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El momento había llegado, al día siguiente era su aniversario y Jungkook solo esperaba que la sorpresa le gustará a Jimin.

Para fomentar el engaño le iba a hacer creer a Jimin que se había olvidado de la fecha y que tendría que salir fueras, se sentía algo culpable porque era consciente que su lindo esposo se iba a poner triste, y rogaba porque cuando supiera que todo había sido parte de la sorpresa lo perdonará.

Llegó a su casa tratando de ignorar los nervios que lo invadían.

—Kook mi amor, hoy llegaste más temprano, la cena aún no está lista.

—Tranquilo, igual no voy a alcanzar a cenar, si llegué temprano es porque tengo que arreglar mi maleta, tengo que salir de urgencia a Busan.

—¿Qué? Pero…

—Perdoname, pero tengo que salir ya si quiero llegar temprano, me voy a quedar allá el fin de semana, regresó el domingo en la noche.

Apenas terminó de hablar y pudo ver la mirada triste de Jimin y como estrujaba entre sus manitas el trapo de cocina.

—Cómo es que te vas a Busan, ¿no sabes qué día es mañana?

—¿Qué día es?

Jimin bajo la mirada decepcionado eso era el colmo, jamás pensó que Jungkook olvidará su aniversario, no después de lo mucho que había cambiado esas semanas. Contuvo sus lágrimas con coraje, no iba a llorar ni tampoco le iba a recordar nada, si se quería ir que se fuera.

—Nada importante —respondió por fin —¿Quieres que te ayude a hacer la maleta?

—No, tú termina lo que estés haciendo, ya lo hago yo.

Sin esperar Jungkook camino a su habitación a supuestamente hacer la maleta, lo cierto es que solo llevaría una maleta vacía, y no quería que Jimin se diera cuenta de eso. Media hora después salió del cuarto con la maleta en sus manos.

—Me voy cariño, te marco cuando llegue allá, te prometo que cuando regrese vamos a ir a cenar.

Se acercó para darle un beso, pero Jimin se giró y terminó por besar su mejilla solamente. Jungkook se sintió mal, sabía que su pequeño esposo estaba enojado y con justa razón, solo esperaba que pudiera perdonarlo.

Sin perder más tiempo salió de la casa rumbo al hotel donde pasaría la noche, era hora de poner en marcha la siguiente parte del plan, llamó a su Yoongi, sabía que en esos momentos Jimin necesitaba de sus amigos.


Ya no contestó el último mensaje de sus amigos, lo único que quería en esos momentos era llorar y sacar todo el dolor que estaba sintiendo, amaba demasiado a Jungkook pero no podía seguir así.

Si tan solo él le hubiera dicho que si recordaba su aniversario pero de verdad tenía que irse, él lo hubiera entendido, y hubiera dejado el festejo para después, pero el que no recordara el que se suponía era el día más feliz de sus vidas eso si no lo podía tolerar.

El sueño lo venció en la madrugada, y cuando despertó su estado de ánimo era terrible, no quería salir de la cama, pero el timbre de la puerta sonando con insistencia lo hizo levantarse.

Con sorpresa recibió el enorme ramo de rosas que acababa de llegar, su dolido corazón se alegró al pensar en que Jungkook lo había enviado, si había recordado su aniversario después de todo. Pero toda su emoción se esfumó al ver la nota que venía junto con el ramo.

“Hoy a llegado el día, hoy por fin sabrás quien soy y lo mucho que te amo“ 

Atte: Tu admirador

Con lágrimas en los ojos colocó las flores en un jarrón, por lo menos alguien lo tenía presente, tal vez había llegado el momento de poner su corazón en las manos de alguien más, alguien que si lo amaba.


Sin muchos ánimos se fue a bañar, tenía que hacer algo productivo o se moriría de tristeza. Se estaba terminando de vestir cuando comenzaron a llegar notificaciones a su teléfono, sin mucho ánimo lo tomó y sus ojos se abrieron con sorpresa al ver el tweet en dónde lo habían etiquetado.




Jimin no sabía qué hacer, el asunto del admirador secreto había llegado demasiado lejos, si Jungkook veía esos tweets iba a pensar lo peor de él.

Después de mucho rato de pensarlo, tomó sus cosas y salió, era hora de saber quién era esa persona que tal parecía él conocía, la teoría de que no supiera que estaba casado se había esfumado hace tiempo, y el hecho de que supiera dónde vivía también le daba algo de miedo.

Se enfrentaría con ese tipo y le dejaría muy claro que él amaba a su marido y que debía de parar con todo ese asunto. Podría estar enojado con Jungkook y tal vez en un momento haber pensado en dejarlo, pero no lo haría.

Lucharía por su matrimonio, hablaría con su marido cuando volviera y le haría saber todo lo que sentía, pero primero debía solucionar ese asunto. Tomó su carro y condujo hasta su antigua escuela.

Llegó a la parada de autobuses y sonrió al ver una joven pareja de estudiantes, se veían tan lindos con sus expresiones de nervios y timidez presentes, no pudo evitar viajar al pasado a la primera vez que Jungkook le pidió acompañarlo a esa misma parada a esperar junto con él el transporte que lo llevaría a su casa.

