TREINTA Y UNO
—¿A dónde vamos a ir hoy? —preguntó Jimin mientras se sentaba a comer junto a Jungkook, Hoseok, Taehyung y Nana, mientras los demás que ya habían desayunado se dispersaron por el lugar.
—¿Te gustaría hacer esnórquel? —preguntó el pelinegro haciendo brillar los ojos de Jimin.
—¡Vamos! cuando fui con Jack y Mark ellos fueron antes de que yo llegara y me quedé con ganas de hacerlo —dijo Jimin emocionado.
Jungkook sonrió por la emoción del castaño, antes de girarse para buscar a Namjoon que estaba sentado no muy lejos.
—Nam, si ya terminaste de comer, ponte en contacto con el señor Song, para que prepare su bote, y todo su equipo, dijo que si queríamos ir a bucear él podría llevarnos —le pidió a su empleado en voz baja.
—Si —respondió Namjoon.
—Termina de comer primero, llamalos más tarde —la voz de Jimin detuvo los movimientos del guardia, cuando lo vio levantar el teléfono, el moreno volteó a ver al mafioso—. No lo veas así, Jungkook te dijo que cuando terminarás de comer y aún no lo haces —le dijo Jimin regañandolo.
—Haz lo que dijo mi esposa Nam —le dijo Jungkook al moreno con una sonrisa.
—Uhm... sí, señor —respondió Namjoon antes de seguir comiendo el desayuno.
Cuando todos terminaron de desayunar se dispersaron para ir a descansar, y Jungkook los citó para reunirse alrededor del mediodía, si querían ir a bucear también.
—Jungkook, ¿cuándo volveremos a Seúl? —preguntó Jimin mientras preparaba su ropa y un par de toallas.
—Tú ¿cuándo quieres volver? —le devolvió la pregunta el pelinegro.
—Mañana por la noche está bien. Me gustaría quedarme por más tiempo, pero no quiero interferir en tu trabajo y Tae también debe de ir a la escuela —respondió Jimin sonriendo.
—Siempre tan preocupado por todo —dijo el mayor sonriendo levemente.
—Así es —dijo Jimin con una pequeña risa.
Cuando los preparativos estuvieron completados, ambos salieron de la habitación y bajaron al salón. Jimin fue a la cocina, ahí se encontró con Taehyung que ayudaba a su abuela a empaquetar la comida que se llevarían al bote, y Jungkook se acercó hasta la entrada de la casa donde Hoseok se encontraba fumando junto a Yoongi y Namjoon.
—¿Ya llegaron los hombres de Seúl por las ratas que atraparon anoche? — pregunto Jungkook en voz baja.
Los hombres de Chen que habían entrado la noche anterior habían estado resguardados en una pequeña bodega detrás de la propiedad donde Jimin y Taehyung no pudieran llegar a verlos.
—Sí señor —respondió Yoongi.
—Muy bien, Namjoon llama a los chicos en casa y ordenales que vayan a visitar el restaurante de la esposa de Chen y manda a gente para quemar su almacén en Busan, para que tenga una advertencia —ordenó Jungkook con voz tranquila porque antes de continuar con su salida del bajo mundo, quiere deshacerse de todas las espinas de una vez.
—De inmediato, señor —respondió el moreno.
—Durante este tiempo ustedes también deben tener cuidado, las cosas son más sensibles que antes. Cuando se juega con perros se debe de cuidar de mordeduras —les reitero el mafioso y todos asintieron al unísono.
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Cuando todo estuvo listo condujeron en el auto hasta el punto de encuentro con el conocido del mafioso.
—Hola señor —gritó una voz masculina cuando llegaron.
Esto hizo que Jimin que salía del auto detrás de Jungkook, mirará con curiosidad antes de descubrir que se trataba de un hombre de unos sesenta años. El hombre tenía la piel morena por el sol, delgado pero de aspecto saludable.
—Tío Song, te dije que no tienes que levantar las manos para rendirme homenaje —dijo Jungkook, mientras la otra parte presentaba sus respetos.
—Para nada, te estoy muy agradecido y realmente te respeto —dijo el hombre.
Jungkook negó con la cabeza débilmente antes de volverse hacia Jimin.
—¿Quién es? —le preguntó el castaño con curiosidad en voz baja.
—El tío Song es un conductor de barcos que lleva a los turistas a viajar entre las diferentes islas. Nos conocemos de antes —le explicó Jungkook.
—Tío, él es Jimin, mi esposa —habló Jungkook presentando al castaño con el anciano.
