CAPÍTULO 1

—¡Bastardo! ¿Te atreves a hacer trampas en mi casino? —la voz de un hombre fuerte sonó, junto a tres hombres que se interponían en el camino de un chico de diecisiete años que había huido a un callejón sin salida.

—¿Qué trampa? Esos bastardos juegan mal, además, solo estoy levantando la mano. ¿Qué evidencia tienen ustedes para inculparme? —el joven respondió sin miedo.

—Los chicos te vieron en las cámaras de vigilancia, escondiste las cartas en tu manga —dijo el hombre alto.

El joven luego se arremango las mangas de su camisa.

—¿Dónde? ¿Dónde? No hay nada —dijo desafiante.

—Cuando te escapaste lo tiraste a la basura, pero yo las recogí —dijo la otra parte levantando una tarjeta en su mano.

—Ustedes son más quisquillosos que yo, si puedo jugar bien, dirán que hice trampa —argumentó el joven sin darse por vencido.

—Estoy discutiendo por nada. Ya no nos importa, solo devuélveme todo el dinero —dijo el hombre de mediana edad.

Antes de que los otros tres hombres se apresuraran a buscar el dinero que tenía el joven, pero él parecía no darse por vencido tan fácilmente. Comenzaron a pelear, pero el joven no era tan grande como los cuatro hombres, por lo que no pudo reaccionar mucho antes de que lo golpearan, fue pisoteado causando que un hombre parado en la ventana del edificio de al lado, se volviera hacia la persona que estaba detrás de él.

—Baja y trae a ese niño a mí —dijo una voz poderosa antes de que la persona que tomara la orden inclinara levemente la cabeza y saliera de la habitación.

El sonido de puñetazos y patadas continuó mientras el joven se negaba a permitir que la otra persona tomara el dinero en el bolsillo de sus pantalones.

—¡Alto! —gritó un hombre.

Esto hizo que el grupo de hombres que estaban rodeando al chico se volvieran para mirar por el rabillo del ojo.

—¡No te metas dónde no te llaman! —gritó uno de los cuatro hombres antes de que el hombre alto sacara una pistola y caminara hacia la cabeza de la persona que hablaba con una expresión tranquila en su rostro.

—No me hagas perder una bala —amenazó el recién llegado.

El otro lado solo lo miró a los ojos.

—¿Quién eres y qué estás haciendo? —la persona a la que le pusieron un arma en la cabeza habló y preguntó a pesar de que tenía un poco de miedo en su corazón.

—Quién soy yo, no tienes que saberlo. Pero mi jefe quiere ver al niño, así que retírense —dijo el joven alto en un tono normal.

—¿Y quién es tu jefe? ¿Por qué tengo que escucharte? —respondió el otro.

El joven ladrón seguía tendido en el suelo.

—Soy yo —dijo una voz poderosa desde arriba.

Haciendo que todos miren, encontrando a un hombre con una expresión tranquila y ojos penetrantes. Estaba poniendo sus brazos alrededor de la ventana de una habitación en el tercer piso, mirando a la multitud en el callejón con una expresión relajada.

—Kim Namjoon —dijo uno de los cuatro con voz nerviosa cuando vio quien era el jefe del tipo con la pistola.

—¿Tú también me conoces? Bueno, yo sabía que era muy popular —respondió Namjoon con una expresión tranquila.

Pero levantó una sonrisa maliciosa en sus labios haciendo que las

cuatro caras palidecieran. Claramente sabían quién era el tipo en la ventana.

—Si quieres a este chico entonces tómalo —la otra parte estuvo de acuerdo, pero de mala gana antes de salir apresuradamente del callejón, ignorando al joven.

—Levántalo Yoongi —ordenó Namjoon a su hombre que estaba guardando su pistola.

Entre dos hombres más levantaron al joven y lo llevaron hasta la habitación donde estaba el moreno. El chico miraba a la gente que estaba alrededor con sospecha, dejándole ver a Namjoon su carácter atraves de su mirada, y rara vez se equivocaba al juzgar a las personas.

—¿Cuál es tu nombre? —le preguntó.

El joven lo miró meditando su respuesta.

—Ji... Jimin —respondió nervioso en voz baja, había algo en la mirada de ese hombre llamado Namjoon que no le permitió mentirle o discutir sobre su interés.

—Habla fuerte y claro —dijo Yoongi el que antes lo había ayudado, al mismo tiempo que le palmeaba la cabeza.

Jimin lo volteó a ver enojado, pero no discutió.

