DOCE
Jungkook sostuvo la delgada cintura de Jimin para acercarlo a él, al principio el castaño se resistió pero no pudo luchar contra la fuerza del mafioso, que lo sostenía de esa manera.
—Esta bien, lamento haberte hecho sentir incómodo, nunca he hablado en serio con nadie, nunca tuve esposa, eres la primer persona a la que quiero fijamente en mi vida, por eso me preocupa tu bienestar —dijo Jungkook y el corazón de Jimin se aceleró.
La mezcla de sentimientos tenía al joven demasiado confundido, ahora estaba emocionado cuando apenas hace unos minutos quería llorar de frustración.
—Jimin, date la vuelta y mírame, no me des la espalda así —dijo el pelinegro en voz baja.
Jimin seguía viendo hacia otra dirección, pero aún así le habló.
—No puedes obligarme a hacer todo lo que tú quieres, ¿Seguirás haciéndolo? No soy tú que ya está acostumbrado a que alguien te siga todo el tiempo.
—Jimin vamos, date la vuelta, no quiero obligarte a que te gires, porque ahora mismo te lo estoy pidiendo por favor —dijo Jungkook de nuevo haciendo que frunza los labios antes de voltearse para mirarlo.
—Es una petición muy razonable señor Jeon —dijo Jimin antes de mirarlo fijamente—. Jungkook, si realmente quieres que me quedé aquí, ¿puedes escuchar mi solicitud? Porque lo que te voy a pedir no es nada difícil —dijo en tono serio.
—Escucharé lo que tengas que pedir, pero primero tengo que ver si puedo hacerlo o no —confirmó Jungkook.
Jimin suspiró profundamente, pero cree que es bueno que el mafioso lo escuche.
—¿Qué pasa con lo de que tus guardias me sigan a todos lados?
Jungkook se quedó en silencio un momento antes de asentir.
—Está bien, nadie te seguirá mientras estés en la casa. Pero cuando salgas, deben al menos estar dos personas siguiéndote, no quiero absolutamente ninguna objeción —dijo Jungkook negociando los términos de su seguridad.
Jimin meditó un momento antes de asentir con la cabeza.
—Entonces, ¿hay algo más que te gustaría pedir? —pregunto entusiasmado, porque por fin estaba teniendo una buena conversación con el castaño.
—Por ahora no lo sé, déjame pensarlo, te lo diré después.
—Entonces, ¿ya no estás enojado? —preguntó Jungkook de nuevo.
Jimin permaneció en silencio y Jungkook sonrió antes de apretar un poco más la delgada cintura y dejar un beso en su mejilla, el joven inmediatamente empujó su pecho con la cara sonrojada.
—¿Qué diablos estás haciendo? —se quejó Jimin disimulando su vergüenza frotando su mejilla.
—Bueno, ¿responderías si tú enojo no se hubiera ido todavía?
—¿Qué pasaría si te digo que todavía estoy enojado? —preguntó Jimin, queriendo saber qué haría el mayor.
—Te besaré la mejilla hasta que te calmes —respondió el pelinegro pretendiendo besar la suave mejilla de nuevo.
Jimin se puso de pie rápidamente de la cama.
—Deja de coquetear conmigo, por uno o dos dias que te estés quieto nadie diría que eres incompetente —dijo mirandolo serio.
—Nadie se atrevería a dudar de mis capacidades, y siempre tengo un perfecto control sobre mi, pero dejame decirte, que tú tienes mucho poder sobre mi ¿quieres probarlo? —respondió mirándolo con ojos brillantes.
Bajo la intensa mirada Jimin sintió calor por todo su cuerpo, no quería admitirlo pero se sentía como si fuera alérgico a los ojos calientes de Jungkook.
Un pequeño grito de sorpresa se escapó de su boca cuando Jungkook lo jalo para sentarlo en su regazo.
—Jungkook suéltame —dijo Jimin antes de temblar cuando la fuerte mano del pelinegro se estiró y apretó la parte posterior de su cuello.