—Hola —saludo el hombre mayor con un gesto de la mano.
Jimin se sorprendió pero levantó las manos para hacer una reverencia.
—Ah no, por favor no me rindas homenaje, no quiero ser irrespetuoso —dijo Jimin rápidamente y el viejo sonrió levemente.
—Está bien. Si eres su esposa eres como mi jefe —respondió el tío Song.
—No insistas, el tío es tan terco como tú —dijo Jungkook, haciendo sonreír a Jimin suavemente.
Después el hombre los guío hasta el bote, donde el equipo ya estaba listo para bucear.
—Hoseok, vigila bien a Tae, ten cuidado de que no caiga al agua —le dijo Jimin al guardia que iba subiendo al barco junto a Jungkook.
—No soy un niño Jiminie —respondió el jovencito con voz ronca.
Cuando todos ya habían subido al barco, el tío Song inmediatamente zarpó. Jungkook se giró para ver a Jimin y lo vio mirando al frente con una sonrisa en su rostro. Su cabello ondeaba de un lado a otro por el viento.
—¿Por qué estás sonriendo? —le preguntó Jungkook.
—Bueno, estoy un poco emocionado.
—¿Has buceado antes?
—Sí, pero ha pasado mucho tiempo. Cuando era joven y estaba con mis padres —respondió el castaño con una sonrisa.
—Hablando de tus padres. Todavía no me he presentado oficialmente —dijo Jungkook.
—¿Cómo te voy a presentar si no sé lo que eres? —pretendió preguntar Jimin con una sonrisa en los labios.
—Qué tal como su yerno —respondió Jungkook de inmediato, haciendo que el chico se sintiera avergonzado.
—¿O tus padres no saben que te gustan los chicos? —preguntó el pelinegro arqueando levemente una ceja.
—Bueno, no es que no lo sepan. Pero creo que les daría un infarto porque se sorprenderían al ver que traes tantos guardaespaldas —dijo Jimin en voz baja.
—Sí voy, iremos solos los dos. ¿De acuerdo? —propuso Jungkook en tono serio.
Jimin se quedó en silencio un poco antes de suspirar levemente.
—Creo que lo hablaremos más tarde —respondió por fin con una sonrisa algo forzada.
Así que el mafioso no insistió más porque conocía lo suficientemente a Jimin. A diferencia de él que no tenía parientes en los que pensar cuando decide hacer algo, no quería que el castaño pensará demasiado en eso, mientras estaba de vacaciones.
—Hemos llegado —le dijo Jungkook un par de minutos después, señalando la isla donde harían snorkel.
El tío Song, ancló el barco para que todos se preparasen.
—Jungkook, ¿vamos a comer primero antes de bucear? —preguntó Nana mientras el pelinegro ayudaba a Jimin a usar el equipo.
—¿Qué dices tú? —le preguntó Jungkook al castaño pidiendo su opinión.
—Prefiero ir a bucear primero y luego subir a comer. En cuanto a los demás, si quieren comer primero adelante ya que es mediodía —respondió el castaño, Nana asintió y fue a llamar a los demás para almorzar.
—¿Ya te has aplicado protector solar?
—Todavía no —respondió Jimin y Jungkook fue a registrar la bolsa que el castaño había preparado y sacó la crema protectora.
—Voltéate, lo haré por ti.
Jimin asintió y dejó que el pelinegro le aplicará el protector en los brazos y las piernas. Cuando terminó, le quitó la crema y le aplicó crema también a él, cuando terminaron ambos se prepararon para lanzarse al agua y sumergirse.
—Siempre quédate cerca de mi, ya sabes —le dijo Jungkook.
—Sí.
En el lugar había más turistas en otros barcos que también iban a bucear y ver los corales. Algunos de sus hombres ya se habían sumergido porque querían comprobar el terreno. Jungkook llevó a Jimin a la popa del barco, en donde había una plataforma para sumergirse.
—¿Listo? —le preguntó Jungkook.
—Listo —respondió Jimin antes de que ambos se colocaran el tubo para respirar en la boca y se sumergieran en el agua al mismo tiempo.
Jungkook uso uno de sus brazos para sostener el cuerpo del castaño, ninguno de los dos llevaba aletas porque a Jimin no le gustaban. El joven miró asombrado el coral submarino y ambos nadaron juntos con los subordinados vigilando los arrecifes de corales no muy lejos. Periódicamente, Jimin levantaba la cabeza para respirar porque no estaba acostumbrado a usar un tubo como ese para hacerlo durante mucho tiempo.