—Jimin —volvió a decir más fuerte y más decidido que antes y Namjoon sonrió satisfecho.

—¿Hiciste trampa en las cartas como decían? —preguntó de nuevo el moreno.

Jimin se le quedó mirando pero no respondió nada.

—Contestame y no me mientas -ordenó Namjoon con los ojos fijos en él.

Jimin bajo la mirada.

—Sí, hice trampa —respondió sin rodeos

Namjoon asintió con satisfacción por la honestidad del chico.

—Ya veo, ¿te interesaría trabajar para mí? —le preguntó directo cuadrando que Jimin frunciera el ceño confundido.

—¿Trabajo? ¿De que? ¿A qué te dedicas? —pregunto por respuesta.

—¿Qué tipo de trabajo crees que hacen estos hombres? —le dijo Namjoon señalando con su cabeza a Yoongi y a los otros que estaban en la habitación.

—¿Guardaespaldas? —preguntó de inmediato con aspereza.

—Eso es solo una parte de lo que hacemos —respondió Yoongi por el moreno.

—Acepto, siempre quise hacer un trabajo así de genial —respondió el joven alegremente.

—No creas que este trabajo es solo llevar un arma y caminar detrás de alguien, se necesita sangre fría, además de que como te dijo Yoongi hay mucho más detrás —le dijo Namjoon para que meditara bien su respuesta.

Jimin sonrió y asintió sin dudar.

—Vendrás con nosotros, en mi casa aprenderas lo que se necesita para desarrollarte como mi guardaespaldas, ¿De acuerdo? —le explicó el moreno.

El joven volvió a asentir, ya que no tenía un lugar a donde ir, en el apartamento que alquilaba estaba a punto de ser echado por no tener dinero para pagar, ese fue el motivo principal por el que había ido a ese casino en primer lugar, quería conseguir el dinero para el alquiler y por eso había hecho trampa.

—Me olvidé de preguntar, ¿tienes padres o hermanos?

Jimin negó con la cabeza.

—No, mis padres están muertos, estuve viviendo con algunos parientes pero me escapé a los quince —respondió el joven en voz baja porque no le había ido muy bien luego de huir.

Namjoon asintió en reconocimiento, tal parecía que tenía un imán para atraer huérfanos, empezando por el mismo.

—Bien, entonces vivirás en mi casa además de trabajar, ahí tendrás una habitación y comida, no morirás de hambre —le dijo y Jimin hizo una reverencia mostrando su respeto.

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—Está es tu habitación, dúchate y cámbiate de ropa. Alguien vendrá a enseñarte la casa y lo que harás -le dijo Yoongi deteniéndose en una puerta en el segundo piso de la mansión de Namjoon y le entregaba un pequeño bulto con ropa limpia.

—Gracias —agradeció el joven antes de tomar la ropa y cerrar la puerta de la habitación.

Jimin miró la cama de un metro y medio con ojos deslumbrantes, siempre había dormido en un colchón delgado, hace mucho que no tenía la suerte de dormir en una cama tan cómoda.

—Ojalá y está sea una oportunidad para comenzar una nueva vida —dijo en voz alta antes de caminar al baño para ducharse.

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—¿Nos llamaste? —preguntaron al mismo tiempo dos jóvenes que entraron al despacho de Namjoon, y este asintió.

—Hoy conocí a un joven de la misma edad que ustedes y lo traje para trabajar. Ustedes deberan de cuidar de él —les ordenó a los dos chicos de diecisiete años que había criado.

Los había conocido siendo apenas unos niños después de que escaparon del orfanato, ambos eran mejores amigos, pero tenían personalidades muy distintas.

—¿Cómo se llama, señor? —preguntó uno de los jóvenes llamado Jungkook.

Mientras que el otro llamado Taehyung se quedó escuchando en silencio.

—Su nombre es Jimin, ahora se está duchando y vistiéndose en una de las habitaciones al fondo del segundo piso. Vayan a verlo y lleven el botiquín, asegurense que se aplique medicamento, lo golpearon fuertemente —les dijo, antes de ordenarles que se fueran.

Jungkook se volvió a ver a Taehyung y movió la cabeza señalo la salida, y ambos salieron a ver al recién llegado.

Después de salir del despacho, fueron a buscar la caja de medicamentos y despues subieron al segundo piso y caminaron hacia el ala izquierda, donde se encontraban los cuartos que utilizaban algunos de los empleados del moreno.

—¿Qué aspecto tendrá? —preguntó Jungkook mientras caminaba hacia la pequeña habitación.