No fue demasiado fuerte, pero le hizo sentir una sensación de hormigueo en el pecho con fuerza, sintió un pequeño jalón en el cabello de su nuca para hacer que su cara se levanté un poco y su corazón palpitó rápidamente.
—No… no hagas eso —se quejó Jimin en voz suave y nerviosa.
Jungkook sonrió con satisfacción en las comisuras de sus labios. Porque sabe cómo se siente el joven, frotó suavemente su nariz en la hendidura de su garganta.
—No debes dejar que nadie que no sea yo sea duro contigo, eres mío Jimin —ordenó mordiendo la curvatura de su cuello hasta dejar una marca.
—Ughh… —Jimin gimió con dolor.
—Respondeme cariño.
—Oh, me duele —dijo Jimin en voz baja.
El mayor iba a continuar cuando dos toques en la puerta de la habitación detuvieron sus movimientos.
—Señor la cena está lista —la voz de uno de sus empleados sonó frente a la puerta del dormitorio.
—Si ordeno quedarme solo contigo ¿qué pasaría? —preguntó bromeando mientras soltaba el suave cabello y abrazarlo por la espalda.
—¿Estás loco? Déjame ir, tengo hambre.
Jimin encontró rápidamente una excusa porque ya no quería estar en esa precaria situación porque sentía un poco de miedo de sí mismo.
—Está bien, vamos a comer primero, después regresaremos y comeremos el postre aquí —dijo el mayor con voz ronca.
—¿Tú cerebro solo piensa en eso? —dijo Jimin sin tomárselo en serio.
Antes de escurrirse hacia abajo del regazo de Jungkook, apresurandose a abrir la puerta del dormitorio, Jungkook se levantó y caminó detrás de él. Nada más salir el mafioso le dió una palmada en la cabeza a su subordinado sin demasiada fuerza.
—Me interrumpiste —dijo Jungkook excusándose mientras su empleado lo veía perplejo.
—Jungkook ¿qué haces? ¿por qué le pegas en la cabeza? —gritó Jimin cuando se dio la vuelta para verlo.
—Fue por interrumpirnos —respondió con simpleza.
—Estás loco, absolutamente irracional —dijo el joven antes de bajar las escaleras.
—¿Qué te parece tu nuevo jefe? —le preguntó Jungkook al hombre que caminaba a su lado.
—Muy considerado con nosotros señor —respondió el joven haciéndolo sonreír.
—Taehyung ¿ayudaste a tu abuela a poner la mesa? —preguntó Hoseok mientras entraba al comedor.
Al ver al jovencito terminar de alistar los cubiertos.
—Sí, mi abuela dijo que todo debía quedar bien.
Nada más terminar de revisar todo, Jimin entró en el comedor y sonrió al ver al niño ahí.
—Tae, siéntate y come con nosotros.
—Oh, no creo que esté bien, es mejor que yo coma en la cocina con mi abuela y los demás empleados —respondió el pequeño pensativo.
—Obedece Taehyung, todos nos los cuatro cenaremos juntos, tengo que preguntarle a Hoseok sobre los encargos de tu escuela —dijo Jungkook haciendo que su amigo y mano derecha que estaba de pie inclinara la cabeza hacia Taehyung dándole a entender que estaba bien.
—Si está bien —respondió el joven antes de que los cuatro se sentaran a cenar juntos.
Jungkook estaba sentado a la cabecera de la mesa, Jimin sentado del lado derecho, junto a él estaba sentado Taehyung, Hoseok estaba sentado al lado izquierdo del mafioso.
—Vas a ir a la escuela mañana, ¿no? —le preguntó Jimin a Taehyung en voz baja.
—Sí —respondió el joven también en voz baja porque se sentía un poco intimidado por comer con ellos.
—Entonces mañana dejaré que Hoseok te lleve —dijo Jungkook.
