando no les tocaba trabajar juntos.
—¿Por qué no me llaman? —se quejó.
—¿Por qué estás tan inquieto Jims? —le pregunto Eun Woo llegando a su lado.
—De nada, ¿qué haces aquí? ¿No habías ido tú también con el jefe? —le pregunto antes de que su compañero levantará uno de sus brazos que estaba envuelto en vendas.
—¿Qué te pasó? —pregunto preocupado.
—Ayer, alguien atacó uno de los almacenes, Woosung y yo estábamos ahí, peleamos y resulté herido —respondió Eun Woo tranquilo, pues eso no era algo raro en su trabajo.
—Bien, lo bueno es que eres resistente.
El guardia asintió iba a hablar cuando su teléfono sonó interrumpiendo, Jimin lo vio responder y frunció el ceño cuando lo vio cambiar su expresión tranquila por una alarmada.
—¿Qué? Sí señor iré ahora mismo —habló Eun Woo exaltado y un extraño presentimiento asaltó a Jimin.
—¿Qué pasa? —preguntó apresuradamente.
Eun Woo frunció el ceño mientras colgaba.
—Hubo un ataque.
—¿Cómo? —pregunto impaciente.
—Ya todo está controlado, pero… les dispararon a Jungkook y a Taehyung, están en el hospital —respondió Eun Woo y Jimin sintió que su corazón dejó de latir.
Jimin sintiendo celos me encanta, ya le tocaba sentir un poco de lo que sienten los otros dos.
Dato curioso:
El shabushi es como un buffet donde los comensales, se sientan al rededor de una barra y la comida es colocada en una cinta transportadora, dónde pueden tomar los platillos que más se les antoje.
Pobre pollito se va a quedar viudo antes de casarse jejeje
Nos leemos bellezas...
Besitos 😘😘😘
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top