UNO
Un grupo de amigos se encontraba reunido en un bar celebrando una fiesta de reencuentro de su generación de preparatori.
Jimin, hombre joven y hermoso está intentando dejar atrás su antigua relación con uno de sus ex compañeros, pero lo cierto es que continúa esperándolo, y no puede evitar sentir dolor al ver a esa persona que una vez había abrazado, acompañado de otro joven en el lado opuesto de donde está él sentado.
Aunque sabía que Jackson nunca lo había amado en absoluto, seguía esperando que algún día él pudiera amarlo de alguna manera, pero eso no iba a pasar en absoluto.
Él ama a Jackson aunque este parecía tener un ladrillo en lugar de corazón, él ha sido su primer y único amor. Secretamente volvió a ver a la pareja y sintió dolor, al ver los ojos de su amado viendo solo al joven que lo acompañaba, y a él ha estado evitando verlo directamente en toda la noche.
—¿Estás bien? — susurró preocupado otro amigo, Jimin sonrió suavemente y asintió.
—Estoy bien, no te preocupes; respondió sin dejar de sonreír.
Continuó bebiendo y platicando con sus amigos y ex compañeros por un rato hasta que llegó el momento de despedirse. El grupo de amigos salió del bar, mientras seguían platicando.
—Jimin ¿puedes conducir de regreso? ¿debería llamar un taxi? — le preguntó uno de sus amigos.
—Está bien, bebí menos que ustedes — dijo sonriendo, antes de voltear a mirar a Jackson y a su novio.
—Regresa con cuidado, Jimin — dijo Mark, el novio de Jackson.
Jimin sonrió un poco, asintió y se despidió amablemente mirando a su amor, ganándose solo un breve, okey por parte de él, su corazón dolió un poco más pues sabía que si Jackson le había respondido era solo por qué Mark se lo había pedido.
Subió al auto y regresó a su condominio, al estacionarse Jimin dejó caer su cabeza sobre el volante dejando salir su frustración, durante toda la noche había sido paciente, pero ahora, en la soledad de su auto y a salvó en su casa, se podía dar el gusto de llorar.
Había tenido que esperar un par de años para volver a verlo y había esperado con ansias el reencuentro, imaginando que volvería a sentir, el cuerpo y el calor de Jackson envolviendo, y solo se encontró con que él ya tenía a alguien más.
—¡Arggg! Está será la última vez que lloré por ti Jackson, eres un maldito estúpido, que nunca entendió cuánto te amo, pero prometo que volveré a verte solo como un amigo de nuevo.
Se dijo a sí mismo mientras sollozaba, dejó que las lágrimas fluyeran por un rato antes de bajar del coche y subir a su departamento. Pero su promesa no sirvió de mucho, las lágrimas siguieron fluyendo mientras se acostaba a dormir, su delgado cuerpo se estremeció por la intensidad del llanto hasta que se quedó dormido.
—Hoseok, ven a mi habitación — dijo la voz profunda de un hombre, antes de colocarlo sobre la mesa frente al espejo mientras está de pie, con una toalla envuelta alrededor de su cintura.
Un minuto después, se escuchó el sonido de un golpe en la puerta de una lujosa habitación de hotel antes de que la misma fuera abierta y un joven alto, de tez blanca entrará dando un vistazo a la amplia cama, donde un joven se acurrucó y tembló, su estado era como si hubiera pasado por una guerra la noche anterior.
—¿Sí señor? — preguntó cuando llegó al lado de su jefe.
—Pagale al chico y que alguien lo lleve de regreso, y pide el desayuno para mí —respondió la otra parte.
Hoseok inclinó la cabeza antes de caminar hacia el joven que estaba en la cama.
—Ponte la ropa, haré que alguien te lleve —le dijo con un tono suave y de lastima.
El joven se levantó rápidamente y se vistió con el cuerpo tembloroso, las huellas en su cuerpo hablan bien del calor y la intensidad de lo sucedido la noche anterior en esa cama, después lo acompaño a fuera, ordenó a otro de sus hombres que lo llevaran, antes de volver a entrar en la habitación.
—Ya está hecho señor.
—Hmm, gracias ¿Me ordenaste el desayuno?
