SIETE

—¿Por qué me trajiste aquí? —exclamó Jimin mientras Jungkook lo arrastraba fuera del comedor y lo llevaba por el ascensor a su habitación privada.

En un par de minutos ambos se encontraban en la puerta de la suite, Jungkook camino al dormitorio llevando a Jimin con él, dejando a sus subordinados en el salón.

—¿Quieres hablar de algo más? preguntó Jungkook con su mirada profunda fijada en Jimin.

—Pudimos seguir hablando abajo, ¿por qué me trajiste aquí ? Creo que ya hablamos de todo y creo que ahora sé que… —dijo el castaño justo antes retroceder poco a poco y buscando una ruta de escape.

—¿Qué sabes? —preguntó Jungkook en un tono normal y tranquilo.

—Sé que los dos somos diferentes, no deberíamos involucrarnos.

—Definitivamente no acepto eso.

—¡Ya te dije que no quiero estar contigo, ¿por qué eres tan terco?! —grito Jimin exasperado, no le importaba si el pelinegro era un mafioso o si sus guardias estaban afuera.

—¿Puedes decirme la verdadera razón por la que no quieres venir conmigo? —preguntó Jungkook con voz severa.

_¿Tú me dijiste la razón por la que debería estar contigo? —atacó Jimin.

—Bueno, por qué eres mi esposa —respondió en tono tranquilo.

Jimin suspiró frustrado, aunque la respuesta fue clara, no tenía ningún sentido.

—Ya no sé que más decirte —dijo con voz cansada porque aunque pregunta una razón solo escucha las mismas palabras.

Necesitaba más respuestas.

Un grito se escapó de su garganta cuando Jungkook lo atrajo hacia su cuerpo jalandolo por la cintura, levantó las manos y las colocó en el fuerte pecho del mafioso y lo empujo sin éxito.

—Dejemos de hablar con palabras, mejor dejemos que sean nuestros cuerpos los que se entiendan —hablo Jungkook en voz baja, mientras lo miraba fijamente.

Las palabras del fuerte hombre causaron un sonrojo en sus mejillas al darse cuenta de la nueva situación en la que estaba, sobre todo cuando Jungkook lo empujó sobre la amplia cama.

—Deja… déjame ir, no dejaré que me hagas nada —tartamudeo nervioso al estar en esa situación comprometedora.

Jungkook ignoró sus palabras y se sentó sobre su estómago pero sin recargar todo su peso, solo quería evitar que Jimin luchará, y le sostuvo las dos muñecas a los costados sobre la cama.

—¡Suéltame! Déjame ir —replicó Jimin mientras luchaba por moverse.

Jungkook sonrió con ironía antes de levantar uno de sus brazos y sostenerlo sobre su cabeza.

—Refresquemos un poco nuestra memoria, ese día estabas muy borracho y quizá no recuerdes todo con claridad, déjame recordarte que tan bien nos llevamos —dijo con voz ronca.

Solo de ver la delgada figura delante de él, retorciéndose, con un rostro enrojecido, Jungkook se sentía estimulado.

—!Pesas! !¡Quítate de encima ahora! —los gritos del castaño resonaron por toda la habitación, pero Jungkook solo se rió suavemente antes de usar su mano libre para aflojar su corbata.

—¿Qué vas a hacer? —preguntó el chico con voz temblorosa, mirando la corbata con los ojos temblorosos —¡Dejame ir!

Continuó luchando mientras que Jungkook usa la corbata para atar las muñecas lo más apretado que podía. Jimin sentía como su corazón comenzaba a acelerarse emocionado.

Cuando las manos del joven  estuvieron atadas,  Jungkook puso su cuerpo boca abajo violentamente, su dulce rostro se estrelló contra la almohada, a pesar de la suavidad de la cama sintió algo de dolor, iba a replicar cuando sintió como sus pantalones eran retirados de su cuerpo.

—¡Hmmm! Tienes un trasero fenomenal —dijo Jungkook con la voz ronca, haciendo que el corazón de Jimin palpite asustado y emocionado al mismo tiempo.