—No es necesario señor, puedo ir yo solo, ya le pregunté a mi abuela que autobús me lleva de la casa a la escuela —respondió el joven apresuradamente.
—Hoseok te llevará —repitió Jungkook con voz severa.
Taehyung inmediatamente se quedó en silencio e inclinó la cabeza asintiendo.
—Oh Jungkook, habla bien, Tae es un niño, no es uno de tus empleados para que le hables así, sé amable —lo reprendió Jimin.
—Estoy hablando normal.
—Muy normal —respondió Jimin con sarcasmo. Después tomó un poco de comida la puso en un plato y se lo dió a Tae.
Hoseok solo miro a Taehyung, Jimin y Jungkook alternativamente pensando en que parecían dos padres con su hijo.
Después de comer, Jimin invitó al niño a sentarse en la sala de cine que Jungkook le había dicho que estaba cerca de la sala de estar, para ver una película. Al principio Taehyung no quería ir porque eso sería muy desconsiderado, pero fue arrastrado por el castaño hasta ahí.
En cuanto a Jungkook, continuó hablando sobre el trabajo junto a Hoseok en la oficina por un tiempo, antes de unirse a los dos jóvenes.
—¿Qué estás viendo? —le preguntó antes de sentarse a su lado.
—Ve y no preguntes —respondió Jimin sin apartar la mirada de la enorme pantalla.
Jungkook sonrió un poco antes de fijar su vista en la pequeña figura de Taehyung que estaba sentado del otro lado de Jimin con la cabeza apoyada en el respaldo profundamente dormido.
—Hoseon, lleva a Taehyung a su cama, mañana tiene que despertarse temprano para ir a la escuela —le dijo Jungkook a su amigo.
El hombre asintió y se movió hasta el pequeño, lo movió un poco para despertarlo y ayudarlo a caminar hacia la casa de Nana.
Cuando se quedaron solos, Jungkook abrazó a Jimin que por primera vez no luchó por escapar.
—Jimin, voy a salir a ver un trabajo, duerme temprano —esperó la respuesta del castaño pero no llegó —¿me escuchaste?
—Puedo oírte, no soy sordo —respondió Jimin, pero sus ojos seguían fijos en la pantalla.
Jungkook se sintió un poco incómodo porque el joven no lo miraba aunque tampoco se había apartado de él. Jimin podía sentir la fuerte mirada del pelinegro y por eso mismo no se atrevía a verlo, sabía que si lo hacía se perdería en la oscura mirada del mafioso.
—Oh, basta deja de verme ¿vas a hacerlo hasta que me derrita? —se rindió Jimin empujando el rostro de Jungkook para que se girará.
Al comprender lo que pasaba Jungkook comenzó a reír con ganas.
—Te estas riendo como un loco.
—¿Entonces no puedo verte? —dijo Jungkook con una voz dulce, haciendo que el rostro de Jimin se sonroje.
—No tienes que hacer eso, vete de aquí, ¿no tenías trabajo? ¿O mejor vamos a sentarnos y a mirarnos el uno al otro —dijo Jimin con sarcasmo.
—Solo un rato más, quiero estar con mi esposa —dijo mientras lo acercó a su pecho —. Deja de ser terco Jimin.
Jimin luchó un poco antes de detenerse y apoyar sus manos en el fuerte pecho de Jungkook.
—Está bien, si quieres abrazar, abracemos tu cuerpo también, no lo soltaré, levanta la mano, Jungkook.
Jimin se quejó un poco luego de inclinarse sobre el cuerpo de Jungkook para darle un abrazo.
Haciendo que el mafioso sonriera por las comisuras de su boca, aún con lo sarcástico de Jimin, aún así el castaño no pudo evitar que su corazón latiera con fuerza, cuando recordó su barbilla en su hombro.
—Este tipo de ironía te llevará por un mal camino, Jimin.
Los gruesos labios se apretaron ligeramente, cuando Jungkook beso su mejilla, antes de mover su cuerpo y dejar a Jimin sentado sobre sus piernas, dándole la espalda, sus manos rodearon su vientre plano.