—Si, dentro de poco se lo entregaran.
Su jefe asintió y salió del dormitorio, sus subordinados inclinaron la cabeza al verlo. Jeon Jungkook era uno de los jefes de la mafia más despiadado del país, poseía un aura oscura y poderosa, sus empleados eran conocidos por su eficacia y fidelidad hacia él, y eso lo hacía aún más respetado.
Jungkook agitó la mano, haciendo que todos se sintieran cómodos, porque no creía que sus subordinados fueran útiles sólo como matones, para él era como si fueran su propia familia. Se sentó en una mesa con paneles de vidrio y con una taza de café caliente en su mano, y con la otra tomó el periódico que le entregó uno de sus empleados.
—Gracias.
—Señor, ¿El chico fue de su agrado? —le preguntó Hoseok.
—Realmente no me gustó, aceptó lo violento que puedo ser pero no fue satisfactorio para mí al final —respondió con una expresión tranquila, sin despegar su vista del periódico.
—Lo siento, la próxima vez encontraré uno mejor para usted — respondio Hoseok apenado, causando una leve sonrisa en Jungkook.
—No pienses demasiado, no habló en serio sobre estas cosas. ¿Realmente, crees que haya alguien que pueda seguirle el paso a alguien como yo? —dijo con una sonrisa.
Todos los subordinados saben que a Jungkook no le gustan las mujeres y ningún subordinado se sintió disgustado o dudoso sobre su capacidad, todos lo aceptaban y respetaban como de costumbre.
Jungkook nunca pensó en ocultar su preferencia sexual, a sus subordinados, y lo más importante, sabían que él tiene gustos bastantes sádicos y violentos. Por lo tanto, ningún compañero puede soportarlo durante mucho tiempo.
Algunos chicos se ofrecían a probar porque sabían que el dinero era bueno, pero cuando realmente lo hacían, no se atrevían a volver por una segunda vez. Por esa falta de una satisfacción completa, y sus negocios, Jungkook no tenía ninguna intención de conseguir una pareja estable.
El timbre frente a la habitación sonó, y uno de sus subordinados se acercó a abrir la puerta antes de ayudar a empujar el carrito del desayuno hacia la habitación. Cuando Jungkook iba a dormir con alguien, siempre lo hacía en la suite que tenía a su disposición en el hotel del que era dueño, nunca llevaba a nadie a su casapor alojarse en el último piso del hotel.
—Ustedes pueden comer juntos, no tienen que esperar hasta que yo termine —dijo a sus cuatro guardaespaldas, que de inmediato se dispersaron y se sentaron del otro lado de la terraza mientras que Hoseok tomó asiento frente a él.
—¿Hay algo que tienes que informar?, puedes hablar y comer, no me importa —le dijo a su mano derecha, pues veía su cara de incomodidad.
—Anoche no hubo mucho, los encargados de los ocho bares dijeron que había gente sospechosa, pero nuestros hombres pudieron manejarlo todo, en cuanto a la mercancía de esta noche, se entregará en el barco que desembarca a las cinco de la tarde, seremos nosotros quienes revisaremos la mercancía ¿O irá solo? —le preguntó y Jungkook asintió levemente.
—Bueno, será mejor que vaya y lo vea por mí mismo, pero no te olvides de manejar el pago también.
—Está hecho — le respondió.
Después de toda una vida en ese negocio, sabía lo importante que era que se entregará el dinero correspondiente a las autoridades del puerto y así evitar que los detuvieran por algo tan simple como cargar sin autorización.
Jungkook asintió, mientras comían hablaron de temasas triviales y al terminar, salió del hotel y se dirigió directo a su oficina hubicada en uno dnelos edición del centro de la ciudad y desde donde manejaba todos sus negocios.
El sonido del teléfono despertó a Jimin, sus ojos lucían enrojecidos e hinchados por el intenso llanto de la noche anterior tenía los ojos enrojecidos por el llanto intenso de la noche anterior, estiró su mano para tomar el aparato, mientras un intenso dolor de cabeza lo atacaba.
—Hola.
[Jim ¿Vas a ir a la oficina hoy?]