Un emocionado Jimin empujó suavemente la espalda de Jungkook para que volteara a ver los muchos peces de colores que nadaban cerca. Aunque no podía ver directamente los ojos del castaño, Jungkook sabía que en definitiva sus bellos ojos marrones brillaban con emoción. Ambos estuvieron buceando durante un rato y observando los corales. Luego al regresar, el pelinegro subió al barco primero y luego tiró de Jimin para ayudarlo a subir y Nana de inmediato se acercó y les entregó un par de toallas para secarse.
—Nana, ¿tú no fuiste a bucear? —preguntó Jimin sorprendido al ver a la mujer en el bote, porque cuando salió del agua vio a los demás buceando.
—Ya estoy muy vieja para eso, yo no podría bajar así como ustedes —respondió la mujer con una sonrisa.
—¿Volverás a bucear? —le preguntó Jungkook para saber si tenían que quitarse el equipo o dejárselo puesto.
—Es mejor que no. Ya he tenido suficiente —le respondió el castaño.
Jungkook asintió y comenzó a bajar el cierre del traje de neopreno de Jimin.
—¿Qué estás haciendo? —le preguntó el joven mientras trataba de detener al mayor.
—No quiero que nadie te vea cambiarte de ropa. Date prisa, los demás vendrán pronto —dijo Jungkook mientras Jimin negaba con la cabeza.
—Realmente eres increíble. Soy un hombre, no es como si tuviera algo diferente —dijo Jimin en un tono no muy serio, pero se cambió rápidamente de ropa como quería el mafioso.
Mientras se terminaba de secar el cabello, Jimin se sentó y miró como el mayor también se quitaba el traje, y se quedó mirando el tatuaje en la espalda de éste con los ojos inmóviles antes de extender la mano y tocarlo ligeramente, haciendo que Jungkook detuviera sus movimientos y se girará para verlo.
—¿Qué pasa? —le preguntó, mientras continuaba cambiándose.
—¿Cuándo me vas a dejar hacerme uno? —preguntó Jimin y Jungkook le sonrió.
—De ninguna manera, ya te dije que no dejaré que en tu cuerpo se deje ningún rastro además de las marcas causadas por mí —respondió el pelinegro con una sonrisa sugerente.
Jimin le golpeó la espalda de mala gana haciendo un puchero con sus abultados labios.
—Entonces date prisa y ponte la camisa o quédate de pie luciendo tu figura —se quejó mientras el mafioso sonreía y terminaba de cambiarse.
Después ambos se acercaron hasta el pequeño comedor improvisado dónde comerían.
—¿Les gustaría volver a comer mariscos a la parrilla está noche? En el camino a casa, podemos ir a comprar más para cocinar —preguntó Jungkook con simpatía, cuando ya todos estaban reunidos.
—A mi sí me gustaría, y se me antojan unos cangrejos de caparazón blando. Nana ¿podrías prepararlos para cenar? —dijo Jimin y se giró para preguntarle a la mujer.
—Por supuesto que sí hijo —respondió Nana con una sonrisa.
—Entonces pensemos en un menú diferente y pediré que compren los ingredientes. Mañana, volveremos por la tarde, así que solo compren lo necesario para la cena y el desayuno —dijo Jungkook, sabiendo que la mujer estaba acostumbrada a cocinar y no podría evitarlo.
—Sí —respondió Nana y dejó que la pareja siguiera comiendo.
Después de un rato todos, dejaron de nadar y el pelinegro le pidió al tío Song que los regresará a la orilla.
Al llegar a la villa, ambos se ducharon, Jimin estaba tan cansado que se quedó dormido después de cambiarse de ropa, Jungkook lo dejo descansar mientras el bajo a comprobar que sus órdenes se hubieran llevado a cabo, y aprovechó para hablar con sus hombres sobre algunos asuntos generales de trabajo.
A las cinco de la tarde, Jimin salió de la casa hacia el patio, dónde Jungkook bebía con sus hombres junto a la piscina.
—Jungkook, ¿por qué no me despertaste? —le preguntó en voz baja antes de sentarse a su lado.
—Vi que dormías bien y no quise despertarte —le respondió el pelinegro con voz suave.
—¿Vamos a nadar ahora o jugamos más tarde? —murmuró el castaño.
—No, primero vamos a comer —respondió Jungkook.
Jimin se quedó en silencio antes de asentir y se sentó a su lado hasta que los subordinados preparon el lugar como el día anterior. Al igual que ayer todo el mundo se estaba divirtiendo y hablando, relajados.