El joven se reclinó sobre su pecho, en apariencia se podría decir que Jimin estaba aceptando las cosas, pero en su corazón se negaba a aceptarlo. Admitía que el fuerte pecho desprendía un fuerte calor, algo que nunca sintió cuando Jackson y él estaban juntos. Él nunca le besaba las mejillas cuando estaban sentados uno al lado del otro, Jimin siempre era quien buscaba el contacto del frío hombre.
—¿En qué estás pensando? —preguntó Jungkook cuando vio que Jimin permanecía en silencio.
—En nada, solo que… ¿Qué pasa con mi trabajo? —preguntó Jimin finalmente para dejar de pensar en Jackson, sabe que todo en lo que piensa es solamente parte del pasado.
—Hazlo desde casa, sé que tu trabajo se puede hacer desde cualquier lugar, pero si algún día quieres ir a la oficina, dímelo, y te llevaré yo mismo —respondió Jungkook con simpleza.
—Tienes miedo de que vuelva a huir.
—Sí —respondió Jungkook de inmediato, esto hizo que Jimin permaneciera en silencio por un momento.
—Para ser honestos, hasta ahora todavía no lo entiendo, ¿Por qué me elegiste a mi? —preguntó Jimin en voz baja.
—¿Por qué no? ¿Cómo eliges una clase? ¿Cómo me elegiste para ser el que te abrazara en ese lugar, en vez de alguien más? —pregunto de vuelta haciendo pensar a Jimin.
—Señor, lo siento ya es momento —la voz otro de sus empleados más cercanos se escuchó desde la puerta.
—¿Dónde está Hoseok? —preguntó Jungkook acerca de su amigo.
—Está esperando en el coche.
—Muy bien, prepara el coche, te seguiré en un momento —ordenó y el empleado asintió y salió de la sala.
—Suéltame, ¿quieres? —Jimin se movió lentamente para permitir que Jungkook lo liberara.
Jungkook lo besó en ambas mejillas, antes de dejarlo levantarse y hacerlo él también.
—Se un buen chico, y espérame en la habitación, volveré en seguida. Acompáñame al coche por favor.
—Camina tú solo, esta es tu casa, ¿Por qué tengo que acompañarte?
—Bueno, quiero que mi esposa me despida, ¿qué hay de malo? todos esperan que sus esposas los despidan cuando van a trabajar.
—¿Recuerdas el nombre del drama? — dijo Jimin con sarcasmo, haciendo reír a Jungkook.
—A menudo no tengo tiempo para dormir, ¿en qué momento quieres que vea dramas?
—Ya vete, tus subordinados están esperando —dijo Jimin antes de alejarse haciendo que Jungkook sonriera con satisfacción.
Siguió rápidamente los pasos de Jimin, salieron de la casa, para después entrar al auto que ya lo esperaba frente a la casa.
—Si quieres algo puedes pedírselo a las empleadas. Y hay turno nocturno así que habrá guardias vigilando la casa.
Jimin asintió, mientras Hoseok entraba también al vehículo y se sentaba junto al conductor y se fueron seguidos por otro auto con guardaespaldas.
—¿Se le ofrece algo señor Jimin? ¿Va a seguir viendo la película? —pregunto Jihyo al verlo entrar a la mansión después de despedir al mafioso.
—No, subiré a mi habitación —respondió antes de caminar hacia la habitación de Jungkook. Todo el tiempo mientras subía las escaleras, miró a su alrededor y sintió que la casa estaba llena de mucha gente, pero se sentía solo, increíblemente solo.
—¿Cómo vives tú, Jungkook? —murmuró para sí mismo sin saber que él fue quien vino a hacer que la vida del pelinegro dejará de ser tranquila.
Jimin entró al dormitorio principal para recoger su pijama y una toalla del armario donde ya todas sus cosas habían sido colocadas, luego de que Jungkook mandara a varios de sus hombres a recogerlas de su departamento.