Una voz femenina se escuchó al otro lado de la linea, supo al instante que era Lisa su socia en la pequeña oficina de contabilidad que habían abierto a penas de se graduaron. Volteo a ver la hora en el reloj que estaba en su mesa y vio que ya eran pasadas de las diez de la mañana.
—Iré por la tarde Lisa, anoche fui a una fiesta de reencuentro y bebí demasiado, me duele un poco la cabeza.
[Ok, de todas maneras hoy no hay mucho trabajo por hacer, solo tengo que enviar por correo los últimos detalles del registro de un cliente,ndeacansa y si no es necesario no vengas hoy]
—Gracias —le dijo y se despidió antes de colgar.
Estaba acostado de espaldas mirando al techo de la habitación, pensando en la noche anterior y de forma inevitable la imagen de Jackson y Yoongi volvió a su memoria.
—Oh, tómatelo con calma, Jimin — se dijo a sí mismo, aunque le dolía el corazón. Se levantó para tomar una ducha, se vistió y alistó sus cosas, comió algo rápido y salió hacia su oficina.
Nada más abrir la puerta de la oficina una bella joven de figura delgada y rasgos finos corrió de inmediato hacia él.
—Jimin, ahí está otra vez ese tipo — le dijo Lisa casi en un susurró.
Refiriéndose a un cliente al que le gusta coquetear con Jimin, a pesar de las amables negativas del castaño.
—¿Dónde está? —preguntó mientras exhalaba con fastidio.
—Le dije que por favor espere en la sala de espera, no quise pasarlo a tu oficina.
—Gracias, ve a decirle dile a Rose que le lleve un café y le diga que en un momento salgo. también, te hablare en un momento, solo voy a dejar mis cosas.
Caminó hasta su propia oficina, y dejo sus cosas antes de dirigirse a la sala de espera, a pensas y abrió la puerta el apuesto hombre que lo esperaba sonrió ampliamente.
—Hola Jimin — saludo el señor Choi —me alegra poder reunirme contigo hoy.
—Señor Choi, ¿Trae algún trabajo para realizar? Si es así no es necesario que me espere ya sabe que puede dejarlo en manos de Lisa, así no tendría que perder tiempo esperándome, después de todo no hay diferencia entre mi socia y yo.
—No es una pérdida de tiempo, yo quería verte a ti, siempre es un placer ver tu hermoso rostro.
—Señor Choi, si no vino por trabajo, ¿entonces qué es lo que desea? —respondió Jimin sin darle importancia al coqueteo de Choi San.
—No te estreses demasiado por el trabajo, solo vine a invitarte a almorzar juntos —dijo el insistente hombre, causando un suspiro cansado en el castaño.
—Ya he comido, lo siento, y si no hay nada más me retiro, hay muchos trabajos de otros clientes esperando, y no tengo tiempo para quedarme platicando —dijo antes de dar una pequeña reverencia de despedida y salió dejando al señor Choi apretando los dientes por haber sido rechazado una vez más.
—Rose, haz pasar al próximo cliente, por favor —le dijo Jimin a su secretaria frente a la sala antes de que entrara a la oficina sin importarle cómo se sentía el señor Choi.
No siempre Jimin actuó así con ese cliente, al principio habló con él de manera amable, pero luego de un tiempo, la otra parte se tomó demasiadas confianzas, y su paciencia se agotó junto con su amabilidad no ya nada de paciencia ni amabilidad.
Un rato después suaves toques en su puerta, lo hicieron detener su trabajo, y su socia entró.
—¿Qué pasa Lisa? —le preguntó en cuanto entró.
—Tu cara cuando estás enojado parece el trasero de un mono ¿sabías? —dijo su amiga bromeando.
—Si tú lo dices.
—El señor Choi es extraño Jimin, cada vez que viene lo rechazas, pero sigue viniendo, sospecho que es un psicópata.
—Psicópata o no ya se aburrirá —respondió antes de apoyarse en el respaldo de su silla.
—¿La noche estuvo pesada? ¿Por qué tus ojos están tan hinchados?
—Bueno, después de la cena, unos amigos nos invitaron a ir a un bar — respondió antes de cambiar el tema por cosas de trabajo.