Jungkook le arrancó los pantalones con tanta fuerza que Jimin soltó un pequeño grito sorprendido por qué también quitó al mismo tiempo su ropa interior, causando que los bordes elásticos rozaran sus nalgas dejando una tenue marca roja y una leve sensación de ardor, Jimin se mordió el labio con fuerza, para mitigar la confusión repentina que surgió en su corazón.

—¿Realmente estoy emocionado por esto? No, no puedo estarlo pensó al sentir su erección apretar entre su cuerpo y el colchón, mientras que Jungkook veía con satisfacción el blanco trasero frente a él.

—¡Oh, Duele! —se quejó Jimin cuando una de las palmas del mafiosos se estrelló con fuerza sobre una de sus nalgas; al escucharlo Jungkook sonrió feliz.

—Te duele pero te gusta, ¿cierto? —le susurró Jungkook al oído.

El tibio aliento y la voz profunda junto a su oído hizo que Jimin sintiera una sensación de hormigueo en el pecho, algo en su cuerpo le decía que necesitaba algo más, más fuerte.

—¿¡Qué va a hacer ahora Jungkook!? —gritó cuando el pelinegro se quitó la camisa y la envolvió alrededor de sus ojos, haciendo que no pudiera ver nada y su corazón se acelera aún más.

—¿Estás emocionado, pequeño? Sé lo que te gusta —respondió Jungkook al tiempo que apretaba violentamente las tersas nalgas y después las acariciaba.

—Ah... ay, duele —volvió a gritar Jimin cuando sintió una nueva sensación de ardor en su trasero al recibir otro fuerte azote.

Jungkook se movió rápidamente hacia abajo, se quitó los pantalones y camisa luciendo su imponente tatuaje de un tigre que cubría toda su espalda y así era como se sentía cuando se inclinó sobre el suave y apetecible trasero de Jimin y se dió el gusto de morderlo.

—¡Oww! —se quejó mordiéndose el labio cuando sintió los afilados dientes en una de sus nalgas, dejándole una marca instantánea de en el área.

Para después levantar sus caderas dejando su trasero elevado; al estar con las manos atadas y los ojos vendados estaba a merced de lo que Jungkook quisiera hacerle,  sentía incertidumbre y emoción en su corazón por no saber, pero de lo que sí estaba consciente era de la dureza de Jungkook pues sentía su miembro erecto rozar en su cuerpo.

Jungkook levantó la parte de atrás de la camisa de Jimin, besando la tersa piel mordiendo levemente, antes de quitarla por completo y dejarla caer al suelo.

—Ahh —exclamó el castaño mientras era jalado del cabello hacia atrás y levantaba la cara de la almohada, su dulce rostro ahora tenía una mueca de dolor y placer mezclados cuando sintió un conocido dolor en cuello.

—Mmm… —un gemido sonó de la garganta de Jungkook, indicando que está satisfecho con lo que te está haciendo.

Jimin era muy consciente de lo violento que era el pelinegro a la hora de tener sexo. Y cuanto más lo sentía, más se excitaba, no podía entender porqué estaba tan excitado y sentía que necesitaba más.

—Hmmm... ahh —gimió Jimin mientras el mafiosos acariciaba, besaba y mordía su cuello con rudeza mientras seguía teniendo la cabeza siendo levantada por el cabello.

—¿Te gusta esto, niño? ¿Te gusta cuando hago esto? Hmmm —Jungkook jadeo mientras su deseo se desbordaba. Ejerció más fuerza, más violencia contra la delgada figura frente a él, quería más, mucho más.

—No.. no... ahh…—jadeo Jimin cuando la mano de Jungkook se deslizó debajo de su cuerpo, hasta tocar su miembro que ya estaba húmedo en la cabeza.

—¿Cómo puedes negarlo? Si no te gusta lo que te estoy haciendo ¿Por qué estás duro y goteando? —lo cuestiono.

Jimin se mordió los labios con fuerza, sabía que no podía discutir cuando su propio cuerpo lo estaba delatando. No entendía por qué le gustaba tanto la violencia del mafioso.