La pareja junto a Taehyung y Hoseok, se sentaron a comer junto a la piscina. Luego Jimin pensó en nadar en la piscina pero se le prohibió quitarse la camisa. Jungkook se sentó a beber y charlar con su amigo pero sus ojos siempre estaban mirando al castaño.
En cuanto al pequeño Tae, se sentó junto a la piscina a hablar con Jimin que nadaba alrededor, mii también miraba a Jungkook de vez en cuando.
—Jimin has estado jugando en la piscina durante mucho tiempo. Ya está oscuro, vamos a descansar —dijo Jungkook y el joven salió de la piscina.
—Ustedes sigan divirtiendose —se dirigió Jungkook a sus empleados, mientras le entregaba una bata a Jimin para taparse—. Mañana por la tarde regresaremos.
La pareja se despidió y entraron a la casa y directo a su habitación.
—Será mejor que nos bañemos juntos —dijo Jungkook al ver que Jimin se alistaba para entrar al baño.
El castaño asintió. Jungkook llenó la bañera con agua caliente, se desnudo y entró, Jimin lo siguió y se quiso sentar al lado del mafioso, pero este no lo dejo, jalandolo para acomodarlo entre sus piernas y recargar su espalda sobre su pecho.
—¿El agua tibia está bien? —preguntó Jungkook.
Jimin asintió y se inclinó hacia atrás para apoyar su cabeza en los fuertes hombros del pelinegro de una manera relajada.
—Jimin —habló Jungkook en tono serio mientras masajeaba los hombros del castaño.
—Dime.
—¿Te acuerdas que me dijiste que si decidía hacer algo, por favor te lo dijera? —comentó Jungkook.
Jimin frunció una ceja porque no lo recordaba.
—¿Qué sucede? —preguntó intrigado.
—Dijiste que si decidía dejar de trabajar en la industria, te lo dijera —respondió el mafioso, lo que provocó que Jimin se congelará.
Luego se sentó derecho e inmediatamente se giró para mirarlo a los ojos.
—Qué quieres decir con… quieres decir... ¿Vas a dejar la mafia? —preguntó Jimin entrecortado por la sorpresa.
—No sé si la palabra mafia deje de definirme, pero si dejaré de trabajar ilegalmente. Voy a dejar el comercio, pero todo eso lleva tiempo. Es por eso que quería decírtelo primero —dijo Jungkook en un tono serio.
Jimin lo miró con los ojos temblorosos, no pensó que el pelinegro realmente se atreviera a hacer lo que le pidió.
—¿Por qué decirte dejarlo? —le preguntó en voz baja.
—Es por ti —dijo Jungkook tomando su mano y besando suavemente su dorso—. Renunciare por ti. No quiero que vuelvas a preocuparte por esto. Sabes lo que siento por ti, me hiciste sentir que en mi vida todavía había una persona a mi lado por la que preocuparme. Anteriormente, estaba solo, hacer cualquier cosa, vivir o morir me resultaba indiferente, porque no tenía nadie por quién preocuparme. Pero cuando te conocí, desde el principio tuve la sensación de que me gustabas, ahora es más que eso, siento que no puedo dejarte ir de mi lado —le dijo sin dejar de mirarlo.
Jimin lo veía con ojos brillantes y su corazón latiendo fuertemente.
—No quiero que te preocupes, y que sufras. No quiero que tengas problemas por culpa de los enemigos que me rodean —continuó diciendo Jungkook.
—¿Realmente vas a hacer todo eso por mí? —preguntó Jimin, con la voz temblorosa.
Su corazón se sentía como si fuera abrazado por un sentimiento de éxtasis increíble.
—Puedo hacer lo que sea por ti. Pero necesito tiempo y que me entiendas —le respondió Jungkook.
—Entonces… ¿Qué vas a hacer después? Tus hombres ¿Qué harán? —preguntó Jimin sabiendo que si Jungkook dejaba sus negocios ilegales, podría afectar a muchos otros que trabajaban bajo su mando.
—He hablado de eso con Hoseok, y ambos hemos dicho que queremos enfocarnos en el sector inmobiliario. Mientras que los demás continuarán trabajando como de costumbre. Ya he pensando en otras tareas para todos, no tienes que preocuparte —respondió Jungkook y se alegró de que el castaño sintiera simpatía por sus subordinados.
Jimin miraba al mafioso en estado de shock. Le parecía un sueño que realmente hiciera lo que le había pedido.
—Yo... yo...no sé qué decir.