—Probablemente tenga un aspecto como el de nosotros —respondió Taehyung.

—¿Humano como yo o animal como tú? —preguntó Jungkook en broma antes de extender la mano para abrir la puerta de la habitación sin tocar.

—¡Hey! —Jimin gritó por la sorpresa al ver entrar a dos tipos a la habitación, acababa de salir de ducharse y estaba por vestirse.

—¡Ahh!.. —las voces de Jungkook y Taehyung sonaron al mismo tiempo, cuando el Jimin les arrojó una silla de plástico que estaba cerca.

—¡Maldita sea! ¿Quiénes son y por qué entraron? —les gritó mientras agarraba apresuradamente una toalla y la envolvió alrededor de su cuerpo.

—¡Dios! es tan blanco que duele —dijo Jungkook, haciendo que la cara de Jimin se sonrojara.

—¿Estás loco? No vuelvas a tirarnos cosas —se quejó Taehyung con voz profunda.

—Entonces, ¿por qué entraron? ¿Sabían que podían verme desnudo? —argumentó Jimin de inmediato.

—¿Qué puedo verte? —respondió Jungkook y Jimin quiso arrojarle algo más, pero se detuvo por temor a que lo pisotearan entre los dos.

—No quisimos verte, para la próxima si quieres desnudarte aprende a cerrar la puerta —se defendió Taehyung de nuevo.

Jimin se sentía insatisfecho, tomó apresuradamente su ropa y volvió al baño. Una vez solo Jungkook sonrió levemente.

—Es lindo, ¿no te parece? —dijo dándole un codazo a su mejor amigo.

Taehyung lo miró y sonrió.

—Lo es —respondió en voz baja.

—Entonces, ¿qué quieres? —volvió a preguntar Jungkook.

—Tú lo quieres, ¿no? —le devolvió la pregunta Taehyung.

Jungkook no pudo responder porque Jimin salió del baño en ese momento, completamente vestido.

—Ya estoy vestido, ahora sí díganme ¿que quieren? —les dijo Jimin, sintiéndose temeroso por ser el chico nuevo, pero igual se enfrentó a esa situación con valentía.

—Toma las medicinas primero y aplica el ungüento, ¿necesitas que te ayude? —dijo Taehyung caminando hacia él.

Por puro instinto Jimin dió un paso hacia atrás.

—No tengas miedo, al vivir todos aquí somos como hermanos —lo tranquilizo Jungkook, haciéndolo sentir un poco más cómodo.

—Siéntate, te pondremos el medicamento —pidió Taehyung.

—No tienes que hacerlo —dijo Jimin, tomando la caja de medicamentos de la mano de Taehyung.

—Te doy veinte minutos para tomar la medicina y salir a encontrarnos frente a la casa —le advirtió Taehyung antes de salir del cuarto.

Jungkook que estaba apoyado en la puerta con una sonrisa, se hizo aún lado y salió detrás suyo. Una vez solo Jimi se apresuró a cerrar la puerta.

—El primer día aquí y conozco a dos locos —murmuró antes de comenzar a aplicarse la medicina

—¿Qué piensas Tae? —preguntó Jungkook mientras esperaban a que Jimin saliera de la habitación.

—¿De qué? —preguntó de vuelta Taehyung.

—¿Sobre el chico nuevo? —volvió a preguntar Jungkook-. Sé que te interesa.

—Es un hombre como nosotros —respondió Tae en voz baja.

—¿Qué tiene que sea hombre? Te gustan los chicos —dijo Jungkook con una sonrisa.

Nuevamente su plática fue interrumpida cuando Jimin salió con el ceño fruncido.

—¿Qué me van a enseñar? —les preguntó secamente.

—¿No vas a presentarte primero? —preguntó Jungkook con una sonrisa.

Jimin dejó escapar un pequeño gruñido en la garganta, como queja, pero igual respondió.

—Mi nombre es Jimin —dijo.

—Yo soy Jungkook y este de aquí es Taehyung, dijo el jefe que somos de la misma edad.

—Bueno, ¿qué hay para enseñar? —preguntó Jimin de nuevo, observando también las expresiones de las dos personas frente suyo.

—Parece que eres diligente en aprender —respondió Taehyung.

—¿Por qué eres tan pesado? —gritó Jimin.

Provocando que Tae frunciera el ceño, y dió dos pasos hacia él con molestia haciendo que Jungkook interviniera.

—Cálmate, idiota. Vamos a enseñarle las cosas, no a pelear —replicó Jungkook, reprendiendo a su amigo.