Jungkook tomó el rostro de Jimin para girarlo un poco y besarlo intensamente, insertando su lengua caliente, mordió y chupó esos labios que le fascinaban hasta que Jimin sintió un sabor extraño, nuevamente el sabor de la sangre la hizo saber que tenía la boca rota.

Jungkook liberó sus labios pero siguió recorriendo su cuello, dejando besos y disfrutando del aroma que desprendía su piel.

—Me encanta tu olor.

Jungkook se puso de pie y tomó gel lubricante para después colocarse en las torneadas piernas de Jimin. Estando en esa pose no puedo evitar golpear fuertemente ese par de globos, haciendo gritar al castaño mientras brotaban un par de lágrimas de sus ojos tapados.

—Divirtámonos juntos, precioso —dijo Jungkook.

El pelinegro puso una mano para presionar la cabeza de Jimin contra el colchón, por puro instinto Jimin piso la cara hacia un lado para poder respirar.

—Oh —Jimin se estremeció al sentir la frialdad del gel que rodeaba su estrecha entrada, retorciéndose un poco, tenía miedo y excitación al mismo tiempo.

—No, no lo hagas, no lo hagas —gritó la voz temblorosa del castaño y Jungkook sonrió de lado con malicia.

—¿Dijiste que no? —preguntó antes de agarrar su falo caliente y deslizarlo un rato en medio de las nalgas de Jimin.

Podía ver claramente la necesidad aumentar en el chico, el cómo se frotaba contra su miembro, o sus gemidos necesitados se lo indicaban.

—Ahhh… —gimió Jimin cuando la roja cabeza entró lentamente expandiendolo.

Con todo el autocontrol del que era capaz Jungkook se detuvo cuando apenas sintió cruzar el primer anillo de músculos.

—Ughh… ahhh —se quejó Jimin al sentir que se detenía.

Jungkook sonrió cuando el trasero del chico se movió lentamente buscando que entrara más.

—¿Qué pasa pequeño, dime? —preguntó fingiendo.

Jimin sentía que su pecho estaba a punto de explotar, se sentía demasiado bien, aunque la sensación de ardor estaba presenté en su trasero por la intromisión en su trasero, sin preparación alguna más que el lubricante.

—¿Qué diablos estás haciendo? —preguntó Jimin jadeante.

—Nada —respondió fingiendo ignorancia, aunque sabía exactamente lo que Jimin quería decir, pero quería que se lo pidiera el mismo.

—Yo... yo... Uh... no estoy satisfecho, no quiero esto —dijo entrecortado, las lágrimas continuaban cayendo.

—Entonces dime ¿qué quieres? —preguntó el pelinegro de nuevo, mordiéndose el labio con fuerza.

El castaño permaneció en silencio, mientras Jungkook empujo breve y lentamente sus caderas, moviendo su miembro duro y dolorido haciéndolo jadear. Jimin sabía lo que quería, había pasado el punto sin retorno, la lujuria y el deseo se habían encendido y no se extinguirían fácilmente.

—Dime que es lo que quieres —no haré nada hasta que lo pidas.

Esa era un tortura no solo para Jimin, también para él mismo que deseaba golpear con fuerza ese punto de placer que haría al chico gritar y gemir su nombre.

—¡Oh!, hazlo profundo —sonó la suave voz de Jimin.

—¿Qué dijiste? No te escuché —preguntó Jungkook de nuevo.

—¡Que entres hasta el fondo maldita sea! Mételo todo… por favor hazlo ya —grito y suplico por el placer que le estaba siendo negado.

—Ves, ¿qué te dije? los dos nos entendemos demasiado bien —dijo antes de levantar ligeramente la delgada cintura de Jimin y luego golpear las caderas hacia adentro y hacia afuera con fuerza.

—Ahh... ahhh... ahhh... tan profundo… así… ahh —los gemidos del chico eran intensos y agudos.

No había vergüenza alguna, solo la necesidad y deseo de su cuerpo en ese momento, el sonido de sus pieles chocando junto a los gemidos de ambos eran el único sonido en esa habitación.