Estaba realmente sin habla. No sabía cómo explicarlo, se había quedado sin palabras al escuchar esa noticia.
—Antes cuando te traje a mi casa, te obligue a entrar. No estuviste de acuerdo, pero ahora, puedo preguntarte una vez más. ¿Estás listo para estar conmigo por tu propia voluntad? —preguntó Jungkook mirándolo con ternura reflejada en sus profundos ojos negros.
—¿Estás seguro de que eso está bien? Que eso es lo que quieres —preguntó de vuelta Jimin.
—Más que seguro —respondió Jungkook de inmediato y sin un toque de duda—. Jimin, ¿qué sientes por mí? Te lo dije antes, no importa lo que contestes. Nunca te dejaré ir —dijo Jungkook, haciendo que Jimin arqueara una ceja ligeramente.
—Oh, esto es una dictadura, no importa lo que conteste, harás lo que quieras —se quejó Jimin con sarcasmo.
—Está bien, incluso si soy un dictador. Pero todavía quiero escuchar tus sentimientos de tu boca. Por cierto, ¿no te gusta mi dictadura? —preguntó Jungkook levemente.
Jimin que ahora estaba a horcajadas sobre el fuerte regazo del pelinegro, junto sus labios con los del mayor, en un beso suave.
—Me gusta —respondió en voz baja.
Pero el mafioso lo escuchó y sonrió satisfecho.
—Hmm, ¿qué te gusta? La dictadura o te gustó yo?
—Ambas cosas —dijo Jimin con la cara sonrojada.
El castaño no mentía, realmente le gustaba Jungkook y no solamente en la cama. Había muchas cosas que el pelinegro hizo, que fue logrando que a Jimin le gustará cada día un poco más. Sinceramente, el jóven ni siquiera pensó que conocería a alguien como él. Alguien que hizo que se olvidará su pasado en una noche y solo hacerlo pensar en él.
Jungkook sonrió feliz, sus manos fuertes acariciaron ambos hombros y se movió hacia arriba para frotar sus mejillas.
—Me alegro de que ambos sintamos lo mismo, y como te dije. Pase lo que pase, nunca te dejaré ir. Quiero que tengas confianza en mí —dijo Jungkook con voz suave y tranquila—. En realidad, ahora que lo pienso debería agradecerle a esa persona —continuó hablando mientras veía a Jimin.
—¿A quién? —preguntó el jóven confundido.
—A esa persona cuyo amor querías olvidar. Si no hubieras querido olvidarlo, no hubieras buscado a nadie que te hiciera el amor y ninguno de los dos se hubiera encontrado —le respondió Jungkook en voz baja.
Sus palabras causaron que las emociones confusas llegaran de nuevo a la mente de Jimin, pues ese tema aún seguía siendo motivo de preocupación para él. Quería contarle todo a Jungkook, necesitaba que supiera que Jackson era esa persona que él había querido olvidar, no quería que más adelante hubiera algún tipo de malentendido sobre eso.
—Jungkook, tengo algo que decirte —le dijo Jimin en voz baja, mientras pensaba en su cabeza cómo empezar a contárselo. ¿Él lo aceptaría?
—Dime, ¿qué pasa?
—¿Quieres saber quién es la persona que quería olvidar? —preguntó de nuevo Jimin.
Jungkook permaneció en silencio antes de negar con la cabeza.
—No es necesario para mí. Esa persona es parte de un pasado que quieres olvidar. Y yo no quiero que lo revivas —respondió Jungkook con seriedad—. Lo único que quiero preguntarte es ¿si ya olvidaste a esa persona? —le preguntó el pelinegro de vuelta.
—Lo he olvidado. Lo hice hace mucho tiempo, pero tengo miedo de decirte porque me temo que si luego te enteras me odiaras —le dijo con voz temblorosa.
—Está bien, nunca te odiaré. No tienes que contarlo, porque si tú me dices es como desenterrar la historia de esa persona para que lo recuerdes de nuevo, lo cual, no quiero —volvió a decir Jungkook en un tono serio, dejando a Jimin sin palabras—. Ahora que estamos juntos, solo tenemos que hablar de nosotros mismos. ¿Verdad?
Concluyó el mafioso antes de inclinarse sobre el cuello de Jimin moviéndose lentamente hacia él.
Que conste que Jimin quiso decirle, después no queremos quejas.
Jungkook resultó no ser tan tóxico o es demasiado pronto para hablar?
Nos leemos bellezas...
Besitos 😘😘😘
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