—¿Realmente tengo que quedarme aquí? —se dijo mientras veía a su alrededor y suspiró ante el destino que él mismo se busco.
Él hizo que todo sucediera así; si esa noche no le hubiera pedido a Jungkook que lo hiciera olvidar a Jackson, si no hubiera estado tan borracho como para olvidar la palabra responsabilidad, hoy probablemente estaría durmiendo en su dormitorio en su apartamento, en lugar de ahí.
Aún con eso en mente fue a darse una ducha, después se recostó en la cama para ver la televisión y de vez en cuando miraba el reloj de pared.
“A menudo no tengo tiempo para dormir, ¿en qué momento quieres que vea dramas?”
Las palabras de Jungkook resonaron en su cerebro.
—¿Qué diablos haces durante todo el día y la noche? —se quejó antes de seguir viendo la televisión.
Jungkook miró su reloj de pulsera cuando el auto giraba para estacionarse frente a la puerta de su casa, nunca antes le había importado pasar una noche fuera de casa para hacer negocios, pero ahora mientras revisaba los productos que llegaron y conocía a su nuevo cliente se sentía inquieto.
—Ya son las dos de la madrugada —dijo con pereza, al pensar que Jimin ya debía de estar dormido.
—Muchas gracias a todos vamos a descansar. Hoseok no olvides hacer el pedido y recuerda llevar a Taehyung a la escuela antes de ir a la oficina —le recordó a su empleado de confianza.
—Entonces, ¿estás de acuerdo con que te lleve Namjoon a las diez en punto? —preguntó Hoseok.
Estaba acostumbrado a ser él quien acompañe a Jungkook a esa clase de reuniones y actúe no solo como su mano derecha sino como su guardaespaldas, pero al tener que llevar a Taehyung a su primer día de clases y arreglar todo lo pertinente a ello tendría que llegar más tarde a la oficina.
—No te preocupes, puedo ir con alguien más, tú descansa y ocúpate de Taehyung —respondió Jungkook.
Él mejor que nadie sabía que su amigo trabajaba tan duro como él o quizá un poco más, sabía que jamás se quejaría, ni dejaría que se le viera agotado, sabía que de toda su gente, Hoseok era en quien más podía confiar no solo como empleado, también lo quería y estimaba como amigo.
—Pero… —quiso objetar.
—No es necesario, puedes tomarte un día de descanso después de terminar los asuntos de Taehyung —dijo Jungkook con voz profunda, Hoseok asintió, pero todavía estaba un poco inquieto.
—Si, está bien —respondió finalmente con obediencia, después bajó del auto y abrió la puerta para que saliera Jungkook.
El mayor entró a la casa y le preguntó a los subordinados que habían estado en la casa todo el tiempo, sobre Jimin y si no había necesitado nada en el tiempo que estuvo fuera. Los guardias le dijeron que desde que se había ido, su hermoso chico se había metido a la habitación y no había vuelto a salir. Sonrió de medio lado y dirigió sus pasos hasta el dormitorio.
Cuando abrió la puerta y vio la figura delgada recostada en su cama, le dieron ganas de haber estado ahí para verlo dormirse.
Durante el tiempo que estuvo fuera experimentó por primera vez lo que era querer llegar a casa temprano, miraba con frecuencia el reloj y nada más terminó de hablar sobre los negocios con sus nuevos clientes se despidió. Normalmente al terminar una jornada tenía por costumbre llevar a sus hombres a tomar un trago o buscaba a algún chico que satisficiera sus necesidades, pero está vez no lo hizo.
Quería volver lo más pronto que pudiera y ver el rostro de su niño, abrazarlo y porqué no hacerle el amor. Pero más que otra cosa quería dormir abrazado a la persona que descansaba en su habitación.
Y así es como un mafioso consigue una familia jejeje.
Jimin dice que no pero mucho trabajo acostumbrarse no le dió.
Nos leemos bellezas...
Besitos 😘😘😘
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top