El cuerpo de Jimin se balanceaba violentamente, Jungkook lo embestía con fuerza, pero el castaño sentía que faltaba algo más y resoplo enojado.

—Ah... que deseas... dilo —le exigió Jungkook con la voz agitada, y el sudor cubriendo su fuerte cuerpo.

—Ahh… más… más fuerte… más rudo —gritó el castaño con impaciencia.

Jungkook elevó aún más su cuerpo doblandolo un poco, su trasero viendo hacia arriba mientras Jimin sostenía sus piernas y Jungkook tomaba su miembro y comenzaba a frotarlo al mismo ritmo en que su pelvis se estampaba con fuerza, enterrado más profundo su miembro. Jimin sentía el dolor por la posición y el ardor en su trasero por las fuertes embestidas, pero no se sentía mal, al contrario sentía emoción y satisfacción al máximo.

—Ahhh... ahhh… se siente muy rico... ah… —gimió mientras lamía sus labios, causando que Jungkook se entusiasmará más, penetrandolo con fuerza al tiempo que azotaba un par de veces más su trasero.

Los jadeos y gemidos resonaban en la habitación, la cama aunque muy resistente crujía por la fuerza de la pasión entre los dos.

—Ahhhhhhh —la persona más pequeña apretó el miembro en su interior, y derramó su esencia sobre su abdomen y la mano de Jungkook, que dió un par de estocadas más antes de expulsar su propio simiente en el tibio interior de Jimin.

Pero no satisfecho llevó su mano hasta la cara del castaño y colocó uno de sus dedos manchadas con su liberación cerca de su boca.

—Pruébalo para que sepas que tan dulce eres —le pidió con tono lujurioso.

Por un momento espero que Jimin se negara pero grata fue su sorpresa cuando abrió su pequeña boca para recibir sus dedos índice y medio, lamiendo y chupando con avidez, mientras el comenzaba a mover sus caderas nuevamente.

—Ahhh… —gimió Jungkook casi una hora después cuando terminó por segunda vez.

Seguía sin estar satisfecho del delgado cuerpo que lucía de maravilla debajo suyo, con marcas rojas esparcidas por toda su figura, y apretando su miembro gustoso, le sería difícil detenerse. Los gemidos, jadeos, gritos y azotes continuaron por bastante tiempo hasta casi anochecer.

Jungkook salió del cuerpo de Jimin que yacía exhausto. La fuerte figura se puso de pie y miró al chico que yacía inmovil en la cama antes de caminar para sentarse a su lado y desatar sus muñecas y los ojos de Jimin que ahora está dormido, se colocó una bata y salió a fumar al balcón.

No era de extrañar que Jimin estuviera dormido, Jungkook sonrió levemente, antes de entrar  y caminar hasta al baño, se dió una ducha y luego volvió con una toalla húmeda para limpiar los restos de fluidos de la delgada figura.

Luego usó una manta apilada en el piso de la habitación para envolver a Jimin y cargarlo contra su pecho, antes de cambiar para abrir la puerta llamando a sus subordinados.

—Si, señor — dijo uno de sus empleados en cuanto lo vio cargando al chico dormido.

—Llama a la mucama para que suba y cambie las sábanas, dale dinero extra también —dijo, su empleado inclinó la cabeza y salió, mientras los demás lo dejaron solo en el salón.

Jungkook se sentó y esperó a que llegará la mucama. Mientras esperaba miró a la persona en sus brazos se inclinó y dejó un suave beso en su pequeña nariz y después en su mejilla, Jimin se removió un poco por la sensación pero no despertó.

—¿Cuando despiertes harás un alboroto, verdad? —dijo en voz baja.

Cuando ya habían cambiado las sábanas, llevó a Jimin de vuelta a la cama y lo cubrió con la cobija. Mientras él se acomodaba a su lado y hacía unas llamadas de trabajo  y le llamaba a Hoseok para preguntar por Taehyung y lo que le había ordenado que hiciera.






Ese Jimin dice que no y re bien que le encanta jejeje

Cómo apoyo visual les dejo como luce el tatuaje de Jk.

Nos leemos bellezas...
         Besitos 😘😘😘

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