No quería seguir pensando en eso, Lisa se dió cuenta pero no siguió insistiendo, en cuanto se pusieron al corriente volvió a su propia oficina y Jimin continuó trabajando sin parar.
Un mes había pasado desde el día de la fiesta de reencuentro y Jimin no había vuelto a ver a Jackson y Mark, muchas veces tuvo la intención de llamarlo pero no se atrevía. Se refugió en el trabajo para no pensar más en eso, aunque le era muy difícil. Al volver a su departamento los recuerdos del tiempo que pasó con su amigo volvían a él.
Lisa y Rose lo veían decaído, su bello rostro siempre estaba sonriente, pero en sus ojos se notaba el dolor que llevaba por dentro, pero preferían no preguntar, aunque buscaban animarlo.
—Jimin, ¿quieres salir esta noche por unos tragos? encontré un nuevo bar, dicen que es bastante glamuroso, está dentro de un hotel de cinco estrellas, y no me gustaría ir sola.
El castaño se quedó pensando un momento en si aceptar la invitación, pero no tenía muchas ganas de salir.
—Anda Jim, ven conmigo por favor —insistió la chica.
Jimin sonrió al ver a su amiga suplicar, sabe que su pasatiempo más que salir a beber consiste en localizar lugares de moda o que tenga un buen ambiente, visitarlos, comprobar el servicio y después comentarlos en su blog de internet.
—Está bien, vamos —respondió por fin y Lisa sonrió emocionada.
—Voy a invitar a Rose y a su novio para que nos acompañen también —dijo con entusiasmo y salió de la oficina.
Cuando el final del día llegó, Lisa entró por él, se apresuró a recoger sus cosas y salieron hacia el estacionamiento.
—¿Iremos en tu coche? —pregunto Jimin
—Quizá sea mejor que vayas en tu coche, así no tendrás que esperarme si deseas volver antes —respondió la mujer mientras esperaban a su secretaria y a su novio.
Luego condujeron hasta el local al que Lisa quería ir, cuando llegaron, los cuatro se dieron cuenta de que ese no era un bar común, los que se encontraban ahí era empresarios y extranjeros que iban impecablemente vestidos.
— Oh Lis, no nos dijiste que teníamos que venir vestidos de etiqueta —se quejó el novio de Rose.
—No te quejes Kai, puedes usar ropa de trabajo como esta, simplemente no uses camiseta, pantalón y sandalias — respondió juguetonamente Lisa causando que Rose riera.
—Entremos ya —dijo Jimin y los tres asintieron.
El ambiente en el lugar es bastante lujoso como había dicho Lisa. Había mesas para grupos pequeños y una sola barra, el personal los saludo antes de acompañarlos a una mesa que estaba junto a una fuente con las luces tenues.
Cuando Jimin miró a su alrededor quedó claro que algunas de las personas que estaban ahí traían a sus socios comerciales para tomar una copa y hablar del trabajo.
Lisa tomó fotos de las bebidas y anotó los detalles del lugar para publicarlo en sus redes sociales hasta que estuvo satisfecha. Continuaron así un rato mientras platicaban y probaban distintos cócteles y bebidas. Jimin se sentía tranquilo, en un momento centró su vista en la fuente que en ese momento estaba encendida, el agua fluía suavemente acompañada por los reflejos de las luces.
—Jimin, ¡Jimin! —la voz de Rose lo hizo sobresaltarse y volvió a mirarla.
—¿Qué pasa? —le preguntó.
—¿Qué le pasa a Jim? ¿No te gustó este lugar? —preguntó la mujer con cautela porque fue ella quien lo había invitado.
—Si me gusta, es tranquilo —dijo Jimin con una sonrisa.
—Oppa ¿Hay algo que te preocupa? Puedes decirnos, nosotros estamos para ayudarte lo sabes —hablo Rose, después de varios años como su secretaria habían entablado una bonita amistad.
—Si, desde hace semanas que siento que algo te sucede Jim —dijo Lisa y Kai también asintió corroborando las palabras de las dos chicas.
Jimin los vio mientras pensaba si contarles lo que le pasaba, y dejó escapar un suspiro.
