VEINTISIETE

Jungkook llevó a Jimin a la jaula de Clemo y Nata Montada, que lo llevaba fuertemente agarrado de su brazo porque no sabe si los dos tigres aún lo reconocen o ya no.

—¿Quieres alimentarlos fuera de la jaula o quieres intentar entrar juntos a ella? —preguntó Jungkook vacilante, mirando dentro de la jaula, pero aún así los tigres no estaban dentro de su línea de visión.

—Es mejor hacerlo por fuera primero, no sé si será frustrante para ellos si entra un extraño —dijo Jimin con franqueza porque él mismo no está muy acostumbrado a los dos tigres, aunque le gusten mucho.

—Depende de ti —dijo Jungkook con una sonrisa, antes de buscar a Jin que se encontraba cerca.

—Jin, ven aquí —lo llamó y el joven corrió inmediatamente hacia ellos.

—Sí señor.

—¿Ya le has dado de comer a Clemo y Nata montada?

—Todavía no, estoy esperando a Hope, pero todavía no está disponible —le respondió Jin en voz baja.

La pareja se imaginó que Hoseok todavía seguía tratando de consolar al pobre de Tae.

—Entonces ve a buscarme la comida, lo haré yo mismo —le ordenó el pelinegro.

Jin inclinó la cabeza y aceptó la orden, antes de ir a preparar la comida para los dos tigres inmediatamente. Un par de minutos después Jin y Yoongi llegaron con dos baldes llenos de carne fresca, al sentir el olor Jimin puso cara de asco y Jungkook sonrió al ver la expresión de desagrado que lo hacía ver adorable.

—¿Los alimentarás así? ¿Ellos no cazan a sus presas como otros tigres? preguntó Jimin con curiosidad.

—Ellos tiene el instinto de todos los carnívoros, siempre pueden sobrevivir, como cuando llegaste aquí por primera vez, lo viste, ellos estaban cazando —dijo Jungkook haciendo que recordara la primera vez que se había acercado a la jaula y como Clemo le hizo un movimiento de boscada como si fuera una presa.

En silencio el castaño observó a Jungkook preparar la comida, antes de escuchar el rugido de Clemo y Nata Montada que habían seguido el olor de la carne. Jimin inmediatamente se paró detrás de él, sujetando la parte trasera de su camisa, los dos tigres caminaban por la jaula que los separaba de ir hacia ellos.

Jungkook le dio unos guantes de goma para que se los pusiera, sostenía un trozo de carne para alimentar a los tigres para que no comieran demasiado, Jimin lo tomó junto con una leve mirada a los dos tigres con asombro, aunque ya los había visto y de cerca, pero no pudo evitar estar emocionado.

—Primero les daré yo de comer, mira y haz lo que te digo, de hecho no es tan difícil, porque simplemente les ponemos un trozo de carne en la boca —le explico Jungkook.

—Así que no va a morderme la mano, ¿verdad? —preguntó Jimin con un poco de miedo.

—Mete solo la carne a la jaula, no tienes porque meter las manos, pero si eres tú quien lo alimenta todos los días como Hoseok o yo, podrás saber en qué momento detener la comida —volvió a explicarle el mafioso.

Jimin asintió en reconocimiento antes de mirar a Jungkook cuando recogió un gran trozo de carne del cubo e ir hacia la jaula.

—Clemo —grito el pelinegro llamando al tigre macho que se acercó abriendo la boca para morder el trozo de carne.

Con interés, Jimin vio al enorme animal destrozando la carne antes de comerlo.

—Nata Montada —le gritó ahora al otro tigre que era un poco más pequeño que el macho y se acercó lentamente.

—Vamos Jimin, dale de comer a Nata Montada, es más dócil que Clemo —lo animó Jungkook mirando las expresiones de los dos tigres—. Ven y ponte a mi lado.

El mayor podía ver qué Jimin seguía asustado y rió suavemente mientras se acomoda a su lado. El más joven usó una sola mano para poner el gran trozo de carne en la jaula, mientras con la otra mano sostenía el brazo de Jungkook. Tan pronto como Nata Montada abrió la boca el trozo de carne desapareció y Jimin sonrió ampliamente.

—¡Come lo que le doy de comer! Wow, es muy emocionante —dijo Jimin emocionado por la acción.