—Acabas de llegar aquí, no seas grosero con otras personas —le dijo Jungkook señalando su rostro mientras le hablaba con voz severa.

Jimin hizo una mueca de aceptación.

—Te llevaremos a ver la casa primero —dijo Taehyung sin querer hacer drama.

Jimin los siguió viendo y memorizando cada rincón de la casa, así como las zonas a las que estaba prohibido entrar.

—¿Por qué no se permite la entrada a esta zona? —les preguntó mientras señalaba en la dirección de un sendero cubierto de árboles y maleza que le acaba de mostrar Taehyung.

—Te encontrarás con dos tigres —respondió Jungkook en breve.

—¿En serio? Genial, me gustaría verlos. ¿Puedo entrar y echar un vistazo? —les preguntó de inmediato, haciendo que ambos chicos lo mirarán fascinados.

Sus ojos brillaban intensamente por la emoción de conocer a dos tigres de cerca, dejándolos sin palabras.

—Hey, ¿por qué se quedaron callados? —dijo Jimin agitando su mano frente a los rostros de ambos.

Jungkook apenado fingió mirar hacia otro lado, mientras que Taehyung se pasó la mano por detrás de la cabeza rascándose la nuca.

—¿Qué diablos les pasa a ustedes dos? —se quejó Jimin confundido por su actitud.

—Si quieres verlos, tienes que ir a preguntarle a Yoongi —respondió por fin Jungkook y Jimin asistió.

Busco con la mirada al hombre y cuando lo vio caminó decidió hacia él.

—Yoongi hyung, ¿puedo ir a ver a los tigres? Desde que nací, nunca he visto uno vivo —dijo Jimin de inmediato, suplicandole al mayor.

Lo que hizo que tanto Jungkook como Taehyung se sorprendieran, porque no creyeron que realmente lo hiciera. Yoongi arqueó una ceja ligeramente antes de mirarlos a los dos.

—Le estamos mostrando la casa y los alrededores —dijo Jungkook de inmediato.

—¿Quieres verlos? —le preguntó Yoongi.

Jimin asintió con la cabeza, y sus ojos brillando por el deseo.

—Entonces dejaré que esos dos bastardos te lleven. Hey idiotas, Jackson debe de estar alimentandolos así que no se acerquen demasiado a la jaula —les advirtió el mayor.

—Sí —respondieron Taehyung y Jungkook al unísono antes de que Yoongi se fuera por el otro lado.

Jimin se apresuró a ir directamente con ellos y los tomó de la mano a los dos y los apresuró.

—Vamos, vamos —les dijo con voz emocionada.

—Te llevaremos a verlo, pero tienes que darnos algo a cambio —le dijo Jungkook y Taehyung sonrió levemente.

Jimin arqueó ligeramente las cejas.

—Tengo algo de dinero —respondió en voz baja.

—No queremos el dinero.

—Entonces, ¿qué va a hacer? —les preguntó, queriendo ver a los tigres.

Jungkook se volvió para mirar a Taehyung y este asintió.

—Aún no lo sabemos, pero cuando sepamos qué, te diremos, no lo olvides —le dijo Taehyung y Jimin asintió de inmediato.

Los dos le sonrieron y comenzaron a caminar hacia la jaula de los tigres.

Después de llegar a la casa de Namjoon, Jimin hizo una variada cantidad de trabajos menores; como lavar el coche, rastrillar hojas en el jardín, etc... En las mañanas debía despertarse a las cinco de la mañana y salir a correr con los demás, cuando volvía se bañaba y bajaba a desayunar. Y por la tarde, tenía que aprender boxeo con algunos mayores y algunos días también practicaba artes marciales.

Cómo los primeros días se había quedado dormido, la misión de Tae ese día era despertarlo, abrió la puerta esperando tener que patearlo, pero Jimin ya estaba vestido y listo para salir a correr.

Tae le sonrió a Jungkook que veía a Jimin fijamente, los tres se habían hecho bastante cercanos, en parte porque compartían la misma edad, y porque ellos habían tenido que cuidar de Jimin al ser el nuevo.

—¿Que milagro que te has despertado temprano? —se burló Taehyung y Jimin hizo un puchero.

—Que bien que lo hicieras solo, ¿o estás enfermo? —lo animó Jungkook, antes de burlarse poniendo la mano en su frente, mientras se reía.

—No pude dormir mucho, de tan cansado que me sentía, Yoongi hyung me hizo patear sacos de arena, mis piernas están cansadas.