—¿Puedo preguntarles algo? ¿Qué hacemos cuando queremos olvidar a alguien pero no lo olvidamos por completo? ¿Cómo olvidamos los sentimientos especiales que tienes por esa persona para volver a verlo solo como un amigo o un conocido solamente? —les preguntó por fin.
—¿Alguien rompió tu corazón? —preguntó Lisa sin rodeos.
—Se puede decir que sí, pero es mejor llamarlo como un amor unilateral —corrigió, dándoles a los tres una ligera mirada de vergüenza.
—Si te sirve de algo, en el pasado solía amar en secreto a alguien que me apreciaba mucho, pero cuando después supe que no pensaba en nosotros de forma romano, me sentí desconsolada por un tiempo, pero después conocí a Kai, y él hizo que yo me olvidará de esa otra persona y me hizo darme cuenta de que hay muchas otras personas que si pueden llegar a quererme —contó Rose mientras veía con amor a su novio que le sonreía.
El chico asintió y apretó la mano de Rose debajo de la mesa y sonrió.
—Entonces ¿Tu consejo es que Jimin debería de buscar a alguien que reemplace a esa otra persona que ama? —preguntó Lisa.
—Exactamente, pero no significa que tengas que darte prisa o encontrar a alguien que reemplace a esa persona, cuando se el momento simplemente aparecerá adecuada para ti vendrá solo —dijo Rose y Jimin sonrió un poco.
—Gracias por el consejo.
Después cambiaron el tema, continuaron charlando de temas variados hasta que alrededor de las doce de la noche Rose y Kai se despidieron.
—¿Nos vamos Minie?
—Ve tú, me gustaría quedarme aquí un rato más, tal vez encuentre a la persona adecuada —respondió Jimin con una sonrisa sin dejar que sus amigos se preocupen.
—¿De verdad te quieres quedar solo?
—Si, no soy un niño.
Los tres asintieron, y aceptaron irse dejándolo solo, por lo que abandonó la mesa y se sentó frente a la barra mientras pedía una copa de whisky.
—Gracias a todos por su arduo trabajo hoy estoy cansado, vayamos a tomar algo —les dijo Jungkook a sus empleados después de verificar el ultimo lote en el puerto y regresar a la ciudad.
—¿A dónde quieres ir? —le preguntó Hoseok.
—Vayamos al bar del hotel, no tengo ganas de lidiar con demasiada gente. Manda a descansar a todos, solo me quedaré con los guardaespaldas —ordenó Jungkook.
Hoseok repitió las órdenes y entre el y sus cinco mejores hombres llevaron a su jefe hasta el hotel. Cuando llegaron y pasaron por la barra Jungkook no pudo evitar fijarse en un dulce joven que estaba bebiendo solo.
Solo lo miro por el rabillo del ojo llamó su atención porque no estaba familiarizado con ese bello rostro, sabía que nunca antes había estado ahí. Aún con el rostro de ese chico en su cabeza llegó a la zona VIP donde tenía su reservado y pidió una bebida, y se sentó rodeado de sus guardias.
—Señor ¿Quiere que le traiga un chico esta noche? —le preguntó Hoseok, Jungkook lo pensó un momento antes de asentir.
—Pide uno —le respondió.
Hace varios días que no se había liberado porque había estado ocupado con la entrega de la mercancía, pero cuando dió la orden el dulce rostro del joven en la barra volvió a su mente.
Era un chico joven, de rostro dulce y extremadamente hermoso, cabello castaño y cuerpo delgado, el tipo de chico que le atrae, aunque sabía que como muchos otros seguramente no podría aceptar sus gustos en la cama, así que prefirió pagar por alguien que ir y coquetearle.
Varios tragos después Jimin se sentía mareado, seguía pensando en Jackson y en las ganas que tenía por llamarlo.
—¿Cómo puedo olvidar tus besos y manera de hacerme el amor? —murmuró en voz baja —¿O debería encontrar a alguien que me ayude a hacerlo? ¡Vamos a olvidar tus besos! —murmuró de nuevo.
Siguió sentado y bebiendo durante mucho tiempo, hasta que le dieron ganas de ir al baño. No se percató que los ojos de un tigre hambriento lo miraban como si hubiera encontrado a su deliciosa presa. Se estaba lavando las manos cuando vio que los que estaban adentro salían cuando vieron entrar a dos personas.