Por esa ocasión Jungkook no pensó en burlarse de él, le gustaba mirarlo cuando revelaba su actitud infantil.

—Continúa alimentándolo hasta que el balde esté vacío, mientras yo le daré a Clemo —le dijo Jungkook y Jimin asintió.

Después de alimentar al tigre de bengala una vez fue suficiente para que Jimin se atreviera a alimentarlo de nuevo. Después alimentaron alternativamente a los dos tigres, hasta que los dos cubos estuvieron vacíos.

—¿Terminaste, Nata Montada? ¿Estás lleno? —le preguntó Jimin al tigre que se estaba lamiendo las patas junto a la jaula.

—¿Puedo acariciarle la cabeza? —preguntó Jimin, volviéndose hacia el pelinegro.

—Vamos, llámalo por su nombre y míralo como te enseñé, míralo y hazle saber que te encanta y no quieres lastimarlo. Además, está lleno y ya está de buen humor —respondió Jungkook, lo que provocó que el castaño se acercara a Nata Montada.

Porque aun no se atreve a acercarse mucho a Clemo todavía.

—Nata Montada —llamó Jimin Kim al tigre que se movió para mirarlo.

Jimin lo miró con una sonrisa y se acercó con su mano que ya no estaba enguantada a Nata Montada lentamente. Jungkook llamó a Clemo para distraerlo, porque el tigre es bastante celoso con su pareja.

La mano delgada se acercó a la cabeza de Nata Montada y Jimin decidió colocarla suavemente sobre su cabeza. Nata Montada inclinó la cabeza hacia delante y hacia detrás para encontrarse con la palma de Jimin.

Esto hizo que el castaño sonriera ampliamente, después de acariciar su cabeza, Nata Montada estaba tirada jugando con él.

—No le tengas miedo. Sólo está jugando, es como un gato —dijo Jungkook, mientras se sentaba en la parte posterior de la jaula y palmeaba suavemente el cuello de Clemo desde fuera de la jaula.

Nata Montada yacía con ambas patas delanteras empujando las manos de Jimin, haciéndolo reír.

—Jungkook, realmente parece un gato. Quiero jugar alguna vez con Clemo, pero no sé acerca a mí en absoluto —dijo Jimin mirando a Clemo.

—Él es más difícil para confíar en extraños. Pero si vienes a verlo a menudo, una vez que se acostumbre vendrá a ti —le respondió el pelinegro.

Jimin asintió con la cabeza y siguió jugando con Nata Montada. El mafioso lo dejó jugar durante un rato y después lo invitó a tomar una ducha para acabar con el olor de la comida y Jimin aceptó seguirlo. Después de ducharse y vestirse los dos bajaron a cenar.

Taehyung y Hoseok ya estaban esperando, cuando Jimin vio los ojos del niño enrojecidos se sintió un poco culpable.

—Lo siendo Hoseok —se disculpó y el mencionado le  sonrió levemente.

—No hay problema —respondió Hoseok, sabiendo muy bien por qué se estaba disculpando.

Jimin caminó hacia el más joven y lo abrazó en el cuello.

—¿Ya no estás enojado? —le preguntó Jimin.

Taehyung lo miró levemente y lo abrazó apretando su cara sobre él, como si todavía estuviera de mal humor haciéndolo reír.

—Si no fueras tú Tae, definitivamente estaría celoso —dijo Jungkook cuando vio al pequeño abrazando al castaño.

Taehyung se retiró inmediatamente de Jimin con temor de que el mayor no estuviera satisfecho.

—Eh, no dije nada, no tengas miedo —dijo Jungkook al ver la acción.

Taehyung le sonrió y los cuatro se dirigieron a la mesa del comedor y de inmediato el niño corrió a ayudar a su abuela a llevar la comida a la mesa.

—Se siente bien poner la mesa en una noche como está —dijo la mujer.

—¿Por qué? —le preguntó Jimin con curiosidad.

—Antes cuando tú no estabas aquí, esta casa estaba muerta de soledad. Jungkook rara vez volvía a comer a casa y junto con la mayoría de los guardias regresaban a altas horas de la noche, y a veces no regresaba. ¿Para quién pondría la mesa? —respondió Nana con una sonrisa.

—En ese entonces, no tenía a nadie que me esperara en casa, nana. Me sentaba y comía solo, a veces comía con Hoseok, pero no es como comer con una esposa —dijo Jungkook, haciendo que la cara de Jimin se sonrojara.