—Lo mismo nos pasó al principio —volvió a decirle Taehyung en tono alentador.

—Débil —dijo Jungkook al salir, haciendo que Jimin lo mirara con ojos furiosos.

—¿Quién es débil? —le pregunto Jimin con desafío.

—Si no eres débil, puedes ir y correr conmigo —lo reto Jungkook.

—Vamos —aceptó Jimin de mala gana antes de salir de la habitación.

Un rato después Jimin corría delante del par de amigos, redujo la velocidad y se volvió a mirarlos.

—¿Por qué a ustedes dos les gusta correr detrás de mí? ¿Por qué no intentan pasarme? —preguntó Jimin con curiosidad.

Porque cada vez que salía a correr con ellos, a los dos les gustaba correr detrás él todo el tiempo. Ambos se miraron y sonrieron.

—Estamos vigilando tu espalda —dijo Taehyung, con el ceño ligeramente fruncido.

—¿De qué hay que tener cuidado? —preguntó Jimin con indiferencia antes de continuar aturdido.

Ambos se miraron y simplemente levantaron los hombros con indiferencia y continuaron corrieron, viendo cómo las nalgas de Jimin se movían hacia adelante y hacia atrás en línea con los movimientos de la carrera.

—Cuida que nadie más lo vea —dijo Taehyung en voz baja antes de darse la vuelta y golpear la mano de Jungkook en complicidad y seguir corriendo.

.

.

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—Jimin ¿le entiendes a esto? —preguntó Eun Woo.

Él era otro joven que fue aceptado por Namjoon casi al mismo tiempo que Jimin, tenía la misma edad que ellos. En ese momento los cuatro se encontraban estudiando, ya que el mafioso los metió a terminar sus estudios.

—¿Qué? —le preguntó Jimin en respuesta, antes de que Eun Woo se sentará en el piso.

Jimin inmediatamente se movió para sentarse a su lado y ver qué era lo que no entendía, mientras que Jungkook y Taehyung que estaban sentados en la cama, se voltearon a verlos.

—El número cuatro, estoy confundido —dijo el joven.

Jimin se inclinó para mirar mejor y su cabeza quedó pegada con la de su amigo.

—Oh, es fácil se necesita... hey, ¿cuál es tu problema? —se quejó Jimin que estaba a punto de enseñarle a Eun Woo, cuando Jungkook apartó su cabeza con fuerza de la del otro joven.

Eun Woo también lo miró confundido.

—Yo te enseño Woo —dijo Taehyung inmediatamente y se movió para sentarse a su lado.

—Eh.. es... es el número cuatro —asintió Eun Woo mostrándole el libro.

Mientras que Jimin se quejaba con Jungkook por lo que había hecho.

—¿Por qué me empujas la cabeza, que no ves que voy a enseñarle a Chae? —le gritó Jimin.

—No fue intencional, quise espantar un mosquito que estaba cerca —respondió el pelinegro con tranquilidad, mientras veía a su otro amigo desviando la atención de Eun Woo.

—Podías decirme y no empujarme idiota —se siguió quejando.

Por toda respuesta, Jungkook levantó la mano y acarició la parte de su cabeza de dónde lo empujó suavemente.

—Solo fue un pequeño empujón, no es como si tu cabeza se fuera a caer —se burló provocando la risa de Tae que volvió a sentarse en la cama.

—Igual eres un idiota —lo regaño Jimin en tono de broma ya acostumbrado a los juegos con ellos.

Después de terminar los deberes, Eun Woo se despidió y volvió a su habitación.

—¿Ustedes no se van a ir? Ya es tarde —les preguntó Jimin.

—Dormiremos aquí está noche —respondió Jungkook haciendo que Taehyung sonriera con satisfacción porque estaba por decir lo mismo.

Jimin se quejó un poco pero al final accedió.











Notas de la autora que espero y lean.

Demos inicio a esta nueva historia y última parte de la trilogía de Mafia. Espero de todo corazón que les guste y le den mucho amor.

Ahora bien como ya saben está historia va a ser una relación poliamorosa por lo tanto siempre se van a estar mencionando a los tres y a esta autora le da hueva estar diciendo constantemente los nombres de los protagonistas. Si lo han notado en mis narraciones siempre pongo apodos, adjetivos y no solo los nombres, lo que más uso es la descripción por su cabello.

Y para distinguirlos y sepan cuando hablo de cada uno Jimin tendrá cabello rubio, Taehyung castaño y Jungkook negro.

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