Ignorando lo sucedido volvió a terminar de lavarse, cuando a través del espejo sus ojos chocaron la aguda mirada de un hombre de aproximadamente unos treinta y cinco años. Jungkook se dió el lujo de recorrerlo de pies a cabeza, mientras pensaba que no había esperado tenerlo tan cerca.
—¿Me estás mirando? —preguntó Jimin en un tono tímido.
Sus guardias que habían entrado detrás de él fruncieron el ceño, ante el descaro del joven que se dirigió a su jefe, pero Jungkook levantó la mano para evitar que dijeran algo.
—Si, te estoy mirando —le respondió.
Jimin se giró para mirarlo directamente, mientras se apoyaba en el fregadero para evitar caerse.
—¿Estás interesado en mí? —preguntó de nuevo, levantando una ceja suavemente y con una sonrisa en la comisura de su boca.
—Si, estoy interesado en ti. ¿Te molesta? — respondió Jungkook, mordiendo ligeramente su labio inferior, sintiéndose seducido por la mirada del joven.
Jimin sintió su rostro enrojecer y se movió un poco, Hoseok también lo hizo cuidando a su jefe, ya que no sabía quién era ese joven.
—Eres muy guapo, ¿Que tanto te intereso? ¿Tendrías la amabilidad de besarme? —dijo Jimin con una mirada suplicante.
La cordura para razonar ya no existía en ese momento, el alcohol en su sistema lo estaba haciendo actuar así de descarado. Solo podía pensar en lo mucho que quería encontrar a alguien que borre el recuerdo del sabor de los besos de Jackson, ya que nunca podrá volver a sentirlo.
Jimin se acercó hasta él y puso sus manos alrededor del cuello de Jungkook, sus ojos temblaban, indicándole al pelinegro que el joven no estaba en sus cinco sentidos.
—Ayúdame a olvidar, ayúdame a olvidar esos besos, por favor haz lo que quieras, pero ayúdame —le dijo Jimin en voz baja, sus piernas comenzaron a ser incapaces de mantenerse derechas.
Jungkook tuvo que levantar los brazos para envolver su delgada cintura, el suave aroma mezclado con el dulce aroma del licor, hizo que se sintiera emocionado como si hubiera encontrado algo que había estado buscando durante mucho tiempo.
—Señor, creo que… —comenzó a hablar Hoseok que estaba preocupado por la seguridad de su jefe porque no sabía el propósito exacto de la otra persona.
—Está bien, puedo manejarlo —le respondió, por lo que tuvo que guardar silencio y observar.
—¿Estás seguro de que quieres que te ayude, pequeño? —le preguntó Jungkook, dándose cuenta de que la persona entre sus brazos realmente deseaba algo.
—Claro que lo estoy —respondió Jimin con una sonrisa coqueta en sus labios.
—¿No te arrepentirás más tarde si algo pasa entre nosotros? —volvió a preguntar Jungkook buscando asegurarse de que no se arrepintiera.
Jimin negó con la cabeza, ahora necesitaba la calidez de alguien para saciar el frío de su corazón.
—Hoseok llama para cancelar al chico y prepárame la habitación —dijo Jungkook girando su rostro hacia su empleado.
—Pero señor, nunca trajo a una persona que no sea un vendedor a su habitación —advirtió Hoseok preocupado.
—Te dije que está bien —sentenció Jungkook y su jefe de guardaespaldas asintió.
—¿Me ayudarás? —habló Jimin, antes de que el pelinegro lo cargará en posición de princesa
Jimin se aferró a su cuello y enterró su rostro en su fuerte pecho, al sentir un leve mareo.
—Prepárate pequeño definitivamente haré que te olvides de los besos de esa persona —le advirtió Jungkook mientras salía del baño rumbo a los elevadores mientras sus subordinados lo observaban sorprendidos.
Damos inicio con esta historia, espero que les guste y que le den mucho amor.
Recuerden que está historia es una adaptación, todos los créditos a la autora original.
También les vuelvo a repetir que hay términos usados en la cultura tailandesa que dejaré igual, para no cambiar la escencia de la historia.
Nos leemos bellezas...
Besitos 😘😘😘
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