—Así que salías a comer con los chicos o alguien más, ¿verdad? —dijo Jimin con sarcasmo.

—En el pasado aceptó que sí, pero ahora no. No tengo porque decirlo, ¿verdad? —respondió Jungkook con voz tranquila, pero sus ojos estaban brillando hacia él.

—Creo que será mejor que comamos —dijo Jimin cambiando rápidamente de tema después de avergonzarse frente a la ama de llaves y los demás.

—¿Ya has comido? —le preguntó Taehyung a sus abuela con preocupación, porque él estaba comiendo con la pareja y con Hoseok.

—Sí, ya he comido, no te preocupes, coman juntos —la mujer le dio unas palmaditas en la cabeza a su nieto, sonriendo, porque sabe que al pequeño le gustaría cenar también con ella.

—Sí, está bien.

Después de que la nana entrará en la cocina, los cuatro comenzaron a cenar tranquilamente.

—Tae, ¿tú escuela estará cerrada el próximo viernes? —preguntó Jimin de pronto.

—Si.

—Muy bien. Jungkook nos llevará a la playa —dijo Jimin con una sonrisa.

—¿Al mar? ¿Me llevarán al mar? —preguntó apresuradamente el joven con voz ronca.

—Sí —respondió Jimin, provocando que el joven sonriera ampliamente.

—Gracias, yo nunca he estado en el mar, solo lo he visto en la televisión.

El joven les agradeció a ambos mientras hablaba con entusiasmo. Lo que provocó que los tres mayores lo vieran con afecto.

La cena continuó entre platicas y preguntas emocionadas de parte del jovencito para Jimin. Cuando terminaron, Taehyung se levantó para ayudar a su abuela a limpiar la mesa, Jimin subió a la habitación para revisar su correo y Jungkook y Hoseok se fueron a hablar a la oficina del mafioso.


—¿Qué te hizo querer ir de viaje? —preguntó Hoseok pues el viaje lo había tomado por sorpresa.

—Nada. Sólo quería descansar. Porque después de que volvamos del viaje tendremos que trabajar duro. —respondió Jungkook en voz baja.

Hoseok frunció el ceño con sospecha y el pelinegro suspiró levemente.

—Jimin quiere que deje la mafia —dijo Jungkook, haciendo que su amigo se sorprendiera.

—¿De verdad, vas a dejarlo? —preguntó en un tono serio.

—Estaba pensando en dejarlo y hacerme cargo solo de los bares y el hotel, y también podría entrar al negocio inmobiliario ¿Qué te parece?

—Depende de ti. En cuanto al negocio inmobiliario, también es bueno, yo también estoy interesado, desde que conocimos al agente que nos vendió los locales para los bares —respondió Hoseok sin rodeos.

Porque él mismo usó parte de su dinero para invertirlo comprando un pequeño edificio de apartamentos y rentarlo.

—Sí —respondió el pelinegro secamente.

—¿Y qué pasará con todos nuestros hombres? —quiso saber Hoseok, porque a la mayoría los conoce desde hace muchos años.

—Voy a pedirles que me ayuden como de costumbre. Es un poco arriesgado. Además dejaré abiertos los bares, así que tendré trabajado para que hagan —respondió Jungkook tranquilo, pues no podría dejar a su gente a la deriva.

Hoseok asintió y continuó pensando en cosas menos agradables.

—¿Y cómo les vas a decir? —preguntó de nuevo, sin necesidad de aclarar a quienes se refería.

—Estoy pensando en una forma. Cuando regrese del viaje, tendré que volar hacia allí para hablar sobre cómo retirarme —dijo Jungkook en un tono estresado.

—No puedo ni imaginarme qué pasaría si…

Las palabras de Hoseok se vieron interrumpidas cuando llamaron a la puerta y Jungkook le hizo un gesto con la mano para que guardara silencio, casi al mismo tiempo que la puerta de la oficina se abrió y apareció la esbelta figura de Jimin.

—¿Los interrumpí? —preguntó Jimin con sospecha, cuando vio que los dos hombres guardaron silencio ante su presencia.




Yo nada más les digo que tanta calma y tranquilidad es preocupante jejeje.

Nos leemos bellezas...
        Besitos 😘😘😘

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top