Recordó sus nervios cuando caminaban juntos uno al lado del otro y como sus manos rozaron por accidente causando que su corazón se acelerará y como un muy sonrojado Jungkook le pidió disculpas tartamudeando.

Tan perdido estaba en sus recuerdos que no vio cuando ambos jóvenes se fueron. Sacó su teléfono y le tomó una foto al lugar.


Caminó hasta la parada y revisó el tablero de anuncios ahí había una nota con su nombre escrito, la despegó y leyó:

“Aquí fue donde supe que a tu lado podría viajar a cualquier lugar del mundo mientras fuera tomado de tu mano. Te espero en el camino de candados de la torre Namsan”


Suspiró mientras guardaba la nota en el bolsillo de su chaqueta, le molestaba tener que seguir jugando a las escondidas, pero ya había empezado y no se iba a detener hasta descubrir quién era su admirador. Regresó a su auto y condujo hasta la torre.

Cuando llegó a la torre una nueva oleada de recuerdos llegó a él, la primera cita que tuvo con Jungkook fue en ese lugar, en aquella ocasión estaba tan emocionado pensando que tal vez el joven y serio chico de cabello negro le pediría poner un candado como muestra de una relación duradera, pero desecho la idea cuando recordó que ellos no eran novios aún.

En lugar de poner un candado Jungkook lo llevó a la cima de la torre donde pudieron ver el atardecer bañando la ciudad de Seúl. Y como su primer beso era entregado al chico que hacía latir su corazón.

Unas lágrimas traicioneras escaparon por sus ojos ante el recuerdo, camino hasta la farola y sin necesidad de buscar encontró otra nota con su nombre.

“La valentía nunca ha sido mi amiga, y los planes no siempre salen como los planeas, y en ese entonces perdía las cosas con mucha facilidad. El puente del Río Han es la última parada”


Con su corazón acelerado corrió hasta su auto y se puso en marcha hasta el río.

Al llegar al río el sol ya estaba cayendo, buscó con la mirada pero no había nadie, su corazón latía demasiado rápido, publicó la foto esperando encontrar respuestas, era una tontería lo que estaba pensado pero esos lugares, esas palabras. ¿Por qué no lo había notado antes?

La respuesta casi inmediata del desconocido y el lugar indicado lo hicieron sonreír, sin dudar camino hasta ahí, mientras en su mente desfilaban las imágenes de un 29 de marzo de cinco años atrás. Cuando parado frente a la entrada de ese parque de diversiones contemplaba a Jungkook mover nervioso sus manos hasta su rostro y robarle un beso antes de pedirle ser su novio.

Cuando llegó hasta la entrada encontró a sus amigos todos y cada uno de ellos sosteniendo unos carteles. Le indicaron que debía iniciar a leer en la esquina donde estaba Taehyung.

Gracias a mi hermano te conocí. 


Sonrió y caminó a Yoongi que giró el letrero permitiéndole leer.

Descubrí mis celos gracias a verte abrazar al enano.


Una suave risa escapó de su boca al leer. Continuó su recorrido y se paró frente a Jackson.

Nunca te lo dije pero Jack te pidió posar en aquel campamento porque yo quería una foto tuya pero me daba pena pedirtela.


Hobi era el siguiente.

Convencí a mi cuñado de salir con mi hermano solo para poder tener una cita doble contigo.


Con los ojos llenos de lágrimas apunto de desbordarse camino hasta Jin.

Ese enorme libro de recetas de postres occidentales que querías cuando entraste a la escuela de gastronomía Jin me ayudó a comprarlo porque yo no podía pronunciar el nombre y no quería llevarte el equivocado.


Por último estaba Namjoon que le sonreía con cariño.

¿Sabías que por poco te quedabas sin anillo de compromiso porque se lo di a guardar a Nam y casi lo tira al agua?


Jimin sonreía entre lágrimas, ya no necesitaba saber quién era el desconocido, lo había descubierto ya, pero aún así esperaba verlo.

Y ahí estaba al final de la fila, parado exactamente en el mismo lugar, vestido con un pantalón de mezclilla, zapatillas deportivas, una simple camisa negra y una chaqueta a juego con sus pantalones. Era el mismo tipo de ropa que llevaba en aquella ocasión.

Caminó lentamente hacia él.

—Hola Park Jimin, soy Jeon Jungkook tu admirador secreto ¿Aceptas mi declaración de amor?

El nudo de emoción en su garganta amenazaba con no dejarlo hablar, pero hizo un enorme esfuerzo para controlar su llanto y poder responder.

—Muchas gracias, pero soy un hombre casado y amo demasiado a mi marido.

—Y yo te amo a ti mi amor.

Dijo antes de tomarlo entre sus brazos y juntar sus labios en un beso suave y lento, confirmando con ese acto solamente lo que acababa de decir por primera vez con las palabras exactas.




Hasta aquí la dejamos porque estoy apunto de un coma diabético por tanta miel jejeje.

Un capítulo más y llegamos al final.

Nos leemos bellezas...
        Besitos 😘😘😘

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